—¿______ (Tn)? —sabía que esa voz correspondía a Ariana, pero no quería mirarla, porque solo eso bastaría para que lo notara—. ¿Estás bien?
—Me quiero ir a casa. —le respondí intentando no hacer del asunto algo más grande.
Mientras seguía caminando me puse a pensar en mis propias palabras. ¿A que me refería con casa? ¿A la casa de la Sra. Hood? ¿A mi casa en Chile? ¿Cuál era mi casa? ¿Dónde me sentía realmente como en casa?
—Está bien. —dijo haciéndome creer que no lo había notado—. Me voy contigo.
Quise discutirle, pero eso significaría mirarla y contarle lo sucedido. Explicar por qué de repente solo quería arrancar y ser una cobarde, como pensaba Calum. Así que no discutí. Sabía que le estaba quitando un momento de diversión, pero no tenía ganas de debatirle y traer con eso todas las complicaciones que se habían estado acumulando.
En el camino a casa solo me dispuse a mirar por la ventana. Besar a Calum había sido el peor de los errores, porque no lo había castigado a él, sino a mí. Estaba condenada a sentir cosas por alguien quien no me correspondía.
Dolía, porque, a diferencia de obsesionarme con él a través de la pantalla, esta vez había conocido al verdadero Calum y me seguía atrayendo enormemente. Me gustaba, me gustaba tanto que dolía y ahora las cosas no eran tan sencillas. Calum se había convertido en mi mejor amigo. No solo había logrado desarrollar sentimientos por mi cantante favorito, sino que me gustaba mi mejor amigo.
Cuando llegamos a casa Joy estaba en el jardín, Ariana le aviso que llegamos y nos fuimos directo a mi habitación. Una vez ahí caí de golpe a mi cama con miles de lágrimas advirtiéndome con salir, que claro, no tardaron en hacer de su advertencia una realidad. Ariana se puso a mi lado, notaba su preocupación, ella jamás había sido buena en este tipo de situaciones. Rara vez daba un paso antes de que yo hablara.
—¿Qué pasó allí? —me preguntó de repente.
—Solo estoy cansada de los problemas con Holly. —le respondí con simpleza.
Hubiese funcionado si mis lágrimas no hubieran empezado a salir silenciosas y lentamente. Ariana me miró dándome a entender que sabía que eso no era todo, pero era tan difícil reconocer que estaba triste, porque caí en la realidad.
—Cometí el peor error del mundo. —reconocí tomando mi cabeza entre mis manos.
—¿Qué hiciste?
De repente su voz se comenzaba a oír preocupada. Todo lo que hice fue intentar actuar como si no importara, pero era exactamente eso lo que la había hecho dudar y darse cuenta de que algo malo pasaba.
—Lo besé. —respondí dejándome caer contra la almohada—. Lo besé sabiendo que solo me castigaba a mí misma sintiendo esa sensación que jamás seria mutua. Lo besé aun sabiendo que siempre estaría enamorado de Holly.
Al decir las últimas palabras se me hizo más difícil contener mis lágrimas. Me dolía tanto saber que lo tenía tan cerca, pero que jamás me miraría de la manera en la que yo lo hacía.
—No importa que Calum diga que entre ellos las cosas acabaron. Él siempre la elegirá, porque siempre será Holly. —le expliqué encogiéndome de hombros y sintiendo lástima por mí misma—. Pero ¿quién lo puede culpar? Ha estado enamorado de ella siempre.
—No llores, por favor. —exclamó Ariana cuando notó que las lágrimas ya eran un tema difícil de solucionar.
Eso me pena. ¿Por qué debía ser tan emocional? ¿Acaso no podía ser como Ariana por una vez? Quería con todas mis fuerzas ser como Ariana y no dejar que mis emociones me expongan tan fácilmente.
—Él jamás me vera como algo más. —continué sintiendo como mi pecho se apretaba—. Ni siquiera sé si es que soy alguien en su vida
—Lo eres, de eso estoy segura. —saltó Ariana intentando calmarme, pero dolía demasiado—. No te hagas esto, ______ (Tn). Dijimos que todo estaría mejor cuando cumpliéramos nuestros sueños. Nos propusimos algo, lo conseguimos ¿Para qué llorar?
