—Bueno. Hemos llegado. —anuncié a Kiara una vez en mi habitación.
—Al fin, estaba muerta. —dijo tirándose en la cama.
Kiara había pagado un hotel para su estadía aquí, pero había habido una confusión y los de la reservación pensaron que llegaría mañana, así que no tenía dónde dormir. Gracias a la amabilidad de la Sra. Hood había podido traer a mi hermana a casa sin ningún problema.
Desde que Kiara había llegado no había dejado de hablar sobre las cosas que le habían pasado mientras yo estaba acá. Hablaba una y otra vez de mamá, lo que me mantiene concentrada la mayor parte del tiempo. También habla de nuestra lela y de nuestra tía favorita, quien está más que feliz de que haya decidido conocer el mundo.
Mi lela no estaba tan contenta de no poder verme en seis meses.
En cuanto a las relaciones sociales que podría entablar, no tenía ninguna duda de no sería problema. La personalidad de Kiara es acaparadora y es difícil no fijarse en ella o querer hablar con ella. Así que, hasta el momento, se había llevado bien con los chicos, aunque todavía faltaba que conociera a Ashton y Mike.
—¡Hey! ¿En qué piensas? —me preguntó cuando notó que ya estaba volando en mis pensamientos.
—En nada.
Mentí. Solía mentirle a Kiara cuando se trataba de mi imaginación, porque sabía que ella no lo comprendía. Kiara vivía en la tierra, yo vivía en el aire, lo cual era extraño, porque yo era signo de tierra y ella aire.
—Está bien. —dijo ella sabiendo que si había algo tendría que ver con ese mundo en donde no compatibilizábamos—. Ahora dime... ¿Ariana esta con ese chico? Porque se notaba a kilómetros que se traen locos.
Reí fuertemente ante su acotación.
—No, pero es cierto. —reconocí sonriendo cómplice, al igual que ella.
—Y... —su tono cambió y ya no me estaba gustando—. El otro chico, el moreno. ¿Hay algo con él?
La miré tratando de descifrar que era lo que quería sacar de todo esto. Estaba sorprendida, pero podía ocultarlo para no darle la impresión incorrecta.
—¿A qué te refieres? —le pregunté jugando el papel de tonta.
—Pregunto si tú y él tienen algo. —preguntó directa.
Sorprendida, agradecí que no estuviera mirándome. Kiara no era una chica intensa en absoluto. Para ella las cosas no suponían un gran problema. Si te gustaba alguien, debías estar con esa persona, de lo contrario no.
Kiara jamás sería una de esas chicas que pelean por un hombre, mucho menos conmigo.
Pero Calum no está conmigo.
—¿Ah no? —volvió a preguntar y esta vez me miró, pero de nuevo, sin ser intensa en absoluto. Solo una charla como si estuviera preguntándome qué dulce prefiero—. Debe haberme dado esa impresión donde estaban los cuatro. Ya sabes, dos y dos.
Asentí dándole a entender que comprendí su punto.
—Solo somos amigos. —le aseguré, porque así era.
—Que bien. —comentó haciendo que la mirara, pero yo si la miraba de forma intensa—. Porque debido a que Ariana agarró al rubio, me tranquiliza saber que el moreno está disponible... Es guapo.
No pude sonreír ¿Hablaba en serio? Sí, Calum estaba increíble, pero... ¿Realmente estaba pensando en algo con él? Ella era simplemente hermosa, pero estaba segura de que no podía estar hablando en serio. Kiara nunca había tenido una relación, no le gustaban, se aburría de la rutina. Además, Calum no luce para nada como su tipo.
—¿A dónde vas? —me preguntó rápidamente. Yo ni siquiera había notado que me había parado y estaba arrancando de esa habitación.
—Tengo hambre, iré por algo de comer ¿Quieres? —le pregunté intentando que mi voz sonara casual.
—No, estoy cansada, solo quiero dormir. —reconoció buscando algo para ponerse y poder dormir.
