Narra ______ (Tn).
Después de bajar a molestar a la Sra. Hood —cosa que en realidad no fue molestar, si no más bien dejar que Calum la llenara con propuestas para que le preparara— Calum y yo decidimos volver a mi habitación y hacer algo productivo.
—Me haces cosquillas cuando me tocas ahí. —le dije alejando mi cuerpo de mano de manera involuntaria.
Lo siento, se me había arrancado una palomita. —se excusó volviendo a meterla en su boca una vez que ya la tenía entre sus dedos.
Me reacomodé y le pregunté con una sonrisa maliciosa—: ¿En serio piensas que eso pasará?
Nos encontrábamos acostados en mi cama viendo una película romántica «One day». Para aclarar las cosas, acostados quiere decir él y yo tirados como dos vacas muy gordas en la cama sin poder mover más que los dedos para comer.
Calum me estaba diciendo lo que él suponía que pasaría en las películas cuando su mano rosó mi cuello en busca de su alimento. Puede que sea un poco cosquillosa.
—Es muy obvio, ______ (Tn). Mira —anunció Calum reacomodándose en la cama. Miré hacia arriba, debido a que yo me encontraba un poco más acostada que él—, en todas las películas se quedan juntos. Él se dará cuenta que la quiere más que una amiga y pues le pedirá que salgan. Ella le reconocerá que lo amó en secreto todo este tiempo y serán felices.
Finalizó con una arrogante sonrisa dándome a entender que estaba muy seguro de su de su aseveración. Reí ante su comentario. Era verdad, casi todas las películas eran así, lo que no demostraba ni una parte de lo que era en la realidad.
Era extremadamente decepcionante ver una película romántica y luego compararla con tu vida. Yo sentía cosas por Calum en secreto y él jamás se daría cuenta, y bueno, en el caso que lo hiciera jamás me diría que mis sentimientos son correspondidos.
Negué efusivamente con la cabeza mientras trataba de no sonreír. Él me miraba divertido y luego de esa pequeña discusión volvimos nuestra concentración a la película.
Al finalizar la película me encontraba en un mar de lágrimas olvidando todo a mí alrededor, inclusive a Calum. La dichosa película no había terminado en un muy bonito final que digamos y no sabía si sentirme aliviada de que no estaba tan alejada a la realidad o sentirme fatal porque amo los finales felices.
—Hey, —me llamó Calum y mi organismo reaccionó. Seque rápida y lo más disimuladamente las lágrimas que llenaban toda mi cara—. No puedo creer que estés llorando.
—¿Y qué tiene de malo? —le pregunté a la defensiva—. No entiendo porque miran raro a las chicas sentimentales, soy una de ellas. —continúe apuntándome orgullosa—. Lamento decepcionarte, Hood, pero no puedo ocultar mis sentimientos para hacerme ver más cool.
Rio fuertemente ante mi comentario y presiguió
—No estoy burlándome, ______ (Tn). —negó con la cabeza y de repente su sonrisa se esfumó—. Creo que últimamente todo lo estoy haciendo mal.
—Lo lamento. —reconocí sabiendo que tenía un poco de razón en eso—. Estoy acostumbrada a que me juzguen por eso. Y no es que quiera dar pena. —agregué rápidamente, a lo cual él volvió a sonreír—. Pero no lo sé, soy así.
—Y a mí me gusta que seas así. —me tranquilizó haciendo que yo sonriera, aunque no quería demostrar que me alagaba—. Eso te hace especial para mí, por algo eres mi fresita, ¿no?
Él me regaló una de sus hermosas sonrisas y me abrazó. Aspiré su delicioso aroma queriendo recordar ese momento por siempre. Una vez leí que simples olores te pueden traer recuerdos. Quería que así fuera una vez que Calum y yo tuviéramos que separar nuestros caminos.
—¿Qué tal si traigo algo para beber? —preguntó separándose de mí.
Rendida asentí y agregué—: Y algo salado. Mucho dulce me cansó.
Calum asintió complacido y lo vi desaparecer. Una vez que Calum ya no estuvo al alcance de mi vista revisé mi celular y tenía un mensaje. Lo abrí pensando que era de Ariana, pero era de mi —no tan querida— hermana. Aunque sería mentira si dijera que no la extrañaba montones.
-"Hey, bruja. ¿Adivina quién va a ir a visitarte la próxima semana?
¡Pues yo! Prepárense australianos que allá voy."
Me emocioné al leer su mensaje. Siempre fui una chica muy cercana a su familia, por lo que pasar lejos de casa si me causaba algo de nostalgia. Claro que estar un poco distraída con cuatro chicos y sus dramas hacía que no se sintiera tan fuerte.
