El final del camino

By LostMelek

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Ha pasado más de una década desde la Cuarta Guerra y Natalia sabe que el periodo de paz ha llegado a su fin. ... More

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Pergamino 39
Pergamino 40
Pergamino secreto de la Alianza Shinobi
Último aviso

Pergamino 32

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By LostMelek

Pov. Alejandra

Vemos impotentes las llamaradas que se ven en el horizonte, niños y adultos dejan salir las lágrimas pues el País del Fuego está siendo reducido a cenizas.

Sunagakure no tenía los suficientes jonin para ir a cada pueblo y ayudar, sólo pudieron llegar a uno. Salieron vivos por muy poco.

— ¡Se acerca un tren!— grita un centinela.

— ¿Pueden ver quién viene?

Kankuro toma los binoculares pero Gaara niega y la arena comienza a arremolinarse a su alrededor.

— Apertura del tercer ojo— le toma un tiempo antes de gritar— ¡Abran la barrera!

Su orden es seguida de inmediato y a los pocos minutos entra en la estación un tren chico del País del Fuego. Los civiles se amontonan, esperando ver salir alguna cara conocida, entre los que están en primera fila está Inojin.

— Abran paso para que salgan, si no llevamos un orden esto tomará más tiempo— las personas siguen mi instrucción y dejan un espacio entre la plataforma y las salidas de los vagones.

Las puertas se abren y poco a poco van saliendo más civiles cubiertos de polvo, los jonin de Suna implementan una organización lo suficientemente efectiva para casi desocupar cada vagón en menos de una hora.

En el primero sólo he visto salir niños, hasta el final sale una mujer mayor, una a la que yo reconozco.

— Hotaru-sama...

Ella toma mi brazo para bajar del tren, me abraza y besa mi mejilla.

— Sakura que bueno ver que estás bien, supongo que Sarada estará contigo.

Asiento confundida, piensa que soy la otra. Aunque sí, Sarada está conmigo, sin embargo no ha hablado desde que llegamos a Suna.

— Dime algo, ¿es verdad lo que decían en las noticias? — la miro instándole a seguir— ¿Que Usami y Seijun Hyūga en realidad son hijos de mi Misaki?

— Sí, es cierto— la veo tambalearse y tengo que sostenerla de los brazos— Al morir le encargó a Kikyo que los cuidara, ella pensó que estarían seguros si mantenía en secreto que eran Senju.

— Ah Misaki...

Se agarra el pecho y solloza suavemente.

— ¿Por qué no me lo dijo? Yo era su mamá...

Palmeo su espalda incómoda por el rumbo que ha tomado la conversación.

— Capitán Yamato que bueno tenerlo por aquí.

Gaara saluda a un hombre de pelo castaño y ojos raros.

— Hace mucho que no lo veía Kazekage-sama.

— ¿Son todas las personas?

— Sí, el orfanato fue el último lugar que pudimos evacuar.

Esa última voz me eriza la piel, suena igual que hace años "No importa cuanto digas que no duele Sakura". Volteo lentamente, temerosa de comprobar si se trata de él.

— ¿En dónde está Kikyo?

— Ella... no lo logró.

Kimimaro agacha sus bonitos ojos aguamarina, es tal cual lo recuerdo. Y maldita sea mi estampa todavía siento un aleteo cuando lo veo.

— Tu debes de ser la Hokage— sisean a mi lado.

— Orochimaru-sama...— digo después de salir del trance.

— Oh que respeto, supongo que mi rumbo en tu dimensión también fue diferente.

Hotaru frunce el ceño pero el Sanin no se explica y sonríe de lado a lado.

— Dime algo ¿Ursa está bien?

— Hotaru-sama venga por acá, le acomodaremos un lugar para usted y los niños— un jonin se lleva a la señora para que no escuche nuestra conversación.

— Ella está bien ¿por qué el interés en mi hija?

