—¡Wei Wuxian!— resonó un grito que cortó el aire tranquilo de la Secta Lan, un eco discordante en el sereno recinto. —¡No traigas deshonra a la secta Lan!— Lan Qiren, normalmente imperturbable, desató su furia, rompiendo las reglas de la compostura que solía caracterizarlo. El hall de la secta se llenó de tensión, un contraste desconcertante con su habitual atmósfera tranquila y disciplinada.
Wei Ying, el eterno y jovial Wei Wuxian, se encontraba perplejo. Lo que inicialmente parecía ser una reunión para informar sobre el éxito de su última misión se tornó en una confrontación con el enfurecido Lan Qiren. Wei Ying miraba a los ancianos reunidos en el hall de la secta Lan, quienes parecían que se acercaron solo para presenciar otra de las reprimendas del estricto Lan Qiren hacia Wei Wuxian
—Maestro Qiren, no sé por qué está molesto, acabamos de concluir una misión con gran éxito, ¡Incluso sus pequeños repollos están a salvo!— dijo esto Wei Ying, notando como la vena de la frente de Lan Qiren palpitaba mas al oírle decir esto. Lan Qiren sabia bien que el revoltoso de Wei Ying estaba haciendo referencia a sus queridos sobrinos.
—¿Maestro Lan, ahora que se supone que hice?— habló un muy confundido Wei Ying, viendo como todos los ancianos estaban reunidos en el hall de la secta Lan, solo para que estén mirando otra de las reprimendas de Lan Qiren —Y no sé porque está molesto justo acabamos una misión, y tuvimos un gran éxito con sus dos repollos.
—¡Tu hereje, eres una vergüenza, así como lo fue de desvergonzada tu madre! ¡No tienes derecho de jactarte de esta manera!— lanzó Lan Qiren con un veneno que hizo que la sonrisa siempre presente en el rostro de Wei Wuxian se desvaneciera.
La referencia a su madre, un tema sensible, hirió profundamente a Wei Wuxian. Sin saber que hacer buscó consuelo en Lan Zhan, pero se encontró con una sorprendente indiferencia por parte de su amado, ni siquiera mostraba intenciones de hablar siquiera.
A su otro lado Lan Xichen al menos si se mostraba un poco sorprendido por las palabras dichas por su Tío, así que el primer Jade fue el que se animó para hablar —Tío disculpe, pero ¿A qué se debe esto? Y lo que dice el Joven Wei es cierto, el abismo que encontramos este día, fue retirado con éxito, ¿Podría explicarnos su molestia?— pidió con la amabilidad que se caracterizaba el primer jade.
—¿Molestia? ¡Esa es la palabra, pero eso se termina hoy! ¡Los ancianos de la secta ya no están dispuestos a tolerar más tener a una persona que practica las artes oscuras en nuestra secta!— exclamó Lan Qiren, levantando aún más el tono de su voz— Además que está usando sus trucos oscuros para hacer cosas en nombre de la secta Lan, ¡Es indignante!
El maestro Qiren parecía que en uno de sus arranques de colera se arrancaría su barba que tenía entre su mano acariciándola en un modo de calmarse —¿Cómo es posible que la secta Lan que posee una regla la cuál es exterminar el mal, deja a un hereje que resuelva casos de la secta? ¡Si tu quieres estar aquí deberás mantenerte en reclusión hasta que dejes de usar esas artes oscuras!— Sentencio el viejo
—¿Encerrarme? ¿Quieren encerrarme?— el corazón de Wei Wuxian estaba contrayéndose por la presión del momento, además de las mordaces palabras y más viendo que su persona querida ni siquiera se movía —Lan Zhan ... ¿Estas escuchando lo que dice tu tío? ¡Quiere encerrarme!— Wei Ying se rio por nerviosamente —¿No dirás nada Lan-er-gege?
Ante la presencia de los ancianos de secta que miraban atentamente la interacción de estos, Lan WangJi se sintió presionado.
