Sí, ambos paraban más dormidos que despiertos en aquel lugar; (Tn)______ se había fijado en ese tiempo cómo también se llevaban al rubio para hacer Dios sabe qué con él. Sin embargo, también se había fijado que su cuerpo había cambiado, sabía que había algo diferente con ella, pero no quería sacarlo a relucir, no les daría esa victoria a los Donquixote.
En ese tiempo solo había conocido a tres de ellos, sus recurrentes torturadores; Monet, Sugar y Pink, aunque este último no le hiciera algo, tampoco hacía nada o mostraba compasión por ella. Ya había perdido la cuenta de cuántos cuchillos o agujas le habían incrustado, de cuantos shocks eléctricos le causaban, o lo último, y el favorito de Monet, rociarle con un maldito lanza llamas.
Una vez intentó saltar sobre la mujer rara y arrancarle la cabeza, pero solo logró que esta le clavara las garras en su espalda y le mordiera en el hombro. Tenía que ser más astuta que eso, aunque su mente ya no estaba del todo cuerda, había perdido esperanza, y había perdido razón; no sabía como Sabo aún se podía mostrar gentil con ella, cuando ella a las justas había empezado a tolerarlo. Su mente estaba fraccionada y sentía que ya no quedaba nada de la dulce joven que cantaba todas las mañanas en el mercado y encandilaba a todo el pueblo; como extrañaba sentirse libre junto a Inti, pasaban penurias y algunos días hambre, pero nada como esto.
Aunque ahora que lo pensaba, esa joven había sido tan ingenua como para enamorarse rápidamente de alguien que ni siquiera sabía quién era, de alguien que ni siquiera sabía su pasado o su nombre, ni siquiera sabía si él era así siempre; por lo que le dijo la... ¿Por qué todos los que habían arruinado su vida eran peliverdes?, se preguntó recordando Hiyori; cuando ella le dijo que Zoro le había dicho que la amaba antes. No, ella no era un caso especial para el espadachín, solo había sido un tropiezo en el camino de sus sueños, y el ser su estorbo, le había costado caro.
- ¿Estás bien? - preguntó Sabo cortando sus pensamientos.
- Solo mi cabeza loca dándome vueltas - contestó sin mirarlo - ¿Cómo es que te mantienes cuerdo?
- Bueno, para ser honesto - suspiró - a mí no me hacen ni la mitad de lo que te hacen a ti.
- Eso explica mucho.
- Además de que - la cortó - confío en mis nakamas y sé que vendrán por mí.
- Que genial que creas ello - sonrió irónicamente.
- Si ellos vienen, te llevaré conmigo - prometió.
- No - cortó rápidamente - no hagas promesas, y si así lo fuera, no quiero salir de aquí.
- ¿Por qué no quieres? - preguntó sorprendido el rubio.
- Porque al único lugar que quisiera ir es a dónde esta mi hija.
- Pues te llevaría con ella.
- No quiero.
- Pero...
- Sabo - lo cortó - de verdad deseo matarte - pausó - siento que hay muchas voces en mi cabeza que desean que todos los que están aquí mueran aplastados y yo morir con ellos; no estoy cuerda, y la única parte razonable de mí, se alegra de que mi hija este a salvo - una lágrima traicionera salió de sus ojos - porque yo ya no estoy apta para cuidarla - siguió con su mirada perdida en la nada y deseando que eso acalle al rubio por ahora.
- Si quieres proteger a tu hija de ti, porque crees estar loca; eso quiere decir que hay una parte de ti por salvar.
- Ya cállate - cortó la mujer, para recostarse en la pared húmeda, mientras dejaba que otra lágrima se asomara en su mirada inexpresiva, porque de verdad deseaba que lo que dijera el rubio fuera verdad; que aún había parte de ella que salvar. Pero el ver la marca de agujas en su muñeca, sabía que ya no había vuelta atrás.
* * *
- ¿Entonces no muestra mejoras?
- Es la única que no ha muerto en los experimentos, pero no hay cambios físicos, joven amo.
- Entonces la bitácora de Ceasar no ha servido para nada - regañó, haciendo que una vena resaltara de su frente - si seguimos así, el Gobierno Mundial anulará mi libertad.
- ¿Hacemos el trato con ella, joven amo?
