LILY'S BOY

By jenifersiza

1.3M 143K 79.8K

Antes de que comience su tercer año en Hogwarts, Harry se enfrenta a tres semanas enteras de tiempo sin super... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Capítulo 79
Capítulo 80
Capítulo 81
Capítulo 82
Capítulo 83
Capítulo 84
Capítulo 85
Capítulo 86
Capítulo 87
Capítulo 88
Capítulo 89
Capítulo 90
Capítulo 91
Capítulo 92
Capítulo 93
Capítulo 94
Capítulo 95
Capítulo 96
Capítulo 97
Capítulo 98
Capítulo 99
Capítulo 100
Capítulo 101
Capítulo 102
Capítulo 103
Capítulo 104
Capítulo 105
Capítulo 106
Capítulo 107
Capítulo 108
Capítulo 109

Capítulo 31

12.9K 1.4K 816
By jenifersiza

-Potter, quédate donde estás-. La aguda voz resonó en el aula de Pociones, y Harry hizo una mueca, sacudiendo la cabeza cuando Neville le lanzó una mirada preocupada.

-Ya me pondré al día-, aseguró, preguntándose por qué estaba en problemas esta vez. Quizás, después de tener el fin de semana para pensarlo, Snape se arrepintió de haber sido tan amable con Harry. Habían pasado una tarde bastante agradable trabajando juntos en sus aposentos, y probablemente sólo quería dejar claro que seguía siendo el malvado y terrorífico murciélago de las mazmorras que Harry había creído que era durante los tres primeros años de colegio.

Cuando eran los únicos dos que quedaban en el aula, Snape cerró la puerta con llave y atravesó una serie de guardias de privacidad; él también era consciente del subterfugio de Skeeter. Harry permaneció en su asiento, esperando la explosión.

-¿Con qué frecuencia compruebas él capa?-.

Harry parpadeó ante la inesperada pregunta. -Yo... ¿qué?-.

-El maldito mapa de los Merodeadores-, aclaró Snape. -¿Con qué frecuencia lo revisas?-.

-Al menos tres veces al día, últimamente-, dijo. -Buscando a Rita Skeeter-. Hasta ahora no había surgido nada inusual, salvo que el señor Crouch estaba en el colegio a veces. Pero probablemente estaba organizando cosas del torneo. -¿Por qué lo preguntas?-.

Snape frunció el ceño. -Alguien entró en mis almacenes privados hace poco-.

-¿Cree que fue otro campeón que buscaba gillyweed?- inquirió Harry, preguntándose quién sería tan estúpido como para robarle a Snape.

-No; lo único importante que faltaba era la piel de boomslang-. Sus ojos oscuros se volvieron puntiagudos cuando la comprensión apareció en el rostro de Harry. -No habrás vuelto a preparar la poción de Multijugos, ¿verdad, Potter?-.

-¿Qué? No!- Harry negó inmediatamente. -¿Para qué me serviría el Multijugos? Espera, ¿cómo sabes lo de la primera vez?-.

-La señorita Granger fue poco delicada al irrumpir en mis almacenes, y dejó su firma mágica por todas partes-, respondió Snape. -No me diga para qué la usó, estoy seguro de que no quiero saberlo. Supongo que tuvo algo que ver con que la señorita Granger se transformara parcialmente en gato-.

Harry se rió al recordarlo. -Sí, un poco de confusión allí-. Snape le dirigió una mirada desesperada. -Le juro, señor, que no sé nada de que se haya hecho Multijugos. ¿No pudo saber quién lo hizo esta vez?-.

-Quienquiera que haya sido, fue muy minucioso a la hora de eliminar cualquier rastro de su presencia-, dijo Snape, pareciendo bastante molesto por eso. -Robaron lo suficiente para un lote bastante grande de Multijugos, así que sospecho que no necesitarán más por un tiempo-.

Harry levantó la mirada bruscamente cuando las palabras del hombre se asentaron en su cerebro. -Crees que es para un uso prolongado-.

-Creo que hay alguien en este castillo que no es quien parece ser-, confirmó Snape. -Sea quien sea, está haciendo un trabajo impecable al hacerse pasar por el objetivo elegido-.

-¿Crees que son los que pusieron mi nombre en el Cáliz?- Preguntó Harry con gesto adusto. Snape asintió.

-Tendría sentido, sí. Mantente alerta, Potter, y revisa el mapa siempre que puedas. Si algún nombre te resulta desconocido, acude a mí inmediatamente-.

-Sí, señor-. El mapa era enorme, pero Harry lo vigilaría lo mejor que pudiera. -¿Puedo ir, señor? Voy a llegar tarde a Historia de la Magia-.

-Lo cual, por supuesto, sería una gran tragedia-, replicó Snape secamente, haciendo que Harry soltara una risita.

-Oh, estaría devastado-, estuvo de acuerdo. Snape puso los ojos en blanco, dándose la vuelta.

-Vete, mocoso. Ven a verme a la hora de comer el día 23, y te traeré tu gillyweed. Cuanto más fresca esté, más potente será-.

-¡Gracias, profesor!- Al salir de la clase, se aseguró de poner una expresión apropiadamente deprimida mientras pasaba por delante de la multitud de segundos años que esperaban el comienzo de la clase. En cuanto pasó junto a ellos, su expresión se transformó en un ceño fruncido de preocupación, y sus manos se pusieron a sacar el mapa de su mochila. Eran... noticias preocupantes. Al menos ahora tenían algo que buscar.

Harry ya se estaba acostumbrando a que uno o los dos gemelos Weasley lo sacaran de la sala común. No opuso resistencia y dejó que lo arrastraran hasta su dormitorio. -¿Qué estás planeando ahora?-, preguntó con suspicacia. Le enviaron idénticas sonrisas inocentes, que no engañaron a Harry ni por un segundo.

