Un beso bajo las estrellas ©✓

By usernotfounted3443

1.6M 141K 114K

«Las estrellas siempre serán su recordatorio de que alguna vez tuvieron algo en común» Él guarda secretos. Al... More

★SINOPSIS★
★PRÓLOGO★
★CAPÍTULO 01
★CAPÍTULO 02
★CAPÍTULO 03
★CAPÍTULO 04
★CAPÍTULO 05
★CAPÍTULO 06
★CAPÍTULO 07
★CAPÍTULO 09
★CAPÍTULO 10
★CAPÍTULO 11
★CAPÍTULO 12
★CAPÍTULO 13
★CAPÍTULO 14
★CAPÍTULO 15
★CAPÍTULO 16
★CAPÍTULO 17
★CAPÍTULO 18
★CAPÍTULO 19
★CAPÍTULO 20
★CAPÍTULO 21
★CAPÍTULO 22
★CAPÍTULO 23
★CAPÍTULO 24
★CAPÍTULO 25
★CAPÍTULO 26
★CAPÍTULO 27
★CAPÍTULO 28
★CAPÍTULO 29
★CAPÍTULO 30
★CAPÍTULO 31
★CAPÍTULO 32
★CAPÍTULO 33
★CAPÍTULO 34
★CAPÍTULO 35
★CAPÍTULO 36
★CAPÍTULO 37
★CAPÍTULO 38
★CAPÍTULO 39
★CAPÍTULO 40
★CAPÍTULO 41
★FINAL
★EPÍLOGO
★EXTRA I "29 de julio"
★EXTRA II "soltar"
★EXTRA III "no existe una última estrella"

★CAPÍTULO 08

35.2K 3.5K 1.8K
By usernotfounted3443

Nota de la autora: Antes de este capítulo actualice otro primero, aviso por si Wattpad te trajo aquí y aún no has leído el otro.

“Nunca me imaginé lo mucho que duele enamorarse”

ESTELA TESSIER.

Mi pulgar tembloroso abrió el mensaje y seguí la conversación.

Él: Hola estrella.

Yo: ¡Hola! Escribiste primero, pensé que tú ego no dejaría que lo hicieras.

Él: Ya vas a empezar.

Yo: Te encanta.

Él: ¿Mhm? Claro, como digas.

Yo: Estás sonriendo, lo sé.

Él: Pss, no.

Yo: si, lo haces.

Él: No, francesa tonta.

Yo: Arrogante patético.

Él: ¿Dónde estás?

Yo: En casa, ¿Por qué?

El: Estoy en el bosque.

Y listo, nada más, ya no estaba en línea. El teléfono en mi mano temblaba por alguna razón que desconozco. Odio esa sensación, odio la sensación de no saber algo o el porqué de las cosas, eso es lo que siento ahora.

Por un lado decía «¿Por qué no? ¡Vamos!» y por el otro «No, no voy».

Solté un jadeo y el aire se detuvo en mis pulmones cuando salí del chat de Hades y un espacio más arriba estaba otro número. Era ese número. Desconocido.

Mi corazón se desbocaba en mi pecho, latiendo más rápido cada vez. Pero no es un corazón acelerado por un enamoramiento o emoción, es diferente, es por miedo. Casi todos los días recibo mensajes de ese número, pero los ignoro. Sentía todo en silencio, no escuchaba nada más que mi palpitante corazón.

No era mi padre, él llamo hace unos días y no era ese número. La mayoría de estos mensajes era diciéndome “bonita” o cumplidos en francés, preguntaba cómo estaba de una manera muy extraña, no es como si quisiera conocerte o ser tu amigo. No me da buenas vibras. Se preguntarán «¿Por qué no lo bloqueas?» ya lo hice, más de 3 veces y vuelve a escribir desde otro número.

Se desconectó cuando abrí el chat. Los mensajes eran de hoy: 20/09, hace unas horas. Me tranquilizaba pensar que había una posibilidad de que fueran solo niños haciendo bromas telefónicas. Pero me tensaba al pensar seriamente en quien es la persona detrás de la pantalla. Yo sé que no son bromas, lo sé, solo me engañó a mi misma y no acepto la realidad para no entrar en pánico.

