¿Acaso estaba oyendo con claridad o había demasiada estática en mis oídos?, lo dudé, ya que los gemelos fueron los más pálidos que logré divisar en la mesa, Emma no dejaba de reír a carcajadas, mis padres daban una buena aprobación, pero mi padre como que estaba incómodo al comienzo, Ximena no sabía que decirme en lo absoluto solo me miraba esperando a que reaxionara, mientras que las demás-las chicas generalmente-estaban desesperadas pues sus planes de conquista para los dos chicos tendrían que cancelarse por completo y además estaban con sus miradas como cuchillas sobre mi.
Me atraganté con mi propia saliva sin saber que palabra pronunciar.
El badulaque estaba observando cada facción de mi rostro, lo notaba perfectamente: el se divertía con la cara que estaba ahora. Yo no me atreví siquiera a regresar a verlo, a más de unos segundos con el rabillo del ojo , toda mi atención estaba en Felix, bueno...el 90%.
-Entonces los cinco irán a Stanford, ¡eso es maravilloso!-rompió el hielo mi tía Jean con unos aplausos, dando énfasis a sus palabras. Creo que no notó el aire que se formó en la mesa.
-Lo dudo-dijo Emma retorciendose de la risa, como deseé estampar su cara con la lasaña.
-Entonces los cuatro cuidarán de mi hija-dijo mi padre algo escéptico. Estúve en mi interior rezando para que mi padre me prohibiera ir a esa universidad, pero yo sabía que no lo haría, esa era una de las mejores universidades, donde logré entrar con mucho esfuerzo. En verdad, no por un badulaque perdería todo lo que he contruído para mi, tras dar una mirada a Xav volví a mi padre que se mostraba contento-Me agrada la idea.
¡¿Disculpa?!
-¿Por qué no dice algo Dan?, creo que es bueno saber que piensa, al fin y al cabo será ella quien estará con los chicos, ¿no?-continuó Emma. La fulminé con la mirada, cubrí mi boca con mi mano y dije unas palabras moviendo mis labios pero no emití sonido alguno.
No estás ayudando, estúpida. Dije. Ella sonrió con cautela. Hizo lo mismo que yo con su mano.
Me amarás por esto. Respondió. Y si, esta vez si quise ver su cara en el plato.
-Perfecto-dijo mi madre, la alegría se le salía por los ojos-Dínos, Dan. ¿Qué te parece?
Pasé mis ojos por cada uno que se encontraba en la mesa que esperaba mi respuesta, pero la expresión de Xav lo decía todo: el amaba verme en esta situación, captó mi manera de comunicación, movió los labios dejando entender las palabras que esperaba de el desde un comienzo.
Te estamos esperando, bombón.
Te mataré. Dije de la misma forma, lo bueno es que nadie más que los gemelos y Emma notaron mi conversación con el badulaque, o bueno si ha eso se le llama una conversación. Era lo más cercano a ser nromal.
Me volví para los otros con una falsa sonrisa, sabía que mi labio inferior estaba temblando así que por precaución a que alguien lo notara me lo mordí como si estuviera pensativa.
-Yo creo que...-comencé, no debia hacer una estúpidez, así que opte por mi única salida: mentir-¡Estaría fabuloso!, tendría más personas conocidas junto a mi y no tendría que estar sentada en algún baño tragando un sanduche de jamón-dije de forma neutra-Supongo que tener a dos más será...-tragué con fuerza, me daba asco la idea-interesante.
Cuando terminé todos sonrieron ante mi respuesta, creo que era lo que querían escuchar.
-¡Estás jodiendonos!-Dylan se había levantado de la mesa estresado, todos lo miramos, el notó la atención innecesaria que había tomado, se sentó con cuidado y suspiró, formo en su rostro una sonrisa finguida al máximo-Digo, seria un placer tenerlos igual...amigos-dijo la última palabra con desaliento.
-Pues, esta hecho-dijo Felix sonriente-Mañana los cinco estarán juntos de hoy en adelante, espero cuiden de Dan, la comidilla de la mesa a sido sobre ella y sus dichosos problemas, ¿no, Charlie?, creo que es una réplica exacta de ti, aunque más agradable.
De un segundo al otro, Felix tenía pasta en toda su cara, su lengua rodeó sus labios para limpiarse y esbozó una gran sonrisa.
