Un chico amante a las flores...

By LaiOliher

40.5K 6.7K 1.6K

Luego de pasados dos años desde el día que marcó de mala manera la vida de Bell en el instituto, podría pensa... More

"Un chico amante a las flores"
Antes de leer
1||💜
2||💜
3||💜
4||💜
5||💜
6||💜
7||💜
8||💜
9||💜
10||💜
12||💜
13||💜
14||💜
15||💜
16||💜
17||💜
18||💜
19||💜
20||💜
21||💜
22||💜
23||💜
24||💜
25||💜
26||💜
27||R
28||E
29||S
30||💜
31||💜
Epílogo
Hey!

11||💜

900 183 27
By LaiOliher

1/3

~BELL ROUX

Después de pegar el grito en el cielo no supe que hacer.

Salir de la ducha no era una opción. Estaba desnuda, mojada, desorientada, y, aunque era normal considerando que me encontraba en medio de una ducha, mi rostro ardía de vergüenza. Tanto como para no desear que viese mi cara.

—¡Salte! —insistí revolviéndome debajo de la ducha, cubriendo mis pequeños senos con un brazo y parte intima con la otra mano. A pesar de que los cristales de la ducha tenían un efecto nevado que impedía que el viese mas que una sombra.

—Ya salgo, tranquila —Lo escuché decir mientras mi espalda hacía contacto con las baldosas oscuras de la pared paralela a los cristales.

«Click»

La puerta se cerró.

¿Qué estaba haciendo él aquí?¿Habría alguien más en la casa? Solo había una forma de saberlo sin salir a explorar la casa.

—¡Hey!¡Deccan! —grité moviendo las puertas corredizas un poco —. ¡Espera un momento!

Sentí como abrió la puerta una vez más. Pero no se asomó.

—¿Cambiaste de idea y quieres que me quede a acompañarte? —Inquirió. Casi podía ver la mueca de malicia en su rostro aunque se mantenía del otro lado de la puerta.

—¡No! —chillé tapando mi boca de inmediato para luego susurrar —. No, claro que no. Solo dime si hay alguien más en la casa.

—Sí ¿No has visto la fiesta en la terraza?

—¿Qué? —Ahogué un grito.

—Es broma —me di un golpe en la frente llamándome tonta por haber caído pues, antes de entrar al baño, había echado un vistazo a la terraza y sabia que no había ninguna fiesta allí —. Solo estamos Orson, mi padre y yo.

¿Por qué no me partía un rayo ahora mismo?

—Mierda —musité —. Bien, gracias. Puedes irte. Cierra la puerta, por favor.

Rio.

—¿Qué te da risa? —Resoplé cerrando la ducha cuando recién la había abierto.

—¿Crees que soy tu esclavo? Si me pides que me vaya ¿Me tengo que ir?

—Sí —espeté sin creer lo que escuchaba —. Se llama "respetar a la intimidad de otros".

—Pero antes me disponía a marcharme y me has pedido que me quede.

—Y ahora te pido que te marches y me dejes terminar de ducharme en paz.

—¿Y si decido obedecer a tu primera orden y no a la segunda?

—Deccan —Gruñí.

—Estaría haciendo lo que tú me pediste de una forma u otra.

—¡Déjame ducharme en paz!— Ordené fastidiada. Tenía un talento especial para agotar mi paciencia.

—Esta bien, está bien —Cerró la puerta.

Reabrí la ducha permitiendo que los delgados hilos de agua enjuagaran mi cabello y mi cuerpo. En unos minutos estuve fuera secando mi cabello con una toalla y vestida con un delicado vestido de tirantes con una ligera apertura en el escote, de color rosa pálido y estampado de orquídeas violetas.  Ni siquiera sequé bien mi cuerpo intentando volver a la habitación de Luce en el menor tiempo posible.

Anduve hasta puerta, exhalé tomando el picaporte, abrí y saqué mi cabeza y parte de mi cuerpo, con el objetivo de asegurarme de que el camino estuviera despejado para salir corriendo en dirección a la habitación de mi amiga.

Deccan estaba ahí fuera.

Yacía recostado sobre la pared en un momento y en el siguiente me agarraba por la cintura para tirar de mi y acorralarme contra la pared. Ahí, en pleno corredor.

Me tensé de cabeza a pies.

—¿Qué...? —empecé a reclamar removiéndome, pero él soltó mi cintura y me calló colocando un dedo sobre mis labios delicadamente.

—Shh... No querrás estar en la incómoda situación de que te escuchen gritar mi nombre —susurró —. Mejor lo susurras en mi oído.

Quería que me soltara. Necesitaba que se apartara de mi. Porque tener a un hombre tan cerca, tocándome, era mi segundo punto débil. Lo miré a los ojos, posé ambas manos sobre su pecho y lo empujé. Pero ni siquiera se inmutó, solo rio por lo bajo negando con la cabeza.

—Apártate —ordené, más como una suplica aunque mi voz haya sonado fuerte, pegando mi espalda a la pared todo lo posible para poner distancia entre nosotros.

No obstante, él se pegó aún más a mí, hasta el punto que la única separación entre nosotros era la ropa.

Cerré los ojos y respiré profundamente. Sentí su característico olor a colonia y chocolate. 

Era Deccan. Castaño, alto, ojos café, cabello bien peinado hacia atrás, con traje y corbata, olor a colonia y chocolate. Era Deccan, no era nadie más.

<<—No todos quieren hacerte daño>>.

Respiré profundamente una vez más y abrí los ojos. Me observaba confundido.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo? —Susurré, casi no me escuchaba ni yo.

