Las mañanas que le seguían a una noche de sentimientos intensos y alcohol siempre eran insoportables. Había dolor y hambre y malestar y arrepentimiento, una amalgama de sensaciones que se despertaban junto con la consciencia de sí mismo. Los sentidos de Marco estaban abrumados, le dolía el estómago y el cuerpo, tenía la garganta seca y la cabeza le palpitaba con fuerza. Dejó escapar un gemido quejumbroso mientras se removía en la cama.
-No...- la voz vino como un susurro aplacador.
Una mano se extendió sobre su abdomen para retenerlo, firme y cálida. La respiración se le cortó, sabía que si se volteaba se encontraría con los ojos somnolientos de Derek, quizás con una sonrisa, aunque lo dudaba luego del horrendo espectáculo que le había revuelto tanto el estómago que lo tuvo vomitando como si su cuerpo necesitara purgar los errores físicamente. Marco se preguntó por qué, de todas las noches que eran imágenes y sonidos difusos, esa tenía que seguir tan fresca en su memoria.
-¿Estás despierto?-
Otra vez, la voz de Derek era apenas un murmullo. Un poco más ronca que de costumbre, como si aún no se desperezara del todo, pero aún así podía apreciar la apacibilidad y la mesura. Un tono hecho para contener, para resguardar, para evitar que lo primero que apareciera en la cabeza de Marco fueran alertas. Sin embargo, Marco no podía quitarse las perturbaciones y los errores de encima.
-Desearía no estarlo.- contestó, quizás demasiado afligido.
-Eso no suena prometedor.-
-Últimamente nada es muy prometedor.- suspiró.
La cama tembló mientras Derek cerraba la distancia, la cual le dio a entender durante toda la noche que su presencia no era incondicional. Esa mano que ahora descansaba sobre su abdomen era la primera muestra de que la distancia se podía estrechar, pero no demasiado, no aún. Derek se detuvo cuando sus rodillas chocaron con la pierna de Marco, su mano se trasladó hasta su hombro.
-¿Tienes idea de lo deprimente que es escucharte?- le preguntó Derek.
-Perfecto, porque estoy deprimido.- dijo disgustado.-Estoy más que deprimido, estoy sintiendo cosas que ni siquiera sé cómo describir.- agregó, sin siquiera saber por qué estaba hablando.
-Entiendo, porque estoy seguro de que también estoy sintiendo demasiado.- admitió, agotado.
-Y es mi culpa.- dijo Marco, volteándose para poder mirarlo.
Ni siquiera intentó procesar lo que sintió cuando sus ojos se encontraron, no podía. Habían algunas cosas que simplemente debían quedarse en la superficie, porque mientras más se acercaba a lo profundo más se exponía. Sólo podía lidiar con una cosa a la vez, así que intentó no sentir esa mirada.
-No voy a mentirte, sí es por ti.- le dijo Derek, sus palabras escocieron.-Pero eso no quiere decir que no me sienta responsable, las señales se me escaparon de entre las manos.-
Marco soltó una risa, a Derek no se le había escapado nada, simplemente habían algunas cosas que no podía saber porque no importaba cuánta intuición tuviera, no era adivino y no podía leer la mente. Pero además de eso, Marco se había aprovechado de su paciencia.
-¿Quieres hablar?- preguntó, sabiendo que aún no se cumplía la semana de Derek.
-¿Es eso lo que tú quieres...?-
-No puedo creer que voy a hacer esto.- murmuró cubriéndose los ojos con el antebrazo.-Nunca hablo porque no me gusta la idea de que la gente tenga acceso a mi vida, sólo digo lo que digo cuando es necesario; no hablé de varias cosas con Carter ni con Alex, no hasta que necesité que entendieran de dónde venían mis problemas, entonces les conté y comprendieron y me ayudaron.- le dijo, rápido, antes de arrepentirse.
-¿Por qué no quieres que yo entienda?- le preguntó.
-No lo sé.- soltó frustrado.-No quiero que veas... lo malo, pero tratar de evitarlo la está jodiendo más.- dijo, al menos de eso ya se había dado cuenta.
