EXTINCTION【Libro I】|Disponibl...

Av hanabiXO

189K 25K 14.4K

《𝐀𝐁𝐑𝐀𝐊𝐀𝐃𝐀𝐁𝐑𝐀 #𝟏》 ❝𝕯𝖎𝖔𝖘 𝖍𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖔❞... Y su raza está maldita. ¿El amor será suficiente... Mer

✧ Disponible en FÍSICΩ & E-BOOK ✧
✧ Guía ✧
✧ Mapa ✧
✧ Booktrailer ✧
☽ Prólogo ☾
☽ Capítulo 1 ☾
☽ Capítulo 2 ☾
☽ Capítulo 3 ☾
☽ Capítulo 4 ☾
☽ Capítulo 5 ☾
☽ Capítulo 6 ☾
☽ Capítulo 7 ☾
✧ La luna escarlata ✧
☽ Capítulo 8 ☾
☽ Capítulo 9 ☾
☽ Capítulo 10 ☾
☽ Capítulo 11 ☾
☽ Capítulo 12 ☾
✧ Luna y Avellana ✧
☽ Capítulo 13 ☾
✧ Cromo ✧
☽ Capítulo 14 ☾
☽ Capítulo 15 ☾
☽ Capítulo 16 ☾
☽ Capítulo 17 ☾
☽ Capítulo 18 ☾
☽ Capítulo 19 ☾
☽ Capítulo 20 ☾
☽ Capítulo 21 ☾
☽ Capítulo 22 ☾
☽ Capítulo 23 ☾
☽ Capítulo 24 ☾
☽ Capítulo 25 ☾
☽ Capítulo 26 ☾
☽ Capítulo 27 ☾
✧ Nota de autora ✧
☽ Capítulo 28 ☾
☽ Capítulo 29 ☾
☽ Capítulo 30 ☾
☽ Capítulo 31 ☾
☽ Capítulo 32 ☾
☽ Capítulo 33 ☾
☽ Capítulo 34 ☾
☽ Capítulo 35 ☾
☽ Capítulo 36 ☾
☽ Capítulo 37 ☾
☽ Capítulo 38 ☾
☽ Capítulo 39 ☾
☽ Capítulo 40 ☾
☽ Extra 1 ☾
✧ Agradecimientos ✧
A V I S Ω
☽ A B R A K A D A B R A #2 ☾

☽ Epílogo ☾

2.3K 296 104
Av hanabiXO


Hazel

—Para ti.

—¿Eh? ¿Esto estuviste haciendo mientras cumplías responsablemente tu castigo? —inquiero con un matiz socarrón, aunque mi sonrisa deja en evidencia mi genuina felicidad. La gema del brazalete en mi palma es cristalina e iridiscente, muy hermosa, engarzada dentro de una trenza rojiza y tosca hecha con ramas. Es evidente que "el artesano" no poseía mucha maña, pero sí mucho amor. Mi corazón se conmueve y mi sonrisa se ensancha.

Moon se rasca la nuca mientras observa el brazalete en mi poder con una expresión juzgadora y nerviosa. Parece estar arrepintiéndose de su obsequio "casero".

—Uhm... Está feo, ¿verdad? —dice, soltando un resoplido resignado—. Venga, no tienes que inventarte mentiras piadosas.

Mi risa lo atormenta aún más.

—No está feo, ¡me gusta! —Acomodo el brazalete en mi muñeca, mostrándolo con orgullo.

—Es horrible. No tienes que usarlo...

—¡Lo usaré siempre! ¡Si un vampiro aparece, simplemente tengo que enseñarle mi brazo y huirá cagando leches!

Su cara se pone pálida y luego roja de vergüenza. ¡Demasiado tierno! Me tomo unos segundos más para carcajearme antes de saltar a sus brazos y picotear sus labios.

—Tonto, estoy bromeando. Me gusta muchísimo. Gracias, mi alfa, por llevarme en tu corazón siempre...

Moon me abraza por la cintura. Apretándome contra su cuerpo cobra venganza con un ataque de besos hasta que mis labios se hinchan como un par de salchichas.

—Usé ramas de sauce de rubí helado y cristal fantasma para hacerlo. Solo pueden encontrarse en la Colina de las Ánimas, ¿sabías? Es burdo, pero te protegerá...