Necesitaba despejarme un poco y dejar de sobre pensar las cosas.

Sacudí mi cabello con mis manos soltando un bufido con frustración. Luego a ese acto mire a mi alrededor, no tenía nada que hacer. Así que me levanté del sofá, caminando hasta la puerta.

Pose mi mano en la manilla metálica de la puerta y algo me detuvo: Le di una ojeada a mi ropa. Tenía puesto un pantalón jean color azul oscuro de bota ancha y un suéter azul cielo una talla más grande de la mía, una frase de color negro en el centro.

Salí de la casa. En el camino me crucé con varios vecinos a los cual saludé. Estaba como tonta embobada mirando el atardecer de colores rosados y naranjas, que pronto se reemplazaría por la noche estrellada que tanto me gusta admirar.

Llegando al bosque ya el cielo tomaba un color azul marino, pero no tan oscuro aún. Las estrellas lo decoraban, hoy había una gran luna llena, eso lo hacía aun más bonito.

Caminé unos minutos más entre el silencio y soledad. Me gusta estar así.

Me gusta estar sola, más no sentirme sola.

De pronto mi vista cayó sobre aquel chico sentado debajo de un árbol, solo mientras la oscuridad caía. Tenía una tablet que se apoyaba en sus piernas encogidas hasta su pecho. Y un cigarro en su otra mano que luego llevo a sus labios.

Me acerqué dando pasos lentos e inseguros.

—Viniste —levantó la mirada.

—Si, de todas formas iba a hacerlo así no me lo dijeras.

Rió por lo bajo—. Claro. —Su mirada volvió a la tablet mientras dejaba escapar el humo de sus labios.

Arrugué las cejas—. Deberías dejar de fumar —aconseje, acercándome más y sentarme a su lado, apoyando la espalda en el tronco.

Giro su rostro hacia mí—. ¿Por qué lo haría?

—Es malo para tus pulmones y—

—Y tienes que entender que en la vida las personas no cambian solo porque alguien se los dice.

Suspiré y probablemente era verdad lo que decía, en la vida real es diferente. ¿Saben? No es como que si alguien va a cambiar por amor o solo porque si de la noche a la mañana; como lo muestran siempre.

Pude notar en el las ligeras ojeras bajo sus párpados, su labio se veía bien pero le faltaba un poco para sanar completamente.

—No sabes cuáles son los motivos por los que las personas hacen lo que hacen —dijo, terminando su frase.

Mi atención yéndose toda a las estrellas en el cielo. Aún podía sentir su mirada sobre mi.

Remojé mis labios con nerviosismo esperando que el dejará de mirarme pero no fue así.

—¿Quién es ella? —rompí el incómodo silencio al ver a la chica que dibujaba.

Entre abrió sus labios y de inmediato pude notar como su mandíbula se había tensado, sus ojos ya no me trasmitían ese algo sarcástico o divertido, era una mirada más vacía.

Dejó de mirarme y hablo—. Alguien de mi imaginación, es improvisado.

—Oh, bueno, dibujas muy bien.

Era verdad, digamos que dibujar nunca fue una de mis fuertes, literalmente me das un lápiz y una hoja y solo hago un corazón. Mientras que el dibuja personas que, parecían reales, como si fuera una foto.

Me dio una sonrisa de boca cerrada y siguió con su dibujo. Soltó el cigarro que ya se había terminado en el suelo y lo apago.

—Y, ¿Cómo estás?

—¿Yo?

—No, el piso —su tono de sarcasmo me saco de mi mundo.

No estaba prestando atención a lo que decía. A veces estoy tan metida en mis pensamientos que me pierdo en ellos.

Me aclare la garganta—. Bien, supongo.

—Mmm.

Estaba callado. Sentía algo raro en él, algo me decía que debía preguntar pero no quería incomodarlo.

—¿Todo bien, Hades?

