Lo que encontré en ti

By Alewriting29

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Soledad, tristeza, odiar con toda tu alma a las personas que te hacen daño y tener un rencor tan grande al no... More

PROLOGO
01 VALENTINA
02 VALENTINA
03 VALENTINA
04 SEBASTIÁN
05 VALENTINA
06 SEBASTIÁN
07 VALENTINA
08 SEBASTIÁN
09 VALENTINA
10 SEBASTIÁN
11 VALENTINA
12 VALENTINA
13 SEBASTIÁN
14 VALENTINA
15 SEBASTIÁN
16 VALENTINA
17 SEBASTIÁN
18 VALENTINA
19 SEBASTIÁN
21 SEBASTIÁN
22 VALENTINA
23 SEBASTIÁN
24 VALENTINA
25 SEBASTIÁN
26 VALENTINA
27 SEBASTIÁN
28 VALENTINA
29 SEBASTIÁN
30 VALENTINA
31 SEBASTIÁN
32 VALENTINA
33 SEBASTIÁN
34 VALENTINA
35 SEBASTIÁN
36 VALENTINA
37 SEBASTIÁN
38 VALENTINA
EPILOGO SEBASTIÁN
Agradecimientos

20 VALENTINA

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By Alewriting29

Derek Smith, hermano de Isabella, veintidós años, guapo, muy guapo y mi primer crush de la infancia.

Él y yo éramos amigos, no muy cercanos, pero nos tratábamos bien, en realidad me trataba mejor de lo que creía, siempre estaba al pendiente de nosotras, al ser las más pequeñas jugaba con nosotras, nos buscaba al colegio, pero en lo que se refiere a mí, era clase aparte, hubo veces en las que me daba dulces a escondidas y me decía que no le dijera a su hermana, al final era una niña y esas cosas me parecían lindas, y para completar, siempre fue atractivo desde muy temprana edad. Cuando me quedaba a dormir donde Isabella, bajaba a la cocina y disimulaba buscar algo porque sabía que él estaría allí. Él me gustaba mucho, o eso creía, diría que era más como una fijación por el trato hacia mi persona. Aunque no duró mucho, porque cuando él cumplió doce años se fue a un internado en Wisconsin junto con sus abuelos. Me enteré por Isabella que se graduó del internado seis años después, en ese tiempo ya tenía los dieciocho. Estuvo estudiando cuatro años para ser un piloto y ahora trabajaba junto a su padre. Nunca lo volví a ver en persona, hasta ahora.

Estaba muy alto, le igualaba el tamaño de Gabriel. Debo admitir que se ve mucho mejor en persona que en fotos. Lo que más me llamaba la atención de él era su sonrisa, cautivadora y muy sexi.

Me miraba de arriba hacia abajo, con esa sonrisa, esa que siempre me había gustado, pero en ella había algo más, algo perverso, algo que me gritaba que Derek había cambiado mucho en estos diez años.

- ¿Cómo has estado Vale? has cambiado mucho – me miró a los ojos por primera vez desde que llegamos.

- Bastante bien Derek, y tú igual.

- Ajam.

Derek volteo hacia mi espalda al igual que yo y recordé que había venido con dos personas más.

- Chicos él es el hermano mayor de Isabella, Derek. – retrocedí para que pudieran presentarse – Derek, ellos son unos amigos de nosotras, Sebastián y Daniel.

Daniel y Derek se tomaron de la mano sin ningún problema, pero al pasar hacia Sebastián fue distinto, él estaba tenso y con cara de perros ¿y ahora que le pasaba? No tuve mucho tiempo de pensar en eso ya que justo en eso apareció Isabella detrás de mí abrazándome. Me volteé al instante y se lo devolví, al separarnos vi como estaba vestida, llevaba un vestido de tiras pegado al cuerpo corto de color fucsia, tenía extensiones de varios colores en el cabello el cual lo cargaba suelto, zapatos deportivos que combinaban muy bien con el vestido y al igual que su maquillaje y accesorios, todo brillaba, el neón le resaltaba mucho.