-¿Y crees que si me entero de las partes desagradables voy a arrepentirme de todo este tiempo?- le preguntó..-No me tienes nada de confianza.- bufó, entre resignado y divertido.
-Tú también fuiste indeciso al principio.- le recordó tratando de desviar la atención de él.
-Pero cuando me decidí ya no di un paso atrás.- apuntó.-Y ahora tampoco quiero dar un paso atrás, incluso sabiendo que no confías en mí y que mi seguridad se está cayendo a pedazos.-
Escuchar a Derek ser tan directo y honesto siempre era difícil, habría preferido que tuviera problemas expresándose o siendo una caja fuerte, eso podía manejarlo porque lo entendía. Pero tenerlo a su lado, con los ojos transparentes y toda la verdad en la punta de la lengua era algo que Marco no lograba igualar. Pero podía tratar.
-Mierda... eh...- se deslizó las manos por el cabello, buscando cómo comenzar.-Tengo un... miedo, quizás un poco irracional, lo descubrí hace poco.- dijo.-Estar contigo es... lo único que necesito para sentirme... real. No como que no me sienta real, eso sería delirante, pero antes era como si estuviera de paso, creo.- pensó, no muy seguro de estar usando las palabras correctas.-De paso en casa, de paso con Clara, de paso en la universidad, de paso con las chicas y mis amigos, ¿qué necesidad de dejar una marca en el camino? Pero es como si tu quisieras que dejara marca, como si quisieras sentir que fui real, y eso es... un peso.- suspiró, sintiendo que se le iba el aliento en esa exhalación.-Me da miedo saber que dejaré marca, porque no creo que pueda decidir cómo será.-
Carter y Alex tenían razón, le tenía miedo al abandono, pero quizás ese mismo temor había hecho que se obligara a ser fácil de abandonar, para no sentir el dolor de cuando el momento llegara. Pero era jodidamente difícil prepararse para la pérdida si ponía su confianza en quien lo iba a abandonar, lo que nunca había pensado era en qué pasaría con él si el abandono nunca llegaba. Y Marco había estado listo para que Derek lo dejara, pero no para que se quedara, y saber que quería quedarse era inconcebible.
-Bueno, lo siento, pero ya estás dejando marca.- le dijo Derek.-Y a este paso no es la que habría elegido para mí mismo.-
Esas palabras lo pusieron nervioso, así que dijo lo único que se le ocurrió que podría aplacar la decepción en la voz de Derek.
-Al menos dime que sabes que aunque a veces me escabulla estoy completamente... contigo.- le pidió.
-No sé si...-
-No necesitas celos, porque no quiero a nadie más.- dijo, con un poco más de confianza porque sabía que eso era cierto.-Ok, no puedo creer que voy a decir esto también...- suspiró pestañeando con fuerza.-Un día fui a un club con Charlie, estaba desesperado por quitarme un dolor de encima y necesitaba algo, lo que fuera. Así que lo acompañé, él se fue y yo me quedé en la barra bebiendo, más y más porque no sé cuando detenerme.- dijo y sintió que se iba a morir de vergüenza, pero no era como que Derek no conociera esa faceta de él.-Y... un compañero de carrera me encontró, y... quería estar conmigo. Y la cabeza me daba vueltas y pensé "¿Por qué no?"- dijo tan lento que él mismo se estaba impacientando.-Nos encerramos en un baño, pero cuando la cosa se tornó... sexual, no... No pude, yo solo... No.- negó.
-No suena como una buena experiencia.- dijo Derek, su voz suave pero grave.
-No he estado en muchas peleas, ni siquiera cuando estoy ebrio.- comentó.
Se dio cuenta de que de pronto Derek se veía más despierto, no habían rastros del sueño en sus facciones y su cuerpo se había erguido hasta hallarse semi sentado. Sus ojos eran pura animosidad. Por un terrible segundo Marco creyó que estaba dirigida a él, que al fin todo se había desbaratado, pero luego comprendió que esa mirada no era para él.
-¿Hubo una pelea?- le preguntó frunciendo el ceño.