Yo amaba a mi hermana con todo mi corazón y la noticia me fascino. Me gustaba pasar tiempo con ella, era como una amiga más, aunque no éramos muy parecidas como yo lo era con Ariana, pero nos llevábamos bien.
-"¡Genial! ¿Cómo es que mamá te dejó?"
No alcancé a salirme, porque ella estaba en línea y me escribió de inmediato.
-"Se te olvida que soy mayor de edad ;)"
Dejé mi celular en el velador y subí a mi cama. Empecé a hacer un baile algo estúpido mientras saltaba. Saber que tendría a mi hermana aquí me ponía feliz, porque era como traer un pedacito de Chile conmigo.
—¿Qué haces?
Dejé de bailar al mismo tiempo que esa pregunta salió de la boca de Calum. Lo miré dándome cuenta de que estaba disfrutando la escena y que, probablemente, la usaría en mi contra.
Bien, no dejaría que me molestara.
—Oh... Pues ¿Bailando? —le respondí obvia volviendo a sentarme en la cama.
—¿A eso llamas bailar? —preguntó con un tono arrogante.
¿Acaso olía un desafiando?
—Creo que me subestimas, Hood. —le dije segura.
—Pues eso lo vamos a comprobar ¿Dónde puedo poner música? —su pregunta me emocionó y le señalé el minicomponente que había allí. Él se acercó y comenzó a buscar en las carpetas—. ¿Tienes All about the bass?
Asentí emocionada a mil, porque era una de mis canciones favoritas del momento y saber que Calum también disfrutaba de ella hacía nuestra competencia mucho más interesante.
La canción comenzó a sonar mientras Calum caminaba hacia a mí haciendo unos pasos creídos. Cuando llegó hasta mí hizo un movimiento pélvico. ¡Maldito movimiento! Reí ante su propuesta y me extrañó sentirme tan libre vergüenza.
Me levanté de la cama de un salto e hice el paso que salía en la coreografía de la canción, me di una vuelta y lo reté nuevamente. Él me miro sorprendido e hizo un gesto de satisfacción. Volvió a bailar y luego a retarme. Nos llevamos un rato así, bailando y riéndonos hasta que caímos agotados a la cama.
—Amo esa canción. —dije rendida después de que terminara la canción.
—Yo también. —concordó para luego preguntar—: ¿Qué hora es?
Me estiré para alcanzar mi teléfono de la mesita de noche.
—Las once de la noche. —respondí—. ¿Hora de dormir?
Calum asintió con una sonrisa. Entre risas comenzamos a armar una cama para que se pudiera quedar en mi pieza. La super cama consistía en un colchón que pondríamos bajo mi cama con unas cuantas mantas.
—¿Cómo van chicos? —preguntó la Sra. Hood entrando de repente. Normalmente ella toca la puerta, pero no la teníamos cerrada, porque eso sería inapropiado.
—Bien. —respondí alegre parándome a darle un beso en la mejilla. Calum también se paró y se mantuvo enfrente.
—No saben cuánto me alegro de que se lleven bien. —reconoció ella sonriente. Estaba cerca de ella, por lo que podía notar un brillo especial en sus ojos. Miré a Calum y él me sonrió haciendo que yo también sonriera—. ¿Van a necesitar algo más?
—No, Sra. Hood, muchas gracias. —respondí, aunque ambos negamos en cuánto lo preguntó.
Ella me sonrió y yo me puse a pensar en lo afortunada que fui al acabar en su casa. Disfrutaba de su compañía y sus cortas conversaciones. Joy era algo tímida, pero una vez que te ganabas su confianza no había problemas para entablar una conversación.
—Bueno, los dejo. —anunció al ver que los tres seguíamos sin movernos—. Buenas noches, niños.
Vi cómo se acercó a Calum. Se dio unos segundos para mirarlo y sonreírle. Sé que esa fue su manera de decirle lo orgullosa que estaba de él y sin perder más tiempo depositó un beso en su mejilla.
—Buenas noches, mamá. —le respondió.
Calum y Joy no eran de muchas palabras, pero podían entenderse con simples palabras y cortas miradas.
Estaba a punto de cerrar la puerta cuando volvió a abrirla.
—Calum. —lo llamó haciendo que él volviera a mirarla—. Me alegro de que estés más en casa.
Cuando finalizó esa oración me miró y pude ver como me susurraba un gracias. No entendí por qué, pero asentí y ella se fue.
Bien. —dijo Calum una vez que su madre salió—. Me iré a cambiar al baño.
