Amor Por Error ©

By XxAmayraxX

353K 17.6K 14.9K

¿Que pasaría si en una fiesta te acuestas con el novio de tu mejor amiga que también resulta ser mejor amigo... More

-Sinopsis-
-Prefacio-
-1-
-2-
-3-
-4-
-5-
-6-
-7-
-8-
-9-
-10-
-11-
-12-
-13-
-15-
-16-
-17-
-18-
-19-
-20-
-21-
-22-
-23-
-24-
-25-
-26-
-27-
-28-
-29-
-30-
-31-
-32-
-33-
-34-
-35-
-36-
-37-
-38-
-39-
-40-
-41-
-42-
-43-
-44-
-45-
-46-

-14-

7.9K 394 314
By XxAmayraxX

-No es una cita-

Dhara no vayas.

No respondas ese mensaje.

Tienes novio Dhara, respétalo.

Puse mis manos sobre mi cabeza indecisa de hacer cualquiera de las tres opciones. Tenía pavor a tomar decisiones, que si la tomaba mal y luego estaba arrepentida...

pero no tenia porque estarlo ¿no?

Me recompuse en mi cama y cogi mi móvil que estaba cargando en mi mesita de noche que había dejado un día anterior.

Dhara: Hola dada, buenos días ¿Cómo amaneciste?

Mordí mi uña de mi dedo pulgar levemente nerviosa.

Inhala, exhala, inhala, exhala...

Oliver: Hola dada, estresado por los entrenamientos, no sabes cuanto te necesito en estos momentos para desestresarme...

Ya sabia a que iba su desestresarme.

Dhara: Que te parece vernos para ver alguna peli?

Dale Dhara si se puede.

Oliver: Lo siento tengo una entrevista para revista que saldrá este mes así que no creo poder. Se me hace tarde, después hablamos.

Te amo...

Ya no lo había puesto al final de su mensaje, cuando normalmente siempre lo hacía.

¿Qué esperabas Dhara?

En eso el conectado de Adriel apareció en su chat, rápidamente me salí de la aplicación.

Aún no dejaba de pensar en lo que había sucedido una noche anterior, no le vi darle mucha importancia al asunto y lo agradezco. Lo que menos quería era que me recordará los problemas que he cometido últimamente con él.

Es que ni siquiera quería pensarlo. Le había dicho algo que ni con mi mejor amiga había logrado decir por qué sabia que lo único que pensaría era que soy una dramática y que todos teníamos problemas, que no era para tanto.

Y tal vez no lo era.

Adriel era un error que con solo días de solo vernos sabiendo que antes éramos unos simples desconocidos. Le había dicho de un acierta forma que mi padre maltrataba a mi hermano y aunque no se lo dije a palabras, tenia la ligera sospecha que el lo podría usarlo para chantajearme. Al final de todo, yo no lo conocía del todo.

Dos golpes en la puerta me regresaron agarrándome de sorpresa.

Entró la señora de limpieza con algunas sábanas dobladas en la manos y con un rostro preocupado que no llegué a comprender.

—Disculpe señorita, su amiga Nat acaba de llegar y se nota... Un poco mal...

Tire de mi sabana para descubrirme y así poder ponerme mis sandalias.

No quería verle la cara a Adriel si venía con ella.

Baje rápidamente las escaleras que ya quería que desaparecieran por tantos escalones que tenía, pero por suerte mi rostro de alivio se hizo notable cuando no vi rastro del tronco que estos momentos ya lo tomaba como una distracción.

—Por fin Dhara, espera, ¿aún estabas en cama? —Frunció Nat.

—Nat no preguntes lo obvio, no ves su apariencia, sin ofensas claro, tu siempre estás hermosa Dharita mía — Félix se acercó a mí rodeándome de brazos.

Nat se veía radiante como si apenas saliera de un largo día de spa relajante, con su caballera azabache como seda y un maquillaje no muy cargado pero ligero para no saturar su rostro. Me note confundida.