En la lucha entre amor y deber, Lan Zhan eligió el último.
—Es lo mejor para Wei Ying— dijo Lan Zhan, con una frialdad que dejó a Wei Wuxian aún más desconcertado —La energía resentida daña el cuerpo y la mente.
—¿Piensas que represento un peligro para ustedes, ¿Qué hago perder cara a la secta Lan?
—...
—¡Hanguan-Jun!— Gritó el cultivador demoniaco.
—Joven maestro Wei no se altere, debemos...— intento de tranquilizar Lan Xichen, pero fue interrumpido por el propio Wei Wuxian
—¿Tú también piensas eso ZeWu-Jun?— El corazón de Wei Wuxian se rompió en miles de fragmentos —No pensabas que la energía que cultivo estuviera tan mal cuando les salve de que el abismo los mandara al fondo del Lago Biling ¿Verdad? ¿Hanguan-Jun, tienes algo que decir?
Vamos... di algo lo que sea... solo dame un motivo para quedarme
Si me quieres aquí, puedo ser capaz de soportar los reproches de Lan Qiren
—...
La espera fue inútil, Lan Zhan no dijo nada, mostrando su claro apoyo a las palabras de su tío.
Los ancianos que presenciaban esto, sonrieron con suficiencia.
—¿Es así? Bien...— Las esperanzas de Wei Wuxian se dispersaron como la arena en el viento.
—¿Qué esperabas? Mis sobrinos, son mis mayores orgullos, fueron criados de la mejor manera. ¡Ellos no apoyarían a un hereje!— continuó Lan Qiren con su airada explicación —No importa los sentimientos que crees que tiene Wangji, las reglas de la Secta Lan son sagradas ¡Y el es el que mejor las sigue! ¡Sí quieres quedarte aquí serás recluido!— Sentenció el maestro Lan
Para Wei Wuxian esto fue lo peor de su vida, todos los ancianos se mostraban con la misma expresión de desagrado en sus rostros y el Maestro Qiren mostraba el mismo rostro de enojo que siempre ponía cada que se dirigía hacia su persona, ZeWu-Jun estaba apacible con los ojos cerrados, prefiriendo hacer la vista gorda, por último esa persona que había desperado sentimientos de cariño y anhelo parecía una estatua petrificada en el mismo lugar, aun cuando la persona a la que le profesaba su amor era atacado, él ni reaccionaba.
Wei Wuxian ya no estaba dispuesto a soportar
Tantos ataques injustos hacía él. Era suficiente
Wei Wuxian quien siempre deseo vivir sin remordimiento alguno
¿Cómo lograría eso? ¡Si se dejaba someter por estas personas que de justas y nobles no tenían tanto como se jactaban!
Jamás hay que bajar la cabeza ante este grupo de personas que prefieren ser ignorantes antes de molestarse a saber la historia completa... Incluso es una regla se la secta Lan y ellos mismos la rompieron, simplemente sus ojos son ciegos cuando no les es conveniente.
Pero no es de extrañar, ellos manejan las reglas a su antojo, y su las rompen hacen como si no paso nada.
¡Ja! Vaya que secta tan justa.
—Si es así, prefiero irme— declaró Wei Wuxian, dándose la vuelta y caminando hacia la salida. Al pasar junto al muro, agarró fuertemente la ficha de jade que le permitía la entrada a la secta Lan, la lanzó al suelo y la pateó con fuerza, provocando un sonido de quebrantamiento.
Al mover su bota comprobó que se efectivamente esa ficha se había quebrado, a fin de cuentas, ya no volvería a necesitarla.
La persona que te ama debe de apoyarte y en definitiva no dejar que su familia te trate de esa manera.
Wei Wuxian es una persona libre, jamás podría vivir encerrado, de acuerdo a sus planes.
En ese momento no quería romperse a llorar, sería indignante llorar por personas que te trataron tan mal, no lo merecen simplemente
¡Las lágrimas son sagradas!