- Estas preciosa Isabella – le dije y ella sonrió.

- Tu también mi Vale. – me dijo y extendió lo que me iba a poner – Como sé que te gustan las pulseras. – me dio varias de ellas más un collar – El collar te lo vas a poner te guste o no. – y adicional ella misma me puso una tiara, ahora brillaba igual que ella – Ahora estas más hermosa.

- Bueno, yo también tengo algo para ti – de mi bolsillo trasero saqué una pequeña caja la cual ella miró con extrañeza.

- Te dije que no me regalaras nada Vale.

- Pero yo quiero darte algo, así que tómalo y cállate – ella rio un poco y la abrió.

Sus ojos brillaron cuando vio el contenido, salto de felicidad y me abrazo. Era un collar con un dije de girasol, era sencillo pero bonito.

- Gracias Vale, esta bellísimo – lo sacó de la caja y me pidió que se lo pusiera. Cuando se dio la vuelta, miró el collar y luego a mí. – Lo amé, de verdad – me volvió a abrazar y le besé la mejilla.

- Me alegro que te gustara – me devolvió el beso en la nariz y se alejó.

Pasó a darle pulseras y varios collares a Sebastián al cual amenazó que si no se los ponía lo iba a tirar a los perros, no se ha cuales, si ella ni tenia, pero bueno. Y cuando fue hacia donde Daniel los dos pusieron una sonrisa tonta, que lindos.

- Hola – dijo Isabella y le tendió lo que él se debía poner, a él en cambio, solo le dio un anillo que tenía un corazón y brillaba de un rojo intenso, se lo puso en el dedo anular, justo en el cual se pone el de matrimonio. El sonrió y la miro.

- Yo también tengo algo para ti, cierra los ojos. – ella lo hizo y la guio hasta el auto e hizo que pusiera la mano sobre el capó – Ábrelos.

Cuando lo hizo y se percató de lo que estaba tocando sus ojos estuvieron a punto de salirse de su órbita.

- ¿De quién es esto Daniel? – decía entre cortada, la emoción no la dejaba hablar.

- Es para ti, mi amor. – dijo Daniel tomándola de la mano haciendo que ella se volteara, la tomo de la cara y le sonrió – Desde que te conocí, siento que quiero ser alguien distinto, pero quiero serlo contigo junto a mí, quiero que seas esa persona a la cual acudir cuando todo se esté derrumbando, que seas la estrella que ilumine mi oscuridad, que seas el motivo por el cual quiera dejar todo por estar junto a ti, que seas mi reina, la cual me oriente para dirigir mi rumbo, y sobre todo, quiero que seas mi gran amor. Así que Isabella Smith, ¿quiere usted formar parte de la vida de este desastre andante que solo usted puede reparar?

O por Dios, eso ha sido lo más hermoso que he escuchado en mi vida, hasta me dieron ganas de llorar. Pero de repente Isabella salió de su asombro e hizo una sonrisa malévola.

- No.

¿Qué?

¡¿Qué?!

¡¿Qué?!

- ¿Qué? – pregunto Daniel en shock, su sonrisa había desaparecido y se podía visualizar como sus ojos se humedecían.

- No quiero – dijo ella sin el dolor de su alma.

Ahora si Isabella se había vuelto completamente loca, en este momento quiero tirarla a los perros que ella dice tener.

Daniel a punto de llorar se volteó para comenzar a marcharse.

Pero una mano lo detuvo y al voltearlo recibió un gran y muy detallado beso.

- No quiero que dejes todo por mí, quiero que persigas todo, pero conmigo a tu lado, eso quiero. – dijo al separarse – Y si Daniel Adams, quero ser eso y mucho más en tu vida, y prometo estar para tu cuando sientas que todo se derrumba a tu alrededor, prometo ser eso y muchas cosas más, y sobre todo, prometo ser tu gran amor ¿tu prometes ser el mío?