-¡Nada inapropiado!- insistió Fred.

-Sólo estábamos hablando de ti-, dijo George conversando.

-Como hacemos a menudo-.

-Y nos dimos cuenta de que estamos depositando mucha confianza en ese novio tuyo-.

-Sabemos que dices que está bien, pero a veces eres un poco tonto-.

-No te ofendas-.

-Así que estábamos pensando, como los únicos dos de tus hermanos que saben la verdad-.

-Deberíamos conocerlo, como es debido, para asegurarnos de que es un tipo decente como dices que es-.

Harry no se sintió desconcertado por la alternancia de frases, pero sus palabras le hicieron parpadear. -Has conocido a Draco-, dijo, perplejo. -Muchas veces. Jugué al quidditch contra él. ¿Recuerdas?-.

Ambos gemelos pusieron los ojos en blanco. -Hemos conocido a Malfoy-, aclaró George.

-Príncipe de Slytherin y pringado de sangre pura-, añadió Fred de forma servicial.

-No hemos conocido a Draco. No a tu Draco, al menos-.

-Y pensamos que podrías embrujarnos si aceptábamos ese encuentro-.

-Así que decidimos preguntarte si podrías organizar algo-. George parecía esperanzado, apoyado en el poste de la cama. -Es obvio que estás enfadados con él. Sé que has dicho que Sirius y Lupin lo han conocido, así que obviamente no es terrible ya que lo aprueban, pero...-

-Es de la familia-, terminó Fred, con un tono sorprendentemente serio. -Y si es todo lo que dices que es, entonces diablos, podría terminar siendo familia también, algún día-. Harry se sonrojó furiosamente: eso era adelantarse mucho, Merlín, ¡sólo tenían catorce años!.

-Entonces, ¿podemos conocer a tu novio?-, terminaron al unísono.

Hubo un pequeño y divertido calor que se acurrucó en el pecho de Harry. Los gemelos querían conocer a Draco, verlo como Harry lo veía, conocerlo de verdad. Incluso Neville no había dicho nada más sobre Draco desde el Baile de Yule. -¿Prometes que serás amable con él?-, preguntó con cautela. George le sonrió, por una vez sin picardía ni dramatismo.

-Él te hace feliz-, dijo simplemente. -Eso es suficiente para al menos conseguir un pase en cualquier travesura para una reunión-.

-Después de eso, decidiremos-, terminó Fred con una sonrisa de satisfacción. Harry resopló; eso era todo lo que podía pedir, supuso. Ni siquiera él tenía un pase libre completo para la inmunidad a las bromas. Aunque eso podía deberse a que los gemelos habían descubierto que Harry devolvía tan bien como recibía, después de pasar medio verano viviendo con Sirius y Remus. Harry aún no les había contado la verdad sobre los dos Merodeadores; se estaba guardando esa pequeña joya para cuando más la necesitara.

-He quedado con Draco mañana por la noche-, dijo finalmente. -Lo consultaré con él, pero ustedes dos poden venir conmigo-.

Los gemelos sonrieron. Harry esperaba estar tomando la decisión correcta. Cuanta más gente tuviera del lado de Draco cuando finalmente hicieran pública su relación, mejor.

Harry consiguió pillar a Draco después del desayuno a la mañana siguiente, y el rubio parecía increíblemente incómodo ante la perspectiva de ser presentado a los gemelos como el novio de Harry. Pero tras una promesa de no hacer bromas -(y varios besos para calmar sus nervios)- Draco aceptó el encuentro, y así Harry se encontró apretujado bajo la capa de invisibilidad con los dos altos pelirrojos esa noche después del toque de queda.

-Esta cosa es increíble-, murmuró George en voz baja, asombrado por la capa. -No me extraña que te escabullas tanto-.

-¿Nos la puedes prestar alguna vez?- preguntó Fred. -¡Sería muy útil para tantas cosas!-.

-Siempre que tengan cuidado con ella-, aceptó Harry. -Era de mi padre-. Estaba seguro de que a su padre le gustaría la idea de que los gemelos usaran su capa para hacer travesuras. A Sirius, sin duda, le gustaría.

Llegaron al aula vacía de Encantamientos y Harry abrió la puerta de un empujón, sonriendo al ver a Draco encaramado en la mesa del profesor. El Slytherin estaba nervioso, Harry pudo notar la línea de sus hombros, pero no había ninguna señal de ello en su rostro. Harry dejó caer la capa, saludando a Draco con una sonrisa. -Hola-, dijo en voz baja, dando un paso adelante, y luego dudando cuando los gemelos aparecieron detrás de él. Nunca había besado a Draco delante de otra persona. ¿Estaba bien si lo hacía?.

La luz de los ojos de Draco se atenuó un poco cuando Harry no se movió hacia él, y eso le hizo decidirse; acortó la distancia entre ellos, presionando sus labios sin dudarlo, incluso cuando sus mejillas se pusieron rojas. Uno de los gemelos -(estaba bastante seguro de que era George)- soltó un silbido de lobo.

-Nuestro pequeño ha crecido, besando a los Slytherins-. Definitivamente, ese era George, olfateando y limpiando una lágrima imaginaria por el rabillo del ojo.

-Sólo sigo tu ejemplo-, replicó Harry con dulzura, haciendo que George se congelara.

-¿Tú qué sabes?-.

Harry se rió, sacudiendo la cabeza; sólo había sido una corazonada, pero eso definitivamente confirmaba las cosas. George había besado al menos a un Slytherin en el pasado. Se preguntó quién sería.