— No te andas por las ramas ¿verdad?— se ríe, debo admitir que es tenebroso— Soy una persona curiosa, nunca había tenido la oportunidad de ver a un mestizo del Clan Kaguya.

Kimimaro se tensa y clava sus bonitos ojos en mí, como si necesitara de más para perder la concentración.

— Me alegra que hayan podido salir a salvo de Konoha, por lo que supe fue considerablemente más agresivo que en los pueblos pequeños.

— ¿A qué se refiere Orochimaru-sama?

— A que parecían desesperados por acabar con el País del Fuego.

El Sanin no continúa con la explicación y Yamato se cruza de brazos molesto porque hable a medias.

— Querían derrotar a la primera potencia del mundo ninja— propone.

Sin embargo el Sanin sonríe mientras me mira y hago click.

— No, querían Konoha— ensancha más su sonrisa— Lo de los pequeños pueblos fue sobre la marcha, no estaban planeados para atacar y por eso es que pudieron evacuar a más civiles.

— Te aportaré algo más — el Sanin parece estar pasándosela en grande— Tienen miedo de que algo o alguien salga del País del Fuego, por eso destruyeron todo.

— ¿Están seguros de lo que dicen?

— Sí— contestamos al unísono.

— Nosotros estábamos en un pueblo cercano a la frontera — Kimimaro se cruza de brazos— Lo que sea que se les haya escapado avanza rápido.

— O lo que sea que traiga esa persona es peligroso— propone un hombre de pelo naranja que va saliendo del vagón junto con una mujer pelirroja y un hombre de pelo blanco— Algo tan amenazador para ellos que no quieren perder el tiempo y exterminan a todos.

No puedo dejar de verlo, cada movimiento que hace, cada palabra que sale de su boca. Aún así hay algo diferente, la tranquilidad que tiene su mirada.

— Será mejor que hablemos de esto en mi oficina — corta Gaara y nos dirige a su torre Kage.

— ¿Podría mandar a un jonin por Itachi y Naruto? Ellos también deberían de estar en la reunión Kazekage-sama.

— Kankuro encárgate de eso.

— ¿Itachi vino contigo?

Pregunta Orochimaru ¿emocionado?. Sin duda en esta realidad el Sanin es bastante extraño.

— Sí, él vino conmigo.

— Es por aquí, síganme.

Gaara pasa a través de varios túneles dentro de las montañas, nadie dice nada y seguimos el recorrido que nos marca el Kazekage.

Los túneles van adquiriendo más luz natural hasta que finalmente pasamos al edificio principal del Kage. Al fondo alcanzo a distinguir la capa de arena de hierro del hijo adoptivo de Gaara.

— ¿Qué haces aquí Shinki?

— Lo estaba buscando padre.

Una niña castaña se asoma detrás de la capa de hierro, Hikari ya pocas veces ríe, o al menos no la he visto hacerlo. Últimamente los niños Hyūga se la han pasado encerrados en la casa de Chiyo.

— ¿Y a qué se debe?

— Gaara-sama ¿ha sabido algo de mis papás?

— No, lo siento.

— Oh...— la niña sacude la cabeza— Volveré en unos días, tal vez pueda tener noticias ¿verdad?

No espera respuesta y toma la mano de Shinki para irse con sus hermanos.

— ¿Qué hay de los jonin que lucharon en Konoha? — pregunta Orochimaru.

— Nada — Gaara abre la puerta de su oficina y nos cede el paso— Ni mensajes ni cuerpos, es como si hubieran desaparecido.

— Es muy extraño...

— Yo vi algo cuando estábamos huyendo— Gaara recorre una silla para que me siente— Gracias.

— Listo Gaara, estamos aquí.

Kankuro, Itachi y Naruto pasan a la oficina, cierran la puerta y cada uno toma asiento.

— ¿Qué es lo que vió Lady Hokage?

— Unas ramas enormes con capullos, parecían tener vida porque buscaban atraparnos.

— ¿Ramas?— Gaara y Kankuro intercambian una mirada— No puede ser...