- Pues claro que si mi reina, hoy y siempre.

Y entre lágrimas se besaron, como dos amantes que se prometen una vida larga y feliz, pero sobre todo, llena de amor y comprensión, sabiendo que pueden contar el uno con el otro, pase lo que pase.

Cuando se separaron él sonrió y la cargó haciéndola girar. Al percatarse de en donde estaban la bajó y fueron hacia donde estábamos aun nosotros y lo primero que hice fue abrazar a mi mejor amiga, sabía que eso necesitaba, porque sabía que aunque tubiera miedo, Daniel no la iba a lastimar, porque la amaba, y eso era algo el cual nadie podía ignorar.

- Felicidades, tanto por tu cumpleaños y por ser novia de un chico que te ama con locura.

- Gracias mi Vale – me volvió a abrazar y esta vez fue a donde su hermano. Daniel se acercó a mí y también lo abrace.

- Debo admitir que casi muero cuando me respondió que no – dijo rascándose el cuello y yo reí.

- Yo igual, pero sabes que Isabella está loca, y también lo está por ti – la volteamos a ver y estaba discutiendo con Sebastián de que él no se iba aponer nada de lo que ella le dio y ella lo estaba amenazando y obligándolo a que se pusiera las cosas – Creo que iré a ayudar – asentí y se fue junto a ellos.

Derek se acercó a mí y suspiro.

- No creí que en mi primer día de estar aquí vería a mi hermanita besuqueándose con el que ahora va a ser mi cuñado – dijo mientras veía como Daniel la abrazaba para que no se fuera encima a Sebastián.

- Tendrás que acostumbrarte, porque eso será lo que veras de ahora en adelante – voltee a verlo y estaba riendo, maldición, era muy sexi.

- Estas muy hermosa Vale, la pubertad ha hecho muchas cosas buenas por ti – me volvió a mirar de arriba hacia abajo y yo solo reí.

- Gracias por el alago.

Después de que Isabella pudo convencer a Sebastián de ponerse los accesorios, entramos a la casa, que estaba a punto de colapsar, había demasiada gente, y todos brillaban, de verdad que Isabella sabia organizar una fiesta.

Fuimos directo a la cocina y nos servimos las bebidas, brindamos todos y cada quien tomo su camino. Isabella se fue con Daniel a quien sabe dónde, Sebastián se perdió en el instante que terminamos de brindar, y Derek dijo que iba a buscar algo y jamás volvió. Fui al patio trasero, allí no había tanta gente, pero si tenía unas pocas metidas en la piscina, algunas se besaban y otras... es mejor no decir que hacían, asco.

Me quede un rato allí solo viendo el cielo, no conocía a nadie, pero no me molestaba estar sola, estaba acostumbrada a eso.

De la nada vi a Natalie por una de las ventanas, me pareció extraño ya que Isabella ni la había invitado y tampoco la quería cerca de donde ella estuviera, si la llegaba a ver, todo acabaría mal. Tenía el celular en la oreja y precisamente en ese momento sonó el mío, era un número desconocido.

- ¿Hola? – pregunté manteniendo mi mirada sobre ella – ¿Hola? – volví a insistir y justo cuando ella bajo el celular la llamada se cortó.

Debe ser causalidad, pero es extraño, como dije antes, no muchas personas tienen mi número, y mucho menos lo va a tener ella. Estaba marcando de nuevo al número para corroborar que no era ella, pero alguien me lo quito de las manos.

-¡Ey! – dije y era Derek.

- ¿Qué haces aquí sola? – preguntó mientras veía mi celular, que bueno que lo había bloqueado a tiempo.

- Nada, cada quien está en lo suyo, y como no tengo casi amigos, prefiero estar aquí – justo cuando terminé de decir eso se escuchó un leve gemido, Derek y yo nos miramos y reímos un poco.

- Mejor caminemos, no queremos interrumpir a personas sin pudor alguno – dijo mientras me entregaba mi celular, asentí y camine junto a él.