-Me olvidaba de que Charlie recurría a la violencia-dijo el.
-Pues anótatelo en la cabeza, Valois-respondió ella con aire sofisticado, toda la mesa-excepto los menores-se terminaron riendo, como si recordáran viejos momentos.
-Biennn...-comenzó Ximena-creo que deberíamos volver a nuestros deberes de jugar video juegos...¿nos vamos?-me miró, asentí rapidamente haciendo señas a los demás que vinieran conmigo.
-¡Estuvo delicioso!-gritamos todos cuando nos vimos en las escaleras.
Una vez dentro del dormitorio, tomé una de mis armas favoritas: mi raqueta de tenis, por suerte era una pesada, golpear con esto...sería genial.
Dylan se encontraba tumbado boca abajo de mi cama como reflexionando algo, Alan estaba en la ventana conteniendose para no rompero todo lo que veía, Ximena estaba junto a mi sentada en mi silla para el piano, Emma solo se sentó en el seulo, los otros dos estaban en la cama como esperando un veredecito. ¡Oh, y claro que iban a tenerlo!
-Muy bien...necesito hablar con el badulaque a solas-dije entre dientes.
No pasó ni un segundo para que los otro se miraran entre si, sabían que si no se iban los metería a un armario, todos en un abrir y cerrar de ojos estaban ya fuera del cuarto, cerraron la puerta, pero antes de que fuera por completo, la cabeza de los gemelos aparecieron como ninjas.
-No trates algo que pueda llevarme a que me ponga de mal humor-dijo Alan, con su aspecto de asesino serial.
-Concuerdo totalmente, de igual forma ya tenemos tu ataúd listo-concluyó Dylan cerrando la puerta.
-Estoy siendo presa del pánico justo ahora-dijo el badulaque apenas entramos en un ambiente donde solo estabamos los dos. Lo miré fijamente, su mirada mantenía equella chispa de curiosidad y atrevimiento que tanto me impacientaba.
-Tú lo sabías-dije en baja voz.
-¿Qué?-inquirió el confundido.
-Tú lo sabías-repetí pero esta vez había puesto algo de volumen de más en la respuesta-Sabías que vendrías aquí, ¿acaso me engañaste o algo por el estilo?
-No sé de que hablas-respondió frío, su sonrisa se había borrado y todo intento de felicidad estaba completamente descartado.
-¡Esto no es coincidencia!-grité, caminé exasperada por el cuarto revolviendo mi cabello con desesperación y estrés-¡Respóndeme maldita sea!-me acerqué desafiante a el, bajé el tono de mi voz, haciendo que cada palabra sonora amenazadora-Dime: ¿Tú sabías que vendrías aquí, a mi casa, o aunque sea que estarías conmigo en la universidad?, quiero la verdad.
Sus ojos estaban apagados, la línea tensa de sus labios me decía que llegaba a un punto clave, noté sus músculos tensarse por debajo de su camisa.
-No.
Me aparté lentamente de el, lo miré insegura, pero por alguna razón mi cerebro optó por creer.
-Bien. Te creo.
Su sonrisa volvió. Se mostró más calmado, pero sabía que algo andaba mal.
-Eso era lo que esperaba oir hace tiempo ya.
-No he dicho que confío en ti-aclaré-Creéme que si entero o pasa algo que contradiga todo lo que aseguras quiero que sepas que tú no volveras a ver la luz del día, ¿entendido?
-Me ocuparé de que no tengas que hacerlo.
-No puedes prometer eso, la confianza se gana muy duro, no creo que soportes tanto por mi.
-Haría lo que sea por ti.
Me congelé, ¿qué dijo?, ¿acaso esto era una pesada broma de mi cerebro?
-¿C-Cómo es-dije torpemente, la mayoría lo decía arrastrando las palabras-No comprendo...
-Déjalo. Tú solo ten fé en mi, ¿recuerdas?
-Si, si, claro...fé-fuí disminuyendo mi voz, el había cambiado de tema tan rápido que ni siquiera supe como hablar después. Sus palabras flotaban en mi cabeza tan rapidamente que hasta me marié de tanto repetirlas, como un caset. Nuestras miradas se conectaron, era como si sus intensos ojos quisieran decirme algo. Pero yo, no sabía que era.