Asentí feliz de poder salir de ahí. Bajé cuidadosamente para no despertar a la Sra. Hood, quien se había ido a acostar después de recibirnos. Mi estómago gritaba por comida mientras que mi mente clamaba respuestas. Aunque después de la confesión de mi hermana no estaba muy segura de que mi estómago resistiera algo.
Me acerqué y saqué la botella de yogurt de frambuesa que Calum se había empeñado en comprarme, ya que él no acostumbraba a comer cereales con yogur. Mi cabeza comenzó a dar vueltas mientras yo intentaba concentrarme en la preparación de mi tazón de yogur con cereales.
No podía ponerme mal por algo así. Calum estaba soltero, Kiara estaba soltera... Si se habían gustado, ¿qué podía hacer? Entonces un ruido se escuchó en la cocina y me alarmé.
—¡Dios! Lo lamento. —dije tocando mi pecho—. No quise despertarla.
—No te preocupes, cariño. —me tranquilizó la Sra. Hood sonriendo—. No quise asustarte.
—No hay problema. —dije devolviéndole la sonrisa.
—Yo... Quería agradecerte, ______ (Tn). —habló de nuevo sorprendiéndome, ya que después de eso pensé que tomaría un vaso de agua y volvería a su cuarto.
—Discúlpeme, pero no entiendo a qué se refiere. —reconocí intentando comprender. Si había alguien quien debía agradecerle por todo era yo—. Yo debería agradecerle por dejar a mi hermana quedarse.
Ella sonrió en respuesta a mi última oración y cuando pensé que todo había terminado ahí en donde ambas nos habíamos agradecido mutuamente —no sé por qué fue lo de ella— se iría, pero no fue así
—No lo haces a propósito, pero me has devuelto a mi hijo. —confesó sonriéndome, pero no pude articular palabra alguna—. Calum estaba muy desaparecido. No venía nunca a casa y siempre estaba de mal humor. Lo has cambiado, ______ (Tn) y para mejor. Estoy tan contenta por eso.
Me quedé quieta mirándola con los ojos bien abiertos. No podía estar soñando, porque no había estado durmiendo. ¿O si dormí y no me di cuenta?
—Oh yo... —hablé aclarando mi garganta—. No sé qué decir, no he hecho nada. Pero me alegro de que Calum esté más en casa.
—¡Ay mi ______ (Tn)! —exclamó con emoción abrazándome—. No sé qué hare cuando te vayas.
—No creo que sea mucho el cambio ¿o sí? —le pregunte inocentemente.
Ella me soltó y me miró con detención. Intenté averiguar qué intentaba decirme con sus ojos. Deseaba que realmente yo hubiera sido un cambio para ellos y que me recordaran por ello, pero lo dudaba.
—Cuando te vayas te llevaras la alegría contigo. —dijo para volver a hablar—. Solo prométeme que con ella no te llevarás la alegría de mi hijo también.
Me quedé parada en silencio. Eso era imposible. Calum Hood era feliz antes de que yo apareciera en su vida, es más, yo le traje malos ratos. Sabía con total seguridad de que una vez que me fuera... algo en él se sentiría liberado.
—No pasará, Sra. Hood. —la tranquilicé tocando su brazo.
Ella me miró, pero seguía sin poder leer su significado. Deseé que hablara y me lo aclarara, pero todo lo que salió de su boca fue un—: No te quito más tiempo, ve a dormir.
—Buenas noches, Sra. Hood. —me acerqué a ella y deposité un beso en su mejilla—. Gracias por todo.
—Buenas noches, cariño. —se despidió de mí—. Gracias a ti, _____ (Tn). Gracias a ti.
Una vez en mi cama le estuve dando vueltas a las palabras de la señora Hood, pero por más que intentaba darle sentido, no podía. Hubiera querido tener la valentía para poder preguntarle, pero sabía que no habría sido capaz. No sé cuanto tiempo estuve pensando en eso antes de caer en un profundo sueño.
—¡Despierta, ______ (Tn)!
Esa voz sonaba como a Kiara, pero era imposible. Yo era la que siempre despertaba primero y debía ayudarle a mi mamá para que Kiara abriera los ojos y se levantara.