La miré por uno segundos y me limpié las lágrimas decidida. Mi mejor amiga tenía toda la razón del mundo. Ya era suficiente de sentir lástima por mí misma. ¿Acaso no me daba cuenta? ¡Estaba en Australia!
—Tienes razón. —dije levantándome de la cama—. Desde el primer momento que supimos que los conoceríamos dije que no formaría ningún tipo de lazos con ellos. Rompí el traro, pero aún estoy a tiempo de enmendar mi error.
Calum Hood me tenía en una especie de encanto, pero sabía que solo eso seria, que jamás podría ser algo más. Estaba perdiendo mi foco y no necesitaba más llanto. Conseguí lo que quería y debía estar feliz. Conocer a 5 Seconds of summer no estaba dentro de mis planes, pero lo hice y estaba feliz. Ahora debía entender que jamás podría tener algún tipo de relación-amistad con alguno de ellos. Aunque fueran unos chicos agradables y cariñosos, tal como lo pensaba, no podía hacerme la ilusión de ser alguien para ellos.
Sentía cosas por Calum, pero no podía darme el lujo de imaginar una vida junto a él. Eso era imposible. Calum Hood era un cantante famoso, bueno no tan famoso aún, pero eso no significaba que no lo fuera en algún momento. En cambio, yo era una adolescente de 16 años con sueños y una cabeza muy buena para imaginar cosas que jamás pasarían.
Corrí al baño y decidí darme un largo baño. Ariana no había dicho ninguna palabra más, me estaba dando mi espacio y se lo agradecía. En mi cabeza seguían pasando las miles de imágenes de Calum, sus ojos, su nariz ancha, sus cejas, sus labios, sus manos...
Puedo disfrutar de pequeños flashbacks, pero eso es todo lo que me permitiré. Debía con urgencia volver a la realidad.
Una vez seca y vestida salí de la habitación de baño y me encontré con una Ariana sonriente. Me disponía a arreglar mi pelo cuando Ariana habló.
—Connor está abajo.
Y entonces me volví a sentir fatal.
Connor fue el chico que me invitó a salir. Fue su idea para que nos conociéramos y lo arruiné todo por mis sentimientos hacia Calum. Connor no tenía la culpa y arruiné lo que había su única oportunidad desde que había llegado.
—¿Dijo algo? —pregunté preocupada de que estuviese enojado conmigo.
—Dijo que estaba preocupado por tu "repentina desaparición" —respondió ella repitiendo sus palabras textuales.
—Bien, debo arreglar eso también.
Decidida a darle mis más sinceras disculpas e intentar explicar la situación —omitiendo lo de Calum, claro— bajé las escaleras. Estaba un poco nerviosa, porque no tenía pensado qué le diría exactamente. Ya estaba cansada de mentir para poder omitir la explicación de mi rara actitud cuando se trata de mis sentimientos hacia Calum Hood.
Cuando nos vimos cara a cara examiné su rostro en busca de alguna señal de cómo debía abordar esta situación, pero creo que él tampoco tenía idea de cómo hacerlo.
—Hola.
Fue todo lo que pude decir. Tenía que empezar de alguna manera y qué mejor que hacerlo desde el comienzo.
Pude ver la duda cruzar por su rostro. Es más, por milésimas de segundos creo que me sonreirá, lo que sería increíblemente bueno para quitarle presión al asunto, pero lo que salió de su boca fue diferente a lo que su rostro me había querido mostrar.
—¿Por qué te fuiste? ¿Hice algo mal? Sé que todo se arruino, pero al menos me habrías dicho, yo te hubiera traído...
—No me sentía bien. —reconocí hasta el momento totalmente honesta con él.
—¿Por qué? ¿Qué fue?
Sus ojos me inspeccionaban algo dudosos. Lo vi caminar un poco hacia el lado, lo que me puso un poco nerviosa.
—Pues, creo que sabes perfectamente que no toda la gente que andaba es de mi agrado.
Si iba a culpar a alguien en esos momentos, sería a Holly.
—No te veías mal cuando conversabas con tus amigos. —respondió un poco enfadado.
Claro que pesaba que le estaba mintiendo, si era lo que había hecho desde el día que nos conocimos. Excusa tras excusa.
—Claro que no, son mis amigos. Fue un alivio que estuvieran ahí. —le expliqué rogando que entendiera que esta vez estaba siendo honesta—. Pero tuve malos momentos con gente que no es mi amiga.
