Un chico amante a las flores...

By LaiOliher

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Luego de pasados dos años desde el día que marcó de mala manera la vida de Bell en el instituto, podría pensa... More

"Un chico amante a las flores"
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Epílogo
Hey!

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By LaiOliher

Estuve (jodida) ocupada con un exámen, pero ya pasó, así que actualización para celebrar. Disfrútenla, voten y comenten para que haya otra pronto. Besotes 💜


~BELL ROUX


-¿Es broma? -Alterné mi vista entre Deccan y el sendero empinado e irregular que atravesaba el terreno boscoso, claramente afectado por la acción del ser humano -.¿Esta es de tus cosas favoritas?

-Pensé que te gustaba la naturaleza, las flores, y esas cosas -Arqueó una ceja, juzgándome como si le hubiera dicho que ha vivido engañado toda su vida respecto a algo.

Dramático.

-Me gusta la naturaleza. No me gusta caminar —dije encogiéndome de hombros con cansancio. Aún no comenzaba a caminar y me sentía agotada.

-Solo es un kilómetro y medio.

-Comienzo a pensar que no fue buena idea dejar en tus manos nuestra primera cita.

-Esperaré ansioso para escuchar lo que piensas al final del día.

Tomó mi mano y tiró de mí en dirección al grupo de personas que avanzada un corto tramo sin nosotros. Por un momento no pude apartar mi vista de nuestras manos unidas y mis pensamientos de la sensación de calidez que me aportaba. Aún no me acostumbraba.

Una semana después de habernos encontrado por "casualidad" en aquella cafetería literaria, aquí estabamos. En una ruta de senderismo en dirección a la cima de una colina, como punto número uno en el itinerario de nuestra primera cita.

Pasaron más de treinta minutos mientras avanzábamos por el terreno irregular. Cruzamos un puente que parecía estar allí desde antes de que el meteorito que acabó con los dinosaurios tocará tierra, y, llegar al otro lado nos tomó, al menos, diez minutos. El puente se encontraba sobre un río estrecho, pedregoso, pero de aguas claras, bordeado con césped y otras plantas, típicas de zonas donde no había mucho sol pero no faltaba el agua, que no lograba identificar.Lo mío eran las flores. Ya me había percatado de que por la colina descendía un río que se ramificaba en algunos riachuelos tan pequeños que a veces no notaba hasta que tenía un pie dentro de él.

Como ahora mismo.

-Dios. Ya no puedo más, Deccan -me quejé dejándome caer sobre una roca y sacudiendo mi zapatilla dañada en el aire. Negándome a continuar, a pesar de la mirada que me estaba dando el castaño -. No puedo más, estoy agotada, tengo sed y hambre.

-Ya casi llegamos al punto medio donde haremos una pausa para comer.

-No me importa -lloriqueé -, no puedo más ahora mismo.

-Te ofrecería que me comieras a mí -adoptó una expresión pervertida antes de voltearse a echarle un vistazo al camino -. Pero podríamos perder a...

Ladeé la cabeza para mirar en la misma dirección que él, notando lo que lo había dejado sin palabras.Estábamos solos.El resto del grupo no se veía cerca.

Bien, no se veía.

-Dime, por favor, que sabes el camino -Espeté masajeando mis sienes.

-Sé el camino.

-¡Qué bien! -aplaudí eufórica -. Entonces no demoremos más, tenemos que alcanzarlos antes de que se alejen demasiado.

-Hay un problema -Deccan rascó su nuca evitando que sus ojos y los míos coincidieran.

Me puse de pie de un salto y agarré su barbilla con una mis manos obligándolo a mirarme fijamente.

-¿Cuál es el problema, Deccan?

-No tengo idea de por donde deberíamos ir.

-Has dicho que sí.

-Me pediste que dijera que sabía ¡Dijiste por favor! -Soltó esto último como si fuese una justificación justa para haber mentido.

-Já, perfecto -deshice mi agarre sonriendo de forma exagerada -. Ahora estoy perdida, hambrienta y mojada por tu culpa.