— Tranquilos, no creo que sea como el árbol de la Cuarta Guerra— tiene que decir Orochimaru para tranquilizarlos.

— ¿De qué árbol hablan? Nosotros no vimos nada de eso-ttebayo.

— Un árbol especial del Clan Ōtsutsuki, absorbía chakra y producía un fruto que otorgaba increíble poder a quien lo consumiera.

— ¿Y por qué dice que no es el mismo?

— Porque era bastante invasivo, en cambio este sólo creció abarcando Konohagakure.

— ¿Y para qué lo plantaría si no da fruto?

— Para obtener chakra— Orochimaru al fin se pone serio y apoya los codos en la mesa— Según tengo entendido tú te llevaste al muchachito que tanto busca.

Asiento.

— Seguramente su pelea con Naruto y Sasuke no fue sencilla, a falta de su receptáculo tiene que mantener al cuerpo que ya tiene.

— ¿Piensa entonces que no mató a los jonin que se quedaron?

— No, los necesita para mantenerse vivo.

Itachi se acerca a la mesa y se dirige directamente al Sanin.

— Ese tipo nos robó a nuestros Bijū, su cantidad de chakra debería de ser suficiente para que ese árbol diera fruto.

— No si el chakra comienza a desgastarse — Orochimaru sonríe de oreja a oreja— ¿Se han preguntando por qué cada uno de ustedes ha enfermado?

Naruto, Itachi y yo nos vemos entre sí, es cierto, caímos enfermos casi al mismo tiempo.

— Incluso Ursa estuvo enferma, ahora está bien con el medicamento que le doy pero no retrasará lo inevitable.

— ¿Medicas a mi hija?

— Ella lo consintió, por cierto felicidades es bastante inteligente, ella y Seijun son muy interesantes.

Veo de reojo que Itachi aprieta la mandíbula, el Sanin decide ignorar el peligro y se encoge de hombros.

— En fin, a lo que quiero llegar es que sus cuerpos se están desgastando, mientras más tiempo pasen en esta dimensión más daño van a ir recibiendo hasta que al final no quede nada.

La sala se hunde en el silencio, Orochimaru es de esa clase de personas que siempre sabe más de lo que aparenta.

— Entonces nuestros Bijū se están evaporando.

— Por decirlo de alguna manera.

— Y una vez que consiga el chakra de todos los jonin de la hoja ¿cuál es su siguiente paso?— Gaara funce el ceño preocupado.

— Adquirir su receptáculo y a los Bijū que le pertenecen.

— No puede hacer eso— replica Kankuro— El sacrifio de Misaki Senju fue precisamente para que los Bijū no pudieran volver a unirse.

— Cada técnica posee un punto débil ¿no lo crees así Itachi?

En conclusión el Sanin no aprecia su vida, es evidente que a mi compañero ganas no le faltan para matarlo y él lo provoca.

— ¿Y cuál sería la de ese sello?

— Tendrían que consultarlo con el creador.

Orochimaru se levanta seguido de su séquito.

— Puedo crear una manera para invocar a Rikudō Sennin— sale de la oficina no sin antes decirnos— A ustedes también les daré medicamento, pasaré a dejárselos en cuanto los tenga listos.

                                            🍥

— Tengan chicas, tal vez no sea un gran cocinero pero el ramen siempre me sale increíble-ttebayo.

Mientras Naruto le da de comer a Ursa y a Sarada, Itachi y yo revisamos las medicinas que nos dió Orochimaru.

— No se le escapa nada ¿verdad?

Itachi no contesta.

— Los mellizos...¿aún no hablan con nadie?

Él niega con la cabeza, hace unos días llegó un tren de Amegakure con la funesta noticia de que el río había arrastrado varios cadáveres provenientes del País del Fuego.

Al escuchar que traían cuerpos las personas se agolparon en las puertas del tren, varios shinobi de la Lluvia tuvieron que pedir en más de una ocasión que se alejaran. Una vez que las personas hicieron caso comenzaron a bajar las cajas.

