「 𝐇𝐎𝐔𝐒𝐄 𝐎𝐅 𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 」. . . soulmates never die. ⚔
⠀ ❛❛Que tus fantasías
⠀ se conviertan en
⠀ ⠀ tu legado.❜❜
Los sueños son el reflejo de nuestra historia, enseñan nuestros anhelos y nos obligan...
Los días pasaron desde la captura de Annie, y la tropa 104 seguía en total lejanía de la situación, estaban reunidos en un simple complejo con dos cabañas y una torre de vigilancia supervisados por Mike, Nanaba y Gelgar.
Leyna Becker golpeaba suavemente la mesa con sus dedos, estaba segura que se derretiría de aburrimiento en algún punto.
Había olvidado los momentos así, holgazanear incluso parecía un insulto para ellos ¿Cuál era el propósito del aislamiento?
Connie apoyaba su mejilla en su mano—¿Saben? Podemos ir un poco más al sur, ahí está mi pueblo, iría a visitarlos rápidamente.
—Sí, mi pueblo también está cerca—dijo Sasha en la misma posición—. Oye, ahora que lo mencionas, Jinae no está tan lejos, ¿Verdad Leyna?
—Hm—soltó la pelirroja, no tenía interés en volver, y menos si no era uniformada.
—Ganaste otra vez—dijo Reiner, él y Bertholdt estuvieron jugando ajedrez por un largo rato, eran incansables.
—Supongo que es suerte—respondió Hoover.
—Oye Leyna ¿Quieres jugar?—llamó el rubio.
Ella se limitó a negar con la cabeza—No sé jugar.
—Vamos, te enseñaré—propuso Braun—. Quizás si pensamos juntos podremos derrotar a Bertholdt.
Becker miró de reojo el juego, pensándolo mejor, cualquier cosa podría ser más divertida que seguir mirando una ventana que daba a la otra cabaña, la pelirroja se recorrió hasta estar junto a Reiner.
—El objetivo es dar jaque mate, tenemos dieciséis piezas para lograrlo, pero cada una de mueve distinto.
Leyna asentía a cada explicación que le daban, sonaba realmente divertido. De esta forma el juego comenzó, tras una partida en la que Leyna y Reiner habían ganado algo de ventaja a pesar de que la pelirroja cometió varios errores, la expresión de Bertholdt cambió a una de mayor concentración.
—Bien hecho, estamos a nada de lograrlo ¿Eh Bertholdt?—dijo Reiner codeando suavemente a Becker.
—Eso parece—Bertholdt sonrió con la timidez que tanto lo destacaba.