-¿Yo te provoco todo eso? Me halagas.

-No me refería a... -le miré entornando los ojos mientras negaba con la cabeza -. Solo sigamos el sendero marcado en el césped.

-Claro -coincidió siguiéndome -, pero ¿Podemos seguir hablando sobre que estes hambrienta, mojada y perdida por mí?

Me quedé callada escuchando su melódica risa, y agradeciéndole a Dios estar varios pasos delante de él porque estaba segura que mi cara reflejaba el incendio que sentía internamente.

No avanzamos más de veinte metros antes de vernos obligados a detenernos, una vez más.

La razón: una bifurcación del camino.

-¿Qué tan buena eres adivinando?

-Otra broma y te doy como tributo a Satán para que me revele el camino.

El sendero se dividía, y no, no era nada buena adivinando.

-Yo digo que por el de la derecha -Sugirió Dec.

-Entonces vamos por el de la izquierda.

-¿Segura? -noté que me miraba por el rabillo del ojo. Me sentí presionada, aún más teniendo en cuenta que no estaba segura de nada.

Si tomábamos el camino de la izquierda y resultaba ser incorrecto Deccan no me dejaría en paz en la vida. Sin embargo, si seguía el instinto de Deccan le podría culpar de todo lo que saliera mal.

Tentador.

-Como tú digas -le sonreí -. Por la derecha.

-Me gusta cuando cooperas.

No tengo idea de cuánto avanzamos, pero yo sentí que fue el doble del camino hasta la bifurcación.

Estaba agotada, mi boca se secaba con frecuencia aunque bebiera agua, deseaba tirarme en el suelo y mezclarme con el entorno como si fuese abono. Sentía el sudor recorrer mi espalda, mi pecho, mi rostro e incluso algunos lugares recónditos.

Demasiado incómodo.

Mi estómago rugía y me mortificaba que Deccan pudiese escucharlo. Todavía no alcanzaba ese grado de confianza. Necesitaba detenerme un rato.

-¿Escuchas eso? -Deccan interrumpió el hilo de mis pensamientos.

Me tensé de pies a cabeza.

-¿Escuchar qué? -Musité rezando para que no hablara del concierto en honor al hambre en mi interior.

Él parecía estar acostumbrado a este tipo de cosas. No parecía afectado, ni un poco, y me resultaba raro que fuese así en su primer intento de hacer senderismo.

-Eso.

-Yo no escucho nada.

-Estamos cerca de alguna ramificación del río -Comentó alejándose de mi trotando.

-Espérame -Chillé imitándolo.

Nos detuvimos en un punto donde la tierra volvía a ser húmeda y los árboles más frondosos y altos. Él tenía razón, nos encontramos con un riachuelo.

No lo pensé dos veces y me deshice de la mochila, de mi ligero abrigo, y me adentré en el agua a refrescarme.

-¿¡Qué haces, Bell!?

-Hace calor.

-Estas loca -Rió encuclillado inspeccionando el interior de su mochila.

-Es el calor.

El caudal era tan débil que podía acostarme sobre las piedras del fondo sin que el agua llegara a cubrir mi rostro. Cerré los ojos por un momento. Aún sentía la claridad de los rayos del sol que se colaban entre las hojas de las tupidas copas de los árboles.

-Pareces una sirena.

-¿Tengo peste a pescado? -Pregunté abriendo los ojos y sentándome para mirarlo.

Soltó una carcajada.

-¿Porque siempre le ves el lado malo a las cosas?

-¿Por qué siempre le ves tú el pervertido? -Repliqué.

-¡Oye! Eso no es cierto -llegó hasta la orilla e intentó lanzarme un poco de agua con la punta de su pie -. Y yo te he preguntado primero.

-Para las cosas buenas siempre estamos preparados, aunque nos tomen por sorpresa. Las cosas buena hacen bien. Sin embargo, con las malas es todo lo contrario. Si todo el tiempo esperas cosas buenas lo malo puede hacerte mucho daño, pero si ya esperabas lo malo significa que ya tenías una idea de que hacer para sobrellevarlo.