—No es burdo, idiota. Es muy, muy hermoso. —Otro beso, y otro, y otro, y Moon ya ha reemplazado su inseguridad por una sonrisa plácida. Es como un lobezno moviendo la cola ante una mano acariciadora—. Aunque... no necesito que nada me proteja. Tengo a mi alfa a mi lado...

Su sonrisa decae un poco, el brillo en sus ojos se vuelve glauco. No comprendo por qué, pero la tristeza se hizo un lugar en su semblante después de mi última frase.

—¿Verdad? —insto, inquieto por el cambio sutil—. Estarás a mi lado siempre...

—Lo siento. —Agacha la mirada, luciendo ahora demasiado cansado como para permanecer erguido.

Algo me induce a voltearme. Detrás hay una cama y Moon se encuentra acostado encima de ella, en apariencia dormido. Sin embargo, su pecho no se mueve y ríos de sangre han dejado sus huellas en la nívea piel de su rostro. Aterrado, giro nuevamente hacia el Moon que me sostiene en sus brazos. La tristeza en él ha escalado al quebranto, marchitando las bellas facciones que pierden gradualmente su color y cuerpo.

—¿Moon...?

—Lo siento...

—¡Moon! ¡Dijiste que te quedarías a mi lado!

Sus ojos se cierran por completo. Poco a poco su esencia, su calor, se apagan en esa desoladora translucidez.

El brazalete cae al suelo. Moon es solo un susurro en el aire y tanto mi piel como mi espíritu se hunden en la más desesperante desilusión al sentir su progresiva ausencia. Mis sueños se rompen como cristales y llueven en fragmentos brillantes sobre nosotros. Somos como una obra de arte. Protagonizamos un espectáculo precioso, fundado en la penuria más grande. En la superficie rasa de cada fragmento aún pueden verse sonrisas y miradas determinadas, abrazos y pieles desnudas, promesas y gestos cargados de amor, pero ahora caen y cortan mi piel, volviéndome un desastre de sangre y lágrimas.

Duele tanto...

—No me dejes... —sollozo, afanoso por sostener la figura etérea que se disipa—. Dime, ¿a dónde irán nuestros sueños si te vas? ¿Puedo ir a buscarlos y empezar de nuevo?

Cuando acabo la pregunta, Moon ya se ha dispersado entre mis dedos. Volteo hacia la cama, solo para caer en la cuenta de que ese segundo Moon también se ha esfumado. Solo quedo yo y todos los trozos de sueños que laceran mi piel.

—¡¿Dónde puedo recuperarlos?! ¡Moon! ¡Regresa! ¡No me dejes! ¡Moon! —Corro sin rumbo por un valle nevado de ilusiones quebradas mientras intento protegerme del daño, sacudiéndome y gritándole a la nada. Algunos fragmentos se han incrustado en mis brazos como las zarpas de una bestia—. ¡No sé hacerlo solo! ¡¿Dónde estás?! ¡Raegar!

—¡Hazel!

—¡Moon!

—¡Hazel!

Abro los ojos encontrándome con un panorama diferente.

Mi vida no está cayéndose a pedazos. Tampoco estoy cubierto de cortes. Izuru se encuentra a mi lado sujetándome con ambas manos, su rostro embebido en preocupación.

Todo está bien, entonces, ¿por qué sigue doliendo, como si la realidad fuese la pesadilla de la que acabo de despertar y no esta?

—Tranquilo, cariño, solo ha sido un mal sueño... tranquilo... 

El omega me abraza, y solo cuando estoy envuelto en su firmeza es que advierto lo inestable de mi cuerpo. No puedo parar de temblar. Mis pulmones no dan abasto.

—Izuru... —gimoteo. Hallándome a salvo entre un par de brazos cálidos y amables, la adrenalina rápidamente es eclipsada por una violenta angustia.

—Está bien, puedes relajarte ahora... 

—Otra vez...

Otra vez esas jodidas pesadillas. Ha sido así desde que desperté del coma hace medio mes atrás. Cada vez que he logrado pegar ojo, las malditas pesadillas vienen a atormentarme. Todas se sustentan en el mismo miedo de abandono y soledad después de que ese alfa hijo de puta desaparece. Una vez que despierto, la sensación de vacío y desespero permanece hasta que vuelvo a dormir, solo para renovarse y emerger más fuerte.

