TOBIO
Hoy era un día especial e importante para mi y para mi papi.
Hoy cumplíamos dos años de vivir juntos, pero hoy para desgracia tenía que ir a clases, aun así, eso no impediría que quisiera celebrar con mi papi.
Me levante de la cama al no sentir a mi papi en su lado de la cama, busque con la mirada a mi novio por toda la habitación, pero no lo encontré, decidí buscarlo en el baño tampoco estaba, así que decidí bajar a buscarlo hasta que escuche la voz tan calmada de mi papi en la cocina, así que camine hasta donde escuche su voz, lo vi haciendo algo que no que era, tampoco estaba interesado en saberlo. Simplemente fui a abrazar a mi papi, la espalda de mi papi era tan fuerte y reconfortante que me causaba mucha confianza, su calor corporal era lo suficientemente bueno que me adormecía de nuevo.
—Cariño, ¿Pasa algo?
—Quiero quedarme todo el día contigo en casa
—Lo sé ángel, pero tienes clases y no voy a permitir que faltes a clases, a menos que estés enfermo o no podamos salir de clase por algo de fuerza mayor.
Ayude a papi a servir nuestro desayuno, mientras me daba mimos en mi cabello, el cual por cierto estaba un poquito más largo de lo usual, fácilmente podía hacer una mini colita con mi cabello.
Al termino de nuestro desayuno, papi me ayudo a vestirme. Me encantaba ver la dedicación con la que mi novio podía hacer las cosas cuando se trataba de mí. Estaba tan feliz de estar con él, me hacia sentir magnifico y especial. Trate de buscar una manera de peinar mi cabello hasta que opte por hacer una colita para evitar que se metiera en mis oídos el cabello.
Como todos los días mi papi me dejo frente a la facultad, aunque yo sabía conducir porque papi me había enseñado, prefería mil veces que papi me dejara en la facultad y solamente cuando él no estaba tomaba el auto que compro especialmente para mí, le di un beso, estaba tan contento de que nadie entendía mi felicidad, tampoco quería que entendieran que yo era feliz.
Estaba en mi clase final antes de irme al club de esgrima, Vanyusha estaba hablando conmigo, sobre un proyecto que no entendió en lo absoluto, yo le explicaba con calma todo, si había algo que amaba aparte de Ethan, era mi carrera.
El club de esgrima me ayudaba a desestresarme de todo coraje que hubiera hecho antes de ir allí, luego de darle la victoria en los últimos seis torneos de esgrima me nombraron el capital del equipo, aunque sinceramente no se me da muy bien hacer algunas cosas como tratar de alentar al equipo, desgraciadamente soy mucho mejor acatando ordenes que dándolas.
Todo mi día estaba siendo maravilloso, hasta me quede esperando a mi novio junto con Conan y otros miembros del equipo, nuestra conversación era muy tranquila y cómoda. Hasta que a cierta distancia vi un Hyundai ioniq, conocía ese auto donde quiera que lo viera. No podía creerlo, mi padre estaba aquí, trate de tranquilizarme un poco ya que mi padre solía hacer "obras de caridad", aunque todas las obras de caridad que hacia eran solo para mantener una postura muy firme de que estaba haciendo algo de forma desinteresada, pero no era así simplemente lo hacía para mantener su estatus social. Seguí hablando con mis compañeros, hasta que escuché la voz que tanto terror me había causado durante años, el miedo recorría cada parte de mi ser.
—Quinn, ha pasado un tiempo desde la ultima vez que te vi.
Trague saliva antes de darme la vuelta para verlo, tenia cuatro años sin verlo, me gire a verlo, seguía siendo el mismo hombre que vi por ultima vez hace cuatro años, cabellos rubios pulcramente peinados, ojos grises tan fríos e inexpresivos, rostro completamente inexpresivo, a pesar de todo me seguía causando terror.
—Lo mismo digo
No podía tenerle respeto a alguien que me dejo al borde la inconciencia, alguien que me quería encerrar en un colegio militar solo para ser el estereotipo perfecto de un hombre.
—Quinn tenemos que hablar seriamente
Yo no quería hacerlo, si algo aprendí durante mi estancia de Frisian es que aprender como pedir ayuda con una seña, les había enseñado a todos los miembros esa seña en caso de emergencia, pero en lugar de eso, simplemente los escuché irse. Me habían dejado solo, tenía miedo, pero no tenía que demostrar miedo.
—Yo no tengo nada que hablar con usted, ya me dijo todo lo que me tenia que decir la ultima vez que estuve en su casa
—Vamos Quinn, escúchame esta vez
Lo pensé un momento y quizás se venía a disculpa, o quizás venia a matarme, no se cualquiera de esas de esas dos eran las más cercanas, pero acepte escucharlo.
