El hilo que nos une.

By shheeyla_

14.7K 978 810

[EN PARON, PENDIENTE DE ACTUALIZAR] Habían oído hablar del hilo rojo del destino, pero nunca se podrían haber... More

Agradecimientos
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
12
13
14

11

440 42 45
By shheeyla_

Hace 2 años...

16 de agosto

CALEB ANDERSON

Lo primero que vi al abrir los ojos fue una botella de Whisky desparramada a mi lado. También había un concentrado olor a alcohol en toda la estancia. Gire todo mi cuerpo hasta situarme boca arriba, y vi la enorme lampara de araña de nuestro salón colgada del techo –como siempre había estado– justo encima de mi. Me sentía especialmente mal, seguramente por todo el alcohol que ingerí la noche anterior, en la celebración de mi cumpleaños. Intente echar la vista atrás y buscar información en todos los rincones de mi cerebro para recordar todo lo pasado, pero lo único que pude encontrar fue alcohol, alcohol y mas alcohol. 

Gire la cabeza hacia el otro lado y vi otras dos botellas de Whisky mas, estas completamente vacías. De pronto, una mano tatuada, la cual reconocí al instante, cogió una de las botellas y la metió en una bolsa de basura. Me puse de nuevo boca arriba y lo mire.

Una sonrisa burlona se formo en su rostro. — ¿Qué tal tu segundo amanecer con dieciséis años? — me preguntó, mientras que con una de sus piernas me golpeaba suavemente la cadera.

Gruñí. — Una mierda. — le respondí, lo que hizo que se riera abiertamente. — ¿Dónde están Chase y Connor?

— Sus padres los vinieron a buscar hace una hora. — Me informo para después recoger otra botella y dirigirse al comedor.

Intente alcanzar mi móvil, el cual estaba a aproximadamente un metro de mi persona. Cuando ya lo tenia en mis manos lo desbloquee y mire la barra de notificaciones. Entre alertas de batería baja, notificaciones de redes sociales y de juegos, leí una notificación que me dejo completamente desconcertado.

Verónica.

Buenas Noches Derek.

Descansa.

¿Por qué había un mensaje de Verónica en mi móvil? Y ¿Derek? ¿Quién es Derek?

Abrí el chat y comencé a leer todos los mensajes, habían aproximadamente una hora de conversación.

Me incorpore aun mirando el móvil con perplejidad. — Oye Alan.  

Hizo un sonido con la boca para demostrar que me estaba prestando atención. 

— ¿Tu anoche no bebiste, verdad? — Le pregunte.

— No. — me contesto  desde la otra punta del amplio salón. — Tenia que hacer de buen hermano y estar pendiente de vosotros.

— ¿Y recuerdas algo de lo que paso anoche? — le pregunte a mi hermano intrigado.

— No paso gran cosa. Después de que cantarais el cumpleaños feliz y que papa y mama se fueran hacia el aeropuerto, os pusisteis a beber como locos mientras bailabais y hacíais juegos con aun mas alcohol. Después todos los del equipo se fueron a casa y Chase, Connor y tu seguisteis bebiendo hasta quedaros cao en el suelo.

Volví a mirar el móvil. — Y ¿no te suena haber escuchado algo sobre una tal Verónica?

Paró de hacer todo lo que estaba haciendo. — ¿Verónica? ¿La chica con la que os metéis siempre?

Ignore lo segundo. — Si, esa Verónica. — asentí.

El se rasco la barbilla intentado echar la vista atrás. — Si, ahora que lo pienso si. — Fije los ojos en el con total atención. — Después de que los del equipo se fueran y Chase, Connor y tu os quedarais solos, empezasteis a jugar a Verdad o Atrevimiento. Y el caso fue que tu elegiste atrevimiento y te retaron a escribir a alguien de tus contactos. Cogieron tu móvil y empezaron a buscar hasta que Connor dijo algo como «Vamos a hablarle a Verónica la rarita y nos hacemos pasar por otra persona, que he visto en el Instagram de una de sus amigas que también en su cumpleaños y podría ser buen regalo de nuestra parte.» entonces a Chase le gusto la idea y comenzasteis a hablar con ella. 

Al oírlo, por una parte me sentí aliviado de saber que ella no sabia que era yo el que hablaba, o mas bien que era mi numero, pero por otra, me sentí culpable porque Verónica, por lo ilusionada y contenta que se le notaba al saber que a alguien le gustaba como era y quería saber mas de ella, me odiaría mas de lo que lo hacia cuando supiera la verdad.