Asentí y vi cómo cerraba la puerta tras de él. Una vez que lo hizo corrí hacia mi armario tratando de buscar algo decente. No dormiría con un chico en poca ropa o que pareciera poca ropa, por lo que opté por un pijama de vaquita que consistía en un pantalón blanco con manchas cafés y la parte de arriba que era manga larga y morada.
Aseguré la puerta y me cambié. Luego agarré mi cabello en una coleta y me dirigí al baño a lavarme los dientes. Cuando llegué a la puerta del baño, esta se abrió y quedó un sexy Calum al descubierto. Solo llevaba un simple pantalón de buzo y una polera de los Blink-182.
Se me quedó viendo. No era la gran cosa, yo ya me lo estaba comiendo con los ojos, aunque, seguramente, él miraba lo estúpida que me veía observándolo de la manera en la que lo hacía.
—Lindo pijama.
Entonces bajé mi mirada y me sentí avergonzada. Cumplí con la parte de que no dejara demasiado expuesto mi cuerpo, pero no con la parte de que no fuera muy lindo para una adolescente de dieciséis.
—Aunque me gustaba más el anterior.
Dicho esto, caminó hacia arriba.
Mi cara se tornó roja y sentía mis mejillas arder. Él debía parar de hacer eso, ya que no sabía lo que provocaba en mí. Estaba avergonzada, pero al mismo tiempo alagada. ¿Eso era posible?
Alejé esos pensamientos de mi cabeza y realicé mi aseo bucal. Una vez fuera del baño me mentalicé para no verlo de forma que pareciera pervertida. Yo no solía mirar a chicos así, al menos no antes que Calum apareciera en mi vida.
Cuando abrí la puerta él estaba inmerso en su celular, pero en seguida lo dejo a un lado y me sonrió. Me senté a su lado y el rompió el silencio.
—No me dijiste cual era el motivo de tu espantoso baile.
—¿Espantoso baile? —pregunté haciéndome la dolida—. ¡Pero si te hice añicos en nuestro duelo!
—Sí, si, como sea. —dijo en tono de no estar de acuerdo—. ¿Me vas a contar?
—Es por mi hermana. —respondí con simpleza para luego dejar que la emoción guiara mis palabras—. Es que mi hermana vendrá a visitarme dentro de una semana.
—Nunca me habías dicho que tenías hermana. —me dijo de manera acusatoria frunciendo el ceño.
—En realidad, nunca te he dicho nada de mí. —reconocí encogiéndome de hombros.
—Es cierto. —concordó acomodándose para mirarme de mejor manera—. ¿Por qué? Eres mi mejor amiga.
Era doloroso en cuanto lo decía de esa manera, pero luego de eso se sentía bien. Creo que ser considerada como mejor amiga es algo realmente importante. Me gustaba que pensara eso de mí, aunque eso significara que no me podría ver de otra forma.
—Nunca me has preguntado. —dije obvia.
—De acuerdo. Me encargare de saber todo acerca de ti. —me aseguró con una sonrisa.
—Trato, pero mañana. —dije provocando que él me mirara extrañado—. Estoy cansada.
Inconscientemente hice un puchero que debió verse horrible, ya que él sonrió. Pero también fue su manera de decirme que lo entendía.
—Buenas noches, fresita. —me deseó dándome un beso en la frente para luego acomodarse en su improvisada cama.
—Buenas noches, Calum. —le respondí reacomodándome en mi cama.
Debió haber pasado como una hora en la cual yo no podía quedarme dormida. No me pueden culpar ¿Quién puede quedarse dormida con un hombre tan sexy en tu mismo cuarto? Nadie.
Además de ser tan apuesto, también tenía otros agregados, como que causaba un efecto en mí, como que tenía una hermosa sonrisa, como que me encantaba el sonido de su rosa, como que... me encantaban muchas cosas sobre él.
Me encontraba mirando a Calum que yacía dormido. No lo podía ver con claridad, pero ya podía maginar cómo se vería. Me giré para no desvelarme mirándolo y al cabo de unos minutos sentí la cama hundirse a mi lado.
Mi corazón se alocó un poquito. Un poquito mucho. Sabía quién era, no debía ser demasiado inteligente para hacerlo. Era Calum. Ese olor característico de él inundo mis fosas nasales. Sonreí al saber que si funcionaba lo de los olores.
Nunca en mi vida había dormido con un hombre en la misma cama, pero a pesar del efecto descontrolado que me causaba, solo bastó que sus brazos me rodearan para poder caer en un profundo, dulce y tranquilo sueño.
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*Capítulo corregido*