—Moon...

—Está organizando los últimos preparativos del viaje con Taro y Seras.

—Oh... —No puedo decir que estoy aliviado, pero al menos mi corazón ya no corre peligro de explotarse contra mis costillas—. ¿Qué hora es?

—Las nueve. No te preocupes, parten para Arvandor en la tarde —me notifica. Mientras tanto, su energía espiritual se transfiere a mi cuerpo desde sus manos resplandecientes.

—Te he traído problemas desde que llegué. Si quieres prohibirme la entrada a tu manada, lo entenderé. Lo lamento...

Y es que desde que pisé Valantra Izuru ha sido mi médico personal. Incluso se ha quedado conmigo en la habitación para hacer un seguimiento estricto de la evolución de mis chakras. A pesar de que Moon se ocupó día tras día de armonizar y reconstruir mi prana, solo le veo el pelo durante las tres horas que dura la curación espiritual, exactamente desde las tres hasta las seis de la tarde. Moon ha sido puntual y profesional, y con profesional no solo me refiero a responsable y competente. Ha sido jodidamente frío y distante, rehusándose a acompañarme durante la noche y a mantener conversaciones profundas. Ni hablar de revelar secretos e involucrarme en sus asuntos.

En resumidas cuentas, nuestra extraña relación no ha avanzado una mierda. Por el contrario, se ha vuelto más formal e impersonal. Somos algo así como esos compañeros de trabajo que, aunque no se llevan mal, tampoco sintonizan lo suficiente como para forjar una amistad.

Aún no sé cómo debería sentirme al respecto.

Quizás sea mejor así. Moon no parece dispuesto a compartir conmigo su pasado; cómo acabó obteniendo el poder del rey vampiro, qué le sucedió realmente a su familia o por qué hizo lo que hizo... puede que sean recuerdos que no desee revivir. O puede que yo no sea lo suficientemente importante como para "valer la pena". Además, está claro que ese tal Haridyen aún ocupa un lugar en su corazón, y uno muy grande. Pude adivinarlo gracias a la deplorable manera en la que Moon trató de reprimir su zozobra las tres veces que le pregunté por su anterior compañero. Como soy el último Ghenova y su actual Cadena, lo más probable es que algo de mí le haga recordar a su persona amada. Sus ataques de romanticismo y ternura, sus insondables "te amo", no iban destinados a mí. Entonces, ¿por qué dejar que semejante engaño se infle como un globo y acabe estallándonos en la cara a ambos? Los dos tuvimos un compañero que nos dejó muy pronto, y los dos hemos permitido que la nostalgia nos confunda y nos haga buscar el amor perdido en un reemplazo.

No puedo culpar a Moon por utilizarme cuando yo le he tratado de forma similar. Sin embargo, eso no quita que me sienta jodidamente celoso y cabreado, y desconcertado, y a punto de volverme loco en muchas ocasiones.

—¿Hazel? —me llama Izuru, inquisitivo pero no insistente.

—Oh, estoy un poco distraído. ¿Qué decías?

—¿Puedes soltar el talismán, cariño? Lo necesito para limpiar tus canales energéticos.

Cuando miro hacia abajo, mi mano está apretada con tanta saña al talismán de ablución de Izuru que los contornos óseos de mis nudillos se aprecian a detalle.

—A-Ah, sí, disculpa...

Una lágrima tórrida y amarga cae sobre el talismán.

Los labios de Izuru forman una línea recta, pero decide no decir nada al respecto y sigue con su trabajo.

Durante la siesta, Moon golpea la puerta del cuarto a las 3:05 pm. Vaya, se le ha hecho un poco tarde.

—¿Cómo está Ouran?

—Estable.

Observó al alfa con cansancio mientras se sienta frente a mí. La misma respuesta, la misma expresión insulsa y la misma voz plana a la misma maldita hora de todos los jodidos días.

—¿Cuándo despertará?

—No lo sé —contesta con cierta drasticidad— . En Arvandor hay magos especializados en casos de anexión, ellos podrán ayudar.

El silencio reina una vez más.

