capítulo veintisiete:
la última esperanza.
⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀
—Vamos, es nuestro último esfuerzo.
Leyna miró a Marco Bodt con una sonrisa, tomó la mano de su amigo para ponerse de pie, y juntos se dirigieron a pelear.
Su equipo se desplegó, se dirigían hacia los titanes que trataban de detener a Eren.
La mano de un titán queriendo atraparlos hizo que ambos se separaran, Becker salió disparada en dirección contraria sin poder controlar su equipo.
—¡Leyna!—el chico de las pecas la llamaba, pero la pelirroja había caído mucho más lejos.
Marco terminó cayendo en un tejado, su desesperación por encontrar a Leyna lo llevó a buscar sin cuidado a su entorno, por un momento sintió alivio de encontrar a dos de sus compañeros, Reiner y Bertholdt, quizás podían ayudarlo a encontrarla.
Sin embargo esta alegría desapareció a medida que escuchaba aquella conversación.
—De no funcionar, tendré que hacer algo con mi titán—decía Reiner.
—¿Y si cierran el agujero que hicimos? La poca información que conseguimos habrá sido en vano—continuó Bertholdt.
—Chicos ¿De qué... están hablando?—Marco intervino, ambos soldados voltearon con terror en sus rostros—. ¿Qué significa eso de tu titán? ¿¡Entonces ustedes hicieron esa abertura!?
Ambos quedaron en silencio.
—Marco, fue una broma—dijo Reiner, siendo lo mejor que se les ocurrió en ese momento.
—¿Hablan en serio? ¿¡Pero qué dicen!? ¡Ya déjense de tonterías! ¡Leyna fue derribada por un titán, por favor ayúdenme a encontrarla!—dicho esto Bodt salió de la escena.
A pesar de aquello, Marco no les creía, pensaba como Eren podía transformarse en titán, como el titán colosal aparecía y desaparecía, ni una sola vez dejando rastro, por un momento sus pensamientos pararon, pues escuchó un grito que reconociera en cualquier lado, Leyna Becker.
Se aproximó hasta un tejado, donde a lo lejos vio a su amiga pelirroja acabando con el titán que la acechaba, cierto sentimiento de orgullo lo llenó inmediatamente.
—Lo logró... por supuesto que lo logró—Marco admiró por un instante más, antes de ver como ella se dirigía en dirección contraria pensando en buscarlo—. ¡Espera, Leyn-
Unas manos lo tomaron por detrás, tapándole la boca se encontraba Reiner, llevándolo aún más lejos lo aprisionó contra un tejado.
—¡Reiner! ¿¡Qué es lo qué haces!?—dijo atemorizado—. ¿¡Es otra broma!?
—Para tu desgracia, eres muy listo—Reiner continuó presionándolo, Marco temblaba por el miedo.
—¡AUXILIO, LEYNA, LEYN-!—nuevamente Braun cubrió su boca, antes de ver como Annie aterrizaba frente a él—. ¡Annie, ayúdame, se volvió loco, dile que me suelte!
—Escuchó todo, no podemos permitir que siga con vida—explicó el soldado—. Me parece que Leyna está cerca, la ha estado llamando, es posible que también haya escuchado algo.
Annie abrió los ojos llena de sorpresa, algo asustada de lo escuchado.
—¿¡Qué!? ¡No, ella se fue en dirección contraria, la vi irse, déjenla en paz!—rogaba Bodt.
—No podemos arriesgarnos.
—¡Se aproxima un titán!—avisó Bertholdt.
—Annie, quítale el equipo—Reiner ordenó a su compañera—. No me digas que te encariñaste con estos demonios, después de él iremos por Leyna ¡Demuéstrame que no sientes cariño por estas bestias!
—Pero ella no está...
—¡SÓLO HAZLO!
Con terror en los ojos Annie se aproximó a quitar el equipo de maniobras de Marco, el chico gritó con horror mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.
—¡Basta Annie, por favor no lo hagas!—imploró Marco—. ¡¿Por qué haces esto!?
—Por que es el deber de un guerrero—dijo Reiner—. Buen trabajo Annie, completemos el trabajo con Becker.
Dicho esto, los tres guerreros de Marley salieron del lugar, dejando a Marco Bodt para ser devorado.
—¡ESPEREN, SE LOS PIDO POR FAVOR, DEJEN A LEYNA!—Marco lloraba sin poder hacer nada más—. ¿Por qué tanta prisa? ¡Ni siquiera lo hemos hablado!
Desde un tejado lejano, Annie, Bertholdt y Reiner vieron como aquél titán tomó a Marco quién aún gritaba.
Murió siendo devorado con la angustia de que su mejor amiga sufriera el mismo destino, mientras el resto observaba.
—Debemos... debemos ir por Leyna—dijo Annie aún llorando por la escena.
—¿Y si Marco tenía razón? Qué ambos mueran de la misma forma sería sospechoso, Armin no es estúpido, lo notaría al instante y más tratándose de ella—agregó Bertholdt en defensa—. Yo me encargaré de sacarle información, me acercaré a ella lo más que pueda, si es que sabe algo la mataré, parecerá un suicidio, tendría razones...
Annie agachó la vista, era bastante improbable que Becker estuviera en escena sin haber atacado aún, la dejarían pasar al menos por esa vez.
Sin embargo, cargaría con la culpa el resto de su vida.
—¡Ahora, el acorazado está ahí!— Giselle tenía su misión clara, primero iría por Reiner y de ser posible lo daría de comer a el soldado elegido por Levi.
Hange, Giselle y Moblit dirigieron al escuadrón que ayudaría, la tropa 104 se encontraba apoyada encima del titán de ataque.