Tomando la mano de Draco en la suya, tiró del rubio fuera del escritorio y lo acercó a los gemelos. -Draco-, comenzó, -estos son Fred y George. No te preocupes si no puedes distinguir cuál es cuál, todavía-. Harry ya ni siquiera estaba seguro de cómo podía distinguirlo, simplemente lo sabía. -Fred, George, este es Draco. Mi novio-. No pudo evitar la sonrisa que se apoderó de su rostro ante el anuncio, y George arrulló.

-Míralo, Freddy a punto de pelear con nosotros, ¿no?-.

Harry no se había dado cuenta de que había adoptado una postura protectora, manteniendo a Draco ligeramente detrás de él. Se sonrojó, pero no se movió.

-Puedes estar tranquilo, Harrikins; ésta es una misión pacífica-, insistió Fred, tendiendo una mano hacia Draco. Draco la estrechó, con inquietud en el rostro. -Entonces, tu padre es un mortífago-. Lo dijo como si hablara del tiempo, y Harry se estremeció.

-Fred-. Su tono era de advertencia, pero la mano de Draco se posó brevemente en su hombro.

-Está bien-, aseguró, encontrando la mirada de Fred con la cabeza alta. -Lo está. Pero yo no soy mi padre, y preferiría morir antes de arrodillarme ante ese monstruo retorcido-.

La mirada de Fred lo evaluó cuidadosamente, y finalmente asintió. -Bien. Creo que Harry no dejará que te ocurra ninguna de esas cosas, así que en eso estás bien-.

George se lanzó al lado de su gemelo, agarrando el brazo de Draco en un apretón de manos. -Eres mejor en Pociones que Harry, ¿verdad?-.

-Eso no es difícil-, respondió Draco, sonriendo. Harry le dio un ligero pinchazo en el costado. Ahora sí que se le daba bien. -¿Por qué?-.

-Hemos estado trabajando en esta variación de la Solución Hinchante para uno de nuestros productos-, explicó George, -y hemos tenido algunos problemas para que sólo funcione en ciertas partes del cuerpo-.

Harry se quedó parpadeando mientras su novio era robado por los gemelos, arrastrado hacia unas sillas vacías y llevado a un debate sobre las medidas de los ingredientes y los tiempos de elaboración. Aun así, no podía enfadarse demasiado por ello; los gemelos se estaban esforzando mucho. No habían traído ningún producto de Wheezes y, aparte del primer comentario de Fred, no se les escapó ni una sola mención a la familia de Draco. Harry no estaba seguro de lo que había estado esperando cuando había aceptado la reunión, pero algo con más de una pelea ciertamente había cruzado su mente. Draco se había portado bastante mal con la familia Weasley en el pasado, aunque no con los gemelos específicamente. Sus familias tenían una disputa de sangre que había durado generaciones.

No podía ser de mucha ayuda discutiendo sobre Pociones, pero Harry acercó una silla al lado de Draco de todos modos, sonriendo cuando el rubio enredó sus dedos en los de Harry sin siquiera pensarlo, su otra mano haciendo una serie de gestos para ayudar a explicar lo que fuera que estaba explicando a los gemelos. Muchas cosas pasaron por encima de la cabeza de Harry, pero era evidente que Draco sabía de lo que hablaba, y los gemelos claramente apreciaban la aportación.

-Puede que tengamos más preguntas para ti-, advirtió George, después de que Fred terminara de anotar las instrucciones de Draco. -Los dos somos bastante decentes en Pociones, pero nunca ha sido nuestra favorita. Los hechizos son mucho más fáciles de manipular-.

-Supongo que puedo ayudar en lo posible-, consintió Draco. -Siempre y cuando pueda confiar en que no usarás mi propio trabajo en mi contra-.

Los gemelos compartieron una sonrisa. -Creo que es justo-, estuvieron de acuerdo. George miró su reloj.

-Bien, entonces será mejor que los dejemos solos-, dijo, ampliando la sonrisa mientras les guiñaba el ojo a Harry y a Draco de forma lasciva. -No quiero quitarles toda la noche-.

Harry se sintió inconmensurablemente agradecido por eso. Estaba encantado de que los gemelos y Draco parecieran llevarse bien, pero también deseaba poder besuquear a su novio en paz.

Los gemelos se pusieron de pie y George acarició el pelo de Harry con cariño. -Tenías razón-, declaró. -No es tan imbécil como le gusta fingir que es-.

Draco puso una cara vagamente ofendida, pero Harry lo ignoró, sonriendo al chico mayor. -¿Entonces puedo quedarme con él?-, preguntó en un tono falsamente casual. Fred soltó una risita.

-Siempre y cuando te acuerdes de darle de comer, de sacarlo a pasear y de no dejar que se orine en la alfombra-, respondió, ganándose una carcajada. Le dio una palmada en el hombro a Harry. -Nos veremos por la mañana. No te quedes despierto hasta muy tarde-.

-Recuerda los hechizos del libro-, añadió George, haciendo que Harry balbuceara. ¡Como si estuvieran cerca de necesitar esos hechizos!.

-Nos vemos, Draco-, dijo Fred al Slytherin, asintiendo. Draco le devolvió el gesto, y Harry sintió que se le escapaba algo.

-Si tienes más preguntas de Pociones, escríbelas y envíalas con Harry-, le indicó el rubio. -Haré lo que pueda-.

Los gemelos sonrieron y luego desaparecieron del aula, dejando la capa de invisibilidad de Harry acumulada en el suelo en la puerta. Llevaban el suficiente tiempo escondiéndose por el castillo como para no necesitarla. Harry tampoco la necesitaba últimamente, pero la llevaba por costumbre.

Hubo un tiempo de silencio, y luego Harry soltó un largo suspiro. -Ha estado bien, ¿verdad?-, preguntó preocupado. -¿Estaban bien?-.

Las manos de Draco se apoyaron en las caderas de Harry, y la más pequeña sonrisa se curvó en su boca. -Esperaba más maleficios-, admitió. -Posiblemente un poco de gritos. Desde luego, no... eso-.