—Si es de madrugada y me estás intentando despertar para contarme algo te juro que te mataré. —le advertí pensando en que la única manera en la que ella estuviera despierta y yo no, era que ella hubiera andado con sus amigos y algo interesante para ella hubiera pasado.
Kiara jamás fue de las chicas de mucha fiesta, pero si pasaba mucho tiempo en casa de sus amigos.
—¿De qué hablas, ______ (Tn)? —preguntó extrañada antes de volver a zamarrearme.
Le permití a uno de mis ojos abrirse un poquito para mirar la habitación y darme cuenta de que no estaba en casa. Esperen... Estoy en el intercambio de Australia, pero ¿Qué demonios hace Kiara aquí?
—¿Kiara? ¿Qué haces acá? —le pregunté con una voz adormilada.
—Viaje. Hermana. Australia. —respondió ella para que yo recordara—. ¿Dónde andas, ______ (Tn)?
—Está bien, está bien. —dije haciendo entender que ya había comprendido—. Lo que no tiene sentido es ¿qué haces despierta a esta hora?
Sus ojos se llenaron de emoción—. Verás, hay un desfile...
—Oh, eso tiene mucho sentido. —dije molestándola—. Solo quieres ropa que presumir de tu viaje a Australia.
—Que pesada. —reconoció mirándome mal—. ¡Ahora anda a vestirte!
Rodé los ojos y comencé a quitar las tapas contra las que hace segundos atrás me estaba acurrucando. Cuando tomé un par de toallas, mi teléfono y me dirigía al baño Kiara volvió a hablar.
—Ah y ya llamé a Ariana.
—¿Qué? —pregunté perpleja detenida a la salida de mi habitación.
Que llame a Ariana para que nos acompañara. —me explicó para luego agregar—. Y no te voy a decir que fue fácil que me respondiera.
Entonces mi teléfono vibra y leo un mensaje de Ariana.
-"No sabes cuánto me desagrada tu hermana.
Oh, y no te preocupes. Tú pagarás por ella."
Sonreí, pero sabía que hablaba en serio. Ariana odia despertar temprano, pero si hay algo que odia más que eso es que la despierten temprano.
Me vestí rápido, porque mientras antes terminaba con lo de acompañar a Kiara mejor, antes podría dejar de sufrir.
—Buenos días, Sra. Hood. —la saludé cuando estuve en la primera planta de la casa—. Acompañaré a mi hermana al centro comercial, pero volveré para la cena.
—¿No vendrás para almorzar? —me preguntó confundida.
—Iré a la casa de los Hemmings. —le expliqué y ella asintió.
—Entonces cuídense mucho y avísame cualquier cosa. —me pidió dulcemente haciendo que yo respondiera con un rápido beso en su mejilla.
—¿Hasta qué hora te debo esperar? —preguntó mi hermana apareciendo por la cocina. La miré de mala gana, porque era ella quien estaba pegada al teléfono sin moverse cuando estuve lista—. ¡Adiós, Joy! Gracias por dejarme quedar.
—No hay problema. —le respondió la señora Hood.
Kiara y yo caminamos hacia la salida. Cuando abrí la puerta de la casa estaba Ariana mirándome con odio. No pude evitar reírme y ella solo me susurró un «Bitch» antes de darse la media vuelta y seguir a Kiara que había tomado la delantera.
—Ustedes se demoran una eternidad. —exclamó Kiara mirándonos de manera burlona.
Lo bueno de estar con Kiara y Ariana era que podíamos hablar en español. Ya extrañaba hablar así con más gente. Por lo general Ariana y yo lo hablábamos cuando estábamos solas, pero hablarlo con más gente era emocionante.
—Eres una descarada. —le debatí haciendo que ella me mirara dolida—. Recuerda que eres tú a quien hay que despertar de manera diferente todos los días para que realmente reacciones.
Kiara rió y dijo—: Es para no caer en la rutina, ______ (Tn).
—Claro que sí. —respondí con ironía—. Así que agradecemos que te acompañemos.
—No se preocupen, estoy segura de que encontraré a alguien más para no tener que molestarlas. —habló mi hermana en forma de broma, pero yo no reí y Ariana tampoco lo hizo.
