Izzie y Cristina estaban charlando alegremente con April cuando una mujer enojada entró en la cocina.
-¿Dónde está ella? - preguntó con voz fría.
Cristina se sacudió de la cabeza a los pies y comenzó a rezar.
-¿La chica? - preguntó Izzie, haciéndose la tonta.
-No eres idiota, mi madre. - Habló la mujer irónica.
-Creí que estaba muerta...
Antes de que Izzie terminara de hablar, su maestra ya la estaba alcanzando y sosteniendo su cuello entre sus manos.
-Está en uno de los dormitorios. -Izzie habló con dificultad.
-¿Y quién lo ordenó?
Cristina se desesperó de su hermana menor y acudió en su ayuda.
-Maestra, nos conmovió la actitud de la chica. - explicó la menor.
Addison soltó el cuello de Izzie y se apoyó contra la mesa para evitar caer al suelo por falta de aire. La mujer se acercó a Cristina, quien se estremeció de miedo. Si seguían con vida, Cristina mataría a Izzie, pensó la menor.
-No me moví en absoluto y por eso la dejé allí, ustedes dos tienen que aprender a seguir mis órdenes para siempre o comenzaré a ser malo con ustedes. -Addison habló bruscamente.
-Si señora. - dijo Cristina.
Las hermanas se quedaron sin palabras esperando la orden de su amo. La orden de Addison los tomó por sorpresa.
-Consígale un vestido en el estudio y envíela a cenar. -Addison habló saliendo de la cocina.
Los dos se quedaron sin palabras y Izzie terminó encogiéndose de hombros después de un rato. Esto no era normal viniendo de un Montgomery.
-¿Estás bien? - preguntó Cristina corriendo hacia su hermana.
-Creo que si. - respondió Izzie acariciando el lugar que Addison había presionado.
Cristina en un momento de furia comenzó a abofetear a su hermana quien trataba de deshacerse de cada bofetón.
- Casi nos matas, idiota. - Habló la pequeña mientras continuaba la secuencia de bofetadas a Izzie.
Después de un rato, Cristina dejó de golpear a Izzie y miró a su hermana con el ceño fruncido.
- ¿Nos dijo que preparáramos a Meredith para la cena? - preguntó ella confundida.
- Sí. - Respondió Izzie emocionada.
La emoción de Izzie tenía una razón. Tal vez Meredith fuera la salvación de todos allí.
- No Izzie. - advirtió Cristina.
- Cristina, ¿y si ella es la chica? - preguntó Izzie esperanzada.
- Ya no nos meteremos en problemas en este lugar. - respondió Cristina.
- No necesitaremos hacer nada, si Meredith es la chica, el destino los unirá, o incluso ya ha comenzado a hacer eso.
Cristina y Izzie eran prisioneras de la familia Montgomery. Pero prisioneros en el sentido de la gratitud. La madre de las hermanas pobres estaba al borde de la muerte cuando la dulce Bizzie la salvó y ayudó con la educación de sus hijas. Cristina y Izzie vieron a su madre salir de su lecho de muerte y revivir, ya que ese día juraron lealtad a la familia Montgomery. Lástima que no todos los de Montgomery fueran tan dulces como la difunta Bizzie.
Hace cinco años estaban desesperados por la dirección que estaban tomando sus vidas. Addisom era cruel y desalmada, estaban sufriendo a manos de la mujer. Entonces una bruja les dio esperanza. Dijo que el destino de Addison ya estaba formado por el amor. Amor que haría bien a Addison, el amor de Addison era otra chica.
Cristina también esperaba que Meredith fuera la niña. Pero después de tantos años de sufrimiento intentó olvidar y convencerse a sí misma de que todo esto era mentira.
- Espero que todo salga bien. - habló Cristina suspirando y recibiendo un abrazo de su hermana.
- Todo va a estar bien. Preparemos a Meredith para la cena.
Sonriendo, caminaron hacia la habitación de la niña.
***
Meredith miró intensamente cada detalle del vestido que Izzie y Cristina le habían traído. Era demasiado hermoso para usarlo en una cena sencilla. Así que Meredith lo guardó y tomó un vestido más simple que también le trajeron, pero este estaba destinado a ser usado en la vida cotidiana. Ni siquiera iría a cenar con esa mujer, en realidad no.