Harry sonrió débilmente. -Sí, te sorprenderán-. No se había dado cuenta de lo nervioso que había estado por toda la reunión hasta que terminó, y el corazón le latía en el pecho. -Diría que ha ido mejor de lo que cualquiera de nosotros esperaba. Les gustas-. Si no lo hicieran, no habrían dejado a Harry atrás.

Draco se inclinó, los labios rozando los de Harry de una forma que hizo que el Gryffindor lo siguiera cuando se retiró. -Dejemos de hablar de los Weasley, ¿de acuerdo?-, dijo, deslizando la mano hacia la espalda de Harry.

No se habló mucho de nada durante un rato después de eso.

Esto empezaba a convertirse en algo, pensó Harry, al entrar en la sala común y ver a Ron y Hermione sentados en el sofá junto al fuego y mirándole fijamente. De mala gana se desvió en su dirección, levantando una ceja expectante. -Teníamos algo que queríamos decir-, dijo Hermione a modo de saludo. Harry resopló, sentándose en el brazo de la silla de enfrente.

-Ya lo veo-, murmuró para sí mismo. -Continúa, entonces-.

-Últimamente todo ha sido un poco desordenado-, dijo Hermione con seriedad. -Entre el torneo, y Viktor, y... todo lo demás-. Harry se preguntó si se refería a la actitud de Ron, o a sus muchos otros amigos. -Creo que todo se nos fue de las manos, y lo dejamos. Pero Harry, los tres somos mejores amigos desde primer año. Seguramente no podemos dejar que un pequeño drama y un chico se interpongan en todo eso-.

Estaba simplificando tanto las cosas que Harry la miró un poco. -En primer lugar, nunca he tenido un problema con Viktor-, señaló. -Es genial, somos amigos, si quieres salir con él entonces adelante. Ron es el que tiene ese problema-. El pelirrojo se sonrojó, pareciendo un poco enfadado, pero tras una mirada a Hermione se lo tragó.

-Ronald y yo hemos solucionado nuestras diferencias-, le aseguró Hermione. Harry lo dudaba, pero la dejó mantener su ilusión. -Te echamos de menos, Harry. Sé que has estado ocupado con el torneo, pero dejando de lado todo eso, este año ha sido diferente para todos nosotros. Apenas hemos pasado tiempo juntos. Parece que te estamos perdiendo-. Su voz se quebró ligeramente, y el sentimiento de culpabilidad se agigantó en el pecho de Harry. No era su culpa que ahora tuviera una montaña de secretos que les estaba ocultando.

-No todo ha sido culpa mía-, señaló Harry, pensando en las múltiples discusiones que había tenido con ambos en los últimos dos meses. Hermione agachó la cabeza.

-No, no lo ha sido-, estuvo de acuerdo. -Por eso he pensado que lo mejor sería que pusiéramos punto final a todo eso y volviéramos a empezar, como estaban las cosas. Tú, yo y Ron-.

Obviamente, la tregua tentativa que habían acordado antes del Baile de Yule no era suficiente para ella. Una parte de Harry se preguntaba por qué se esforzaba tanto en salvar una amistad fallida; luego se dio cuenta de que no tenía exactamente a nadie más a quien recurrir. Quizá había sido demasiado duro con ella últimamente. Con los dos. Tenía que ser extraño desde su perspectiva, ver a Harry cambiar tan drásticamente como persona aparentemente sin razón. No sabían lo del encantamiento de Compulsión.

Una vez más, Ron estaba siendo muy silencioso, y Harry miró al chico pelirrojo. -¿Qué te parece?-.

Ron lo miró, sonriendo muy débilmente. -Creo que si algún loco quiere matarte otra vez, te vendrán bien todos los amigos que puedas conseguir-.

Harry le devolvió la sonrisa, aunque el estómago se le revolviera. Ron y Hermione se merecían más oportunidades de las que él les había dado últimamente, después de todo lo que habían pasado. Harry no estaba preparado para empezar a compartir sus secretos, pero al menos podía dejar de esperar lo peor de ellos.

-¿Han hecho ya la redacción para McGonagall?-, preguntó tentativamente, ofreciendo una rama de olivo. Hermione sonrió, incluso cuando Ron gimió ante la mención de los deberes.

-Estábamos a punto de empezar-, dijo Hermione, metiendo la mano en su abultada mochila. -¿Quieres unirte a nosotros? Te ayudaré si quieres-.

Hermione tenía que estar desesperada, pensó Harry, para ofrecerse a ayudarle con el trabajo. No es que lo necesitara en estos días; si ella hubiera estado prestando mucha atención, se habría dado cuenta de que le iba muy bien por su cuenta. -Sí, de acuerdo-.

Sacó su libro de texto de Transfiguración y su material de escritura, deslizándose en el sillón para apoyarse en la mesita. Ron refunfuñó un poco, pero también sacó sus cosas y los tres se pusieron a trabajar. Harry no podía decir que trabajasen juntos -(a pesar del ofrecimiento de Hermione, ella se mantenía al margen y miraba a Ron cada vez que intentaba echar un vistazo a su pergamino)-, más bien trabajaban cerca el uno del otro, pero era un comienzo.

Harry sólo estaba medio concentrado en su trabajo, el resto de su cerebro seguía tratando de averiguar qué había provocado el cambio de opinión. A pesar de la tregua acordada, tras el desastre del Baile de Yule y las consecuencias posteriores, Harry había esperado pasar todo el resto del año sin recibir ningún tipo de propuesta por parte de Ron y Hermione. Ginny seguía enfadada con Ron por haber ignorado a Luna durante toda la noche, Hermione no estaba impresionada por los rumores que circulaban sobre ella y Harry, y Harry había pensado que Ron seguía convencido de que era una especie de traidor por hacerse amigo de gente de otras escuelas y casas. ¿Qué había pasado para que estuvieran tan decididos a aclarar las cosas y empezar de nuevo?.