—Pensé que te encontrabas mal...

—Oh no querida, solo fue algo que le pedí a tu sirvienta para que vinieras rápido.

—Nat estaba agotada—

—Bueno eso ahora no importa— Nat nos separó para ponerse entre los dos—Hoy haré día de compras para la fiesta de playa y estuve pensado en quedarnos en una de los hoteles privados que mi tío tiene cerca ¿No te parece?

Me separe de ellos y me dirige a Nat.

—Nat sabes que yo no puedo ahora pedir permisos con mis padres ahora y... —Me detuvo.

—Por dios Dhara, hemos hecho cosas peores y no te has negado y ahora que estemos todos no te puedes negar.  —Aclaro regalándome una de sus sonrisas cómplices.

Negar ese era el problema.

No podía pedir más permisos en la cafetería por que ya me dieron mis vacaciones, no podía dejar sola en Dalí en todo eso, y no podía dejar solo a mi hermano, aunque este podría ir conmigo.

—anímate, después de esto ya no pediré molestias o bueno no hasta Halloween —chasqueo la lengua—De mientras que te piensas iré por una botella de agua a refrescarme, este calor me está matando entera  —Aviso Nat dando vuelta para la cocina.

Hasta Halloween, después de eso ya ni sabía si Nat seguiría viéndome como una  amiga o al menos una conocida para ella. Sería como alguien que hecho a la borda por un simple error. 

Y ahora tenía que disfrutar mis últimos momentos con ella porque después de eso nuestra amistad solo quedarían recuerdos entre cenizas...

—Dhara —Me llamo Félix con una mano en el codo — Si no quieres arriesgarte hacerle eso a tus padres, dile a Nat, ella debe entender que no siempre le dirás que si.

Hice una mueca.

—Se lo debo, después de lo que le hice...

Fruncí el ceño.

—¿Qué le hiciste?  —aludió confundió al cambio de tema. Exalte levemente los ojos.

—Ehm yo...

—Mierda —Maldijo de pronto con la mirada hacia atras mio.

Uno de los chóferes de la casa se nos acercó con algo sujeto en manos, no lo alcance a ver por que no había llegara hasta nosotros que  Félix se apuró rápidamente intercediendo a él casi impidiendo que lo viera.

—Oh gracias creo que se me ha... Caído  —Río nervioso.

Fruncí el ceño al notar su actitud tan repentina, me acerca detrás de él y hable.

—¿Sucede algo?

Salto de un susto que casi pudo tirar lo que tenía en manos.

—Nada señorita, el joven se le había caído su dispositivo cuando vino.

¿Dispositivo?

—¿Su teléfono?

—No su—

—¡NADA! nada, nada, —Feliz río nervioso llevando al chófer a la entrada — Ya te puedes irte, y gracias.

Este negó y con un comodín salió por si solo.

Con el ceño fruncido me acerque por detrás de él para revisarle los bolsillos.

—¡¿Pero Dhara que haces!?  —exaltó apartándose de mi.

—¿Qué me estas ocultando? —murmulle con los ojos detallándolo.

—Nada nada.

—Félix... —pronuncie.

En su bolsillo izquierdo note algo color rojo.

Siguió mi mirada y este se aparto reacomodándolo.

—Dijimos que nada de secretos Félix. —Pude sentir lo amenazante de mi voz al pronunciar, dando pasos hacia él.

Trago saliva y retrocedió para no atraparlo.

—Félix...  —Lo seguí retando mientras que lo seguía pasos lentos, y él retrocedía siguiendo el mismo ritmo.

—No es nada importante... —siguió riendo nervioso.

—Entonces muestra que tienes en tu bolsillo izquierdo — Le apunte.

— te ves más linda que ayer ¿lo habías notado?

—No cambies de tema Félix  —Le seguí apuntando casi teniendo los mismos pasos para acercarme a él.