En el viaje no dije ninguna palabra, porque no dejaba de pensar en las palabras de Kiara. Sabía que no había querido decir nada en concreto, pero de igual manera habían causado algo en mí.
Ariana tampoco habló, pero a juzgar la cara de Ariana, sabía que su problema era el sueño.
—Bien. —exclamó emocionada Kiara—. ¿A dónde vamos primero?
—Mmm... —pensó mi mejor amiga dejándome confundida—. ¿Qué te parece a dormir?
Solté una carcajada sabiendo que solo me había despistado para molestarla. A veces parecía que Ariana y yo éramos hermanas, más de lo que Kiara y yo podríamos parecer.
En realidad, no nos parecíamos en nada.
—Necesito algo de apoyo aquí. —me dijo intentando animarme a disfrutar su salida.
—Entonces a comer, porque tengo hambre. —respondí pensando que era una gran idea.
Ariana a mi lado asintió y concordó conmigo inmediatamente.
—¡Agh! Está bien. —se rindió—. Aunque deberían dejar de pensar en comer todo el tiempo y cuidarse más.
Kiara era una modelo, por lo que era muy normal en ella preocuparse de su aspecto físico. Cuidaba lo que comía, aunque también se daba sus gustos, pero cuando lo hacía lo bajaba con ejercicio. Gracias a Dios yo no era modelo, porque nada de eso cuadra con mi estilo de vida.
Mi hermana, a pesar de ser una modelo, no era de esas típicas huecas y desagradables. No, ella era simpática, amable, solidaria y extremadamente linda. No una belleza como de revistas ya saben, rubia, de ojos claros y esas cosas. Kiara tenía una belleza algo exótica. Sus hermosos ojos pardos y una sonrisa brillante. Su cuerpo no era muy curvilíneo, pero podía defenderse con que tenía.
Ariana y yo éramos... ¿normales? Digo, no éramos rellenitas, pero tampoco delgadas. No éramos tan hermosas, aunque Ariana si resaltaba mucho con sus ojos. Podríamos decir que cada una tenía lo suyo.
Pasamos por un Starbucks, debido al apuro de mi hermana. Una vez que tuvimos nuestras órdenes en la mano fuimos al mall y pasamos a muchas tiendas. En algunas mirábamos, Ariana y yo, interesadas, pero en otras solo queríamos morir. No significa que no nos gustara comprarnos ropa, pero Kiara era extremadamente exagerada en eso.
—Tu hermana me va a matar. —comentó Ariana. Estábamos sentadas en una banca a las afueras de la tienda con la que, aparentemente, Kiara estaba obsesionada.
—Lo sé y ni siquiera trajimos un libro. —concordé con ella.
—Ni audífonos. —agregó ella.
—¿Qué no son mis chicas?
En cuanto esa voz sonó me giré con una sonrisa en la cara.
—¡Mali!
Me paré de un salto del lugar en donde estaba sentada y la abracé.
—¿Qué hacen acá? —preguntó cuando nuestro abrazo terminó y se acercó a salir a Ariana.
—La hermana de ______ (Tn) nos arrastró hasta acá y realmente voy a morir. —reconoció Ariana exagerando totalmente. O quizá no tanto.
—¿Hermana? —preguntó para mirarme a mí—. ¿De qué me perdí?
—Mi hermana llego ayer. —respondí dije sonriente—. Ha venido a verme.
—Oh vaya ¿Y dónde esta?
Como respuesta señale con el dedo hacia la tienda de zapatos que se encontraba frente a nosotras. Si miraba con detención podía verla mirando unos zapatos negros de tacón alto.
De tan solo pensar en ponerme algo así me duelen los pies. Los tacones son un no para mí.
Mali observó la tienda y luego volvió a mi—. Veo que no se parecen mucho.
—En realidad no. —reconocí sin querer dar más detalles. No había mucho que pensar, sencillamente era todo. Aunque podíamos compartir muchos valores.