Ladeó la cabeza. Sus ojos comenzaron a recorrer mi cuello hasta llegar al pequeño escote en forma de V del vestido. No dejaba ver nada pero, instintivamente, me cubrí.

—Imagino que no llevas nada debajo.

Esa mirada. Revolvía tantas cosas en mi interior y él no tenía ni idea. Sentía que mi corazón rebotaba dentro de mí cuerpo como una pelota. No llevaba nada debajo porque el vestido era ajustado y mis senos no eran tan grandes. Pero eso no tenia nada de malo.

—Deccan, sepárate —Musité intentando sonar demandante, en cambio, mi voz sonó nerviosa.

Estaba muy nerviosa.

—Hueles a... flores.

Se separó un poco para mirarme a los ojos. Su rostro estaba tan cerca, demasiado cerca.

—¿Bell?¿Deccan?

Luce apareció en el corredor estrujándose los ojos haciendo obvio que estaba recién levantada. Nos observaba como si no creyese lo que veía.

—Sepárate, Deccan —Aproveché que estaba despistado por la interrupción de Lu y me aparte a un lado.

Él alzó sus manos en señal de rendición.

Le eché una ojeada a Lu por el rabillo del ojo, parecía desconcertada. Desvié mi atención al castaño una vez más.

—Yo... tengo que subir... —Anuncié dando un paso para retirarme.

—Bell —Deccan llamó mi atención.

—¿Qué? —grité. Afectada por lo que había sucedido.

Arrugó el entrecejo y arqueó la boca hacia abajo. Desconcertado.

—Nada —aclaró su garganta —. Al fin y al cabo es solo atracción ¿Verdad?

Ni siquiera lo pensé. Respondí.

—Sí, me atraes. Solo eso —sonreí sin mostrar mis dientes —. No creo que eso cambie porque tu no puedes inspirar en alguien más que un deseo puramente físico. No tienes nada más que ofrecer, no tienes nada... interesante.

Deccan arqueó una ceja. Su rostro expresaba horror ante mis palabras, cómo si no creyera que alguien pudiera pensar de esa manera sobre él. 

Los tres nos quedamos en absoluto silencioso y, cuando la situación se volvió demasiado tensa, volteé y caminé, lo más rápido que puede, hasta la habitación de Luce. Esperando que no se notara lo desesperada que estaba por salir de la vista de Deccan. Mi amiga me siguió y, apenas llegamos y cerramos la puerta, me lanzó una mirada de «¿¡WTF Bell!?», a lo que yo respondí con una sonrisa apenada.

—¿Qué pasó ahí?— Inquirió con los ojos muy abiertos cruzándose de brazos.

Ni yo sabía que había hecho, o por qué le había soltado aquel discurso a Deccan cuando no pensaba nada de lo que dije realmente. Quise justificarme para sentirme mejor, pero esa no era la solución. La solución era pensar antes de hablarle a alguien que no había dado ninguno de los golpes que me dejó rota.

Le conté la historia a Luce, con detalles, e inicié una pequeña discusión con ella por decirme que estaríamos a solas cuando no fue así.

Pasó una hora hasta que decidimos bajar a la cocina. Estuve todo el camino intranquila, mordiendo mis uñas, y echando un vistazo a todos lados. Con la incertidumbre de no saber si Deccan seguiría por allí. La ansiedad se multiplicó por un millón cuando el señor Orson nos dijo de acompañarlo a almorzar, a él y a Deccan junto a su padre, que ya se encontraban en la mesa sentados. Orson tomó asiento en un extremo, en el lugar de anfitrión, el señor Mike a uno de sus lados, Deccan en el otro delante de su padre, y a cada lado de estos respectivamente habían preparado otros dos lugares. Luce llegó primero a la mesa y tomó el lugar junto Mike. Me quedé de pie y quieta mirándola de mala manera. Ella sonrió a modo de disculpa, sin embargo, eso no cambiaría el hecho de que tendría que tomar asiento junto a Deccan. Podría haber pensado que lo hizo sin darse cuenta, pero ambas sabíamos que había sido totalmente intencional.

No levanté la vista de la mesa en ningún momento desde que llegué hasta la silla. Repasé una y otra vez los tribales azules en los platos de porcelana blanca, buscando ignorar lo que me rodeaba.

Lindo día cuchara.

Lindo el chico que está a tu lado.

Si la vida era un circo el payaso era yo.


N/A

Hola Hola Hola

Cuánto tiempo florecitxs Jeje :)

No, esta historia no está abandonada, solo que la autora comenzó las clases presenciales y desea que la tierra de la trague unas mil veces al día, mínimo.

Pero bien, ¿Qué les pareció el capítulo? *Guiño, guiño, codazo ,codazo*

Espero que les haya gustado porque HOY HAY MINI-MARATÓN!!!!

Oh sí, oh sí...

Tres capítulos de recompensa para que no me odien porque yo lxs quiero 💙💜💐

Nos leemos de nuevo mañana<3

Continue Reading

You'll Also Like

312K 35.6K 56
•°Jack Conway después de un código 3 exitoso, encuentra a un niño omega en situación de calle y que necesitaba ayuda. ≈Gustabowl≈ @La imágen en porta...
478K 56.8K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
8.3K 143 4
Una chica simple de veinte años la cual se esfuerza para sacar adelante a su familia, luego de que su padre las abandonara dejando a su madre embaraz...
5.3K 409 29
Emberly es la chica extraña fría y sin sentimientos.Sus padres la maltratan, la hacen sentir como basura la comparan porque no pasa sus expectativas...