― ¿Aun tienes mi número?
― ¡Mikami-chan! Tan cortante como siempre – Distinguí la burla en su voz.
― Habíamos quedado en algo, Sano-san – Le reproche.
― ¿Enserio? Creo que nunca termino concretándose – Respondió con un tono inocente.
― Seras un...como sea, esta será la ulti...
― Algo acaba de surgir – Me interrumpió.
― No me importa, no tiene nada que ver conmigo – Trate de regular mi tono de voz para no ser notada por los pocos compañeros que había en el aula.
― ¿Eso crees? ¿Por qué no comienzas por ver a través de la ventana? Seguro que tienes una buena vista desde ese lugar.
― ¿Eh? La única vista que tengo es un árbol gra...
Me quede boquiabierta al girar hacia la ventana y ver a Sano sentado en una de las ramas del árbol. Recargado en el tronco de este. Me saludo con una de sus manos mientras me sonreía.
― ¡Mikami-chan! ¡Mikami-chan! Deberías cerrar tu boca. Esa cara es muy graciosa – Hubo una risitas al otro lado de la línea telefónica. Y también lo veía con mis propios ojos.
― ¡¿Qué rayos estás haciendo hay?! – Mierda, había alzado demasiado la voz.
― Vaya, parece que la presidenta estudiantil perdió los estribos. Oye Mikami-chan ¿Cuál es uno de los sitios donde los estudiantes no deberían de ir? Te esperare en ese lugar.
Enseguida me colgó y comenzó a trepar más alto por el árbol. Sabia que Manjiro iría a la azotea. Algunos estudiantes estaban murmurando. Alguien se me acerco.
― Mikami-san ¿Te encuentras bien? – Note la preocupación en Takeru.
― S-si. Una amiga me llamo y... - No tenía una excusa convincente. Tenía que ir a donde Manjiro – Recordé que debo hacer algo.
― ¿No vas a almorzar? Puedo ayudarte para terminar pronto y después comemos juntos.
― N-no. En realidad me llevare mi almuerzo y me ocupare de eso. Gracias Takeru. Te veré en la siguiente clase.
Deje el aula abruptamente. Aun así nadie me cuestiono. De camino a la azotea recibí un par de saludos y mientras más me iba acercando había menos estudiantes. Llegue a las escaleras y comencé a subirlas hasta llegar al tejado. Cruce la puerta. Había algo de viento. Mire por todo el lugar pero no había nadie.
― Ese idiota – Saque mi teléfono – Me va a escuchar apenas me responda – Un sonido apareció, estaba en el techo de la entrada.
― Entonces mejor no respondo – Se reincorporo en sí, había estado acostado todo el tiempo.
― Sera mejor que bajes de hay ahora mismo – Le ordene - ¿Qué crees que haces aquí? - Camino hacia mí - ¿Sabes lo que pasara si te descubren?
― No me vieron – Respondió tranquilo – Y estoy seguro que nadie lo sabrá.
― ¿Cómo estas tan seguro? – Me pareció extraña su afirmación.
― Ya me hubieras delatado – Sonrió para mí – Y por lo que veo, viniste aquí sola, con... - Miro lo que llevaba en la mano – ¿eso es un obento?
― ¿Esto? Sí, pero eso no importa.
― Ha, Mikami-chan, tienes que comer para crecer sana y fuerte.
― ¿Te burlas de mí? En realidad iba a dárselo a cualquiera, no tengo hambre. Ahora ¿me vas a explicar que haces aquí?
― Si me das tu obento tal vez te lo diga.
― Eres de lo peor, pero tomalo.
― Gracias, Mikami-chan – La alegría en su rostro era notoria - ¿Tu lo cocinaste? – Tomo asiento en el suelo - ¡Wow! Se ve muy bien.
― Si, lo hice esta mañana – Respondí cansada. Pegue la falda a mí y me senté con cuidado – No es la gran cosa.
― ¿Eh? ¿De qué hablas? ¡Esto es realmente delicioso!
― ¡No hables con la boca llena! – Lo regañe – Cielos ¿Cuántos años tienes? ¿Cinco?
― Cumplí 18 años en Agosto – Respondió más calmado y después de pasar su bocado.
― ¿Mmh? Quién lo diría, así que eres mayor que yo - Respondí resignada.
― ¿Enserio?
― Sí. Cumpliré 18 años, en octubre.
― ¿Cuándo?