- No, Sugar - sonrió - esa mujer aún nos puede servir para algo. Ella es solo una humana débil y cómun, pero quiénes vienen por ella, pueden ser buenos candidatos para los experimentos - rió.
- Aún no hay movimiento alrededor - informó Monet.
- Pronto lo habrá - sentenció con una sonrisa.
* * *
- No me mires así - refunfuñó Zoro - ya volverán, y Franky prometió traer cosas para hacerte más juguetes ¿Qué más quieres? - la pequeña Quilla que se encontraba en sus brazos, no dejaba de señalar por donde se habían dirigido los demás - No vas a ir con ellos - apretó sus cachetes - son unos "atrae problemas".
- Mira quién lo dice - Zoro vio con amargura al dueño de la voz - Hola preciosa - se dirigió a la bebé, que inmediatamente al oírlo se puso a reír y quería ir a sus brazos.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó dándole a Quilla, ya que la pequeña se estaba poniendo muy inquieta por querer estar en los brazos del cirujano.
- Ver que no nos tardemos más de lo suficiente, Mugiwara-ya puede...
- Ya entendí - lo cortó, sin duda le molestaba que su hija prefiera estar en los brazos del moreno.
- No sabía que eras celoso, Zoro-ya - se burló.
- Mira quién habla - empezaba a enfadarse - quien retuvo a (Tn)_____ porque no quería que se encontrara conmigo.
- Lo hice por su bien - se defendió.
- Lo hiciste porque sabías que ella aún me amaba - añadió con sorna, dándole en el clavo, por la expresión del cirujano.
- ¿Cómo amar al hombre que la abandonó a su suerte?
- Ella fue la que me echó - empezó a apretar los puños.
- Pues entonces no la amabas lo suficiente, porque de haber sido yo, la hubiera obligado a ir conmigo.
- Ni siquiera sabes como fueron las cosas - bufó - ella llamó a la marina; y quizás sí tengas razón, ella no me amaba - dijo con un nudo en la garganta - me echó como un perro, como si no hubiera valido nada...
- Eso confirma mi teoría.
- ¿De qué mierda hablas?
- De que no la amabas lo suficiente - besó la frente de Quilla - si la hubieras amado, reconocerías que nada de lo que dijo era verdad.
- ¡Claro que no lo creí! - empezó a gritar - Kenshi sabía que estaba mintiendo, pero ella llamó a la marina y Sanji apareció de la nada para salvar a ese idiota enamorado de ser capturado - al decir ello, entonces Law cayó en cuenta recién de un detalle.
- ¿No has hablado con Kuroashi-ya, verdad?
- ¿Qué tendría que hablar con él? - preguntó con más calma, pues no quería asustar a su hija.
- De nada - respondió inmediatamente, pues era algo que no le correspondía - los chicos la extrañan - señaló a la bebé - ¿Me la puedo llevar un rato? - Zoro miró con incredulidad al moreno por su cambio de actitud - prometo regresarla.
- Si en dos horas no está aquí, te seguiré hasta el infierno.
Law, solo lo miró antes de desaparecer con Quilla en su burbuja azul. Dejándolo confundido, ¿Por qué había mencionado a Sanji? ¿Qué tendría que ver el cocinero con todo el embrollo con (Tn)______? Desde que Law había aparecido con Quilla en brazos, Sanji había empezado a actuar de una manera extraña, ni siquiera se había aproximado a la pequeña en todo ese tiempo, solo cuando le daba a Zoro su biberón o las papillas que ella podía comer.
Él había visto el comportamiento del rubio con otras niñas o niños, era muy abierto y paciente, más que él, según su experiencia, el rubio estaría loco por una "pequeña damita"; ¿Por qué con su hija no era así? Un poco más, y pareciera que este le tuviera miedo a Quilla, ahora que Law lo comentaba, lo había notado más apartado de todos, incluso de Nami y de Robin, ¿Era solo una maldita coincidencia, o había algo más?
A lo lejos vio como Inti y Chopper regresaban con Nami, por lo que decidió que era buen momento para exigirle al tigre unas respuestas.
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¡Chaaaaan! Jajajajaja <3
¿Dejamos que explote la bomba ya?
Les leo sus comentarios y quiero agradecerles por amar esta historia y divertirse, tal y como yo lo estoy haciendo cuando escribo <3. Love you