xxxix. al momento sólido

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capítulo treinta y nueve:
al momento sólido.

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El día era lluvioso, por lo tanto, las lágrimas de Leyna pasaban desapercibidas, mientras sus ojos estaban posados en aquella lápida, la tumba de su amiga.

Junto a ella, Mikasa estaba sentada abrazando sus piernas, el sentimiento de soledad la habría consumido si Becker no hubiera estado a su lado, perder a Sasha era un gran golpe para ambas, pues a pesar de lo distintas que eran la una de la otra, tenían una conexión bastante fuerte.

Siempre era la misma situación, Sasha bromeaba sobre todo, Leyna complementaba el comentario haciendo que estallen en risas, y Mikasa las escuchaba, pues no necesitaba nada más.

—Antes de subir al dirigible los tuve frente a mi—contó Becker—. Debí matarlos.

—No pudimos predecirlo... ninguna de las dos—respondió Mikasa.

El momento se vio interrumpido por el sonido de una pelea.

—¡Asqueroso marleyano, por qué mierda estás en este lugar!—gritaba uno de los policías pateando al hombre en el suelo.

Leyna se apresuró a empujar al oficial al ver de que trataba de Niccolo—¡Déjelo en paz!

—Señor, es suficiente—detuvo Jean acompañado de Connie.

—Niccolo...

—Maldición—dijo el chef desde el suelo—. ¿Oigan de verdad Sasha está muerta? Es demasiado estúpido para ser cierto.

—Bajé la guardia, lo lamento—dijo Jean.

—Yo también—añadió Leyna murmurando—. Debí matar a su asesina en cuánto pude...

—¿Por qué se disculpan conmigo? Yo solo le preparaba de comer—dijo el marleyano, mientras Becker ponía una mano en su hombro.

—Sabemos que no es así—soltó la pelirroja, haciendo que el hombre apartara la vista.

—Lamento su perdida, ella siempre hablaba de lo mucho que le gustaba practicar tiro contigo, te extrañó en tu ausencia—dijo Niccolo—. ¿Y tú, Connie?

—Te agradezco por haberle preparado tanta comida deliciosa—dijo Springer—. Sasha y yo éramos como hermanos gemelos, siento que acabo de perder a mi otra mitad.

Un par de pisadas por detrás hicieron que todos volteen.

—Señor Blouse—dijo la pelirroja acercándose.

—Leyna—llamó el hombre, Becker se acercó a tomar sus manos—. Que gusto verte mijita, tus papás siempre te tienen presente cuando vienen a vernos.

—Señores, lo siento tanto—dijo la joven, para luego agacharse a la hermana menor de Sasha—. Kaya, perdóname.

La rubia más joven se echó a llorar sin consuelo a los brazos de la pelirroja. Durante un instante, la familia de Sasha se acercó a su tumba, fue cuando Niccolo se armó de valor para hablar.

HOUSE OF MEMORIES  ▬  attack on titanWhere stories live. Discover now