Luego de una hora de haber estado frunciendo el ceño, Moon detiene el proceso de curación y me devuelve una mirada fatigada. Sus ojeras han alcanzado su máxima expresión en estas últimas semanas.

—No puedo acceder a tus chakras. Esto no funcionará si no colaboras.

—Izuru dijo que ya estoy completamente recuperado. No hace falta que sigas perdiendo el tiempo conmigo.

—Izuru no es tu Arcano, ¿qué demonios podría saber él? —espeta.

Su aspereza me encabrona a niveles exorbitantes.

—¿Y qué podrías saber tú? Eres un anciano de más de cien años, ¡y solo has aprendido a ser un imbécil!

Sus orbes rojos se prenden como gasolina. Admito que es intimidante como la mierda, pero siempre se me dio bien tratar con el fuego. Sin embargo, esas llamas incipientes se apagan antes de que puedan llegar a propagarse, dejándome impotente y furioso.

—Tenemos que volver a Arvandor en un par de horas. Terminemos con esto rápido —conmina.

No tengo más opción que morder mi propia lengua y calmarme. Moon no responde a mis provocaciones en el 95% de los casos, cercenando todas mis posibilidades de desahogar mi frustración apenas crece un mínimo brote de ella. Pero, ¿cómo puedo no estar frustrado? Solo supe de su edad y del trágico desenlace de su familia a través de un puto periódico del 1900, y si no hubiese sido porque la treta del nigromante lo obligó a manifestar su naturaleza híbrida lycan-vampiro, aún estaría preguntándome por qué demonios sus orejas son puntiagudas.

¿Qué otras sorpresas esconderá?

Lo peor es que mi verdadera naturaleza también salió a relucir durante esa noche. Traicioné a mi propio alfa, puse en peligro su alma, solo para arrojarme a los brazos de este anciano cabrón. ¿Qué diablos tenía en la cabeza? Ni siquiera lo recuerdo.

No paso por alto el nuevo incendio que estalla en los ojos de Moon y el espasmo en la comisura de su boca.

¡Este capullo... seguro está metiéndose en mi mente otra vez!

Le aviento sádicamente un cojín, el cual aterriza con un golpe sordo en su cara rígida.

—¡Vete!

—A la mierda contigo, omega cimarrón.

Se levanta y azota la puerta al salir de la habitación, dejándome encerrado con un grito de exasperación atorado en mi garganta.

.... y así es como volvimos al principio.

Cojo el almohadón del suelo y entierro en él mi rostro, ahogando mi colérico llanto.

—¡A-Alguien pellizcó mi culo! —chilla Kuro, deshonrado. Gira el cuello furiosamente, atizándole una mirada recelosa a los alfas que caminan por detrás—. Se los advierto, mi trasero no es carnoso y rosado como el de los omegas, ¡es delgado y marrón!

—¡Nadie necesita saber eso! —grita Lya, estirando el brazo para zurrarlo.

Carraspeo, indeciso sobre si reír o derramar algunas lágrimas de compasión. No es muy difícil adivinar quién fue el que atentó contra la "dignidad" de mi amigo. Detrás de nosotros solo hay cuatro alfas: Moon, Taro, Crowser y un guardia noble y recatado. El único que lleva la cara dividida por una sonrisa zorruna es Crowser. No es que el capullo se esmere demasiado en aparentar inocencia.

—No hay problema —ronronea licenciosamente—. Me gusta el chocolate.

Nathan, indignado por el flirteo que el alfa le arroja a su beta, pisa fuerte y se aferra posesivamente al brazo de Kuro. El resto simplemente se queja por el disgusto. En serio, ¿qué diablos está pasando aquí?

—¡Crowser, eres un desvergonzado! ¡Fuera de mi manada! —refunfuña Izuru.

Gracias a los Cielos justamente estamos marchando hacia la salida de Valantra. Aunque al fin llegó el momento de que cada uno regrese a su respectiva manada, no estaremos separados por mucho tiempo.

Pripyat nos espera.

Antes de subirme al carro que nos llevará hacia el aeropuerto, me despido sucintamente de Seras, Crowser, Luci, Akane y Taro. Izuru es el último. Me abraza y golpea suavemente mi espalda, enviándome un mensaje tácito en aquel gesto indulgente: "Todo mejorará. Tenle paciencia."