—Sí —respondió de inmediato.

—No te vi en la fiesta de celebración del equipo, hace unos días.

—No suelo ir a fiestas.

Una risa dejo mis labios—. ¡Wow! Cada días me sorprendes más, pensé que eras emmm, ese tipo de chicos que —me detuve de golpe.

Sus ojos se encontraron con los míos y la tensión volvió de nuevo. Era una mirada fría pero desafiante, fue cuestión de segundos para que se le dibujara una sonrisa torcida y su expresión se relajó.

—Levántate, quiero enseñarte algo. —Se levantó quedado frente a mi, a lo que yo le di un vistazo confundido.

¿Ah?

Solté un pequeño bufido—. No, ¿Qué tal si me secuestras?

Había olvidado que él era casi un desconocido, no podía confiar en él.

Ladeó su cabeza—. Ya lo hubiera hecho hace mucho —su voz sonó incrédula. Se dio la vuelta, metió sus manos en los bolsillos de su pantalón jersey. Y pensé en seguirlo, que fue lo que hice.

Eso no hace que confíe más.

—¿Qué quieres?

No respondió.

Puse los ojos en blanco, seguí caminando, él yacía más o menos un metro más adelante que yo. Me abrace a mi misma a causa del frío viento. Personalmente me encanta el frío, lo disfrutó mucho, pero hay veces que me da dolor de cabeza.

—¿Alguna vez te has enamorado, francesita? —la pregunta salió de la nada, dejándome sin palabras.

Ah...

El amor. Es algo complicado, enamorarse es fácil pero amar diferente, complejo y mucho más difícil.

Cuando una persona ha sido dañada tantas veces por la misma causa, es complicado volver a creer en eso.

Fruncí mis labios—. Si, si…

Por un momento lo único que se escuchó eran nuestras pisadas que hacían crunjir las hojas de otoño, pero luego Hades habló.

—Entiendo tu silencio.

Enarque una ceja—. ¿Ah si? —apresure mi paso hasta que quede a su lado, caminaba muy rápido.

—Completamente.

—¿Has tenido algún amor imposible o alguno que te hizo mucho daño?

Una fina sonrisa de melancolía y tristeza se dibujó en sus labios, o eso es lo que podía percibir. Giro su rostro hacia mí y nuestras miradas chispeantes se encontraron.

—Es interesante hablar contigo, no creí que eso fuera posible.

Levanté mi dedo anular en el aire—. Estás cambiando el tema —declaré.

Negó levemente con la cabeza—. No, no me he enamorado. Si eso es lo que querías saber.

—O sea, ¿Nunca has estado con una chica?

Me sorprendió su respuesta, no mentiré. Quisiera saber más de él, más de su vida, sus deseos y metas. Hades tiene algo interesante. La forma en cómo cambia las conversaciones o como deja dudas en mi con cada una de sus repuestas.

Me dio una mirada cansada—. ¿No te callas nunca?

Entrecerré mis ojos—. Uno: me callo cuando yo quiera. Y dos: tu iniciaste la conversación —enumere con mis dedos.

—Uh, la niña tiene carácter. Aunque eso ya lo sabía —sonrió de lado.

El silencio persistió y ya me estaba cansado de caminar. No debí venir, definitivamente no.

—Si he estado con chicas, Estela, pero talvez tu y yo tenemos un concepto bastante diferente de como es enamorarse.

Finalmente «¡Y al fin!» llegamos a una cabaña bastante bonita. Tenía un toque vintage, luces amarillas de tira colgando desde un extremo a otro. Por lo que podía observar, estaba hecha de madera, no era enorme como para una familia entera pero era perfecta para pasar un rato.

Mis ojos se abrieron como platos y la duda me lleno—. ¿Por qué me trajiste aquí? —lo miré.

Dio unos pasos adelante y abrió la puerta a la cabaña.

—Es mía, y hay algo que se que te interesa. —fruncí el ceño en confusión y me quede helada llevando mis manos hacia atrás de mi espalda para entrelazarlas. Hades se apoyó en el marco de la puerta, río por lo bajo—. No te voy a hacer nada. Lo prometo.