—Veo que sigues siendo igual de obediente, pero lo que quiero hablar contigo es lo siguiente. Ya basta Quinn, es momento de que dejes de lado tu etapa homosexual y asumas tus responsabilidades como hombre
—¿Mis responsabilidades como hombre? ¿Qué rayos estas diciendo?
—Ya sabes a lo que me refiero Quinn, tienes que dejar eso de que te gustan los hombres. Casarte con una mujer de buena posición social y darle nietos a tu madre
—Pero mi madre tiene seis nietos, además ¿para qué quiere nietos míos?
—Porque anhela un nieto tuyo
—Ay, por favor. Sabían que conmigo terminaba la línea familiar porque dije que no quería tener hijos
—Pero tu madre quiere hijos tuyos, además una linda chica esta muy interesado en ti, por dios mira tu cabello, un hombre no debe de tener el cabello tan largo, acaso eres una mujer.
Estaba a punto de replicar hasta que vi el Mercedes de mi papi, mi salvación llego a tiempo antes de que terminara esto en desastre. Lo vi bajar con su traje completamente elegante y siempre perfecto, camino hasta donde yo estaba discutiendo con mi padre.
—Buenas tardes, señor, Tobio
—Buenas tardes, señor Suzuki—contesto mi padre rápidamente, yo estaba completamente callado, con la colera en la garganta y la rabia por sobre de mi baja estatura.
—Es un placer conocer al magnate más grande de la industria de la moda femenina y uno de los hombres más importantes a nivel mundial
—Igualmente señor...
—Christopher Felming
Mi papi me miro unos instantes, yo tenia colera y miedo mezclados al escuchar todo lo que había dicho mi padre.
—Cierto, que descortés soy al no presentar a mi hijo. Él es mi hijo más pequeño, se llama Tobio Quinn Felming, mi orgullo más grande de todos, mi futuro... ¿arquitecto?
Me quería reír en cara de mi padre, porque ni siquiera estaba seguro de que caramba estaba estudiando, me creí tanto su discurso sobre que soy su orgullo.
—Conozco a su hijo, desde hace tiempo. Vamos Tobio tenemos cosas que hacer
—¿Así que hace negocios con mi hijo? Le parece que esta noche tengamos una cena para establecer negocios y hablar sobre planes a futuro.
Estaba a punto de decir que no, pero mi papi acepto antes de que yo dijera algo.
—Claro señor Felming, si nos disculpa Tobio y yo tenemos que hacer, con su permiso nos retiramos.
El primero en marcharse fue mi padre, mientras que yo me puse en cuclillas para tomar aire antes de ponerme a hiperventilar y agarrarme el cabello, mi cuerpo temblaba sin parar y hasta sentía que quería llorar, pero no salían las lágrimas.
—Cariño, vamos a respirar juntos, entiendo que estas teniendo una crisis de ansiedad, pero vamos respiremos juntos.
Empecé respirando con él, poco a poco empecé a calmarme, mi novio me cargo hasta el auto, para después me abrazara de mi mochila de deportes, sentía el sueño invadirme, pero no podía dormirme
—Cariño, no te duermas para nada.
—Yo quiero llorar de coraje, si supiera todo lo que me dijo.
—Tranquilo, quizás es tiempo de enfrentar a tu mayor miedo.
Quizás y tenía razón, era momento de enfrentar mi terror.
Llego la noche, no esta listo para ir a la cena formal con mi novio, en el restaurante tan caro en el que muy de vez en cuando iba con mi papi, cuando terminaba mis semestres o ganaba una competencia. Antes de bajar del auto bese a mi papi como nunca en mi vida lo había hecho.
Entramos al restaurante, la mesa reservada era la del fondo en el segundo piso, había mucha gente, por lo cual me hacia sentir aliviado, hasta que vi a mis padres y a una chica sentada en la misma mesa que ellos. Nos fuimos acercado a la mesa hasta que vi a la chica.
Era Alhana, habían pasado años desde la ultima vez que la vi.
—Buenas noches, señores Felming y Señorita
—Buenas noches, mamá, papá y Alhana
Alhana al verme, se levanto de su silla y me abrazo con fuerza.
—Tobio, han pasado años desde la última vez que te di, vaya creciste un poquito, pero lo hiciste
—Sí, ya lo creo
—Adelante tomen asiento
Me senté entre mi novio y Alhana, siendo algo cómodo estar entre ellos y a la vez incomodo estar mirando a mi padre.
Comenzamos la cena de una forma tranquila, hasta que mi padre empezó a sacar a relucir los dotes de Alhana que ya conocía, su habilidad para hablar en público, sus títulos como comunicóloga y sabia a que iba todo esto, pero Alhana estaba tan ida en otra cosa que no prestaba atención.