Volví a mirar hacia donde se encontraba Natalie y ya no estaba, la verdad esto ya era muy raro, esas llamadas eran constantes, y no sabía quién podría ser, no tenía miedo, pero no podía negar que si me ponía algo nerviosa. Despejé esos pensamientos de mi mente y seguí caminando con Derek hasta que estuvimos frente a su casa, allí no había gente, todas estaban adentro, bailando, bebiendo, y haciendo cosas que ya todos sabemos. Nos sentamos y el saco un cigarro de si bolsillo.

-¿Fumas? – preguntó y negué con una mueca de asco, él rio mientras lo encendía – Eso es bueno – dijo mientras inhalaba el humo, esperó unos segundos y los soltó, se veía muy bien mientras lo hacía. Sabemos que la nicotina es muy dañina y que con el paso de los años te va matando lentamente, pero joder, que sexi se veían las personas mientras los hacían, es algo contradictorio, pero debemos admitir que aunque el olor es nauseabundo y asqueroso, la manera en la que algunas personas se matan a sí mismas es muy sexi.

- ¿Cuándo fue la primera vez que lo hiciste?

- A los catorce, pero no quiero hablar de mi primera vez tan pronto – dijo con una sonrisa pícara.

- No me refería a eso – exclame con un leve sonrojo.

Rio y volvió a inhalar de su cigarro.

- Comencé a fumar a los dieciocho, fue al salir del internado, cuando estaba en él no podía hacer nada de lo que quería. Cada vez que me daban vacaciones era feliz de no estar en ese lugar, pero cuando regresaba era como estar en el mismo infierno, todos nos llevábamos mal, tenía como dos amigos de confianza, pero de los demás tenía que cuidarme.

- ¿Por qué debías cuidarte?

Volvió a dar una inalada y a expulsarla.

- Ese internado es muy buscado, es exageradamente exigente en cuestión de estudios, así que si no entregabas un trabajo el mismo día, era una raya para tu expediente, la parte positiva era que salías con muchos honores, pero el acceso es casi imposible. Yo entré porque mis abuelos conocen al director, por esa razón no me querían, porque yo entre por el camino fácil, los demás o tuvieron que pagar una gran cantidad de dinero o partirse la cabeza metidos en libros y en la internet para poder pasar un examen que solo el diez por ciento logra pasar con nota alta, los demás pasan por pura suerte, y son muy pocos. – se pasó la mano por el cabello desordenándolo un poco y terminó con lo poco que le quedaba de su cigarro – Hubo una vez que casi me expulsaron de allí, y créeme, eso hubiera sido la muerte para mí.

- ¿Qué hicieron para que eso pasara? – se notaba que le costaba hablar de ello, pero aun así continuo.

- Paso cuando estaba a punto de graduarme, faltaba un año, pero no me parecía tan lejano. Ya antes me hacían bromas pesadas, que si ocultaban mis cuadernos, robaban mis tareas que debía entregar ese mismo día, escondían mi ropa, mis zapatos, una vez subieron mi cama a la terraza, todo eso supe tolerarlo, pero hubo algo que si no es por las cámaras de seguridad del instituto, ahora mi reputación estaría por el suelo. – tomó aire y habló – Me acusaron de haber violado a un compañero.

Abrí los ojos de par en par por la impresión.

- Espera, espera, ¿te acusaron de haber abusado de uno de tus compañeros? Así como así ¿Pero cómo? ¿Qué fue lo que pasó? – estaba balbuceando, la impresión no me dejaba hablar.

El suspiro y prosiguió a hablar.

