Lo que encontré en ti

By Alewriting29

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Soledad, tristeza, odiar con toda tu alma a las personas que te hacen daño y tener un rencor tan grande al no... More

PROLOGO
01 VALENTINA
02 VALENTINA
03 VALENTINA
04 SEBASTIÁN
05 VALENTINA
06 SEBASTIÁN
07 VALENTINA
08 SEBASTIÁN
09 VALENTINA
10 SEBASTIÁN
11 VALENTINA
12 VALENTINA
13 SEBASTIÁN
14 VALENTINA
15 SEBASTIÁN
16 VALENTINA
17 SEBASTIÁN
19 SEBASTIÁN
20 VALENTINA
21 SEBASTIÁN
22 VALENTINA
23 SEBASTIÁN
24 VALENTINA
25 SEBASTIÁN
26 VALENTINA
27 SEBASTIÁN
28 VALENTINA
29 SEBASTIÁN
30 VALENTINA
31 SEBASTIÁN
32 VALENTINA
33 SEBASTIÁN
34 VALENTINA
35 SEBASTIÁN
36 VALENTINA
37 SEBASTIÁN
38 VALENTINA
EPILOGO SEBASTIÁN
Agradecimientos

18 VALENTINA

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By Alewriting29

Tenía que afrontarlo, no podía esconderme.

Era lunes. Gabriel se graduaba hoy.

Estaba terminado de dar los últimos detalles a mi maquillaje. Ada me había regalado un vestido color azul eléctrico, con unas sandalias de tacón de aguja negras, el vestido era manga larga, pero con un escote muy pronunciado en la espalda y como era de vuelo me llegaba (como todos) un poco arriba de las rodillas, era muy bonito y le agradecí mucho cuando me lo dio.

Me hice una coleta alta en el cabello e hice ondas en las puntas. Ya totalmente lista, me miré por última vez en el espejo y estaba encantada con lo que veía. Se me formo una sonrisa en el rostro y fui a la sala, como siempre estaba Jeyden, que estaba peleando con la corbata y mi hermano esperándome, debíamos buscar a Ada.

- Ya estoy lista – dije y su atención cayó en mí.

Mi hermano, como era normal, me miro con adoración y Jeyden... creo que con amor, ya no lo sé, y tampoco me importaba.

- De verdad que el mundo no pudo ser más benevolente para darme una hermana tan hermosa como tu mí Tina – me abrazó y cargo dándome vueltas en el aire haciéndome reír. Cuando me bajo volteo a donde su mejor amigo – Los dejo para que hablen – Gabriel me dio un beso en la frente y salió del departamento.

Jeyden y yo no habíamos platicado, después de hablar con Sebastián (lo cual me pareció muy extraño que me llamara) fui a la sala y él ya se había ido, según lo que me dijo mi hermano, al parecer se le presento un inconveniente de no sé qué, ni Gabriel ni Ada sabían que era, así que se tuvo que ir corriendo.

Sólo nos mirábamos sin decir nada, vi la corbata que tenía hecha un nudo y suspire.

- Ven para ayudarte con eso. – le extendí la mano y él se acercó – Como es posible que yo sepa hacer esto y tú no – dije con una sonrisa y rehaciendo el nudo como se debía. Él no decía nada, solo me miraba, durante esos pocos minutos solo hacia eso, mirarme. Ya cuando terminé le di dos golpecitos en el pecho – Listo – y sin esperarlo me abrazó, con más fuerza de la necesaria. Me sorprendí un poco, pero no lo separé al instante

- Lo siento mucho Vale, de verdad que no quise decir lo que dije, no sé lo que estaba pensando, es solo que... pensar que... - estaba llorando, se le cortaba la voz. Ya el daño estaba hecho, lo único que podía hacer era seguir como nunca lo habíamos estado, como amigos y solo eso.

Lo aparté de mí y lo miré, tenía los ojos rojos y no paraba de derramar lágrimas.

- Jeyden, sabes que te quiero – y cuando me fue a interrumpir le puse una mano los labios – como el mejor amigo y casi hermano de Gabriel. Eres un gran chico, pero no podemos tener nada, lo siento.

Le retiré la mano de los labios y me disponía a salir cuando me tomo de la muñeca y quede pegada a su pecho... me besó. Trataba de separarme, pero no podía, su fuerza no se comparaba a la mía. Poco a poco fui correspondiendo, no podía negar que besaba como los dioses, sabía usar muy buen esos labios.