Ella se veía incomoda como yo.
—Entonces tu matrimonio con Alhana será en un par de meses
Que yo me iba a casar con Alhana en un par de meses, en contra de mis deseos.
—¿Qué acabas de decir?
—Que tu matrimonio con Alhana será en un par de meses, así como dentro de poco tendrás hijos y olvidaras todas esas cosas de la homosexualidad
—Tu estas loco, yo no me pienso casar con alguien en contra de mi voluntad—Me exalte mucho porque eso estaba en contra de mi persona.
—Más respeto Quinn, todo ya esta arreglado y los padres de Alhana ya aceptaron el matrimonio.
—Yo no pretendo casarme con Alhana, por todos los cielos, yo soy gay— Realmente mi padre este loco al comprometerme con Alhana
—Tenemos un trato Quinn, yo te pagaba la universidad si tu te casabas en Alhana, además ya tuviste toda la libertad que quisiste sin restricciones y ya experimentaste lo que quisiste, es hora de que asumas tus responsabilidades de hombre y continúes con el negocio familiar.
—¿Cuáles responsabilidades según tu?
Ya me estaba enojando, mi paciencia se estaba agotando y el coraje estaba subiendo por mi cuerpo, estaba enrojeciendo por la colera de eso si estaba seguro.
—Continuar con el negocio familiar, casarte con esta preciosa joven, darle nietos a tu madre
El coraje ya estaba en la punta de la lengua
—¡Ya basta! ¡NO VOY A HACER NADA DE ESO!
Mi padre se levanto de la silla, en voz bastante alta y claro hablo.
—QUINN, VAS A HACER LO QUE YO TE DIGA PORQUE SOY TU PADRE Y VAS A HACER LO QUE YO DIGA
Estaba a punto de volver a responder hasta que vi a mi novio ponerme una mano sobre mi pecho
—Señor Felming de la manera más atenta le pido que baje la voz, esta incomodando a las personas a nuestro alrededor e igualmente usted no puede obligar a su hijo a casarse solo porque usted quiere, él ya es mayor de edad y es libre de elegir lo que quiere y no quiere hacer.
Mi padre ya estaba colérico, lo sabía porque me daba muchísimo miedo sus expresiones, estaba aterrado, mis piernas temblaban del miedo y sentía que lo que había comido lo regresaría en cualquier momento por mi esófago.
—ES MI HIJO Y YO PUEDO HACER Y DESHACER CON ÉL LO QUE YO QUIERA, ADEMÁS YO PAGO SUS CUENTAS Y SU UNIVERSIDAD, TENGO TODO EL DERECHO DE HACER CON ÉL LO QUE SE HINCHE EN GANA
Que vil mentira más grande, mi papi pagaba todo por mí, desde mi escuela hasta el gasto de un automóvil Porshe que casi no uso.
—Me parece muy bonita su historia, pero no es nada creíble para mí. Señor Felming tengo casi cuatro años de conocerlo, además de que yo pago su universidad, él vive conmigo e incluso tiene negocios conmigo y mantenemos una relación mucho más de lo laboral, así que señor Felming, ¿Cree que yo le iba a creer todo su teatro?
Mi padre enmudeció estrepitosamente, ahora él estaba rojo de colera.
—TU ERES EL MALDITO QUE PERVIRTIO A MI PEQUEÑO HIJO Y LO HIZO ENTRAR EN ESE MALDITO MUNDO DE LA HOMOSEXUALIDAD, LE QUITARE LA HOMOSEXUALIDAD A MI HIJO COMO LO HICE ANTES
Mi padre estaba dispuesto a golpearme, pero esta vez no me quedaría de brazos cruzados, Alhana estaba conmocionada y mi madre solo lloraba desconsolada por como estaba fluyendo la cena, estaba dispuesto a saltar sobre de mi padre, pero Ethan me sostuvo de la cintura.
—Oh no, claro que no golpearas a tu padre
—¿Piensas volver a golpearme como lo hiciste antes?, ¿piensas volver a hacerme sentir miserable?, ¿piensas que con eso se quita la homosexualidad?, ¿crees que te tengo miedo?, ¿Crees que tengo seis años para seguir tus reglas?, después de que me dejaste a mi suerte cuando estaba a punto de cumplir dieciocho años.
La rabia estaba al limite en mi cuerpo, pero sentir que el agarre de mi cintura desapareció.
—Usted fue la persona que golpeo a mi novio
Mi novio estaba a nada de irse encima de mi padre, pero lo retuve
—Si tu no me dejaste golpearlo, yo tampoco te lo voy a permitir
Podría ser pequeño, pero tenía al menos un poco de fuerza para retener a Ethan y que no hiciera una locura.