—No te creo.

—¿Por qué piensas eso?

—Porque...

Otra persona ya me dijo lo mismo, y no cumplió.

Suspiré y empecé a caminar. No se perdió ningún moviendo mientras me acercaba.

Quedamos frente a frente y él me hizo una seña con la cabeza para que entrara. Lo hice y quede embobada sin saber a dónde mirar. Porque literalmente parecía lugar de películas o libros, que creemos son imposibles encontrarlos en la vida real. Era tan acogedor y todo estaba muy bien combinado. Los colores que predominaban eran los cálidos, un sofá rojo intenso en una esquina, al frente un televisor pantalla plana no tan grande; luego había una puerta que concluí que fuera el baño, un poco más atrás la cocina y una mesa de madera con centro de mesa y decoraciones en rojo.

Lo miré sobre mi hombro—. ¿Tu decoraste este lugar?

Me sonrió, una mirada divertida volvió a el—. Si, ya lo sé, tengo muy buen gusto.

—Idiota —susurré riendo.

Su mano tomo mi ante abrazo y me jalo para el frente, en un abrir y cerrar de ojos el estaba adelante a unos pasos de mi, guiándome hacia una puerta.

—¿Qué hay a…?

Me quedé con las palabras en la boca cuando el abrió esa puerta. Mi mandíbula estaba por el suelo, yo solté un chillido emocionado. Parecía una niña pequeña llegando a una tienda de juguetes sin saber a dónde observar.

—Vamos, entra.

Mis pasos eran lentos y no aguantaba la emoción. Las cuatros paredes de la habitación llenas de libros, en casa yo tenía libros pero esto era demasiado. En medio un sillón rojo yacía para sentarse a leer. Podía asegurar que estaba sonriendo como una estúpida, porque era cierto.

Me acerqué a el primer estante lleno de clásicos—. ¿Cómo sabes que me gusta leer? —cuestioné extrañada.

Río como si fuera muy obvio—. Literalmente vives con un libro en la mano. Llévate los que quieras.

Mi sorpresa y emoción iba por la galaxia a mil por hora—. ¿Los leíste todos?

—No, son demasiados. —Cruzó sus brazos sobre su pecho y se sentó en el sofá.

No me moleste en mirarlo demás, estaba demasiado concentrada en otra cosa—. ¿Cuál es tu favorito?

Así fue como nos quedamos hablando sobre nuestros libros favoritos, cliché que más nos gustan y cuáles no por horas que sentí que se pasaron rapidísimo. Reímos hasta el punto que nos sonrojamos y mis mejillas dolían de tanto sonreír.

Un par de veces discutimos por personajes que a él le gustaban y a mi no o viceversa. Quería hacer mil preguntas y decir muchas cosas a la vez. No me imaginé que a Hades le gustará leer.

Me sentía cómoda el.

La estaba pasando bien con el arrogante egocéntrico que de vez en cuando ya no era tan patético.

¿Metas? Que alguien me regale libros [cry]

Muchas gracias por las 3k de leídas ❤️<3. 

Aunque siempre lo digo, gracias por leer, amo leer sus comentarios. ♡

Quiero aclarar que no sabía en qué forma escribir los mensajes lol, nunca había escrito mensajes en una historia.

¿Cuál fue su parte favorita de el capítulo?

Hasta la próxima actualización. ❤

Continue Reading

You'll Also Like

587K 66.6K 53
A veces estar tan cerca de un alma rota puede fragmentarte y cuando te des cuenta... ya es demasiado tarde. 💫🥀🎻 [BORRADOR]
356 73 13
Imagínate estar desayunando tranquilamente una mañana cualquiera, de un domingo cualquiera con tu familia, cuando alguien toca el timbre de tu casa. ...
3.7M 162K 134
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...
3.2K 1K 46
Uno, dos, tres, cuatro, muchos aviones de papel caían en mi mesa, cada uno con palabras motivadoras, a los cuales yo no le daba importancia o al meno...