La teniente levantó la vista, notando algo inusual, Bertholdt se estaba elevando, pero aún se encontraba muy cerca de ellos, eso solo podía significar una cosa.
—¡AGUARDEN!
Hange volteó llena de confusión, sin poder entender nada solo observó por un pequeño instante a Giselle tratando de acercarse a ella, pero el tiempo no fue suficiente.
En cuestión de segundos, Bertholdt inició su transformación ocasionando una gran explosión aniquilando a cualquier cosa cerca, grandes escombros comenzaron a volar por el lugar, Giselle se vio rodeada por los mismos, lo siguiente que sintió fue como un gran pedazo de madera atravesaba parte de su abdomen, varios escombros golpearon su cabeza con tal fuerza de dejarla inconscientemente, acabando completamente aplastada.
—¡GISELLE!—gritó Hange desesperada.
—¡Sargento Hange!—Moblit cumplió su labor, protegiendo a la sargento de aquella explosión.
El estallido fue reduciéndose, y el titán colosal se transformó por completo.
—Ahora... somos los únicos sobrevivientes—murmuró Leyna viendo toda la destrucción.
—¿¡Qué!? ¡Eso es imposible, la teniente no pudo haber muerto tan fácilmente!
—¡Una maldita explosión le cayó encima, ella y Hange se fueron!
—¿¡Entonces ahora qué hacemos!?—dijo Sasha aterrada.
—Armin—Jean lo llamó—, eres la mente de la operación, guía a tu tropa.
El rubio estaba totalmente aturdido, ¿Cómo se supone que llevaría la situación sin ellas?
—Tenemos que retirarnos...
—¿¡Qué!? ¡No podemos dejar que se acerque a la muralla!
Bertholdt destruía todo a su paso, habían trozos de escombros en llamas volando por todo el distrito, Armin miró al soldado Kirschtein.
—Jean, cambiemos de puestos, no tengo ideas, me equivoqué con Bertholdt, es probable que vuelva a equivocarme.
Leyna volteó con algo de miedo, no podía culparlo de sentir presión por la situación, sin embargo, Armin era su mejor arma.
—Vamos al río—anunció Jean, la siguiente orden de Jaeger fue rugir tan fuerte que Bertholdt pudiera escucharlo, su plan resultó habían llamado su atención pero no lograron detener su caminata hasta la muralla—. ¡Es todo, ataca sus piernas!
—¡Pero con el vapor de su cuerpo no podremos acércanos!
—Solo nos queda intentarlo...—respondió —. ¡Ahora!
La tropa 104 usó su equipo de maniobras y sus lanzas relámpago restantes para intentar detener a colosal, Jean, Leyna, Connie y Sasha se elevaron hasta su cabeza mientras Eren lograba empujar sus piernas, pero esto no bastó pues fue aventado hasta el tope de la muralla quedando inconsciente.
Al momento en que Mikasa lanzaría una de las lanzas para sacar a Hoover, el titán comenzó a emanar vapor extremadamente caliente, obligándolos a retroceder.
Al llegar a un tejado Armin se acercó a Leyna, quién llegó cayendo de rodillas, la chica tosía con fuerza, el rubio la sostuvo lleno de preocupación.
—¿¡Estás bien!?—Arlert la puso de pie mientras ella recuperaba aire.
—Inhalé mucho humo, al igual que el resto—respondió reduciendo levemente la tos—. ¡Mikasa, tu brazo!
—Solo me lastimé con la lanza, recupera aire, Leyna—dijo Ackerman.
La situación comenzaba a tornarse peor, el acorazado volvió a ponerse de pie dispuesto a seguir peleando, fue cuando Armin finalmente pudo pensar en algo.
—El colosal, está adelgazando—Arlert tenía su vista en el titán—. Es como dijo Hange, su vapor lo hace consumir su masa corporal.
—Eso significa que...
—Alejen a Reiner, Eren y yo derrotaremos a Bertholdt—anunció—. Sé que podemos ganar.
Mikasa mostró una suave sonrisa de esperanza—Nos encargaremos de Reiner.
—Te estabas tarando—dijo Jean—. ¡Andando!
Mikasa Sasha Connie y Jean salieron de ahí, Leyna seguía sostenida de Armin, era momento de alejarse, y ninguno tenía la certeza de que viviría.
—No te separes de Mikasa, cuídense las espaldas—Armin sabía que podía ser el fin, se limitó a acariciar la mejilla de la pelirroja.
—¿Pero quién te cuidará a ti?
El rubio la miró por un instante, antes de abrazarla fuertemente mientras soltaban lágrimas ante el miedo.
—Leyna—susurró—. Cumple tu promesa, y vive.
Becker miró aquellos ojos que desataban una tormenta de emociones en ella, sin pensarlo un segundo más, Leyna tomó el rostro de Armin y se acercó hasta sus labios, uniéndose en un suave beso.
Arlert quedó estático por un instante, en medio de todo el caos, en aquella última oportunidad, finalmente estaba besándola.
El suave tacto de los labios de Leyna fue alejándose de los suyos, pensando que sería lo último que recibiría de ella.
Regalándole una última sonrisa llena de esperanza, el rubio se dirigió a la muralla, sabiendo su único plan probablemente le costaría la vida.
"Lo siento Leyna, hubiera amado conocer el mundo contigo..." pensó Armin "Pero cuando pienso en ti siento como crece mi valentía, es por eso que daré lo mejor de mí"
Leyna apartó las lágrimas de su rostro dispuesta a continuar con su misión, pues ahora tenía en la mente un único pensamiento.
Lo haría por él.
⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀
⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