No tenia ni remota idea de que debía hacer. ¿Decirle que todo había sido una broma? ¿No decirle nada mas y bloquearla? ¿Seguir hablándole bajo la identidad del tal Derek?

Al final me decante por no decirle nada mas, y en caso de que ella comenzara otra conversación, ponerle alguna excusa o bloquearla. Me sentía mal al hacerlo, pero realmente no fue mi culpa. Fueron Chase y Connor quienes le hablaron, y yo me estaba comiendo todo el marrón.

De pronto mi teléfono, el cual estaba apunto de quedarse sin batería, se ilumino por una notificación entrante. Acerque el teléfono para ver de que se trataba y me helé al ver que era un mensaje de Verónica. 

Verónica.

Buenos días.

Aquí tienes mi playlist, anoche se me olvido mandártela.

(link)

Al principio no lo quise abrir, pero mi amor por la música, y la curiosidad ganaron a mi orgullo.

Abrí el mensaje, y antes de entrar en el enlace, le respondí dándole las gracias para que no pensara que la estaba ignorando:

Gracias, mas tarde le hecho un vistazo.

<3

Según lo envié, mi curiosidad por saber si tenia los gustos musicales de todo el mundo o si eran mas variados, me guió a abrir rápidamente al enlace. Y desde el momento en el que lo abrí, me enamore completamente del contenido de la playlist. Entre todos los artistas que se encontraban en ella destacaban algunos como Post Malone, Green Day, Chase Atlantic, Juice Wrld, Queen, Lil Tracy, Shawn Mendes, Lil Peep y muchos mas.

Al fin y al cabo, puede que Verónica no fuera tan rara como pensaba.

· · ·

Entre por la puerta de la cocina. —  Leonora, ¿Qué hay para cenar? — le pregunte a la señora pelinegra que se hallaba cortando verduras en mi cocina.

— Lasaña de espinacas.  — respondió sonriente.

Hice una mueca de asco. — ¿Y no puede ser de carne? — le dije juntando las manos en forma de suplica y haciendo un puchero con la boca.

Sin quitar la sonrisa, me miro. — Señorito Anderson, sabe perfectamente que en su menú de esta semana toca Lasaña de Verdura, así que no hay suplica que valga, yo solo hago mi trabajo. — dijo  y finalmente se rio amistosamente. — Además, esta muy buena.

Yo también reí. — Eso es cierto.

Leonora era una señora de aproximadamente unos 60 años de edad, tenia el pelo negro, al igual que sus ojos. Su piel era morena y con bastantes lunares. Cuando yo nací, ya trabajaba para mi familia, así que no sabia cuantos años llevaba aquí, pero podía asegurar que bastantes. Preparaba la mejor comida casera que había probado en mi vida y usualmente nos preparaba platos procedentes de su tierra llamada Villahermosa en Tabasco, México.

El móvil vibro en mi bolsillo lo que hizo que lo cogiera inmediatamente. Era un mensaje.

Verónica.

Hola Derek.

¿Qué tal vas con el libro que te recomendé?

— ¿Es la chica esa con la que tanto hablas? — pregunto Leonora ampliando su sonrisa.

Mi corazón se acelero al instante. — ¿Chica? ¿Qué chica? Yo n-no hablo co-con ninguna ch-ica. — Tartamudee. — Leonora que cosas dices.

Ella dejo de cortar verdura y se cruzo de brazos. — Estaré un poco mayor, pero no soy estúpida. — vaciló. — Llevas días sonriéndole al móvil como idiota. 

— Leonora estas loca. — Dije cruzando el umbral de la cocina, para evitar la conversación.

Tenia que admitir que me dije a mi mismo muy firmemente que solo le iba a contestar una vez, pero me di cuenta de que Verónica era una persona de lo mas interesante y graciosa, aunque le costara mucho abrirse a la gente nueva. Pero era comprensible, ya que suponía que habría sufrido mucho durante toda su vida. Me comía por dentro saber que la mayor parte de su sufrimiento había sido causado por mi y mi horrible habito de hacer las cosas solo para recibir el apruebo de otros y ser mas "guay".

No se a donde me llevara esto. ¿Se enfadara si le digo que realmente era yo quien le escribía?

· · ·

— ¡Vamos! ¡Mover el culo! ¡Mañana empiezan las clases y no querréis parecer gelatinas verdad! — grito el entrenador a todo pulmón.