Me cargo haciendo que enredara mis piernas en su cintura, fuimos al sofá, yo quedé sobre él, a medida que pasaban los segundos el beso se hacía más y más profundo, no podía parar, me gustaba mucho como besaba. Por instinto comencé a mover las caderas y el gimió un poco, paso a masajearme las nalgas haciendo que yo gimiera igual, me gustaba, no quería que el momento parara, aunque debía, pero estaba tan envuelta en esas sensaciones que me hacía sentir que era como si esta no fuera yo. La única forma en la que pude parar fue cuando quiso subirme un poco el vestido y recordé las marcas, la última vez estaba un poco ebrio y no se había percatado de nada, pero ahora estaba en sus cinco sentidos, lo que menos quería era preguntas y menos hoy, así que me detuve levantándome de golpe de su regazo.

Lo miré, tenía parte de mi labial en sus labios hinchados, así que no me imagino como estarán los míos.

- No, esto no puede volver a suceder – dije con la respiración agitada, él estaba igual y se notaba el bulto entre sus pantalones que era imposible no ver.

- No puedo evitar hacerlo, así que cada vez que tenga la oportunidad y estemos solos te voy a besar y ver hasta donde me dejas llegar – lo miré y sonreí con ironía.

- Si piensas que te vas a acostar conmigo te equivocas.

Aunque si te ponías a pensar, siempre la que se lo a quiero follar era yo a él, pero no me pondré a discutir eso ahora con mi subconsciente.

Se levantó y se puso frente a mí, lo mire seria y el me toco el labio.

- No quiero solo eso, quiero ver hasta donde dan tus sentimientos por mí, si me doy cuenta que no soy lo que quieres, me alejare. Pero mientras... - tomo mi mano o la besó – lucharé por ti, hasta donde me dejes llegar – dijo enfatizando la última frase.

Me besó la frente y salió del departamento. No quería darle vueltas al asunto, pero estaba segura de una cosa, por Jeyden yo solo sentía atracción y deseo, no lo podía negar, pero del cual estaba realmente enamorada se encontraba en New York.

Fui a mi habitación a pintarme otra vez los labios y a retocarme el peinado un poco.

Mi celular sonó y vi que era Isabella iniciando un video llamada. Tal vez mi hermano fue a buscar a Ada, así que tenía tiempo para ponerme al corriente de muchas cosas con mi mejor amiga. Respondí y apenas verla pude notar que tenía una bomba por soltarme.

- Hola Isabella.

- Antes que nada – me miró con atención – estas guapísima mi Vale, esta noche serás la más hermosa de esa graduación.

- Muchas gracias Isabella, me siento muy bien hoy conmigo. Pero no nos desviemos del tema principal – dije y ella se acomodó en su cama – ¿Qué ha pasado con Daniel?

Se le formó una gran sonrisa en los labios y se puso las manos en la cara. Ay Dios.

- Bueno, el viernes, antes de que te fueras con tu hermano a Washington, él estuvo aquí en mi casa, hablamos de muchas cosas y vimos una película, estábamos pasando un momento muy agradable. Cuando ya iba por la mitad, él empezó a acariciarme el cabello, me recosté en su hombro y volteo a mirarme, yo hice lo mismo, y no me pude resistí así que lo bese, – dijo casi gritando la última palabra – pero no termina allí, no no. Después de unos cuantos besos, el me tomo de la cintura y me hizo sentarme en su regazo, el beso se volvió más intenso. Vale te juro que sentí mucha conexión, era como una electricidad fluyendo por mi cuerpo. Con Erick nunca sentí tanta unión.

Mi amiga se veía muy feliz, le brillaban los ojos y su sonrisa era verdadera.

- Después el comenzó a besarme el cuello y me sentí muy bien, fue muy lindo, era besos dulces, suaves. Yo hice lo mismo, pero fue tanto la emoción que le deje una marca – abrí los ojos como platos y reí.

- Estas loca Isabella.

- Lo bueno fue que no se dio cuenta en ese momento. Me dijo que fuera a su casa el domingo, que me prepararía una sorpresa y que fuera vestida con algo bonito, así que eso hice... Vale, preparo una cena solo para los dos, todo era muy lindo, muy romántico – su voz comenzó a suavizarse y a ponerse un poco sentimental, miraba a todos lados menos a mí, sabía que eso le había tocado muy en el fondo – Nadie había tenido ese detalle conmigo, y fue muy... de verdad que me impacto mucho. La comida que preparo estaba muy rica, hablamos mucho y ya cuando pensé que todo había terminado me dijo que bailáramos, era una canción lenta, estábamos abrazados y comenzó a decirme que me quería, que quería tener algo lindo conmigo, que le diera la oportunidad – se le salió una lagrima y después otra, esto era algo impresionante – Vale, me sentí querida, y no de la manera en la que lo hizo Erick, querida de la forma verdadera, en la que eres tú solo para esa persona. Después de decir todo eso nos miramos y pude ver muchas emociones en sus ojos. Duramos así unos minutos y entonces me besó, un beso lleno de sentimientos, lleno de pasión. Fue una hermosa noche.