Era una prueba de lo fracturada que estaba su amistad últimamente que la visión de los tres estudiando juntos se ganaba muchas miradas extrañas de los Gryffindors que pasaban por la sala común. Neville era uno de ellos, que miraba a Harry con preocupación, pero éste se limitó a hacerle un gesto para que no lo viera. Si querían intentarlo, estaba dispuesto a hacerlo.

Cuando terminó su redacción -(más rápido que Ron y Hermione, aunque Hermione estaba por lo menos diez centímetros por encima del requisito sin señales de detenerse)- Harry se sentó estirándose. -Vuelvo enseguida, voy a buscar mi libro de Historia de la Magia-. Más valía que se adelantara a la siguiente redacción, aunque no pudiera terminarla en una noche.

En dirección a los dormitorios, Harry empezó a correr por las escaleras, y casi se cayó de bruces cuando un brazo lo alcanzó y lo empujó a través de una puerta. -¿Qué demonios, George?-, preguntó al pelirrojo, enderezándose con el ceño fruncido. El ceño se desvaneció cuando vio la preocupación en la cara de George.

-¿Qué te han dicho esos dos?- preguntó George. Harry frunció el ceño.

-¿Qué? Sólo quieren intentar ser amigos de nuevo. Supongo que Hermione me echa de menos, supongo que Ron también-. Ron seguía un poco apagado con él, pero había intentado soltar algunas bromas mientras trabajaban, algunas de las cuales eran realmente divertidas. Para sorpresa de Harry, eso hizo que George hiciera una mueca.

-No quiero arruinar nada, en caso de que lo digan en serio-, comenzó con cautela. -Pero pensé que debías saberlo. Los vi a los dos hablando con Dumbledore después del almuerzo hoy-. El corazón de Harry se hundió. -No pude acercarme lo suficiente para escuchar lo que decían, no sin arriesgarme a que me pillaran. Pero parecía que estaba molesto con ellos por algo, y Ron no parecía muy contento por lo que fuera que estuviera diciendo-.

-¿Crees que...?- Harry se interrumpió, incapaz de expresar su preocupación.

-¿Que Dumbledore no está contento de que ya no te vigilen y les ha dicho que vuelvan a estar en tu lista de favoritos?- Terminó George, con gesto de mal humor. -Apostaría mi escoba por ello, amigo-.

A Harry se le heló la sangre en las venas y George le apretó el hombro con simpatía. -Lo siento-, murmuró el pelirrojo. -Si creyera que son honestos, lo dejaría pasar, pero... hay demasiado en juego para que te arriesgues. Y honestamente, algunas de las cosas que Ron ha dicho sobre ti últimamente cuando no estás cerca, me cuesta creer que haya cambiado de opinión, incluso con Hermione molestándolo-.

-Claro-. Harry definitivamente no quería saber lo que Ron había dicho. No estaba seguro de poder soportarlo. -Sí. Yo... mierda-. Se pasó una mano por el pelo, odiando la forma en que sus ojos estaban empezando a picar. Ya ni siquiera le gustaban tanto Ron y Hermione; ¿por qué le dolía tanto que se confirmaran sus temores?.

De repente se vio envuelto en un abrazo, con la cara apretada contra el pecho de George. -Sigues siendo de la familia-, prometió George, con una mano cálida y sólida sobre la columna de Harry. -Nos tienes a nosotros, y a Bill y Charlie, e incluso a Ginny. Si Ron y Hermione están trabajando para Dumbledore, estás mejor sin ellos-.

Eso era cierto, pero no cambiaba el hecho de que eran los primeros amigos que Harry había hecho en Hogwarts; los únicos amigos que había tenido durante mucho tiempo. Al enterarse de que todo era una mentira -(incluso si había sido genuino una vez, ya no lo era)-, Harry no pudo evitar sentir que su corazón se rompía un poco.

-Gracias por decírmelo, George-, dijo finalmente, apartándose y tratando de serenarse. -Me encantaría decir que estoy sorprendido, pero...- George compartió su mirada incómoda. -Debería irme. Se preguntarán por qué tardo tanto-.

-Si necesitas un rescate, ya sabes la señal-, le dijo George, sin discutir cuando Harry salió del dormitorio.

Subiendo a toda prisa a su propio dormitorio para coger el libro que había subido en un principio, Harry volvió a bajar a la sala común con una sonrisa en la cara como si nada hubiera pasado. Hermione le devolvió la sonrisa cuando se acercó. todo bien?-.

-Sí, bien-, mintió con despreocupación, abriendo el libro de texto. Definitivamente, sospecharían si se ponía en su contra tan rápidamente después de haber accedido a volver a ser amigos, pero Harry estaba bastante seguro de que acabarían discutiendo en una o dos semanas y entonces podría separarse. Quizá mereciera la pena intentarlo durante un poco más de tiempo, para darles algo que llevar a Dumbledore. Asegurarse de que Harry seguía siendo el mismo de siempre, aún bajo el encantamiento de Compulsión y felizmente inconsciente de cualquier cosa que tuviera que ver con su herencia o la cultura de los sangre pura o el Wizengamot.

Si iban a espiarlo, más le valía utilizarlo en su beneficio.

Ser amigo de Ron de nuevo significaba que era difícil para Harry escabullirse del dormitorio para encontrarse con Draco, pero finalmente lo consiguió, poniendo al rubio al corriente de la situación mientras se sentaban juntos en el suelo del aula de Transfiguración, un encantamiento amortiguador hacía que la piedra fuera sorprendentemente cómoda. La cabeza de Harry estaba en el regazo de Draco, los estrechos dedos del Slytherin recorriendo su cabello, con el ceño fruncido en los labios. -No me gusta esto-, dijo finalmente. -Ya es bastante difícil mantener todos tus secretos en orden cuando nadie te mira, y mucho menos con Weasley y Granger husmeando-.