- Estábamos en las duchas, acabábamos de llegar de educación física. Yo me estaba terminando de bañar y precisamente que estoy saliendo veo que un compañero esta tirado en el suelo, yo fui a ver que le pasaba y cuando me incliné a ver si estaba bien él se volteó y comenzó a besarme, yo retrocedí, pero me pego contra la pared y comenzó a tocarme, desesperado invertí la posición y cuando fui a golpearlo apareció un profeso junto con tres compañeros más, allí fue cuando entendí todo. Mi compañero se puso a llorar diciendo que yo lo había violado. Fuimos llevados a dirección, llamaron a mis abuelos, a los padres del chico, fue una situación muy desesperante. – cada vez que hablaba movía mucho sus manos, la verdad si era algo muy fuerte de procesar – La única forma de que saliera ileso de eso fue que recomendé que vieran las cámaras de seguridad, cuando dije eso, el chico se puso pálido, al parecer él junto con sus amigos se habían olvidado de ese pequeño detalle, y al ver las grabaciones se vio al chico junto a los otros tres que llevaron al profesor, no se escuchaba nada, pero se notaba que ellos eran los cómplices, se vio el momento exacto cuando el me tomo del cuello y me beso. Expulsaron a los chicos y desde ese momento mi último año en ese lugar fue más al pendiente de lo que hacían hacia mi persona que la alegría de irme.

Se acostó en el césped para mirar el cielo y después a mí, yo aún estaba procesando todo.

- Es bastante fuerte que solo por querer sacarte de allí casi arruinaran tu futuro, pero que bien que todo haya salido bien y que demostraras tu inocencia – le tomé la mano para demostrar mi apoyo y se la apreté, él sonrió.

- Hora estoy trabajando con mi padre, aún no he podido pilotear ningún avión, pero pronto lo haré – le brillaron los ojos cuando dijo eso.

- ¿Te gusta tu carrera?

- Demasiado, decidí que quería ser eso por el resto de mi vida cuando veía a mi padre llegar con su uniforme de piloto y me contaba las historias de sus viajes.

- Es lindo encontrar una carrera que te apasione.

Seguimos hablando por un largo rato, no sé exactamente cuánto. Derek había madurado mucho, se notaba que era un chico con un futuro excepcional. Me dijo que casi llora cuando ve a Isabella.

- ¿En serio te sorprendió tanto verla?

- Pues claro, desde que comencé a estudiar para ser piloto no la veía casi, y dure dos años sin verla, fue impresionante ver a mi hermanita convertida en una hermosa mujer que precisamente está cumpliendo dieciocho años hoy.

Reí y el igual, se me quedó viendo más de lo necesario y yo mire hacia otro lado, no me gustaba que me miraran fijamente.

- Tú también te convertiste en una mujer muy preciosa Vale, me impresionó verte, no sé cómo pude reconocerte, cambiaste mucho.

Sentí que mis mejillas se sonrojaron un poco y solo reí, no sabía que decir. Pero de la nada me sentí rara, sentí la misma sensación de incomodidad, la misma de cuando me están mirando, misma que sentí cuando estaba con Jeyden y Gabriel en el restaurante, y las veces anteriores también fue lo mismo. Voltee para todos lados, pero no había nadie, estábamos solo nosotros.

- ¿Te pasa algo? – preguntó Derek preocupado y mirando hacia donde yo lo había hecho.

- No, no es nada – dije y no le di importancia, nada me iba a arruinar este momento.

- Derek, Vale – grito Isabella desde la entrada de la casa haciendo señas de que fuéramos, a su lado Daniel la tomaba de la cintura y Sebastián estaba recostado del marco de la puerta, me miraba fijamente, pero lo ignoré, nos acercamos a ellos y entramos a la fiesta a disfrutar de esta gran noche. 


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¡Feliz año nuevo bonitos! *inserte bailecito* ¿Cómo están? ¿Cómo fueron sus fiestas? Espero que la hayan pasado bien y que sus deseos de navidad y año nuevo se les cumplan a lo largo de este año. Aquí les traigo un nuevo capitulo como inicio de este gran año, espero que les guste mucho y lo disfruten por igual, les dejo besitos y muchos cariños. Gracias por seguir haciendo crecer mi historia y darle mucho amor, se los agradezco muchísimo.

Muchos cariños para ustedes (: 

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