Se le veía feliz, y sabía que Daniel era bueno para mi amiga, no lo dudaba.

- Estás feliz – dije con una sonrisa y ella asintió.

- Si, lo estoy. También dijo que iba a esperar un tiempo prudente para preguntarme si quería estar con él, pero que me estaba dando espacio para pensar...

- ¿Y qué es lo que tú quieres? – le pregunte, sabía que ella tenía miedo de que se volviera a repetir lo de Erick, pero ponía mis manos al fuego por Daniel, él era diferente.

Se miró las manos. Tardo un poco en responder, pero luego sonrió y me miró.

- Lo quiero a él, ya no tengo miedo de volver a abrirme y mostrar mis sentimientos, Vale.

Lo sabía.

- Él no es Erick, Isabella, te lo ha demostrado, así que si estás segura, dale la oportunidad que tanto está esperando.

- Eso hare, la próxima vez que nos veamos se lo hare saber. - salto sobre la cama y reí – Oye, si vendrás a mi cumpleaños ¿verdad?

- ¿Cómo te atreves a hacerme esa pregunta? Obvio que estaré allí, lo más probable es que llegue la mañana del viernes. Me hubiera gustado ayudarte con los preparativos.

- No te preocupes, puedo pedirte sugerencias por aquí al igual que mostrarte las cosas que tengo. Mejor comencemos ahora – me mostro unas decoraciones, como iba a ser de noche el tema seria neon, así que fue diciéndome lo que entregaría en la puerta para que las personas se las pusieran. Duramos hablando casi una hora hasta que mi hermano entro a mi habitación.

- Tina ya tenemos que irnos – dijo y salió de nuevo.

Isabella y yo nos despedimos acordando que me mantendría al tanto de toda la organización de su fiesta.

Cuando iba a salir recibí un mensaje de un número desconocido, esto ya era raro, el mensaje decía:

Hola Vale.

Debes pensar que me he olvidado de ti, pero no, te tengo presente siempre. Espero verte pronto en New York, cuídate, no sabes quién puede estar asechándote desde las sombras.

Adiós.

Ok, esto daba un poco de miedo.

- ¡Tinaaa, apresúrate!

Salí corriendo de mi habitación sin darle importancia al mensaje, tal vez solo sea una broma de mal gusto.

***

Ver a mi hermano graduándose me hizo sentir muy orgullosa. Cuando tuvo el título en sus manos aplaudí como loca y grité unas cuantas veces. Amaba mucho a ese hombre. A mi lado derecho estaba Ada, y como yo, aplaudía y saltaba repetidamente, llevaba un vestido rojo amarrado al cuello con unos tacones de infarto y el cabello suelto, se veía muy feliz y orgullosa de su novio. A mi izquierda estaba Jeyden aplaudiendo con fuerza y con una gran sonrisa.

Cuando termino el acto nos reunimos con Gabriel y a mí fue la primera que me abrazo, después a Ada y por ultimo a Jeyden. No pude evitar que se me salieran unas cuantas lágrimas.

- Ay, Gabriel, estoy muy feliz por ti. – dije y volvió a abrazarme y esta vez con más fuerza – Te quiero mucho hermano.

Sentí que me besaba al cabello y me tomo de las mejillas para mirarme.

- También te quiero muchísimo mi Tina, más de lo que te imaginas – me besó la frente

- Me hubiera gustado que nuestros padres presenciaran este momento con nosotros – dije con un poco de pesar. Ni siquiera por esto podían dejar su trabajo de lado.

- A mí también Tina. – me aprisionó mas fuerte contra su cuerpo – Pero no debemos estar tristes, hoy no – nos separamos un poco y sonreímos con alegría. Nos dirigimos a donde estaban los demás esperándonos.

- Bueno Gabriel, es hora de celebrar tu gran logro – dijo Jeyden apretándole el hombro.

- Conozco un restaurante por aquí cerca, dicen que es muy bueno, que... - la mano de Ada se posó en sus labios.

- No no, te tenemos una sorpresa.

Mi hermano miro a su amigo que sonreía y luego a mí, yo solo me encogí en hombros y seguimos a Ada hasta el auto.

Llegamos al bar del tío Ben y cuando entramos...

- ¡SORPRESA!