-No...-
-¿Te lastimó?-
-No realmente...- dijo, pensando en manos extrañas que insistían en tocarlo.-Pero estoy bien.- aseguró, excepto que no estaba bien.-Pero por culpa de ese... encuentro, te abandoné un tiempo.- dijo.-No voy a explicarte cómo me sentí, imagínalo.- dijo cansado, ya no tenía fuerzas para revelar más.
-Si creíste que iba a enfadarme...-
-Sé que no vas a enfadarte.- lo interrumpió.-Lo que solo significaba algo peor, que vas a estar decepcionado y herido.- dijo.-Y no necesito que intentes convencerme de lo contrario.-
-Bien.- dijo, su voz ligeramente apretada.-Duele, pero nunca me prometiste exclusividad, y no lo hiciste para herirme.- le dijo.-No soy egocéntrico, sé que lo que haces no tiene que ver conmigo ¿ok?- dijo, dejándose descansar en la almohada.-Todo lo que quiero es que seas claro, nada más.- suspiró exhausto.
-Por la mierda, Derek.- gruñó sentándose de golpe, con el corazón agitado y tensión en cada músculo, a veces deseaba que Derek fuera menos comprensivo.
-Haces que sea difícil quererte.-
-No necesito que me cuides.- dijo, volviendo a sus antiguas costumbres, demasiado arraigadas como para desecharlas con tanta facilidad.
-Eso no es lo que dije.- lo corrigió.-Pero supongo que cuidar de mis seres queridos es lo que se me da naturalmente, y cuando alguien a quien quiero no me permite cuidarlo... significa que me deja sin saber cómo quererlo.- dijo.
-Lo siento.- dijo con un hilo de voz, por lo que se aclaró la garganta.-Supongo que puedo intentarlo, digo, puedo intentar no negarme a la ayuda, si es algo que te hará sentir mejor respecto a... esto.- dijo con un gesto que los unía.
-Eso me gustaría.- suspiró mirando hacia un punto lejano.-Apreciaría que dejes de huir.- agregó, estaba vez mirándolo.
-No estoy huyendo de ti.-
-Eso es lo que dices, pero se siente de otra forma.-
Marco inspiró, cerrando los ojos por un segundo.
-Bien.- masculló deslizándose una mano por el cabello para tener algo que hacer.-Puedes empezar dándome una aspirina.- dijo, sintiendo el rostro encendido, estaba listo para terminar con la hora de confesiones.
Derek sonrió, una sonrisa que se sintió privada y cómplice, la cual acompañada por esa forma en la que solía mirarlo contribuyó a que Marco recordara con mucha frustración que Derek no besaba hasta que la reconciliación era estable. Pero más allá de eso, comprendió con un nudo en la garganta que estaba perdonado.
* * * * * * * *
-Creo que deberíamos ser novios.-
Eso no lo estaba esperando.
Derek casi se ahoga con el trozo de tostada que acababa de morder, por lo que alcanzó su taza y bebió un poco para aclararse la garganta. Mientras hacía esto no pudo evitar pensar que el momento no era el adecuado, que la propuesta debería haber llegado a inicios de año o después del invierno. Definitivamente no en medio de heridas que apenas se estaban cerrando, pero entonces recordó que Marco no parecía calcular bien ni sus palabras ni sus acciones.
Todo eso pasó por su cabeza en un segundo. Bajó su tasa, depositándola suavemente sobre la mesa y se reclinó hacia atrás, como si observar a Marco con un poco de distancia fuera a cambiar el hecho de que en el fondo, detrás de todas las alarmas, el cuerpo entero no le vibrara con anticipación y la imperiosa necesidad de responder inmediatamente.
-¿Ahora?- dijo en cambio.
-Bueno, supongo que podría volver a pedírtelo después de que lavemos los platos.- respondió.
En el rostro, Marco tenía una mueca de disgusto que Derek no debería haber encontrado tan adorable, especialmente porque su cabeza seguía tratando de darle sentido a todo lo que habían discutido apenas unas horas antes. Pero era bueno verlo más despierto y enérgico que antes, incluso si esa energía tomaba la forma de impaciencia.
-¿Has pensado en por qué se te ocurrió esto ahora?- le preguntó.