Mi mirada bajo un poco y el sillón de la sala no tardaba en ser impacto con él y tenerlo.

Sonreí como si lo hubiera planeado, me detuve de pronto cruzándome de brazos. Félix sólo hizo un gesto de sorpresa del repentino cambio que drásticamente borro  por el impacto con el sillón y que a pasos torpes este cayó. Y de ahí mismo de su bolsillo salió un pequeño dispositivo que ya conocía muy de parte de él.

Me apure a recogerlo pero este gateando lo recogió.

—¡Dámelo!  —Me tire con él para capturar el dispositivo que tenía en sus manos.

—¡No, es mío!

—¡Félix dámelo! —Forcejemos entre los dos pero de un impulso se lo arrebate de sus manos y claro que era lo que ya imaginaba.

Un vape.

No un simple vape o cigallo eléctrico. Era uno de esos que consumía cuando apenas supo que las drogas también se podían fumar. Él apenas tenía catorce en ese entonces.

Me recompuse la ropa y se aleje de él por si intentaba arrebatármelo de nuevo.

—No está lleno.  —Exclamó.

Sacudí el aparato y de este salió un poco de humo.

Alce una ceja.

—No tanto...

—Félix, ¿Dónde conseguiste esto? ¿Estas lleno a terapia?

—Y te dije que esos son para locos  —Balbuceo.

—Y te llevarán como loco si no dejas de consumir esas cosas.

—Te prometo que ya lo dejaré.

—¿Desde cuando empezaste a consumirlo de nuevo?

Empezó a quejar como un niño pequeño.

—Félix....

—Desde que el chico guapo de la fiesta me mostró sus brownies.

Mierda lo sabía. Era los mismos que Adriel había consumido.

—¿Cómo lo llenaste? o más bien ¿con que dinero? —le enseñe el dispositivo rojo. Su padre le daba dinero para gastar de vez de cuando pero no era no suficiente para comprar hierva y tampoco era las personas que ahorran para eso.

Se inmutó, apartando la mirada.

—Mierda felix se suponía que nos contábamos todo.

Jugueteo con sus manos con la cara caída como si lo estuviera regañando.

Sin obtener respuesta solté un gruñido.

—Félix dónde conseguiste Dinero —ya ni siquiera se lo preguntaba.

Me ignoro sin responder.

—Félix.

— Dharita yo—

—Nada de Dharita, ¿Dónde lo conseguiste?— Le repetí de nuevo.

No contestó.

—Félix... Le diré a tu padre —Le advertí siendo consiente de su situación.

Sus ojos se agradaron de golpe como si le hubiera dicho que solo tenía un minuto de vida.

—¡No, no, no le digas él me va matar y me va dar de alimento para sus gallinas! ¡Por favor Dharita ten piedad de mi!  —Se arrastró a mi con las manos a modo de súplica.

—¿entonces? —Le dije mirándolo desde arriba.

—¡Me lo dio Adriel!

—¿Adriel?  —El impacto ante su nombre permaneció en mi por segundos.

—Él me dio dinero a cambio de tu número  —Admitió casi con un lloriqueo.

—Este hijo de puta...—Murmure para mí. Así fue como consiguió mi numero.

Cuando lo vea...

—Yo no se lo quería dar, ¡te lo juro! —Siguió estando en el suelo de recién limpio como si fuera un niño pequeño.

—Félix.

—¡Me chantajeo!¡yo no lo quería recibir! ¡El me dijo que te necesitaba!

—Félix ya, tranquilo está bien.  —lo levante cargándolo por debajo de su brazo, se repuso acomodando su chamarra mientras que con la otra mano se pasaba bajo la nariz. El vape quiso quitármelo pero se aleje de golpe ante mi distracción.

—Ahora yo me quedo con esto.—Le aclare metiéndolo en el bolsillo que traiga mi buzo.

—Pero...

—¿Está todo bien?  —Llegó de pronto Nat haciéndose lucir con sus tacones blancos.