-Siempre hay alguien mirándome-, insistió Harry. -Al menos, si sé que están mirando puedo dirigirlos a otra parte-. Apenas una semana de su renovada amistad y Ron y Hermione ya lo estaban molestando para que se abriera con ellos; Ron con el pretexto de querer cotillear con quién se estaba besando, Hermione fingiendo estar preocupada por Sirius. Harry se preguntó si Dumbledore se sentiría frustrado por no saber dónde se escondía el perro animago.

-Eso no significa que debas dejar que miren tan de cerca-.

-Les daré las suficientes mentiras para que Dumbledore se quite de encima, y luego esperaré a que Ron vuelva a ser un capullo y deje de hablarles-, prometió Harry. Ya había conseguido hacerles creer que Sirius se escondía en Centroamérica, de ahí la falta de cartas frecuentes. También le había dicho a Hermione que los asistentes al Baile de Yule eran en su mayoría amigos de Susan, y que él sólo había fingido salir con ellos para tenerla contenta. A Susan le pareció bien ese despiste, feliz de que Dumbledore se diera cuenta de que ella estaba salvando las distancias entre las casas.

Draco parecía dudoso, y Harry se incorporó lo suficiente como para besar el ceño fruncido de su cara, colando su lengua entre los labios del Slytherin. Draco gimió suavemente, tirando de Harry hacia su regazo. -Estás tratando de distraerme-, declaró con una mirada molesta. Harry sonrió con satisfacción.

-Lo estoy haciendo, y está funcionando-, replicó con conocimiento de causa, arrastrando un dedo por el bíceps de Draco y por su pecho, inclinándose para darle otro beso. -Relájate y confía en mí-.

La cabeza de Draco se inclinó hacia atrás contra la pared de piedra, y Harry aprovechó el movimiento para besarle la mandíbula hasta la garganta, acariciando el punto sensible debajo de la oreja, lo que hizo que Draco lo agarrara con más fuerza y sisease de placer.

-A veces eres demasiado maldito Slytherin para tu propio bien-, murmuró Draco, subiendo la mano por la parte delantera de la camisa de Harry. Los ojos verdes de Harry brillaron juguetonamente.

-Por eso te gusto tanto-. Mordisqueó el lóbulo de la oreja de Draco, balanceándose un poco hacia delante en su regazo. Todavía no habían ido más allá del celo del uno contra el otro, pero eso era más que suficiente para Harry. Se estaba volviendo muy bueno en los encantos de limpieza estos días.

La boca de Draco estaba demasiado ocupada para que pudiera replicar durante varios minutos después de eso, y para cuando se liberó estaba demasiado aturdido para recordar sus objeciones. Harry sólo fue un poco presumido por eso, pero fue suficiente para que Draco le frunciera el ceño cuando se despidieron. -Sigue sin gustarme-, insistió el Slytherin. Harry lo besó.

-Lo sé. A mí tampoco me entusiasma-, admitió. -Pero no será para siempre, y si me resisto demasiado a ellos, Dumbledore empezará a hacer preguntas-. Dudaba que tuviera que esperar mucho para que uno u otro metiera la pata y se enfadara con él. No les gustaba la persona en la que se había convertido, eso estaba muy claro. Hermione llevaba toda la semana mordiéndose la lengua, y sólo duraría un tiempo. Si Ron no explotaba antes, claro.

La pareja acabó separándose y Harry se escabulló hacia Gryffindor al amparo de la capa de invisibilidad. Con la mente todavía en la sensación de la suave piel de Draco bajo las yemas de sus dedos, Harry apenas notó el insistente empuje de la magia contra la suya; el castillo intentando advertirle de algo. Sólo cuando oyó el leve ruido de la pata de palo de Moody, se congeló. Lentamente, trató de retroceder por la esquina, alejándose de la fuente del ruido.

-¡Potter!-.

Maldijo en voz baja. La capa de invisibilidad era inútil contra el ojo mágico de Moody. -Profesor Moody-, saludó, dejando caer la capucha de mala gana. Moody se acercó cojeando, sonriendo a Harry en la penumbra.

-Salimos a dar un pequeño paseo nocturno, ¿no?-.

-A veces no duermo bien-, respondió Harry con evasivas, esperando no parecer tan desvariado como se sentía. Draco solía ser bastante bueno a la hora de no dejar marcas, a diferencia de Harry. Ambos sabían que Moody podía ver a través de los encantos de glamour, y Harry no quería preguntas en clase. -Lo siento, voy a subir a mi dormitorio-.

-No te preocupes, Potter-, le dijo Moody con un gesto para que se fuera. -Lo que McGonagall no sepa no le hará daño-. Harry pensó que era interesante que eligiera mencionar a la directora de Gryffindor y no al director. ¿Insinuaba que Dumbledore ya lo sabía, o sólo que era probable que se lo dijera al hombre? -Escucha, ya que te tengo aquí; ¿cómo van las cosas con ese huevo tuyo?-.

-Bien-, respondió Harry, con los ojos entrecerrados. -Se supone que no debo aceptar ayuda de la gente. Especialmente de los profesores-. Como si Snape no le hubiera ayudado ya mucho. Pero Moody no necesitaba saberlo.

El profesor de Defensa dejó escapar una risa ronca. -Como si fueras a ser el único campeón que recibe ayuda externa-, señaló. -¿Seguro que no quieres hablarlo? Mi despacho está siempre abierto para ti-.