Marco le lanzó una mirada curiosamente chispeante, y si el momento no hubiera sido tan breve Derek podría haberla interpretado mejor, pero sólo se quedó con la sensación de que Marco estaba nervioso y quizás un poco irritado.
-Supongo que quiero compensarte por todos los problemas.- contestó.
-¿Y crees que el título es suficiente?-
-También estoy dispuesto a ofrecer más creatividad y nuevas experiencias en la cama.- dijo como si esa fuera la obvia otra opción.
Derek dejó escapar una risa, a la que el chico respondió con una mirada exasperada, pero la molestia desapareció pronto tras una sonrisa.
-Esta es una pésima propuesta.- dijo Derek.-Y ni siquiera estoy seguro de que sea el momento adecuado.- agregó.
-¿Quieres que te lo pida en Año Nuevo bajo fuegos artificiales?- le preguntó Marco, manteniendo el ambiente ligero con sus comentarios.-Porque no haré eso, es demasiado.- negó.-Pero me siento cómodo haciéndolo ahora, incluso si ayer fue un desastre y hoy aún hay... tensión.- lo miró en silencio, hasta que la determinación apareció en su rostro.-Prometo hablar contigo, de todo, de a poco...-
-Eres tan inoportuno.- dijo a pesar de que esa última promesa sí captó su interés.
-Derek.- llamó.-¿Puedes dejar de pretender que la idea no te gusta y decir que sí?- le pidió.-Sé mi novio.-
No pudo detenerse a sí mismo, simplemente no pudo.
-Está bien.- se rindió, aunque en verdad no se sentía derrotado.
-Espera, ¿qué?-
-No me digas que estabas esperando secretamente que dijera que no para librarte de todo esto.- dijo sin medir el ligero resentimiento en su tono.
-¿Qué? No.- negó Marco.-No seas ridículo, es solo que no pensé que aceptarías hoy.- confesó.-Porque tienes una paciencia de mierda.- rió burlesco.
-Eso es cierto.- aceptó.
-Entonces... ¿eres mi pareja oficial?-
-Sí.-
-¿Y todos pueden saber que eres mi novio?-
-Creo que eso debería preguntártelo yo a ti.- dijo Derek, pues ambos sabían que él no era el que rehuía a la gente.
-Esa es una de las cosas que ya no me incomoda.- aseguró. Luego suspiró y lo miró de reojo, jugueteando con su cuchara.-¿No crees que este momento debería haber sido un poco más...?-
-Quizás si me lo hubieras pedido bajo fuegos artificiales.-
-Pero no quiero esperar, te quiero ahora.- dijo Marco bajando la vista.
Derek suspiró, luego empujó su asiento hacia atrás con cuidado y rodeó la esquina de la mesa hasta hallarse frente a Marco, quien también se levantó, posando una mano sobre el respaldo de la silla para mantener el equilibro. Derek lo envolvió en un abrazo, escondiendo el rostro en la curvatura de su cuello y presionándolo con fuerza contra su cuerpo. Podía sentir su calor, su respiración temblorosa rozándole el oído y sus manos aferrándose a su espalda; la emociones eran buenas y complicadas, eran alivio y felicidad y resentimiento, pero por sobre todo se asomaba la calma, porque al fin sabía que la pugna interna iba a remitir. Necesitaba que remitiera.
Se alejó un poco, dejando que su mejilla rozara la de Marco en el proceso, y lo sostuvo, una mano en la nuca y la otra en la barbilla. Había deseo en la mirada que estaban compartiendo, y Derek podía sentir su control vacilando, algo profundo cediendo; y con toda su voluntad se apartó con una caricia de su pulgar contra la mandíbula del chico como último gesto de afecto.
-Tú...- dijo Marco desplomándose en su silla, con los ojos enardecidos y el rostro sonrojado, como si se hubieran besado.
-Creo que quiero esperar.- le dijo.
-¿Esperar qué?-
-Lo sabes.- dijo sin un ápice de duda.
-Pero...-
-Que las cosas estén cambiando no significa que me sienta muy diferente a cómo me estuve sintiendo desde la última vez que estuvimos juntos .- dijo con algo de desagrado.-Así que creo que tengo derecho a un poco de espacio mientras lo resuelvo.-
-Entiendo.- dijo Marco aclarándose la garganta, su ceño fruncido con arrepentimiento.
