Koi no Yokan (Sano Manjiro x Tú) [Pausa]

Impulsos oscuros.

Sano Manjiro, 20XX

― ¿Qué estás diciendo Mikami-chan? – Me desconcertó su petición. Comenzó a caminar hacia el pendejo que quiso dañarla.
― Digo que no debiste golpear a Takeru – Se inclinó a ayudarlo.
― No lo golpee hasta que quiso pegarte a ti, si no hubiera intervenido...
― Tú estás acostumbrado a pelear. El no. Podía manejarlo – Ayudo a levantarlo – Vete, Sano-san.

No la entendía. De verdad que no la entendía. Hace unos instantes solo existíamos ella y yo. Solo estaba lo nuestro. Y llega un baboso y le daba la razón. ¿Qué podía manejarlo? ¿Qué habría hecho ella? Me fui de allí. Arranque en la moto y conduje sin rumbo. Aparecieron de nuevo. Esos impulsos oscuros que me consumían. Me hacían perderme en mí. Me hacían querer destruirlo todo y a todos. Yo quería destruir a...Mikami.

No dormí por días. Pelee. Estaba descargando mi ira. Ninguno apagaba esto que me quemaba. Alcohol. Podía intentarlo con el alcohol. ¿Funciono? La cabeza me daba vueltas. Algo brilloso y blanco daba vuelta en el techo. Estaba en un baño público. Mi celular sonaba. Como pude lo respondí.

― ¡Mikey! Hasta que contestas hombre ¿Dónde estás?
― ¿Mitsuya? – No estaba seguro si era él.
― ¿Quién más? ¿Estás bien?
― Tal vez...algo borracho...supongo.
― Mierda, así no puedes traer a Mikami-chan.
― ¿Mikami-chan? Querrás decir Perra-chan
― ¿E-eh? ¿Mikey? ¿Paso algo?
― No quiero ver a esa perra. Si la veo voy a destruirla.
― ¡Mikey! Cálmate. No deberías estar diciendo eso. Seguro que pueden arreglar...lo que sea que haya pasado. Mikey. ¿Mikey?

Colgué. No necesitaba escucharlo. El estómago se me revolvió. Vomite en la taza del escusado. Cuando volví a abrir los ojos supe dónde estaba. En mi cuarto. Como había llegado allí, ni idea. Tenía ganas de un buen baño frio. Eso terminaría por despertarme. Me sentí mejor al salir de la regadera. Estaba secando mi pelo y un mensaje llego.

¿Arreglar las cosas? ¿Qué había que arreglar? Si me rogaba lo suficiente tal vez pudiera pensar en perdonarla. Termine de vestirme y me dirigí con Mitsuya. Había dicho y pensado todo aquello pero ahora que estaba frente a la puerta me sentía ansioso. Respire hondo y toque.