—Gracias por todo —le digo con sinceridad. La sensación agridulce del adiós retuerce mi corazón. ¿Quién iba a imaginar que haría un grandioso amigo en tan poco tiempo?

—No tienes que agradecerme. Fue genial haberte conocido. —Con una sonrisa brillante, Izuru rebusca en el bolsillo de su gabardina azul hasta extraer un objeto dorado—. Esto es para ti. Es un mini Libra, le pedí a Taro que lo hiciera para que te ayude en tus viajes.

Cuando deja la pequeña balanza en mis manos, atravieso unos instantes de pasmo en los que me quedo observándola sorprendido y conmovido, haciendo un enorme esfuerzo por evitar las lágrimas.

—Muchas gracias... seguro me ayudará mucho. Nos veremos pronto.

Izuru traza un asentimiento y regresa junto a su Arcano. Sin embargo, cuando Taro hace ademán de rodear su cintura con el brazo, el omega lo esquiva magistralmente, alejándose dos pasos y dejándolo con la cara larga.

Suspiro. No soy el único que deberá lidiar con una relación complicada.

Les deseo suerte con un pensamiento y subo al auto junto a Moon. En menos de lo que dura un parpadeo de Kuro, mi rostro se trastoca de rabia. ¡Este alfa capullo estaba rodando los ojos furtivamente!

—¿Qué diablos te pasa? —ladro.

—Tu gusto para hacer amigos apesta.

—¡Al menos tengo amigos!

—Mis más sentidas condolencias para ellos también.

Me lanzo encima del cabrón y comenzamos a "pelear" causando un revuelo en el asiento trasero. Las sienes del pobre conductor sudan por el nerviosismo. Probablemente se encuentra rezando por la integridad del carro y la suya.

Moon ataja sin problemas todas mis mordidas y puñetazos, pero de alguna manera me las arreglo para ganar terreno y encaramarme en su regazo. La disputa se resuelve con rapidez cuando una cosa dura se clava entre mis nalgas, petrificándome.

—¡G-Guarro! —protesto con el rostro en llamas.

El alfa enarca las cejas.

—¿Yo?

—¡Pues por supuesto que tú! —¡Y ya deja de antojar!

Me quito de sus piernas y salto al otro extremo del asiento. Encolado a la puerta, me hago el tonto observando a los pajaros de colores volar hacia el mar que nos despide, la marea calma fulgurando con la amplia gama de naranjas del atardecer. Aspiro el aire salado y la parsimonia del paisaje, queriendo robar un poco de esa paz para aligerar mi espíritu. No obstante y antes de lograrlo, mi atención se ve atraída nuevamente hacia la bandada de canarios. Una sensación extraña me invade, secundada súbitamente por un recuerdo brumoso.

—El pájaro vuela hacia Dios... —susurro, volteándome hacia Moon con el estómago apretado. Continúo ante su semblante interrogativo—. Cuando me enfrenté al nigromante... él dijo que me daría una pista sobre su identidad y mencionó una frase de un libro... Demian. El pájaro rompe el cascarón, el cascarón es el mundo... quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo. El pájaro vuela hacia Dios...

Moon me escucha con un pliegue profundo entre sus cejas y discurre por un momento antes de indagar.

—¿Nada más?

Niego con la cabeza.

—Acabó la frase allí, pero... supongo que falta una parte.

El semblante de Moon adquiere un cariz lóbrego e inquietante. Al segundo siguiente, ambos rematamos al unísono:

—El dios se llama Abraxas.






Nos leemos en los agradecimientos

Fortsätt läs

Du kommer också att gilla

3.4K 333 4
Galer es un Beta de 23 años, que acaba de terminar con su pareja-con quien compartía departamento-después de su ruptura debe volver a la casa de sus...
23.9K 2.2K 22
Dan vive en un mundo donde encontrar a tu alma gemela es una de las cosas más importantes que una persona puede llegar a realizar, pero el sistema no...
246K 16.5K 25
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confia...
333K 33.9K 60
❝ Taehyung se encuentra el extraño blog de Min Yoongi, aquel chico homofóbico del salón de música. Más grande es su sorpresa al descubrir que una de...