Entre la multitud se escuchaban algunos sollozos, otros se desmayaban, otros gritaban y se aferraban al cuerpo de algún conocido. Algunos fueron llorados por sus acciones, como Iruka Umino, gracias a él los alumnos de la Academia pudieron ser evacuados sanos y salvos, un director que siempre puso la vida de sus estudiantes primero.

Kiba Inuzuka, su cuerpo fue recuperado de las corrientes del río junto con el de su fiel amigo Akamaru, el dúo rescató a los civiles que se encontraban atrapados bajo los escombros de los edificios.

Moegi Kazamatsuri, además de rescatar a su equipo, también evitó que los enemigos avanzaran hacia la estación de tren, despejando el camino y brindando la oportunidad para que más personas pudieran acceder a la barrera.

Y la lista seguía y seguía, hasta al final bajaron el cuerpo de quien menos esperaba, antes incluso de que la destapen se escapa parte de su pelo blanquecino.

Retiran la tela con lentitud y contengo el aliento, un enorme agujero en su pecho manchó parte de su cabello con sangre, se ve herida y su cuerpo magullado es la única evidencia de la batalla tan dura que tuvo que librar.

— ¡Mamá!

Los cuatro chicos corren ignorando a Chiyo y a Gaara, rodean la caja y ninguno es capaz de aguantar el escozor de las lágrimas.

— Mamá, no mi mamá...— Seijun tapa su rostro.

Hikari no para de sollozar y sólo atina a abrazar a su hermana.

— Vamos chicos, no la vean así, vamos...

La voz de Chiyo tiembla al final pero logra mantenerse serena, Takumi ha logrado controlarse y toma de los hombros a su hermano.

— Vamos Usami, mamá no querría que la recordáramos así.

Gaara y Temari reciben en un abrazo a las chicas mientras esperan que ellos se levanten.

— Es mi culpa, si yo no me hubiera desviado mamá habría subido al tren... Es mi culpa.

— Levántate hermano...

Tiene que sujetarlo de los brazos y obligarlo a ponerse de pie. Usami también está llorando, pero cuando abre los ojos el carmesí toma una forma diferente, un remolino de cuatro puntas.

Kikyo fue enterrada al día siguiente, en la tierra que amó como si fuese la suya. Desde entonces ninguno de los cuatro hermanos ha salido de su casa, cinco tomando en cuenta de que exigieron poder llevarse a Ryūnosuke a pesar de las protestas de Shizune.

— No reciben a nadie, se han encerrado junto con Chiyo.

— Ya veo...

Esperaba que en algún momento apareciera Kikyo, con su típica sonrisa felina y nos contara cómo logró escapar de Konoha pero lo único que obtuvimos fue ver su final. Todavía me cuesta creer que su vida se esfumara de esa manera.

Un jonin pasa a la improvisada tienda de campaña en la que actualmente nos estamos quedando.

— Sakura-sama, Lord Kazekage y Lord Orochimaru la necesitan de inmediato en su oficina.

— Entendido— antes de salir veo los rostros de las dos personas a mi cargo— Vuelvo pronto.

La mayor parte de los refugiados se han instalado en los campos de entrenamiento en lo que se construyen viviendas, gracias al Capitán Yamato el proceso ha sido rápido.

— Por aquí Lady Hokage.

Retira un sello dejándome pasar a una cámara oculta, los símbolos en el piso brillan con un tono azulado. Gaara me ayuda a llegar hasta ellos, cuándo me acerco Orochimaru está meditando y haciendo varios sellos de manos que nunca había visto.

Comienza a juntarse una niebla espesa, se va arremolinando en el interior de los símbolos y poco a poco toma la forma de un hombre. El Sanin termina por desplomarse, Gaara y yo alcanzamos a evitar que toque el suelo.

— ¿Quién se atreve a interrumpir mi descanso?

La voz grave de ese hombre me pone los pelos de punta, Orochimaru trata de recuperar el control y realiza una gran reverencia mostrando respeto.