-Eso es ser negativa.

-Eso es ser realista.

-Suenas como alguien a quien han desilusionado mucho -Comentó agachándose para tomar una roca y lanzarla al agua.

-Algo así. No obstante, los fracasos amorosos no son los únicos que hacen daño a las personas. Cabe aclarar -dije evitando su mirada. Cuando él respondió:

-Lo sé.

El silencio dominó el ambiente por unos segundos. Repasé el lugar buscando algo en que posar mi atención y percibí que él había extendido un mantel color borgoña bajo nuestras pertenencias.

-Deberías salir -sugirió -. Comeremos algo y buscaremos el camino a la cima para que la noche no nos alcance entre los árboles.

Extendió su brazo esperando que tomara su mano para auxiliarme, pero tuve una mejor idea.

Tiré de él y acabó junto a mí salpicando agua por doquier. Comencé a reír compulsivamente pero me detuve de inmediato cuando escuché que hacía sonidos raros como si estuviese ahogándose. Me lancé sobre él, tosía con fuerza con una mano sobre su garganta.

-¿Deccan?¡DECCAN! -posé ambas manos sobre su pecho, imitando las maniobras que había visto en la televisión, mientras pensaba si era buena idea darle respiración boca a boca considerando que no tenía muy claro de que iba eso. El remedio podría resultar peor que la enfermedad -. Lo siento mucho. Perdóname, no quería matarte.En serio. No me salgas en las noches por favor.

De un momento sentí como agarró mis hombros y me tumbó de espaldas quedando a horcajadas sobre mí.

-¿Cómo te creíste que me estaba ahogando en esta charca? -Se burló curvando la comisura de sus labios en una sonrisa.

-Eres...un...maldito -Me removí debajo de él.

-Cuidado, no es buena idea que te muevas tanto -Humedeció sus labios antes de mirar a su entrepierna y devolverme la mirada.

-Tú... -tragué con dificultad intentando controlar mi respiración -.Eres un idiota.

Apretó sus labios conteniendo una sonrisa, pero el brillo de diversión en sus ojos lo delataba.Acercó su rostro a el mío hasta que nuestras respiraciones se mezclaron.

-¿Eso crees de verdad?

Pasé mi vista de sus bonitos labios a sus cálidos ojos cafés. Me estaba costando sostenerle la mirada por la intensidad que trasmitía, pero lo hice y le respondí:

-Eso creo.

Su boca invadió la mía en un contacto lento que se fue profundizando hasta que su lengua se abrió paso a jugar con la mía. Enredé mis manos en su cabello, un poco más largo de lo habitual, y percibí como dividía mis piernas con su rodilla posicionándose entre ellas antes de encarcelar mis finas muñecas con una de sus grandes manos, obligándome a extender mis brazos sobre mí cabeza.

Su mano libre safó el broche de mis shorts con sorprendente agilidad y se coló en el interior.De inmediato me tensé y me removí logrando que él se detuviese, pero no que se alejara.

-Tranquila, los límites los pones tú -susurró calmado en mi oído con la voz afectada por la situación -. Cuando quieras que pare, lo dices y yo paro.

Respiré profundamente volviendo a disfrutar de los fugaces besos que dejaba en mi boca, mi barbilla y mi cuello. En tanto, sus dedos jugaban con el borde de mis bragas, antes de deslizarse por encima de las mismas y hacer contacto con mi intimidad. Una corriente recorrió todo mi cuerpo provocándome un cosquilleo en mi entrepierna en consecuencia. Seguía haciendo movimientos circulares con dos de sus dedos en mi centro, presionando ocasionalmente sin dejar de besarme.

-Sostente de mí cuello -Masculló de repente.

Sacó su mano y movió mis piernas buscando que rodearan su cintura para luego ponerse en pie. Anduvo unos pasos, conmigo a horcajadas, así que pude sentir el bulto entre sus piernas contra mi centro hasta que me depositó sobre el mantel que había extendido, quedando en la misma posición de antes en el agua. Entre mis piernas.