Y entonces lo entendió. Lo vi en su mirada.
—Lo siento. —dijo haciendo que sintiera su mirada menos prejuiciosa—. Podrías haberme dicho. A veces no soy muy perceptivo.
Yo solo me encogí de hombros queriendo que quedáramos bien. Tampoco es como si fuese su culpa que Calum decidiera llevar a la chica con la que había estado teniendo problemas últimamente.
—Y es porque no soy perceptivo por lo que no sé si estamos coqueteando o no. —comentó de repente retomando la conversación, pero esta vez se dirigía hacia otro lado.
—Creo que no estamos coqueteando. —reconocí con una sonrisa nerviosa.
—Yo si estoy coqueteando. —aseguró mirando con unos ojos juguetones.
Miré hacia los lados nerviosa de que la Sra. Hood me viera coqueteando con un chico. En realidad, no estaba coqueteando, pero el tono de esta conversación la haría creer que sí y eso sería vergonzoso.
—No te preocupes. —me tranquilizó y esperé a que me dijera que era una broma de mal gusto—. La señora Hood salió a comprar. La vi cuando venía hacia acá.
Tragué saliva, porque, de repente, me sentí indefensa. Probablemente Ariana estaría en la habitación escuchando música o intentando hacer cualquier otra cosa con tal de no molestar.
En estos momentos desearía que fuera más entrometida.
—¿Sabes, ______ (Tn)? —dijo Connor haciendo que mi atención volviera a él—. Me da un poco de pena que no puedas ver que jamás podrás estar con Calum. Él y Holly son el uno para el otro.
Debí sentir rabia de que se entrometiera en asuntos que no eran de su incumbencia, pero todo lo que sentí fue tristeza. Duele mucho más cuando todos se dan cuenta de lo tonta que has sido y que, probablemente, sigues siendo.
—No me interesa hablar de eso, Connor. —le dije esperando que realmente dejara el tema, pero no se veía con ganas de querer hacerlo.
—He aquí un consejo muy sincero. —dijo antes de caminar hacia uno de los sillones y sentarse—. Aléjate de ellos. Créeme cuando te digo que nada bueno sale de ellos.
Me sentí un poco más relajada cuando lo vi sentarse, pero eso no quitaba lo impetuosa que era su presencia en cualquier lugar. Estaba nerviosa, pero sabía que tenía razón.
Sin ánimos caminé hacia el sillón que se encontraba frente al cual él se había sentado. Me dejé caer pensando en sus palabras. Podía ser verdad que quizá le agradaba a Calum y que nos divertíamos juntos, pero no podía olvidar que el momento de mi partida llegaría y todo sería como si nunca hubiera existido.
—Bueno, ese fue mi momento decente. —dijo soltando una carcajada que parecía nerviosa y entonces ya no me sentí tan segura—. ¿Qué dirías si te digo que tengo la solución a todos tus problemas?
—¿A qué te refieres?
¿Acaso tenía una maquina del tiempo o algo que me borrara la memoria para que no doliera tanto?
Connor se levantó y ni siquiera noté cuando ya se encontraba delante de mí. Se veía tan prominente delante de mí que me obligó a levantarme también, pero seguía llevándome ventaja, lo cual era muy aterrador.
—Que es tu momento, ______ (Tn). —dijo sin todavía explicar a qué se refería. Sus ojos ya no me daban las mismas vibras que solían. Ahora incluso podía decir que parecían más desesperados. Este no parecía a Connor—. De vengarte de Calum y finalmente olvidarlo. Solo debes tomarlo.
Narra Calum.
—¿A dónde vas?
Holly apareció rápidamente a mi lado, pero no me detuve, porque necesita apresurarme y no tenía ganas de dar explicaciones, menos a ella.
—No ahora, Holly. —le advertí.
______ (Tn) se había ido hace unos minutos. Me costó tiempo entender que no quería estar con Holly, solo quería estar tranquilo con mi mejor amiga. Mi fresita. Mucho tiempo estuve seguro de que Holly era la mujer de mi vida. Ella era hermosa y tenía cierta gracia que me gustaba, pero cuando ______ (Tn) llegó a mi vida me di cuenta de que todo era una mentira.