-No, lo tengo cubierto, gracias-, insistió Harry. -Mira, si no vas a quitarte puntos ni nada, ¿puedo ir? Realmente me gustaría ir a la cama ahora-. Se acercaba la medianoche, y tenía Pociones a primera hora de la mañana. Snape lo crucificaría si se quedaba dormido en clase.

-Sí, sigue tu camino, Potter. Pero ten cuidado; hay toda clase de extraños en este castillo. Incluso con esa capa tan elegante que tienes, no querrás que venga uno y te atrape-. Moody sonrió, aunque era más bien una mueca, su rostro desfigurado se retorcía de una forma que fácilmente podría dar pesadillas a una persona.

Harry estuvo a punto de señalar que el profesor Moody era uno de esos extraños, pero francamente estaba listo para que toda esa interacción terminara lo más rápido posible. Asintió con la cabeza, volviéndose a poner la capucha de la capa para cubrirse y alejándose a toda prisa del espeluznante profesor.

Cuando estuvo a varios pasillos de distancia, Harry se detuvo y sacó el mapa de su bolso, queriendo asegurarse de que Draco volviera a su sala común sano y salvo. Si Moody se cruzaba con él también, podría acabar sacando alguna conclusión. Sus ojos escudriñaron el papel, sintiendo alivio cuando vio el punto etiquetado como "Draco Malfoy" en las mazmorras, acercándose a la sala común de Slytherin. Entonces, Harry frunció el ceño, con el ceño fruncido.

Según el mapa, Moody estaba en su despacho, detrás del escritorio, como siempre. ¿Cómo era posible? Era imposible que hubiera vuelto tan rápido. Siguió mirando alrededor del mapa, preguntándose si había algún tipo de error, pero aparte de Barty Crouch caminando por el pasillo lejos de la entrada del despacho de Dumbledore -(esa era una reunión absurdamente tardía, seguramente los preparativos del torneo no podían ser tan urgentes)-, no vio a nadie fuera de lugar.

Harry sacudió la cabeza, borrando el mapa y continuando hacia la Torre Gryffindor. Tal vez Moody conocía un pasadizo secreto que Harry no conocía. No era tan arrogante como para suponer que había descubierto todos los secretos de Hogwarts, incluso con la ayuda de los Merodeadores.

La noche anterior a la tarea encontró a los cuatro campeones de los Tres Magos metidos en una pequeña sala de estar en el vagón de Beauxbatons, Fleur insistió en que era el mejor lugar para la privacidad, ya que ninguno de sus compañeros los molestaría. Desde luego era más cómodo que pasar el rato en un aula abandonada del castillo, así que Harry no iba a quejarse.

-Entonces, ¿están todos preparados para mañana?- preguntó Cedric, recostándose en su sillón con una botella de cerveza de mantequilla en la mano. Todos los campeones estaban evitando el alcohol, no queriendo tener resaca cuando se sumergieran en el Lago Negro por la mañana.

-Todo lo preparado que voy a estar-, respondió Viktor encogiéndose de hombros. Todos habían acordado no decir ni una palabra sobre los métodos que planeaban utilizar, queriendo que fuera una sorpresa cuando comenzara la tarea, pero era difícil no hablar de lo que estaban a punto de emprender.

-Tengo curiosidad por saber qué nos han quitado-, reflexionó Fleur. -No he notado que falte nada-.

Harry tampoco lo había notado, pero sus tres posesiones más importantes -(la capa, el mapa y el espejo de Sirius)- estaban en su mochila de forma casi permanente, así que no veía cómo alguien podría llevárselas. Tal vez se llevaran su Saeta de Fuego.

-Es algo que echaremos mucho de menos-, dijo Cedric, poniendo los ojos en blanco. -Quizá hayan robado mis apuntes de Pociones. Tengo una redacción para el viernes-. Los otros tres se rieron.

-Quizá se lleven a una persona-, sugirió Viktor. Harry y Fleur compartieron miradas escépticas.

-¿Seguro que no correrían ese riesgo? Si no llegamos en una hora...- Harry se interrumpió al ver la mirada mordaz que le dirigió Viktor. -Claro, sí, los dragones-. No les había importado demasiado la seguridad de los espectadores en la primera tarea. ¿Quién podía decir que no pondrían a un inocente en peligro para motivar a los campeones? -Supongo que lo averiguaremos por la mañana-.

-¿Crees que tendremos que luchar contra la gente del mar, o sólo encontrarlos?- Cedric reflexionó. -Para recuperar lo que sea, quiero decir. Se supone que la gente del mar es una raza guerrera. ¿Crees que nos dejarán cogerlo y seguir nuestro camino?-.

-Me gustaría pensar que el desafío está en llegar a ellos en primer lugar-, dijo Harry con tristeza. Había toda clase de criaturas en el lago que lo harían bastante difícil. -Pero no me extrañaría que lo hicieran-.

-Simplemente los encantaré-, declaró Fleur, revolviendo su cabello. -Zen zey tendrá que dejarme pasar-.

-¿Funciona eso con los merluzos, entonces?- Harry tenía curiosidad, pues sabía muy poco sobre los veela y sus encantos. -¿Cuáles son sus límites? ¿Puede encantar a gatos, búhos y otras cosas, o tienen que ser humanoides? ¿O un cierto nivel de inteligencia?- Harry supuso que si Fleur era capaz de encantar a criaturas no humanas, habría intentado encantar al dragón en la primera tarea. -¿O sólo funciona con los chicos? Puede que haya sirenas ahí abajo-. El dragón era una madre anidadora, así que tal vez por eso no funcionaba.

-No he probado los detalles-, admitió Fleur, pareciendo divertida ante la línea de preguntas. -Y no soy tan fuerte como una veela completa. Pero el encanto de una veela funcionará en cualquiera que se sienta atraído por las mujeres 'umanoides'. Asumo que los merfolk son lo suficientemente similares para que funcione-.