—Si, nada importante  —Félix me fulmino con la mirada pero me decidí a ignorarlo olímpicamente.

—Okey...  —Suspiro indiferente a la situación mientras se acomodándose su corset negro que estaba encima de su camisón blanco. —entonces Dhara ¿Vienes?

—Está bien, pero por ahora no podré acompañarlos, tengo una cita con mi novio y así que...

—No tienes que cagarla, okey—Me interrumpió Nat. — yo también podría de prioridad a mi novio así que por esta vez lo acepto, pero prométeme que harás lo posible para poder ir a la fiesta de playa ¿Okey?

—Okey...— Respondí apretando mis nudillos en mi buzo.

Se retiraron después, aunque Félix no apartó la mirada de furia por quitarle lo más preciado para sentirse vivo, como dice él , se veía tierno como fruncia el ceño.

Pero ahora no tenía su cara tierna en mi mente si no Adriel. Adriel era el punto problema que no dejaba de meterse en mi vida como si fuera una plaga.

Romperé mi amistad de años con Nat solo por una liada entre los dos.

Me dijo que rompiera con mi novio.

Sabe que mi padre golpea a mi hermano.

Y ahora le ha regresado su adicción a Félix que tanto le costó y nos costó que saliera.

Adriel, tu eres el maldito problema.

// // // 

¿Qué se sentiría ser vivo?

Digo, el oxígeno es algo fundamental para poder vivir que sin eso nadie existiría, pero hablo de poder vivir la vida.

Arriesgarse al punto de sentir la adrenalina en todo tu cuerpo y no querer parar de sentir esa asombrosa sensación.

Reír hasta sentir que estómago va explotar o que te den ganas de ir hacer pis de pronto.

Llorar por que no te sientes suficiente para la vida, que lo único que quieres es olvidarte de todo.

Enojarte al punto que puedes sentir tus manos templar y su rostro calentarse. 

Ansiedad que tus manos no se pueden controlar y lo único que quieres es pararla para no hacerte daño por que ya no piensas en nadie solo en ti.

Ser lascivo, tener ese placer de poder sentir experiencias y remolinos de emociones que devanan todo tu cuerpo.

Qué se vaya a la mierda.

Al terminar mis palabras suspiré.

Se sintió profundo.

—¿Qué te parece?

Dalí hizo una mueca en los labios que no llegué a entender.

—Guay. —Se encogió de hombros.

—¿eso es todo? ¿Guay?

Se dejó caer en mi cama plácidamente. Pobre chica tan solo tenía veinte para verse tan agotada.

—Mira Dhara, se que quieres sacar 10 en tu nota de literatura pero no se por qué me lo redactas cuando ni siquiera venimos a estudiar. Me olvidé de los estudios hace un año.

Cierto.

Deje la hoja de ensayo en mi escritorio y se indigne sentándome a sus pies.

—Lo siento, pero es que me mola mucho y no se tal vez me libre un poco de los nervios.

Se incorporó de nuevo para no terminar de desarreglar su uniforme de la cafetería.

—Pensar en estudios cuando estas apuntó de tener una cita con un chico, no es la mejor manera.

Suspiré cansada.

—Es mi ensayo para la clase, lo tengo que entregar antes que acabe el año.

—Bueno tienes aun tres meses para hacerlo  —Sonrió sin darle mucha importancia.—  Ha puesto que lo harás genial como las demás veces.

Dios esto era difícil y no lo digo por ese estúpido ensayo.

A cada rato checaba mi móvil para ver un mensaje de esperanza de Oliver o aunque sea de Nat o de Félix para librarme de esta situación.

Ni siquiera cuando tuve mi primera cita con Oliver  estaba tan nerviosa.

Tenía solo 9 años, ni si quiera llegabas a pubertad.

Cierto.

Ni siquiera quería pensar en Adriel en este momento, cuando lo que había pasado en mi habitación la noche pasado fue otro de mis simples errores que siempre hago últimamente.

