"El rey decide volver"
Narrador — Omnisciente:
Ya era común que tres de los cuatro fundadores estuvieran presentes en cada carrera S, Joe, Cherry Blossom y Joker. Uno puro músculo, otro el cerebro y por último el inspirado filósofo bufón.
Nunca se esperaron el regreso del mejor de los cuatro, Adam regresaba y los otros tres estaban más que furiosos, después de tanto tenía el descaro de volver sin previo aviso.
De inmediato el peliazul posó su vista en el bufón, la personas encontraban sus estilos bastantes parecidos, no tardaron en encararse.
— ¿Pero que tenemos aquí? — pregunto ladinamente acercándose al peliblanco
— Adam, señor, ¿Pero qué lo trae hasta aquí? Hace mucho que no lo he visto, amo. — algo curioso de entre su relación del bufón y el matador era que el peliblanco siempre lo llamaba "señor" o "amo" o cualquier otro apodo de ese tipo
— Siempre tan servicial mi bufón. — se acercó más, sus reparaciones chocaban con el antifaz del otro
— ¿Ya tan rápido coqueteando, Adam? — el peliverde se quejó, algo irónico debido a que el era todo un Don Juan — ¿No piensas saludar? — se hizo el ofendido
— Hmmm... No — respondió en un tono algo molesto, después de todo al único que quería ver era al peliblanco — Yo solo quiero atender un asunto un tanto curioso. — empezó a caminar, se abrió camino entre la multitud y se encontró con el joven Langa
Esto solo provocó que los otros tres tratarán saliva, seguro Adam venía buscando su supuesta "Eva" y algo era seguro, no tenía planeado ser amable.
...
Suspiro cansado, ya estaba harto de estar metido en su traje de juntas color negro, y para peor era seguido por su guardaespaldas y secretario. Estaba harto.
— _________ Mamoru. — al escuchar su nombre de inmediato volteo, solo para encontrarse con aquel peliazul que odiaba tanto
— Ainosuke... — respondió con cierta indiferencia
— Mm? ¿Qué pasa? Pareces molesto. — pregunto, tenía sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, su postura solo molestaba aún más al contrario
— No es algo que te importe, Shindō. — siguió con su camino, el otro solo se aseguró de ir a su paso mientras que sus secretarios los seguían — Tu perro faldero me molesta, dile que se largue. — dijo refiriéndose a Tadashi, después de todo no se llevaban bien
— Está bien, pero el tuyo también tiene que irse. — ambos asintieron con la cabeza y les dieron la orden, a regañadientes ambos se quedaron atrás mientras que los otros dos seguían caminando
— ¿Por qué te apareces así? — pregunto molesto apretando la mandíbula
— Solo quería causarte una buena impresión. — se excuso
— Te odio.
— Yo también te amo. — le guiño un ojo
De un momento a otro ya habían terminado como siempre, uno acorralando al otro, todo aquel que estuviera cerca sabía que era costumbre que esos dos se pelearán y a los cinco minutos ya se estuvieran besando. Y esta vez, no era la excepción.
Unieron sus labios en un necesitado beso, para cuando se separaron el peliblanco frunció el ceño.
— Carajo, no tienes ni idea de cuánto te extrañé... — murmuró molesto
— Perdóname, mi bufón, prometo que esta vez no me iré. — respondió el peliazul sonriendo orgulloso por su triunfo
El peliblanco no podía dejar de amarlo y eso era seguro...
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