Acarició mi cintura con ambas manos. Su mirada fue ascendiendo desde mis caderas hasta mi rostro que ardía de vergüenza.

-Eres demasiado hermosa -murmuró -. Y te ves demasiado linda con las mejillas y los labios enrojecidos.

Por acto reflejo pasé un dedo por mis labios y lo miré.

Sonreía.

¡Ah!

Agarré su playera en mi puño y tiré de él hacia mí para evitar que continuara mirándome de aquella forma tan penetrante. Apartó mi mano de mi boca y depositó suaves besos en el centro. Poco a poco fue moviéndose de lugar hasta que su boca hizo contacto con mi oreja.

-Me gustas...mucho -soltó en voz muy baja acariciando mis hombros mientras deslizaba las finas tiras de mi blusa.

Aclararé mi garganta cuando atrapó el lóbulo de mi oreja entre su dientes y lo chupó antes de soltarlo.

-También me gustas...tú a mí.

Ví su rostro descender del nivel de mi cara, al de mis pechos. En un movimiento rápido los expuso al aire y llevó su boca hasta uno de ellos. En tanto su lengua lo acariciaba con movimientos circulares, él lo succionaba, y mordía, ocasionalmente. Y le daba atención al otro con la punta de los dedos de su mano. Luego cambiaba.

Mi experiencia en estas cosas era, prácticamente, nula. No obstante, el calor de su boca sobre mis pechos, sus caricias, el encontrarme tan expuesta, en medio de un bosquecillo, se sentía, de una forma extraña y desconocida, muy bien.

Me gustaba esto.

En un momento sus dientes atraparon con demasiada fuerza la punta de uno de mis pezones y gemí a un volumen excesivo.

Escuché a Deccan murmurar algo con la voz muy ronca apartándose de mí, pero no entendí. Jadeé cuando dejé de sentir su calor. Sin embargo, no pasó mucho hasta que percibí sus manos alzando mí blusa por encima de mi ombligo. Mis shorts aún yacían desabrochados, así que, mientras dejaba un rato de pequeños besos de mi ombligo a mí monte de venus, lo bajaba por mis muslos.

Sentir su respiración tan cerca de mi intimidad disparó mil alarmas en mi cabeza. Me moví nerviosa reacomodando mi blusa húmeda y comencé a balbucear.

-Yo...yo...

-Ya quieres parar -dijo él en mi lugar.

Su rostro reflejaba cuanto le afectaba que hubiese querido detenerme ahora mismo, pero en su expresión no había reproche, si no comprensión. Y quizás un poco de frustración. Pero lo comprendía. Soltó un largo suspiro y yo desvíe la mirada para evitar verle.

-Está bien -Se arrastró hacia mí y dejó un beso en mi mejilla y luego en mis labios.

Se puso de pie, tiró su playera al mantel y se quitó los zapatos antes de caminar en dirección al riachuelo.

-No quiero que te sientas mal por lo que te voy a decir -aclaró su voz -, pero me dejas bastante afectado.

De inmediato bajé mi mirada a su entrepierna. Me arrepentí de inmediato.

Pobre.

-Lo siento.

Le resto importancia con un ademán de su mano sentándose en el agua.

-Tranquila, florecita. Creo que me quedaré sentado en esta fría charca por un rato ¿Me puedes hablar de cosas desagradables?

N/A

Subí este capítulo sin pensarlo mucho, porque si lo hacía no había capítulo hoy Jjajajn't...El punto es que me perdonen si hay algún error y si la inexperiencia escribiendo escenas ricolinas se nota demasiado Je.

A parte de todo eso espero que lo hayan disfrutado, que les gustara mucho...Este es mi humilde aporte para que mis bellas lectoras comiencen el año bien 💖✨

(Esperemos Sea Un) Feliz Año Nuevo, Flores!!!! 💜💙💐

Les deseo muchas cosas bonitas, y darles las gracias por acompañarme en esto...Bell, Dec, y yo las amamos <3

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