Dhara ¿en que piensas?

No lo sé...

—Anda, elige uno de los vestidos que te traje, de seguro alguno te molara.  —Intento animarme Dalí.

Es que ninguno de los vestidos me gustaban.

Con los dedos casi en los dientes, cerré los ojos y agarre uno al azar.

Morado.

Odiaba el morado.

Era totalmente liso con algunos relieves en la parte baja que podía hacerme ver mas grandes de caderas. Ni modo es lo que elegí.

Sin mucho ánimo me lo puse.

Dios odiaba esto con mi vida.

—No me gusta como se ve mis hombros, se ven... Anchos.  —Me mire al espejo demostrando lo dicho.

Una risa salió de sus labios y se acercó a mí haciéndose reflejar en el espejo.

—Te ves divina.

Negué. El vestido llegaba a mis rodillas y sentía que en algún momento mis pechos iban a salir de tan incómodo que sentía mi sostén.

Esto es un desastre.

—Pero si quieres toma esto, te sentirás más cómoda y te puede lucir mejor.  —Era como un tipo de camisa de mangas largas completamente negro transparente pero lo que más me gustaba era que tenía unas mariposas blancas que podían cubrir la mayor parte de mis hombros y así no verse mucho.

—Ves te queda hermoso.

Me sonreí en el espejo.

Me sentía como vivir etapa de tener tu primera cita y no sabes que ponerte para sentirte perfecta.

Me cogi unas zapatillas no muy altas por que la verdad no tenía otras que combinaran con mis vestimenta.

Le deje una pequeña nota a mi hermano en el refrigerador y por dios rezaba que mis padres no lo vieran cuando regresarán de esa junta tan importante que tenían.

Salimos casi corriendo de mi casa por que el cambio de las chicas de la mañana cambiaba a nosotros y si no estábamos ellas seguían atendiendo como si fuera su turno, y aunque la idea de que ella hicieran nuestro trabajo sonaba estupendo las primeras veces, me llevaba muchos regaños por incumplir.

—Ya habían tardado, ya tenía el numero del jefe en ma—Sol, que era una de las chicas de la mañana se corto de palabras de pronto al vernos, que dio un pequeño susto.

—¿Qué pasa?  —Le dije preocupada.

Me examinó de pies a cabeza sin pudor, que la incomodidad hizo sujetarme mi codo derecho como si esto lo fuese a tapar.

—Tú, te vas a cambiar adentro ¿verdad?.  —señaló.

¿Que? Fue lo primero que se me cruzó en la mente.

—Eh yo—

—No, ella tiene permiso así que si no tienes más que hacer aquí puedes irte ya  —ironizó Dalí alejándome de ellas.

No escuche respuesta pero una ligera ola de nervios atravesó mi cuerpo.

—Son unas criticonas —Murmullo llegando a mi.

—Sabía que este vestido me iba mal.  —por el reflejo del refri que teníamos de frutas frías podía ver mi silueta.

—Oye tranquila si piensas que te ves mal, sácalo de tu mente por no lo estas  —Me cogió de Hombros- solo piensa que tendrás una cita con un chico extremadamente guapo y que si el chico cede, puede ser tu marido en unos tres años.

—No lo será.  —Bufé a esa tremenda locura.

—Bueno he decido con tres años, tal vez dos  —Bromeó que casi al instante respondí con algunos golpecitos a su hombro. Cuando lo creía algo mal, empezamos a reír por que ya era lo único que nos quedaba para liberar tanta mala vibra.

Y en un pequeño instante el mundo a desapareció para mí.

La campana resuena en la entrada causando eco en toda la cafetería haciéndolo a un más de suspenso.

Dalí sonrió a lado mío empujándome un poco a la puerta.