-Genial.-
-Pero eso no quiere decir que esté de acuerdo, te extraño y en verdad quiero...- suspiró mirándolo de reojo.-Bien, como sea...- masculló, forzando la indiferencia.
-La espera valdrá la pena.- dijo despreocupado, volviendo a su asiento.
-Eso sólo tiene sentido cuando lo dice alguien con paciencia.- lo miró, acusándolo con la mirada.-Prepárate para verme estresado.- advirtió, su tono un poco más ligero.
Derek creyó el tema había llegado a su fin, pero vio que Marco fruncía el ceño pensativo y se daba unos golpecitos distraído en el antebrazo con los dedos. Finalmente pareció llegar a una conclusión y se giró hacia él, el rostro aún reflexivo.
-Otra cosa, dije que estaba dispuesto a nuevas experiencias, y creo que deberíamos tener sexo, como... de verdad.- dijo lentamente, como para darle énfasis.
Obviamente, Derek sabía de qué estaba hablando. No era algo que habían discutido realmente, y Derek creía que era porque él consideraba cualquier actividad sexual dirigida a complacer y ser complacido suficiente, que no hubieran intentado de todo no significa que sus noches juntos estuvieran incompletas o no hubieran sido íntimas. Además, era bueno manteniendo a raya su curiosidad incluso si algunas fantasías se le habían escapado del inconsciente en momentos de excitación. Y en cuanto a Marco, asumía que nunca lo había mencionado porque aún estaba acostumbrándose, pero era obvio que ahora que se sentía más seguro su curiosidad había alcanzado nuevas profundidades.
-¿Sabes? El sexo no penetrativo sigue siendo sexo.- dijo solo porque quería incomodarlo un poco, pero también para dejar su perspectiva clara.
-Oh mi Dios.- se quejó el chico llevándose unas cucharadas de cereal a la boca.-Estoy demasiado sobrio para esto, y con resaca...-
-Tú empezaste.- apuntó.
-Como sea.- rodó los ojos, y Derek creyó que esta vez la conversación sí había terminado, pero Marco continuó.-¿Y... tienes alguna preferencia?- preguntó, otra vez revolviendo su bol de cereal.
-¿Vamos a tener toda esta conversación en términos vagos?- le preguntó alzando una ceja y cruzándose de brazos, divertido e intrigado.-Porque hay palabras muy especificas para preguntar y decir todo lo que quieres, podría enseñártelas.-
-No, gracias.- negó con una media sonrisa.-¿Entonces?-
-No tengo preferencia.- dijo, su mente dispersándose un segundo mientras chequeaba esa afirmación.
-No me digas eso.- soltó el chico, sacudiéndose el cabello con suavidad.-Precisión, Derek.-
-¿Ahora quieres precisión?- chistó, pero dejó la jocosidad de lado para ayudarlo a relajarse cuando vio la ansiedad en su rostro.-Hablo en serio, no tengo miedo, puedo hacer lo que me pidas.- dijo mirándolo con atención para sopesar sus reacciones.
-¿Porque quieres que yo decida o porque no sabes qué quieres?-
-Sé lo que quiero.- asintió, con una sonrisa lenta y segura que hizo a Marco sonrojarse.-¿Tú sabes?-
-Estoy tratando de decidir.- masculló en voz baja.
-Puedo vivir con eso, no soy exigente.- dijo despreocupado.
-¿Crees que no eres exigente?- rió Marco.-Ok, pretendamos que eso es cierto...-
Derek ignoró el comentario y continuó con su desayuno, sintiéndose ligero por la cotidianidad de aquel momento y el hecho de que en verdad estaban hablando y decidiendo juntos. No le importaba cuál fuera el tema, sólo quería sentir que podía decir lo que pensaba y lo que quería sin que Marco se retrajera; pero lo que más le importara era que Marco expresara sus dudas, sus deseos y sus ideas sin restringirse. Era claro que esa mañana el avance había sido mínimo, pero aún así tenía la impresión de que al fin estaban avanzando.