Addison caminaba lentamente por el pasillo cuando escuchó las voces de Cristina e Izzie y se acercó a ellas.
- ¿Qué paso? - preguntó asustando a las dos.
Las hermanas palidecieron y miraron a la mujer.
- Meredith no se siente muy bien. - Reclamó Izzie.
- SOY GRANDE, ACABO DE NEGARME A CENAR CON UN SER MONSTRUOSO. - gritó la niña dentro de la habitación.
Addison sintió que le hervía la sangre y corrió hacia la puerta tratando de entrar, pero estaba cerrada.
- ABRE ESA PUERTA. -Ella ordeno.
- NO ES LO MISMO.
Las hermanas retrocedieron por seguridad y observaron la escena con miedo.
- VEN A CENAR, ES UNA ORDEN.
- NO SOY UNO DE SUS EMPLEADOS. AHORA DEJAME SOLA, MONSTRUO.
Addison empezó a golpear la puerta con fuerza, pero sabía que era inútil. Todas las puertas de ese palacio se hicieron con la intención de ser indestructibles.
- ¡ABRE!
- PUEDE PERFORAR LA PUERTA DURANTE AÑOS, PERO NO ME HARÁ UNIRME A USTED EN LA CENA.
Addison golpeó la puerta por última vez y se volvió hacia sus hermanas, que se encogieron de nuevo en sus asientos.
- SI ELLA NO ME ACOMPAÑA A LAS COMIDA, NO ESTÁ AUTORIZADA PARA COMER. - ordenó y salió del pasillo.
Las hermanas huyeron rápidamente y suspiraron cuando llegaron a la cocina.
- Eso no estaba en mis planes. - Dijo Izzie.
Cristina puso los ojos en blanco y negó con la cabeza.
- Dejemos eso a un lado. - dijo Cristina.
- Pero primero sirvamos la cena de Meredith. - Dijo Izzie.
Cristina abrió mucho los ojos y negó con la cabeza.
- Izzie Stevens, ¿cuál es tu problema?
- Cristina, ¿está tan mal que me haga ilusiones? Ya no soporto vivir con miedo en mi corazón. - Liberó a la hermana.
Cristina suspiró y abrazó a Izzie de inmediato.
- Izzie y ¿y si ella no es la chica?
- Siento que lo es. - confirmó Izzie llenando su corazón de esperanza.
Los dos prepararon la bonita mesa y corrieron a la habitación de Meredith. Tan pronto como entraron encontraron a la pobre niña acurrucada en el suelo.
- Hola Meredith, todo está bien. - Dijo Izzie acercándose a ella.
Meredith negó con la cabeza y suspiró derrotada. Ella estaba prisionera en ese lugar.
- ¿Nos acompañas a cenar? - preguntó Cristina.
- Ya dije que no voy a cenar con esa mujer. - respondió Meredith llena de rencor.
- Ella no lo estará. -Izzie disparó rápidamente.
- Pero pensé que había ordenado no darme comida. -Meredith recordó la orden de la mujer.
- ¿Qué te dije? No te preocupes por Addison y sus tonterías. - Dijo Izzie bromeando y haciendo temblar a Cristina.
Meredith se levantó del suelo y dejó que las dos hermanas abrieran el camino, abriendo el camino hacia el comedor. Tan pronto como la hermosa rubia entró en la habitación, se encontró cara a cara con una hermosa y abundante mesa.
- Dios mío, es mucha comida solo para nosotros.
- Meredith, eres nuestra primera visita en años, todo esto lo hizo Amelia
-Explicó Izzie rebotando.
Meredith pensó que era mejor no corregir a Izzie debido a su emoción, pero ella no era una visitante aquí.
-Siéntese y disfrute de la mejor cena que haya tenido en su vida. - Dijo un joven entrando a la habitación vestido con ropa de mayordomo.
-¿Dónde está George? -Cristina le preguntó al chico.
- No tengo ni idea. Pero esta noche estaré a disposición de las damas. - Dijo el chico haciendo una reverencia.
Cristina sonrió encantada y Izzie negó con la cabeza.
- Meredith, este es Owen. - Presentó Izzie.
Meredith sonrió y también se inclinó ante él. Por primera vez se sintió acogida allí y por primera vez sintió que tenía amigos.