—Señor Felming, usted es un enfermo, como pudo golpear a su hijo solo por ser gay, por dios. Yo soy su amiga desde la escuela y sabía perfectamente bien que Tobio era gay, además yo no me quiero casar con su hijo, estoy comprometida con alguien más, su hijo ya no tiene seis años y ya es todo un adulto de veintidós años.
La voz de Alhana en lugar de calmar las cosas, las encendieron más, cuando menos lo esperaba un golpe muy fuerte resonó para mí, mi cabeza daba vueltas y el dolor abarcaba toda mi mejilla derecha.
Los meseros llegaron a controlar a mi padre, Alhana llamaba a la policía y mi madre seguía llorando desconsolada. La policía llego en poco tiempo, Alhana grabo parte de la pelea y yo seguía aturdido, un mesero me trajo un pañuelo con hielos, quería llorar, pero no era momento para hacerlo.
Un oficial se acerco a nosotros, yo no me sentía en condiciones de hablar. Ethan hablo con el oficial, lo escuche claramente.
—Mi socio y yo somos homosexuales, su padre le golpeo por defenderme.
—¿Qué relación tiene con su socio?
—Es mi novio, igualmente la señorita Alhana tiene evidencia de que lo que hizo el señor Felming fue un crimen de odio.
Los oficiales esposaron a mi padre, se lo llevaron a la comisaria, mi mamá se acerco a mí, se agacho para estar a mi altura.
—Cariño, ¿Estas bien?
Con una de sus finas manos acaricio la mejilla afectada, se supone que debería de sentir cálido ese tacto, pero no, lo sentía completamente frío. Quite su mano de mi mejilla y mire sus ojos color caoba.
—¿Por qué no me defendiste de él? ¿Por qué preguntas si estoy bien? Después de años de ver como tu esposo bajoneaba mi autoestima y me hacia sentir un inútil. ¿Por qué preguntas ahora?
Mi madre siguió llorando y entre sollozos me logro responder.
—Tu padre me daba miedo cariño, me causaba tanto miedo cuando se enojaba que me hice a la idea de que no tenía porque preguntar por ti. Lo siento tanto cariño, perdóname por dejarte solo, entiendo que estés confundido y sientas que Ethan es lo mejor que te ha pasado en la vida.
—No mamá, no estoy confundido, yo sé lo que soy, tú no tienes por qué meterte en lo que a mi me gusta y en lo que no me gusta, pero yo hubiera preferido que estuvieras allí para defenderme de él.
Como pude me levanté de la silla donde estaba, un poco tambaleante, pero dispuesto a salir de allí.
—Ángel, vamos al hospital a que te revisen ese golpe
Mi papi me ayudaba a caminar, no sin antes decirle a mi mamá.
—Hasta pronto Yuki
Alhana corrió hasta nosotros y ayudo a Ethan a llevarme al auto.
—Tobio, se que eres fuerte, siempre admire de ti eso, no te preocupes por tu padre, no saldrá de prisión por un buen tiempo y tu madre, ella quizás este mejor estando sola y reflexionando.
—Gracias Alhana—La voz de mi papi agradeció a mi amiga
Quería decirle si me quería ir con nosotros al hospital, pero ella solamente dijo que me llamaría luego porque alguien la esperaba y efectivamente llego un chico por ella, para después marcharse.
Cuando mi papi subió al auto, yo me puse a llorar y gritar como si mi vida dependiera de ello, estaba tan conmocionado que me dolió el simple hecho de sentir la perdida con mayor fuerza, pero ¿Cómo podía sentir la perdida de mis padres, si nunca los tuve conmigo?
Mi papi me abrazo hasta que me calme, en el hospital nos atendieron rápidamente y no pasaría de un simple moretón, de cinco centímetros y que solo seria una macha en mi piel por un par de días.
Las crisis de ansiedad que tuve esa noche luego de lo sucedido fueron constantes al menos dos semanas consecutivas, para mi fortuna mi papi siempre estaba conmigo en todo momento, falte esas dos semanas a clases por las crisis de ansiedad y solamente sabía eso el entrenador del equipo de esgrima y los profesores. Igualmente entregaba las tareas y todo sin problemas, pero me hacia feliz el simple hecho de saber que no estaría solo y que alguien me cuida y da el amor que necesito y más.
Mis preciosos lectorcillos, este capítulo me costo mucho tiempo ya que no sabía si realmente debía de incluirlo o no, así como si era lo más adecuado para que vieran como realmente son los padres de nuestro pequeño Tobio, así como ver su crecimiento como persona al dejar atrás a las personas que le lastimaron, por eso es importante alejarse o romper lazos con todo aquello que te haga daño, sin importar si son familia o no.
Me despido de ustedes con muchos besitos llenos de arcoíris y mucho amor.
Catherine Mendoza.