Gritaron muchas personas, supongo que eran amigos de mis tres acompañantes. Ellos saludaron a casi todas las personas y fuimos hacia donde estaba el dueño del bar con una gran sonrisa

- Estoy tan orgulloso de mi ebrio favorito – dijo extendiendo los brazos y abrazándolo, Gabriel puso los ojos en blanco y le devolvió el abrazo. Cuando se separaron el tío Ben me vio.

- Pero ¿y esta hermosa modelo quién es? – se acercó a mí y me abrazó – Estas muy linda Valentina.

- Muchas gracias – me sonrojé un poco y mire hacia otro lado.

- ¿Y dónde está Mabel? Quiero verlo.

- Aquí estoy tío Ben – dijo Jeyden con voz de fastidio, ellos empezaron a jugar mientras Gabriel y Ada se besaban y se decían cosas que los hacia sonreír. Era un muy bonito panorama, me sentía en familia. A veces solo unas pocas personas pueden hacerte sentir más parte de ellos que tu propia gente.

Así pasaron las horas, todos bebíamos, bailábamos, hablábamos. Conocí a muchos amigos de mi hermano, eran personas muy agradables las cuales me aceptaron y entablamos conversaciones que no me imaginaba que tendría con personas así. Siempre salía uno que otro chico coqueteándome, pero no era nada que no pudiera controlar. La estaba pasando muy bien, y lo mejor de todo, me sentía muy bien conmigo ese día, me sentía hermosa, y era muy lindo sentirse así.

Estaba sentada bebiendo un trago que me había recomendado Ada, me dolían las piernas de tanto bailar. Noté que Jeyden me miraba a la distancia y trate de no mirarlo y entonces empezó a acercarse a mí.

¡Mierda!

- Hola bonita.

- Hola Mabel – dije y él puso una expresión de cansancio.

- Ya es hora de que dejen de llamarme así, no es lindo que te identifique con un nomo que vomita – dijo sentándose delante de mí y yo estallé en risas.

- Pero fue así que te pusiste por andar de borracho, tienes que acostumbrarte, te guste o no – dije dándole unas palmaditas en la mano y él se cruzó de brazos como un niño pequeño.

- No me gusta, no quiero – hizo un puchero y negué con la cabeza. Mire hacia otro lado y sentí que una mano me acariciaba la pierna, quise que la quitara, así que cruce las piernas para que no se notara el rechazo. Volví a mirarlo y el ya tenía la suya sobre mí.

- Perdón, no quería incomodarte.

- No te preocupes – y justo en ese momento pusieron una canción lenta. El destino estaba del lado de Jeyden en este momento.

- ¿Te gustaría bailar conmigo, Valentina? – se levantó de la silla y me extendió la mano.

Ay Dios mío, no podía decirle que no, y menos cuando me miraba así a los ojos. Tenía que dejar el enfado de lado por hoy, era la fiesta por la graduación de Gabriel y además, solo era un baile, no podía hacerle ningún daño a nadie.

Acepté su mano y baje de la silla. Había varia parejas bailando, incluida mi hermano y su novia. Jeyden llevó sus manos a mi cintura y yo a su cuello, comenzamos a movernos al compás de la música, él me miraba fijamente y yo hacía lo mismo.

- No sé mucho sobre ti Jeyden, – dije en un susurro - solo lo que tú me has dicho, lo que mi hermano me ha contado y lo que recuerdo de cuando estaba pequeña. Dime algo de ti.

Me apretó más a su cuerpo y yo entrelace mis brazos en su cuello.

- No hay nada muy interesante en mi vida. Mis padres son dueños de Jaguar Cars, pero mi padre la dirige. Nací en Reino Unido, pero me mude aquí cuando estaba muy pequeño, mi madre fue la figura que más estuvo presente en mi infancia, pero mi padre siempre estaba al tanto de mí. Así que no puedo quejarme. Cuando me fui a la universidad mi padre me regalo un departamento y trabajaba medio tiempo después de clases, no quiera que me siguieran dando dinero, ya estaba mayor como para ganármelo yo mismo. Cuando cumplí veinte me dieron el auto que tengo actualmente y estoy feliz con mi vida, eso es todo sobre mi, no hay nada más.

- Entonces eres británico, eso sí que es una sorpresa – dije y el rio un poco.

- Si, pero como me crie aquí no tengo su acento.

- Me dejas sorprendida, es mucha información para una noche.

Se veía serio, pero relajado. Dejamos de hablar y seguimos bailando, creo que fueron muchas emociones que se presentaron el día de hoy, estaba feliz y a gusto de donde me encontraba en ese momento, hacía mucho tiempo que no me sentía así.

Si esto era estar completamente en paz contigo y con tu entorno, esperaba que más días así llegaran a mi vida.

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