No deben de ser derramadas descuidadamente.
Pero igualmente no evito que el corazón del protagonista se sintiera pesado...
Ya había dejado la secta Lan... Ahora no tenía donde ir.
Mientras en la secta Lan.
La partida de Wei Wuxian dejó un vacío en la secta Gusu Lan que resonó en cada rincón y pasillo. El silencio, una vez que sus pasos se desvanecieron, era aún más pesado, como si hubiera llevado consigo la vitalidad y la alegría que solía impregnar el lugar.
Sin embargo, en ese momento estaban demasiado ciegos para notarlo.
Los ancianos de la secta quedaron atónitos por la partida de Wei Wuxian, pensaban que será mucho más difícil echar a Wei Wuxian de la secta. Incluso pensaron muchos escenarios donde Lan WangJi les haría pasar un momento difícil al estar renuente al dejar ir a Wei Wuxian.
Lan Zhan, en su imperturbable postura, se quedó donde estaba, su mirada fija en el punto donde Wei Wuxian había desaparecido de su vista. Aunque su rostro no mostraba emoción, sus ojos reflejaban un conflicto interno que no pasó desapercibido para Lan Xichen, quien se acercó a su hermano con preocupación.
—Calma Wangji ya volverá, solo debe de entender que debe de dejar de usar esa horrible energía, y cuando eso pasé volverá hacia ti— esos fueron los inútiles intentos de Qiren al tratar de calmar a su sobrino, que quería perseguir al de túnicas negras
—Mm.
Lan Xichen se atrevió a acercarse hacia su hermano.
—Wangji, hermano menor, ¿estás bien? —preguntó Lan Xichen, colocando una mano reconfortante en el hombro de Lan Zhan.
Lan Zhan asintió levemente. Era evidente que la partida de Wei Wuxian había dejado una marca profunda en él, a pesar de su exterior impasible. En sus ojos se miraba una ligera molestia por como resultaron las cosas.
Mientras tanto, Lan Qiren, aunque firme en su decisión, no pudo evitar sentir una punzada de duda. Sabía que la energía cultivada por Wei Wuxian era un terreno peligroso, pero también era consciente de que el joven nigromante había salvado a la secta en más de una ocasión. La tensión en la secta Gusu Lan era palpable, y Lan Qiren sentía el peso de sus responsabilidades con la secta. Lan Qiren tenia que dejar la secta en buen estado para el momento en que su sobrino Lan Xichen fuera Líder de la secta.
La tarde avanzaba, y los rayos del sol se filtraban a través de las ventanas, arrojando sombras largas en los pasillos vacíos. Pero fue sorpresa para los Lan el que no volviera el revoltoso. Incluso había algunos cultivadores que a escondidas hicieron apuestas de cuanto tiempo Wei Wuxian tardaría en regresar a la secta a llorar para que le permitieran regresar. Era conocimiento de todos de que Wei Wuxian ya no tenia donde regresar.
Lan Zhan permanecía en silencio, pero su mirada perdida indicaba que su mente estaba lejos de allí. Lan Xichen, preocupado por su hermano, decidió romper el silencio.
—Wangji, sé que esta situación te afecta profundamente. Wei Wuxian era tu amigo, y verlo irse de esta manera debe ser difícil para ti —comentó Lan Xichen con su característica amabilidad.
Lan Zhan asintió nuevamente, sin desviar la mirada. Aunque siempre había sido reservado con sus emociones, Lan Xichen sabía leer entre líneas y comprendía la conexión especial que existía entre su hermano y Wei Wuxian.
—WangJi, ¿Quieres hablar de ello? —preguntó Lan Xichen, manteniendo su tono tranquilo y comprensivo.
Lan WangJi negó.
Lan Xichen intento consolarlo repitiendo las palabras que su tío había utilizado anteriormente —Tranquilo WangJi, el volverá.
Nadie de la secta Lan imagino que ese día seria la última vez que verían a Wei Wuxian en un largo, largo tiempo.