El entrenamiento estaba apunto de llegar a su fin. Todos los años empezábamos a entrenar una semana antes de que empezaran las clases. A la gran parte del equipo, les costaba volver a la rutina, pero yo nunca salía de ella. En vacaciones entrenaba diez horas diarias, de seis de la mañana hasta las dos del mediodía y de siete de la tarde hasta las diez de la noche. Era consciente de que era demasiado, pero aparte de la presión que me metía mi padre, también me ayudaba a despejarme y ver las cosas con claridad.

El entrenador tocó el silbato. — ¡Fin del entrenamiento! ¡Quiero ver a todo el mundo en las duchas! — ordenó.

Nosotros le obedecimos y entramos al vestuario de forma alborotada. De todas formas, eramos menos de lo habitual, ya que los de ultimo año pasaron a la universidad y las reclamadas pruebas de admisión aun no habían comenzado.

— Connor pon música. — Dijo Tadd, el cornnerback.

— Voy. — Respondió mi mejor amigo mientras sacaba el móvil de su bolsa. Seguidamente, lo miro con cara de fastidio. — Mierda, no tengo batería.

— Coger el mío, esta en el bolsillo pequeño de mi bolsa. — dije mientras me dirigía en toalla a la ducha.

Me quite la toalla de alrededor de mi cintura, la colgué en la separación que había entre el final de la pared y el techo, y abrí el grifo, dejando que un constante chorro de agua fría cayera sobre mi.

Connor se asomo por la pared. — Caleb. — me nombró. 

— ¿Hum? — le conteste con la boca cerrada mientras cubría de champú mi pelo rubio.

— Te acaba de llegar un mensaje de una tal Verónica. — dijo sin despegar los ojos del móvil. — ¿Es la que estoy pensando? Ya sabes... la rarita.

— Puedo explicarlo. — Dije. — Darme un minuto.

Todos comenzaron a reírse y ha hacerme preguntas. 

— ¿Verónica?

— ¿Qué haces hablando con esa?

— Espero que sea una broma.

— Cuidado que igual te pega la peste o algo.

— . . . 

Me sentí mal por Verónica al escuchar todos esos comentarios sobre ella. No era mala chica, solo es un tanto diferente. Diferente como yo. Solo que yo no lo muestro por el miedo a que me traten igual que a ella.

Termine de deshacerme de toda la espuma que había en mi cabeza, cogi la toalla, me seque, me la volví a atar en la cintura y ande hasta mi bolsa. — Es algo bastante largo de contar la verdad. — empecé a conta mientras terminaba de ponerme la ropa interior. — ¿Os acordáis de la fiesta de mi cumpleaños? Pues todo comenzó esa noche, o por lo menos eso me ha dicho mi hermano. — Todos me escuchaban con atención como si estuviera contando una historia de miedo alrededor de una fogata. —  Cuando todos os fuisteis y solo quedamos Connor, Chase y yo, decidimos jugar a Verdad o Atrevimiento. — Los mire para saber si comenzaban a hacer memoria, pero lo único que note en sus expresiones fue desconcierto. — El caso, que yo escogí reto y me retaron a hablarle a alguien al azar de mis contactos, y como también era el cumpleaños de Verónica, decidieron hablarle a ella haciéndose pasar por un chico llamado Derek. Entonces, a la mañana siguiente, decidí entrar en el rol y seguir vacilándole. — mentí finalmente, no la estaba vacilando, solo quería saber mas de ella. Pero si les decía la verdad, creerían que estaba loco.

Connor se levanto. — Espera, espera, espera. ¿Verónica que sabe sobre el Derek ese?

— Sabe que tienen gustos parecidos, van al mismo instituto y que ha pasado a ultimo año. — le respondí. — ¿Por que?

El se rasco la barbilla pensativo. — Podríamos hacerle una pequeña bromita mañana. — dijo orgulloso.

Todos los del equipo empezaron a aplaudir y alabarle como si hubiera dicho algo asombroso y a mi no me quedo menos que sonreír. Al fin y al cabo, yo me he buscado todo esto.

— Tíos, es el primer día de instituto, vamos a dejarla respirar. — sugerí yo intentando que se les quitara aquella idea de la cabeza.

— ¿Qué pasa? ¿Ahora te cae bien? — me respondió mi mejor amigo. — Ya ha respirado mucho durante las vacaciones.

— No, no. — negué. — Me refiero a que se le veía muy ilusionada hablando con "Derek" y que se entere ahora de que no existe, puede ser muy duro para ella, y siendo el primer día de instituto peor. Podríamos dejarlo para mas adelante. — la defendí.

Me sabia fatal hacerle eso, y a parte, no quería dejar de hablar con ella. Era la única persona con la que podía hablar libremente de música, libros, dibujo... de arte en general. Y cuando sepa que era yo el que le hablaba, aparte de odiarme mas, pensaría que todo lo que le dije era mentira.