— Rikudō Sennin, no es nuestra intención perturbarlo pero necesitamos de su guía — el hombre frunce el ceño y nos repasa con la mirada, deteniéndose en mí.

—Tu no eres de aquí—estoy a punto de responderle cuando vuelve a hablar— Ni tampoco de allá, sé quién eres.

Orochimaru y Gaara voltean confundidos.

— Le rogamos ayuda, para salvar a nuestro pueblo— alcanzo a articular.

— Ustedes dos, salgan, hablaré únicamente con ella.

Se tensan pero ninguno es capaz de contrariar la decisión del Sabio.

— Siguen llegando a mi mundo, todas ustedes.

— ¿Sabe quiénes somos?

— Sí, su presencia alcanza a perturbar el balance, las conozco a todas incluso a las que ya se fueron.

— Entonces puede guiarnos...

— ¿En qué me necesitan?

— Nos ha atacado un enemigo que busca destruir el sello de los Bijū y que ha capturado a las dos únicas personas capaces de detenerlo.

— Un Ōtsutsuki.

— Sí.

— Y mi guía...¿para qué la quieren exactamente?

— Para evitar que rompa el sello, y que mate a los jonin de la hoja.

— No los matará— dice con seguridad— Sabe que si lo hace esa energía pasará a alguien más y se convertiría en una amenaza.

— ¿También conoce a Naruto y a Sasuke?

Él sonríe mientras asiente.

— Ambas cosas que me preguntas están interconectadas, las dos están selladas por el amor.

— ¿A qué se refiere?

— Hay distintos tipos de fūinjutsu, el más fuerte de todos es el que se graba en el alma de las personas, como es el caso del que separa a los Bijū o el sello de la Parca, se utiliza un sentimiento tan grande que queda ligado al mundo, así como el que tiene ese muchacho que controla la arena, él tiene uno.

— Pero el sello de la Parca puede romperse.

— Ningún sello es eterno por más fuerte que sea, tienes que encontrar el rostro del espíritu que selló el trato y hacerlo salir.

¿El rostro del espíritu? ¿Es siquiera posible?.

— Aseguren el sello de los Bijū y les aseguro que sus amigos seguirán vivos, no se arriesgará a que su poder pase a alguien más una vez que mueran.

— Naruto y Sasuke ¿son reencarnaciones? ¿Cuando mueran simplemente nacerán en otro cuerpo?

— La reencarnación no funciona de esa forma, tal vez sea en el cuerpo de alguien muerto, como Kikyo, esa niña estaba destinada a morir. El tuyo fue un intercambio de almas . Madara, Hashirama, Naruto y Sasuke lo único que hacen es heredar la fuerza y el chakra tan inmenso que poseen, sus almas no son las mismas.

— ¿Eso es posible? Dar tu energía a otra persona.

El sabio asiente, como un abuelo que trata de explicarle el sentido de la vida a su nieto.

— En el caso de ellos es el amor, su energía pasa a la familia de quién más amaron en vida. Si hubieran sido conscientes de eso probablemente habrían elegido directamente a quién entregar la energía.

— Y si por ejemplo, ellos guardan una parte de su chakra en el cuerpo de otra persona— los rostros de Kawaki y Boruto vienen a mi cabeza— ¿Cómo se desharía ese sello?

— Ya lo he dicho, encuentren el rostro del espíritu que los selló, o bien, absorban toda esa energía para evitar que resurjan.

La niebla comienza a difuminarse y el Sabio se va haciendo cada vez más transparente.

— Una vez ya pudieron robar la vitalidad de ese hombre, es cuestión de recordar el pasado.

Su figura se pierde entre las sombras, en cuanto lo hace toco la puerta para que abran.

— ¿Qué sucedió? — Gaara me saca de ahí — ¿Qué te dijo el Sabio?

— Dijo que encontráramos el rostro del espíritu que selló el trato, de esa forma rompemos el sello o en este caso evitamos que alguien más lo haga.

