Polonia se acercó al emperador y le reverencio diciendo:
-es un honor poder estar aquí en su palacio su majestad.
-me alegra que haya podido llegar a salvo príncipe. Por favor, permítame presentarle a mi esposa, la emperatriz Mapuche y mi hija la princesa Chile.
Las dos nombradas miraron a Polonia y con cordialidad, Mapuche dijo:
-sea bienvenido al palacio del Imperio Sur.
-muchas gracias su majestad. –agradeció con cordialidad Polonia.
-bienvenido, espero que su estancia en el palacio sea de su agradado. –dijo Chile de manera educada.
-muchas gracias, princesa. –dijo Polonia sonriendo a la joven.
Ella le miro y sonrió cordialmente, mientras tanto con Alemania, este miraba con seriedad a Polonia, el cual se encontraba tomando la mano de la joven y besándosela con respeto. Aquel acto fue algo repentino e intrépido, pero logro notar que las mejillas de Chile estaban sonrojadas de manera leve. Logrando enojar aún más a Alemania.
Mientras que, con Polonia, el miro fijamente a la joven que tenía su mirada en él, con las mejillas sonrojadas, cosa que agrado bastante a Polonia.
España y Mapuche, contemplaban todo ello, sobre todo aquella reacción de Chile, sus mejillas sonrojadas, dieron a entender que le había agradado aquella acción por parte del príncipe de occidente.
Más tarde, Polonia se encontraba en los aposentos que destinaron para él, estaba desempacando sus cosas con ayuda de unos sirvientes. mientras tanto Chile se encontraba en sus aposentos con su madre Mapuche, esta dijo:
-y bien? ¿Me dirás que es lo que te tubo tan distraída en la mañana?
-sí, madre. –dijo Chile dirigiéndose a su estante con libros
sacando uno de portada roja, lo abrió y de este saco la carta enviada por Alemania. Se la entregó a su madre y dijo:
-esto es lo que me tubo distraída, madre.
Mapuche extrañada, miro el sello de la carta y dijo:
-es el sello del príncipe Alemania.
la recibió, la abrió y la leyó. Mientras Chile se sentaba a su lado, mientras observaba como la mirada de sorpresa de su madre era constantes mientras leía la carta.
-el té está... pretendiendo? –dijo la emperatriz al terminar de leer la carta
-eso parece, madre. –dijo Chile
-y tú que sientes hacia él? –pregunto Mapuche
-no lo sé. Estoy confundida. –dijo la joven princesa.
-entiendo. esta demás decir que si alguien se sobre pasa contigo, debes informármelo. ¿cierto? –dijo Mapuche
-si madre. No te preocupes, te informare si algo no anda bien. –dijo Chile.
La emperatriz, sonrió a su hija, para luego abrazarla, Chile hizo lo mismo, al separarse, Mapuche dijo:
-guarda esta carta, donde nadie la encuentre. Sabes perfectamente que muchos nobles están interesados en ti.
-lo sé. Descuida, madre, nadie la encontrara. –dijo Chile.
Entonces volvió a guardar aquella carta.
Mientras tanto, con Polonia, el caminaba dirigiéndose a dar un paseo por el jardín, cuando en ello se topó con Alemania, ambos se miraron con rivalidad y odio.
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Continuará.
aquí les dejo el quinto capitulo. espero les guste :3
chau!