— Es su problema haberse ilusionado. — dijo mi mejor amigo con frialdad. — Pensemos en algo rápido y sencillo para hacerle.

· · ·

El chofer paró el coche a aproximadamente un kilómetro de la puerta principal de instituto. — ¿Prefieres que te deje aquí o en la puerta? — me preguntó.

Cogí mi mochila, la cual se encontraba en el asiento de al lado y abrí la puerta del coche. — Aquí esta bien, muchas gracias. — agradecí. 

— No las des, es mi trabajo. — Me dijo a través de la ventanilla del conductor. — Disfruta del día chico, cuando salgas te estaré esperando justo aquí. — me dijo amablemente mientras volvía a poner el coche en marcha. Finalmente, se fue.

Nunca me había gustado tener privilegios que otras personas no podían tener a causa de su condición económica. Y menos presumir de ellos. Por eso no me gustaba que me dejaran o recogieran en la entrada del instituto con un coche de gama alta, me sentía fatal al ver que gente que no se lo podía permitir me miraban con admiración, envidia, asco u odio. Pero como mi casa quedaba lejos del instituto, necesitábamos a alguien que me trajera, así que mi madre decidió contratar un chofer.

Me dirigí hacia la puerta del instituto, de la cual no paraba de entrar gente. Tenia miedo de saber que se estaba trayendo Connor entre manos. Sabia perfectamente que Connor era un buen chaval, con un poco de mal genio a veces, pero buen chaval. Pero cuando se trataba de Verónica, podía llegar a ser muy cruel y poco compasivo. 

Me preocupe aun mas cuando anoche recibí un mensaje de el que decía:

Mañana por la mañana envíale un mensaje dándole los buenos días diciéndole "Buenos días señorita Lincoln" o algo parecido. Y después dime que te ha contestado.

Ah y dile que no vas al instituto.

Entre al instituto y me dirigí hacia mi taquilla, en el segundo piso. Así que subí las escaleras de mientras que oía una gran variedad de comentarios positivos hacia mi persona.

— Que buena idea la de Caleb de seguirle el royo a esa.

— Mirar chicas, ahí esta Caleb, ¿las vacaciones le han hecho mas guapo o me lo parece a mi? 

— Caleb eres un genio tío.

Finalmente llegue a mi taquilla, puse el código y la abrí para dejar los libros.

— Hombre tío, ya era hora de que llegases. — dijo una voz vacilona a mi lado, detrás de la puerta de la taquilla.

Cerré la taquilla y lo vi. Era Connor, el cual lucia una enorme sonrisa.

— Connor dime que estas tramando y porque estas tan contento. — le dije burlón.

— Ahora te cuento todo pero lo primero, ¿notas algo raro en mi? 

mis ojos recorrieron todo su cuerpo, llevaba unos vaqueros negros y una sudadera roja con capucha, la cual cubría su cabeza. Pero no vi nada raro, así que negué. 

El se bajó la capucha dejando al descubierto su nuevo look. — ¿Y ahora? 

Llevaba la cabeza completamente rapada y tenia que admitir que le quedaba sorprendentemente bien.

— Mierda, ya no te puedo tomar el pelo. — vacile.

— Ja Ja Ja muy gracioso. — respondió el sarcásticamente.

Me reí abiertamente. — Venga cuéntame que tramas.

El miro para atrás. — Creo que esta todo listo, ven sígueme. — Ordenó. — Le hemos puesto una nota en la taquilla firmada por el tal Derek diciendo que entre a la clase de al lado. Ella, pensado que Derek le ha hecho una sorpresa, entrará. 

Me guio hasta una clase. Cuando entramos, me quede asombrado con la cantidad de gente que había dentro. Gente de diferentes cursos, clases, los del equipo... pero me quede desconcertado cuando vi que las mejores amigas de Verónica también estaban ahí. Verónica se podía pasar horas hablando bien de ellas en mi chat, bueno mas bien en el de Derek, ¿y ahora van a formar parte de todo esto? 

Connor siguió explicándome su plan. — Y cuando entre a la clase, vera esto. — señaló a la pizarra.

En ella había algo escrito:

-BUENOS DÍAS SEÑORITA LINCOLN

-BUENOS DÍAS SER DEREK

¿ENSERIO TE LO HAS CREÍDO?

¿COMO IBA A QUERER HABLAR ALGUIEN CONTIGO? PRINGADA

ERES UNA ILUSA VERÓNICA

— Que cruel — pensé.