Mientras Kiara seguía entretenida en aquella tienda, que créanme, fueron centenares de siglos, nos dispusimos a conversar. Mali se iba la semana que venía y quería hacer una fiesta en grande, a la que, obviamente, nos había invitado sin aceptar un no como respuesta, tampoco era como si quisiera decir que no. A nuestros cortos dieciséis años, Ariana y yo jamás habíamos ido a una fiesta, la primera fue cuando fuimos con los chicos. En Chile todo era diferente y nuestra vida monótona. Llegar a Australia nos había cambiado la vida.
—¡Termine! —exclamó la voz de mi hermana acercándose—. Pero creo que hubo unos pocos que no pudieron venirse con mamá.
Miré a Kiara y venía llena, pero llena, de bolsas. Bueno, Kiara, a diferencia de mí, tenía su propio dinero por las pequeñas campañas en las que participaba por su carrera de modelo.
No era mucho, porque recién estaba iniciando, pero gracias a eso podía darse sus pequeños gustos.
—¡Santa maría! —exclamé.
—¡Dios, Kiara! —soltó Ariana para luego preguntarle—: ¿A caso tus pies no sufren?
Mali rió recordándome que ellas aún no se conocían.
—Kiara —llamé su atención—, ella es Mali, la hermana de Calum. Mali, ella es Kiara, mi hermana.
—Veo que tenemos mucho en común. —dijo Mali estirando su mano para saludarla.
—¿Los tacos? —preguntó Kiara confundida pasándome unas cuantas bolsas para saludar de vuelta a Mali.
—No. —rió Mali—. Los hermanos.
Ella me miró en cuanto dijo eso y me sonrió pícaramente, haciendo que mi rostro se tornara completamente rojo. Rogaba al cielo que Kiara no lo notara, pero, a diferencia de mí, Kiara era más despistada en leer a las personas.
—Oh, ya veo. —dijo Kiara aún confundida—. ¿Nos acompañarás?
—¿Qué aun piensas comprar más? —le pregunté horrorizada.
—No seas exagerada. —sonrió mi hermana—. Iremos a dar un paseo, tonta.
Kiara y Mali conversaban animadamente. Me alegraba, así podía tener tiempo para conversar con Ariana y no sentirnos obligadas a seguir a mi hermana por todos lados.
—¿Crees que a Kiara le guste Luke? —me preguntó Ariana rompiendo el silencio.
—Lo encuentra atractivo. —reconozco recordando la conversación de la noche anterior—. Pero, aunque le gustara, no se metería con él, porque notó que ustedes se gustaban.
Ariana me miró avergonzada. Kiara no era buena leyendo a la gente, pero si amaba hacer de cupido.
—¿Ustedes están juntos? —le pregunté a mi mejor amiga.
Aunque ella siempre solía contarme todo, cuando se trata de Luke, le cuesta más. Así que ellos, para mí, son un total misterio.
—No, no. —respondió rápidamente—. Él aun esta con Aleisha. Son el uno para el otro, ______ (Tn)
—No seas tonta. —le dije volviéndome frente a ella para poder mirarla—. Luke está loco por ti, así como tú lo estas por él. Entiendo que no quieras meterte, es lo correcto, pero no digas que ellos están destinados a estar juntos. Ellos no se aman, no como las personas que están destinadas a estar juntas.
—¿Cómo sabes tú de las personas que están destinadas a estar juntas? ¿Si quiera estas destinada a estar con Calum? —soltó ella bruscamente, pero reaccionó rápido. Sus ojos fueron los primeros en impresionarse con lo que su boca había dicho—. Lo siento.
—No, está bien. —la calmé sabiendo que no había dicho nada malo—. Calum y yo no estamos destinados a estar juntos, pero al menos si nos encontramos. Luke y tú son una cosa diferente. Ustedes se quieren, pero ustedes mismos se hacen daño y se ponen obstáculos para no ser felices.
Ninguna de las dos volvió a hablar. Seguramente las dos teníamos mucho en lo que pensar en cuanto a destino se refiriera.
—¿Nos vamos? —pregunto Kiara y ambas asentimos.
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*Capítulo corregido*