― Quien sabe – Me miro un tanto molesto – Ya casi te acabas eso ¿vas a decirme que haces aquí?
― Ah cierto ¿Por qué rechazaste ser la modelo de Mitsuya?
― ¿Quién te dijo...? Olvídalo, seguro fue el mismo Mitsuya. Me halago mucho que me pidiera eso pero modelar no es para mí.
― ¿Es eso?
― ¿Qué quieres decir?
― ¿No será que no quieres hacer algo que jamás has hecho?
― Aunque ese fuera el caso estoy bastante ocupada con mis propios asuntos – Respondí sincera.
― Bueno, seguro puedes hacerte un espacio o algo – Sugirió.
― Olvídalo. Ahora, me llevare esto – Tome la caja de obento – Vete antes de que te acuse.
― Seguro – Dijo tranquilo – Oye ¿Qué debo hacer con las fotos que tengo de ti vomitando?
― Has lo que quie....¡¿Qué?! – Un flash back rápido invadió mi mente ¿Cómo había olvidado eso? - E-estas bromeando ¿verdad? – No pude ocultar mi nerviosismo.
― Quien sabe – Sonrió y saco su teléfono de uno de sus bolsillos – Debería llegarte pronto – Mi teléfono sonó. Mire, era una fotografía. Sano sujetaba mi cabello mientras mi cara estaba dentro de un bote de basura - ¿Qué es lo que quieres? – Pregunte seria.
― Se la modelo de Mitsuya – Respondió feliz.
― Tch. Conque juegas sucio.
― Iba a pedirte algo diferente pero mi amigo me necesita.
― Y creo que me conviene aceptar esto a preguntar lo que era lo otro.
― Puedo decírtelo si estas curiosa – Nos quedamos callados unos segundos – Un beso – Entonces se revelo otra de mis lagunas mentales ¡Le había dicho que podía besarme!
― ¿Hay algo más que deba recordar? – Lleve una de mis manos a mi frente. Tratando de recrear todo lo de esa noche.
― ¿No te acordabas? – Pregunto con cierta sorpresa – Casi me haces sentir mal por convencerte de esta manera.
― ¡No me estas convenciendo me estas extorsionando!
― En realidad te estoy dando opciones.
― ¡Esta bien! ¡Está bien! Seré la modelo de Mitsuya – Respondí molesta – Solo olvida todo ¿Quieres?
― Supongo que puedo esperar para otra oportunidad por un beso.
― ¡Ni en tus sueños! – Comencé a irme.
― Te veré en la salida – Lo oí gritar.
― ¡No! Nos veremos en mi casa – Lo mire con el ceño fruncido.
Cerré la puerta detrás de mí. Sano Manjiro me irritaba. Me irritaba que desde que me topé con él me ponía en jaque. El cómo lo conseguía, ni idea. Tenía que admitirlo, el tipo era astuto. Regrese al aula justo a tiempo para la siguiente clase. El resto del día no pude concentrarme del todo.
― Mikami-san - Alguien agitaba su mano frente a mí.
― ¿Mmh? ¿Qué quieres Takeru? – Dirigí mi vista a la ventana.
― La clase ya termino, tenemos que ir al consejo estudiantil para los pendientes de hoy.
― Lo siento, no puedo – Comencé a guardar mis cosas.
― ¿Qué dices? – Sonaba sorprendido – Pero siempre vamos al consejo, no hay día que hayas faltado.
― Tengo algo que hacer – Respondí enfadada por su insistencia – Dile a Kei que no quiero pendientes para mañana.
― Sabes que él no hará tu trabajo – Hablo más fuerte.
― Entonces pregúntale si quiere un castigo más adecuado.
Me retire del lugar sin más, dejando a Sasazuka atrás. Me apresure a llegar a casa y a cambiarme de ropa. Una ropa con la que pueda montar una moto.
Curiosidades.
* Todos los que vieron a Mikami ese día se dieron cuenta de que actuaba diferente, pero debido a que es la presidenta estudiantil, nadie le dijo nada.
*Mikey procuro actuar juguetón e inocente para no hacer enojar demasiado a Mikami.
* Aunque no lo demostró, a Mikami le hizo feliz escuchar de Mikey que su comida estaba deliciosa.
* Mikami quería esconderse debajo de una piedra al escuchar de Mikey todo lo que hizo la noche de la fiesta.
* En este punto, Mikey esta interesado en Mikami. Mientras que ella aun no comprende porque no puede deshacerse de el.