— ¿El rostro del espíritu?

— Una máscara— responde Orochimaru— Así fue como yo rompí el de la Parca.

— ¿Y en dónde las encontramos?

— Están a las afueras de Konohagakure.

Nos quedamos callados, ir al País del Fuego es un suicidio.

— ¿Qué otra forma hay?— pregunta Gaara.

— Absorber la energía.

— Eso es más accesible.

— No— replica Gaara— Significaría absorber a los Bijū.

— ¡Kazekage-sama!

Un jonin viene corriendo desde el final del camino.

— Se acerca un tren de Kirigakure.

— ¿Kiri?

Los tres nos apresuramos a llegar a la estación, el rumor se esparce rápido y varias personas de Konoha ya están esperando la llegada del primer vagón. Las puertas se abren y varios civiles salen, hay algunos abrazos, familias que se reúnen.

— ¡Traigan más cobijas!— gritan los encargados de los refugiados.

Las puertas de los otros vagones también se abren, hay una gran cantidad de personas adentro, sin poder evitar sonrío al ver que muchas personas pudieron salvarse.

— ¡Sexto!

— ¡Rokudaime-sama!

Las personas se agolpan en las puertas del segundo vagón, Kakashi sale sano y salvo, sin ninguna herida visible. Recibe los abrazos y la alegría de su gente.

— ¡Es el Sexto!— siguen gritando entre la multitud.

— ¡Vamos! ¡Terminen de desembarcar antes de que llegue el otro tren!

Un hombre de ojos amarillos sale del mismo vagón.

— ¿Otro tren? ¿Con más personas?

Él asiente con una sonrisa.

— Las puertas del País del Agua siempre estarán abiertas para nuestros aliados.

— Y te estaremos agradecidos por ello, Takuma Junko.

Kakashi palmea su hombro y él le responde con una reverencia.

— Tengo una lista con los nombres de quienes decidieron quedarse en Kirigakure, podrán checarla y decidir si regresan con nosotros a la capital.

En cuanto pronuncia esas palabras varias personas lo rodean buscando a sus familias, casi quiero llorar de felicidad al ver que muchas de ellas ríen, se abrazan y van por sus maletas para reunirse con sus seres queridos.

— Cuidado al bajar.

Kakashi extiende el brazo para ayudar a Obito y a Tenten. Esta última trae con ella una enorme caja y una ardilla en el hombro derecho.

— Cuidado con las demás — dice autoritariamente— Llévenlas directamente a la oficina de Lord Kazekage.

Gaara se acerca a inspeccionarlas con Orochimaru pisándole los talones. Al abrirlas ambos contienen el aliento.

— Las máscaras del Clan Uzumaki.

Tenten sonríe.

— Las rescatamos todas, junto con otros pergaminos más.

Por alguna razón se los entrega a Orochimaru, el Sanin no pierde el tiempo y los abre.

— Son ninjutsu médico de alto nivel, nunca los había visto....

Los toma con reverencia, ahora que el País del Fuego quedó devastado se ha interrumpido el comercio, equipo médico actualmente vale su peso en oro.

— Con ellos podremos comenzar a enseñar medicina y forjar shinobi no sólo médicos sino también de defensa— Tenten sigue sacando más pergaminos— Para recuperar el País del Fuego debemos empezar el contraataque.

— Yo organizaré a los alumnos dispuestos a aprender— Tenten ensancha su sonrisa al escucharme— Podremos empezar mañana mismo.

— Antes de que lo hagan me gustaría que dejaran en claro a quién se debe que puedan acceder a ese conocimiento.

— ¿De qué hablas?

— Estos pergaminos y técnicas fueron diseñadas para que cada shinobi pueda valerse por sí mismo en el campo de batalla, enseñar medicina y técnicas defensivas no es cualquier cosa, la persona que los creó debe ser reconocida.

— ¿Y quién es?

Orochimaru cierra el último pergamino y me contesta.

— Uchiha Rumiko.

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