No sabía por qué estaba tan nerviosa de repente, es como si algo me lo causará intensión al mente. Ese pequeño punzón en el pecho había parecido tan pronto como si fuese una estornudo. Solo lo abro y todo lo que creía nervios desaparecerá. Solo ten la cita y ya no hay de que preocuparse.

Suspiro aún jugueteando mis manos que emanan del sudor.

Sujeto la perilla para abrir que siento que en cualquier momento vomitare de tantos nervios.

Vivir la vida.

Recuerdo el verso.

Bajo de la perilla y con una sonrisa saliente en mi rostro me luzco en aparecer.

—Hola en que—

De un golpe todo lo que había creído desaparecido cayó sobre mi.

Esto debe ser una jodida broma.

Adriel...

Cierro la puerta de golpe que ya ni siquiera pude notar la rapidez en la pude entrar de nuevo al cuarto de tremendo paro cardíaco.

¿Qué demonios hace aquí? ¿Ahora?

—Mierda Dhara me asustaste pensé —calla.

Se enterara que trabajo en una cafetería a espaldas de mi padres, sabrá que no iba a donde Oliver como había dicho a Nat, dios, sabrá que tengo una cita con otro chico que no es mi novio. Todo está arruinado, nunca debí quedar sabiendo que tengo novio.

Idiota, idiota.

Ni siquiera se si fue mi ilusión pero veía mis manos temblar.

—Dios estas que mueres de lo pálida —Dalí me sostiene con el ceño fruncido de no saber que sucede.

—No lo puedo creer —Murmure con la mirada perdida en mis golpes mentales.

Eres una idiota todo esta arruinado, bien Dhara.

No no debe haber sido una puta ilusión.

—Dhara, ¿Qué sucede? Me estas preocupando.

—Adriel, eso sucede.  —Sus ojos se abren que tal vez su misma reacción fue casi idéntica.

—Joder, ¿Esta afuera?  —Asiento sin poder escupir alguna palabra. — Madre mía Dhara, tienes un drama allá fuera, no se—  Su voz de aleja cuando sí el mundo no podía ser peor conmigo. La campana vuelve a sonar.

Maldita campana te empiezo a odiar.

Les ha pasado que llegan a un punto que no pueden creer que lo está sucediendo es real, que puede ser tal vez un deja vu o un simple sueño y con eso tus nervios saltan de punta al no saber que reaccionar y lo único que haces es tirarte el suelo a llorar.

En mi caso, mis manos las siento sudadas temblando al no reaccionar y la falta de aire se hace remota como si el cuarto me encerrara poco a poco.

—Por favor Dhara tranquilízate  —Voltea a sus lados como si encontrara una solución — Quédate aquí, lo atenderé puede que solo-

—¡¿alguien atiende aquí?!

Madre. Mía.

¿Por qué nací?

Cuando ya no quiero ser tan dramática siento mis ojos nublarse.

Es dios eso va de un desastre.

— Dhara reacciona  —me da pequeñas palmaditas en el cachete—  ¿Escuchaste lo que dije?

No.

Asentí.

—Quédate aquí, no te muevas hasta que te diga ¿okey?

Asentí por qué ya era lo único que podía hacer de tanto pánico. Suelta sus manos de mi para poder pararse y que con gran valentía ella sale de la cuarto.

Un hilo de luz deja entre la puerta y el umbral.

Se que lo ha dejado intensional para poderlos escuchar.

—hola, buenas tardes...

No escucho respuesta solo una risa. Pero no es de Adriel.

¿Qué mierda?

Gateando me acerco al pequeño hilo de luz y un ojo casi entre estos veo a mi cita y al chico con el que me acosté riendo.

La puta coña

—Para mí igual por favor —Él chico pelinegros le regala una sonrisa que exalta sus ojos cuando recuerda— Con dos pajillas  —añade guiñando un ojo.

Las manos de Dalí no están quitas, tiene la manía de no poder controlarlas cuando está detrás de algo o simplemente está nerviosa.

Eso le pasa por siempre acabarse el café de la cafetería.