-Tú sabes que algo escondo-dijo-Y estás en lo cierto, tengo secretos que no puedo contartelos aunque quisiera, tengo un pasado como cualquiera pero un poco diferente, sabes perfectamente que junto a mi estás aml, yo lo sé, sé que junto a mi estás metiendote en líos, pero algo me dice que no debo dejar que eso me gane, que debo quedarme aquí.
Callé. Sus palabras se dispararon y yo estaba al descubierto, ¿qué trataba de decirme?, ¿cómo explicaba esto algo?, ¿cómo que estando con el me encontraba en líos?, las respuestas que me daba, me dejaban con mas interrogantes aún.
-¿Entonces es mejor negar lo que sucede?-pregunté.
-No, lo único que debes hacer es mantenerte alejada, será más sencillo si tú lindo nombre no aparece en los titulares de los periódicos.
-¿Cómo sería posible eso?-el en señal de frustración giró los ojos con desdén.
-Creéme, no te gustará la respuesta.
Cuando iba a decir algo, Xav en sun segundo se había despojado de su camisa, mis ojos no pudieron contenerse al ver aquel cuerpo, unos brazos musculosos, un abdómen trabajado, unos anchos hombros, todo su cuerpo en un bronceada simplemente perfecto, me atraganté y aparté mi mirada de el, aunque no lo veía sabía que sonreía.
-¿Qué diablos haces?-dije tartamudeando.
-Tenía que cambiarme.
-¡Pues hazlo en otra habitación!
-No tendría chiste ni no estuvieras tú.
-Te partiré la cara, maldito.
-Admite que disfrutas de lo que ves y me iré.
-¡Estás loco!-volví mi mirada a el, pero como no respondí el rió, tras unos segundos bajé la mirada-de nuevo-y el rodó sus ojos.
Pero no podía mentirme a mi misma: Me gustaba lo que veía. A veces hay que disfrutar de las pocas cosas que te trae la vida, ¿no?, claro que admirar su belleza era suficiente como para elevar su ego hasta el cielo y nada podría bajarlo.
Los chicos metían mis últimas maletas en la cparte trasera de la camioneta de los gemelos. Se hizo un arreglo con mi familia-obviamente yo no dí mi opinión-iría con Evan, ambos llevaríamos las maletas de todos, en la camioneta de los gemelos, por supuesto, mientras que ellos iban en el Audi que conduciría Xav, suponía que ellos no llegarían completos a nuestro destino.
Permanecí en mi ventana, solo observando como mi habitación se iba quedando sin nada y de como me perdería la maravillosa vista de mi ventana, la torre Eiffel era hermosa, debía admitirlo. Sabía que me iría, en lo profundo de mis pensamientos tenía ideas de como sería mi vida de hoy en adelante, ¿buena?, lo dudo, ¿mala?, tampoco para exagerar, esperaba mantener un bajo perfil y seguir bien en las materias, no quería tener sorpresas.
-¡Dan!-me llamó mamá-¡Baja hija, las maletas están listas y debes ir con Evan rápido!
Suspiré. Extrañaría oirla así todos los días.
Tomé mi mochila donde llevaba mis libros favoritos y mi libreta donde solía garabatear dibujos de vestidos o escribía historias de romance, se me hacía relajante.
Bajé las escaleras, Emma estaba arrimada en al puerta principal, cuando oyó mis pasos volteó a mi, una sonrisa llena de melancolía se formó en su rostro que contenía ya unas cuantas lágrimas.
-Es hora de que te vayas-dijo ella, se limpió unas lágrimas que llegaron a su nariz.
-Te extrañaré, pequeño demonio-dije poniendole un poco de felicidad a la despedida. Debía admitir que peliabamos, pero era mi hermana: la amaba. Y haría lo que sea por ella, todo.
No pasó nada para que sus brazos rodearan mi cuerpo, le respondí, cuando le dí un sonoro beso en su frente noté la cadena de oro que me había mandado a hacer mis padres cuando era una bebé, un hermoso medallón de oro, tenía un adorno en forma de una "P", en la parte de atrás decía algo inscrito.
El amor que das se te devolverá con más intensidad, y nunca sabrás quien pueda ser.
Con amor: mamá y papá.