-Eso explica por qué no funcionó conmigo en la Copa del Mundo-, murmuró Harry con comprensión, dándose cuenta, después de un tiempo de silencio señalado, de que lo había dicho en voz alta. -Quiero decir. Err-. Su rostro se calentó mientras los otros tres lo miraban con los ojos muy abiertos.

-¿Acabas de...?- Cedric parecía vacilante, como si no esperara a decirlo en voz alta hasta que Harry lo hiciera.

-¿Salir accidentalmente?- Harry confirmó tímidamente. -Aparentemente. Por favor, no se lo digas a nadie-. No estaba avergonzado, no realmente, pero era una atención que realmente no necesitaba ahora. La gente ya lo juzgaba lo suficiente como para no saber eso.

-Tu secreto está a salvo con nosotros-, prometió Fleur, acercándose para apretar su brazo con cariño. -Admito que sospeché. Ya he intentado encantar a chicos como tú antes, y no parecías darte cuenta-. Harry parpadeó, mirándola con las cejas alzadas.

-¿Con qué frecuencia utilizas ese encantamiento tuyo?-, preguntó con suspicacia. Su respuesta fue una sonrisa inocente, y Harry supuso, por la forma en que los ojos de Cedric y Viktor se volvieron adoradores, que ella estaba usando su encantamiento en ese momento. Harry se rió.

-Nunca lo uso es cuando es importa-, prometió ella, los chicos volvieron a la normalidad después de un segundo. -Pero a veces es la forma más fácil de conseguir que los chicos me dejen en paz-.

-No Harry, claramente-, se burló Cedric, sus ojos grises juguetones sin una pizca de juicio. -Estás atrapado con él-.

-Debo decir que esto me hace sentir mejor-, declaró Viktor, ganándose una mirada confusa. -Sé que no eres de los que se entrometen en la relación de otra persona, pero había llorado por los rumores sobre ti y Hermy-own-.

-Oh, esos son completamente inventados por Skeeter-, prometió Harry. -Ella es toda tuya, no te preocupes-. Eso hizo que Viktor sonriera, y algo en el pecho de Harry se retorció. No se había dado cuenta de que al chico de Durmstrang le gustaba tanto Hermione. ¿Debía decir algo? ¿Decirle a Viktor que su especie de novia tal vez estaba espiando a Harry para Dumbledore y que quién sabía lo que realmente quería con Viktor? No, no podía hacer eso. Lo peor de lo que se podía acusar a Hermione en lo que se refería a Viktor era utilizarlo para dar celos a Ron.

No era asunto suyo, decidió Harry. De todos modos, Viktor se iría a fin de año.

-Entonces, ¿con quién estuviste en el Baile de Yule?- preguntó Cedric con curiosidad. -Si no fue ninguna de las chicas. Desde luego no fue George; él y Boris dejaron bastante claro a dónde iban cuando se fueron-.

Harry agachó la cabeza, con las mejillas enrojecidas. -Nadie importante-, mintió.

-¿Fue Cassius? Espera, no, él seguía en el pasillo mientras tú no estabas-.

-¿Por qué todo el mundo piensa que estoy con Cassius?- Harry se desesperó, recordando también la suposición de Neville. ¿De verdad pasaba tanto tiempo con el mayor de los Slytherin? No era de extrañar que Dumbledore se estuviera preocupando. -Déjalo o le diré a Skeeter que era a ti a quien estaba besuqueando-, le dijo a Cedric, que se rió.

-Podría ser peor-, dijo encogiéndose de hombros, guiñando un ojo. -No estoy seguro de que a Cho le haga gracia, eso sí. Ella querría mirar si yo te besuqueaba-.

Harry hizo una mueca. -Eso es más información de la que quería sobre ti o tu novia-. Tal vez Cedric no era tan increíblemente recto como George había supuesto.

Cedric estalló en carcajadas, e incluso Fleur y Viktor se unieron a él ante la expresión perturbada que llevaba Harry.

-En ese sentido, creo que es hora de ir a la cama-, sugirió Fleur, todavía riendo. -Ya que 'Arry' no compartirá su cita con nosotros-.

-Si todos sobrevivimos a este maldito torneo, te lo diré-, refunfuñó Harry, poniéndose en pie.

Era más tarde de lo que probablemente deberían haber permanecido fuera teniendo en cuenta que habían empezado temprano, pero Cedric y Harry no estaban ni remotamente cansados cuando se escabulleron de vuelta al castillo, dando las buenas noches a Viktor en el césped. Se separaron en las escaleras y Harry subió rápidamente a la torre de Gryffindor, acercándose sigilosamente a su dormitorio. Todas las demás camas tenían las cortinas corridas, así que Harry trató de no hacer ruido mientras se preparaba para ir a la cama, cerrando los ojos y tratando de obligarse a dormir. Necesitaría todo el descanso posible.

Continue Reading

You'll Also Like

1.2K 107 6
Tras las circunstancias de la investigación todo sale mal, Gang Hee Sik sabe que esto era una batalla perdidas pero aún así no se rinde. Muchas cosas...
23K 1.6K 15
Como dice el titulo estos son one shots de los personajes de Harry Potter (la mayoría será entre Harry y Tom, algunas veces Draco) ☒No hetero ☒Los pe...
77.4K 10.8K 38
Muchos habían llamado a Igor Karkaroff un hombre débil a lo largo de los años, pero pocos lo llamarían estúpido; egoísta, sí, pero no estúpido. Esa m...
516K 34.8K 42
{Segunda parte de : "La Obsesión del Mafioso} Sinopsis: Imagínate conocer a un sensual hombre, super millonario, que te haya ofrecido su ayuda para p...