Sentía rabia contra ella por hacerme despertar. No quería darme cuenta de cuál era la realidad. _____ (Tn) me demostró que las cosas más sencillas se valoran mucho más, que algo tan sencillo puede ser mil veces mejor que algo más costoso.
Y que a veces te esfuerzas mucho por conseguir algo porque tienes esa idea de quererlo. Piensas que lo quieres tanto que olvidas todo lo demás que te rodea. Es decir, te ciega.
—Vamos, Calum. —insistió Holly—. No iras detrás de esa niñita, ¿verdad?
Sus palabras se sintieron tan ofensivas. ¿Cómo podía tratar tan vulgarmente a mi fresita? Dejando la obsesión por Holly de lado podría empezar a prestar atención en las pequeñas cosas que hacían a Holly una persona totalmente insoportable.
—Vete a casa, Holly. —espeté cansado y molesto.
—No puede ser.
Holly me paró en seco. Le di tiempo de decir algo más, pero parecía demasiado concentrada mirándome, como si así obtuviera algún tipo de respuesta. Sus ojos se alarmaron cuando al fin parecieron encontrar lo que buscaban, aunque no estoy seguro si era lo que realmente quería.
—Estuviste enamorado de mí desde la secundaria ¡No puedes irte tras de ella ahora! —gritó ella con furia. Vaya de la egocéntrica que me libré—. Tienes la oportunidad que tanto deseaste de estar conmigo, aprovéchala.
Al parecer estar enamorado siendo lejano a ella me hizo imaginarla como yo quería que fuera, pero la realidad era otra y yo no quería a esta Holly. En resumidas cuentas, no quería a Holly.
Comencé a caminar pasando el muro que ella había hecho frente a mí.
—¿Qué no me escuchaste? —me preguntó perpleja.
—No quiero estar contigo, Holly. —parecía que le estaba costando demasiado comprender—. Es más jamás quise estar contigo.
—Estás equivocado. —dijo negando con la cabeza. Parecía estar a punto de entrar en un ataque de histeria—. Te vas a arrepentir tanto cuando te des cuenta de que esta niña a la que has estado idolatrando no es más que una mentira.
Negué con la cabeza sabiendo que me había hecho perder demasiado tiempo escuchando sus estupideces.
—¡Y voy a estar ahí cuando todos se den cuenta que no es tan perfecta como creen!
Tomé un lo más rápido que pude, tenía que encontrar a ______ (Tn).
Me sentía nervioso, algo no andaba bien. Necesitaba ver que ella estuviera bien y el maldito taxi no me ayudaba de mucho ¡Se demoraba como nunca! Miraba el reloj que descansaba en mi muñeca una y otra, y otra, y otra vez.
Me sentía mareado con tantos pensamientos contradictorios. Acababa de dejar hablando sola a la chica de la que yo creía estar profundamente enamorado solo por una chica a la que yo creía odiar tanto.
¿Qué si me equivocaba? ¿Qué si cometía un error? ¿Qué si me lamentaba?
Lo que más me costaba reconocer era que todas esas disyuntivas habían sido creadas con la aparición de _______ (Tn). Ella llegó y entonces ya no fui el mismo. ¿Es posible comenzar a cuestionarse cosas que antes pensabas seguras?
Cuando llegué vi la puerta abierta hasta atrás y ya me estaba volviendo enfermo. ¿Y si decidía irse de vuelta a Chile? Si por mi culpa algo así sucedía realmente no podría vivir conmigo mismo.
¿Y si pidió cambió de casa de acogida? ¿Se podía hacer eso? Esperaba que no.
También había otra teoría que era peor que todas esas, pero no quería si quiera pensarlo, porque me hacía sentir mal del estómago.
Me acerqué a la puerta veloz y cuando lo vi mi corazón se destrozó. Connor estaba besando a ______ (Tn). Y entonces nada más importó, ni siquiera el porqué eso estaba sucediendo. Quería oírlo de la misma boca de ella cuando el maldito dejara de devorar su boca.
Como pude lo lancé lejos de ella. Connor era más alto que yo y, claramente, más musculoso que yo, pero no miren en menos a un chico totalmente celoso.
—¡Ni se te ocurra volver a acercarte de esa manera a ella! —grité sintiendo mi sangre hirviendo—. ¡Porque su baba es malditamente mía!
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*Capítulo corregido*