—Si claro ahora lo traigo.

Me hago un lado para no golpearme la cabeza cuando ella abre la puerta.

—Dos batidos de leche con fresas  —murmura entre señas con sus dedos.

Me sujeto la cabeza y ya lo que creía un peinado perfecto, ya no existía.

—¿Entonces vendrá? Me encantaría conocerla amigo.  —Escucho por detrás.

¿Vendrá? ¿Conocerla? ¿Amigo?

Qué puta puteada.

Vaya mierda son las conciencias.

Muchas groserías.

—Estoy jodida.  —Me quejo dejando mi cuerpo flojearse.

Dios si tienes planes de matarme hazlo ya.

— Dhara Becker  —Se tapa la boca al darse cuenta que lo ha dicho fuerte— Dhara becker —murmura Dalí ahora—  Agarra un poco de valentía y mándale un texto al chico que no podrás venir, espera, vendrás, no, llegar, lo que sea. 

—Vaya valentía eh —intento bromear.

Rueda los ojos con un bufido.

Con agilidad que adquirimos en dos años en esta cafetería, abre la puerta con un pie y sale con la bandeja en las dos manos.

—Muchas gracias —Escucho que dicen mientras tras la oscuridad me tocó todo el cuerpo en busca de mi móvil.

Mierda.

No lo traje.

Gruñó tapándome la boca para no ser oída.

Está claramente no es una cita como yo me lo imagine.

—Es raro ya han pasado veinte minutos y aún no llega.

¡¿Veinte minutos!?

La puta coña que rápido pasa el tiempo.

Es que mi vestido ya ni siquiera está arreglado y ya me imagino el delineado que hice con tanto trabajo, arruinado como esta situación.

—Bueno, es que esa chica es un poco especial con los tiempos, se le puede ir los minutos... Horas también.  —Dalí intento suavizar regalando les una sonrisa.

—Ya lo creo...  —La voz del chico empezó a hacerse aún más baja que como había llegado.

Me incorporó para poder verlo de nuevo.

Mierda.

Así que así se ve una persona en la friendzone...

Una instalación de tristeza se coloca en mi pecho. Soy un desastre. Pude salir y sin importar que Adriel este presente, darme el coraje de tomar esa cita.

Maldita cobarde. Las palabras empiezan atravesar mi mente.

—Bueno, después nos vemos.

No no no.

—Si claro...  — Dalí le regala una sonrisa cerrada que es lo único que le puede dar ahora. Soy una mierda de persona.

No puedo creer que por gilipollas haya arruinado lo que vería una amistad. Lo admito quería conocerlo, saber que era del chico gato, tener aunque sea su nombre para poder stalkearlo. Pero no podía hacer más quedarme callada para no ser descubierta.

Veo como el reflejo de la sombra de la luz, él se va...

Los dos se van...

// // // // // // // // // // // // //

Buenasss amanecimos con actualización un poco triste para mi :( pobre Le- digo chico gato ;) ¿Qué les pareció este pequeño Adriel? Siempre apareciendo de la nada...

¿Creen que se volverán a citar?

 Por esta ocasión la actualización del viernes se pasara al lunes para que no esperen alguna actualización.

No se olviden de votar y comentar sus opiniones que yo siempre los leo.

Se les quiere<3

Amayra.

Continue Reading

You'll Also Like

221K 11.1K 60
"𝙀𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙣𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙢𝙪𝙚𝙧𝙚 𝙮 𝙡𝙖 𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙧𝙖𝙯ó𝙣 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙚𝙟𝙖𝙣 𝙪𝙣𝙖 𝙝𝙪𝙚𝙡𝙡𝙖" "-𝙔 𝙖𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 𝙚�...
1M 52.4K 45
Desde el momento que subí al tren del expreso de Hogwarts y choque con Draco y Blaise mi vida no volvió a ser la misma. Más cuando el sombrero selecc...
720K 36.7K 35
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
780K 34.1K 48
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...