De pronto el móvil de Connor vibro, a lo que el lo miro y su mirada se ilumino al instante. — Ya ha leído la nota y se dirige hacia aquí. ¡Todos a sus puestos! — Anunció el mientras me guiaba hacia detrás de la multitud de gente. 

Y de pronto la vi. Ahí estaba ella, con su pelo castaño recogido en un moño despeinado. Iba vestida con unos vaqueros blancos y una sudadera negra que le llegaba hasta las rodillas que le hacia verse mas bajita de lo que era. Tenia la nota en la mano y un brillo especial en la mirada. Estaba ilusionada. Ilusionada de poder ver a Derek.

Segundos después de recorrer con la mirada toda la clase buscándolo, miro a la pizarra y el brillo de su mirada se apago completamente, haciendo se le inundaran los ojos de lagrimas. 

Me sentía fatal, ¿Cómo se me podría haber ocurrido seguir hablando con ella? Bastante tenia con todas las criticas que recibía a diario. Sentí un nudo en la garganta y unas inmensas ganas de pedirle perdón y abrazarla. Pero no podía. ¿Qué pensarían todos de mi? A parte, fui yo quien dejo que pasara todo esto. 

Se seco las lagrimas con la manga y saco su móvil del bolsillo trasero del pantalón. Empezó a teclear algo y de pronto mi móvil sonó llamando su atención. Yo estaba completamente paralizado. Mandó mas y mas mensaje mientras se iba acercando guiada por el sonido de mis notificaciones.

Hasta que finalmente la tuve a centímetros de mi. Sus ojos color miel no paraban de derramar lagrimas y mientras con su mano se agarraba el pecho intentando respirar con normalidad. 

Se me quedo mirando fijamente hasta que me dedico unas palabras que me rompieron completamente. 

— ¿Satisfecho? Ya me has jodido otra vez.

Se le escapo un sollozo y rompió a llorar desconsoladamente mientras que todas las personas que se encontraban ahí se reían de ella.

Quise pedirle perdón pero no me salían las palabras.

— Verónica no exageres, tampoco es para tanto. — Dijo una de sus dos mejores amigas.

Ella las miro desconcertada. — ¡¿Tu sabias todo esto?! — exclamo entre lagrimas.

— Verónica no te enfades, ha sido divertido. — le respondió la otra.

— ¡¿Que ha sido divertido?! — gritó con indignación. — ¡Tenéis razón! ¡Soy una ilusa! ¡Cuando por fin creía que una persona me entendía, me valoraba y me quería, tenia que ser una maldita broma! ¡Lo peor es que os conté todo y fingisteis alegraros por mi! Nunca me había gustado alguien y ahora que creía que estaba pasando, esa persona no existe... — su voz se quebró y no pudo seguir.

Me volvió a mirar y note el dolor en sus ojos, rojos de tanto llorar. No solo había sido engañada durante semanas, si no que también sus amigas le habían traicionado. En vez apoyarla en ese momento que tanto las necesitaba, estaban ahí riéndose de ella. 

Finalmente, Verónica, entre lagrimas y sollozos salió corriendo, y lo único que pude hacer fue verla marchar.

Mire a sus "amigas" — ¿Qué creéis que hacéis? ¿No se supone que sois amigas? — les pregunte enfadado. — En vez de apoyarla, estáis ahí paradas riéndoos. Y suena hipócrita que yo diga esto pero, verdaderamente dais pena.

Inmediatamente me aleje de ellas, y saque mi móvil para pedirle perdón a Verónica.

Lo siento Verónica, no quería que esto llegara a estos extremos. Y quiero que sepas que hablar contigo ha sido lo que mas me ha gustado hacer estas vacaciones. Ha sido un placer.

Error al enviar el mensaje. El usuario te ha bloqueado.

*FIN DEL CAPITULO*

Continue Reading

You'll Also Like

1.4M 76.2K 72
-Soy una niña buena- susurro adormilada -claro que sí nena - dice daddy acurrucandonos más en la cama. - ahora toma tu biberón baby- escucho a papi...
206K 19.1K 67
Jeon Jungkook es un Omega de 20 años, el cual siempre soñó con encontrar una pareja, pero nadie lo aceptaba, ¿ porque ? Fácil, Jungkook nacio con un...
483K 57.3K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
99.8K 5.9K 18
LIBRO TRES DE LA SAGA ÁMAME. Summer ha estado enamorada de Nikolai desde que tiene memoria, ella siempre ha estado consciente de que nunca pasaría a...