Amaba esa frase y no sabía el porque, posiblemente sea que me deja con una incógnita en la frente. Era algo significativo, mamá me había dicho el significado de esa frase cuando tenía ocho años. Recordaba que dijo: "A veces el amor no se ve, pero se siente cuando esa persona especial está junto a ti, y cuando tú le entregues tu corazón el te entregará eso y mucho más, y nada, ni nadie podrá separarlos, se complementarán".
Me quedaba noche y día pensando en como sería encontrar a ese "alguien" que todo el mundo quería junto a si mismos. Me preguntaba: ¿Qué se sintiría amar?
Le preguntaba a mi madre, ella amaba a mi padre, pero no sabía como explicarlo, decía que era algo que ni ella comprendía, pero siempre sentía una carga eléctrica recorrer su cuerpo cuando está con papá.
Solo eso tenía: una descarga eléctrica al tocarse.
¿Cómo diablos encontraría a mi complemento?, ¿tendría qué tocar a cada persona del mundo para hallarla?
¡Que bobería!
Pasé mis brazos por las piernas de Emma y le dí un giro inesperado, ella gritó y rió al mismo tiempo, cuando la bajé, de mi bolsa, saqué lo que había mandado hacer para ella, era una pequeña sorpresa, un collar como el mío, pero con otra frase inscrita atrás, cuando ella vió mi regalo se quedó estática, abrí sus manos y se lo entregué con delicadeza.
-Léelo-dije tierna.
Ella giró el medallón.
-Conocerás a alguien que logré llevarte al cielo o al infierno, cualquiera de las dos es perfecta si es el correcto-sonrió delicadamente, miré el sobre que tenía en mis manos, era una pequeña carta de despedida, ella la tomó y leyó mi nota de la carta, la primera, no dijo nada, solo se mordió el labio tratando de contenerse, pero logró hablar- La conexión de hermanas es irremplazable, por eso amo a mi hermana...Dan...yo...no sé que decir...-sonrió como nunca-Gracias.
-Haría lo que sea por ti-dije, de la nada el momento en el que estaba con Xav en mi habitación se me vino a la cabeza. Del como me sentí y del como el lo dijo, la misma frase.
-No puedes prometer eso, la confianza se gana muy duro, no creo que soportes tanto por mi.
-Haría lo que sea por ti.
Moví mi cabeza de lado a lado desplazando aquella idea.
-Losé-escuché que dijo Emma, le dí un último abrazo y salí por la puerta, mis padres estaban esperandome con la puerta abierta, los demás estaban despidiendose de los demás. Me acerqué a mis tíos, noté que Emma seguía mis pasos y apareció a mi lado, la tomé de la mano y le susurré:
-Frank está esperando al tío Will-dije divertida, ella sonrió, sabíamos lo que debíamos hacer-¡Tío Will!-gritamos ambas. El vino corriendo donde nosotras, Emma tenía listo a Frank.
-¿Qué sucede chicas?-pregunto.
Las dos nos miramos cómplices, le guiñé un ojo para que sepa que lo haga.
-Te busca Frank-dijo Emma inocentemente, me sorprendía la actuación que tenía.
-¿Quién es ese tal Frank?-preguntó confundido y curioso, Emma sacó a Frank y la puso frente a mi tío quien se congeló una milésima de segundo, y al siguiente, estuvo a dos cuadras de nosotras gritando.
Todos partimos en risas, antes de ser regañadas corrí a despedirme de todos y les dí unos besos y abarzos muy rápidos a mis padres que noté, estaban preparando la reprimenda, pero huí, me lancé al auto de Evan con velocidad sobrenatural y dije que arrancara, este se sintió en un moento de película, o eso me explicó cuando arrancó, cuando crurbamos el tercer semáforo, ví a mi tío Will correr hacia y parque de los niños, y al final, cayó de cara.
Ups.
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NOTA DE AUTORA:
Hola a todos!!! como están? espero que bien jajaja, vale aquí les dejo el cap, voten y comenten si les gusto ;), espero sus preguntas en ask (link en mi perfil), quería preguntar...¿Qué creen que hará Evan en esta historia?, ohh.... ¡¿acaso no es guapo el infeliz?! jajajaj comentelo ;). Nos leemos luego.
CANCIÓN: Lily Collins - I Believe in Love Version.
FOTO: Gif de Dan y Xav.
Ale.