Karol Sevilla
-¡Ruggero Pasquarelli!- El grito de voces conocidas me alarmó, sacándome de mi sueño.
-¡Karol Sevilla te voy a matar!- respire tranquila cuando reconocí las voces y vi a mi lado a Ruggero despertarse lentamente.
-¿Y ahora que?- susurró.
Ambos nos levantamos con pereza y bajamos hasta la puerta principal. Cuándo la abrimos nuestras bocas no tocaban el piso por qué no era posible pero si no estoy segura que estarían allí.
-¿Qué rayos...- susurre confundida.
-¿¡Cómo es eso de que están comprometidos!?- Darren se cruzó de brazos al igual que los demás chicos.
-¿Qué rayos hacen aquí?- Preguntó Ruggero restregándose los ojos probablemente pensando en que está soñando.
-Oh querido, no eres el único con contactos y un avión privado- Ethan se "sacó" el polvo imaginario de sus hombros haciendo una sonrisa de arrogancia.
-¿Hablaste con su padre verdad?- Murmure mirándolo cansada entonces su sonrisa se fue y cambió a una seria
-¿Y ustedes qué? ¿Cómo es eso que sé comprometieron?- Dijo Ethan mirando a Ruggero ahora. Entonces con Ruggero rápidamente miramos a Dylan quién era el único que sabía.
-No me vean así, yo solo quería expresar el echo de que nuestro shipp jamás será real- Dijo señalándose a si mismo y a Ruggero, entonces arrugue mi ceño sin entender.
-¿Qué shipp?-Murmure extrañada
-Ruylan, duuh- Dijo obvio haciendo que de pronto suelte una carcajada y Ruggero me mire mal.
- Y fuiste de chismoso con los chicos- Dijo Ruggero entonces Dylan dio un paso.
-Bueno, compermiso- Pasó entre nosotros adentro de la casa y le seguían por atrás las chicas y los chicos, hasta trajeron al pequeño Nash.
-Ya pasen- Murmure haciéndome a un lado y Ruggero igual dejando la entrada libre para nuestros amigos.
-Jamás superare esto Ruggero, para que lo sepas- Dijo Dylan señalándolo seriamente y yo cerré la puerta riéndome.
-Tu me rechazaste, así que tuve que quedarme con Karol- Dijo Ruggero y lo observé mal para luego reír. El echo de que ellos dos empiecen a hacer esas bromas era increíble.
-Eres segundo plato, primor- Dylan me guiño un ojo y pronto se dio vuelta para observar la gran casa. - ¿Todo esto para ustedes solos?
Ruggero resopla y mira cansado a sus amigos, solo a los chicos porque las chicas se fueron a ver la casa.
-Jamás los odie tanto- Sonreí y me acerque a Ruggero para calmarlo. Lo tome del brazo y me coloque a su lado. Su cuerpo tenso ya volvió a lo normal y me observó.
-Está bien, fueron dos días perfectos para nosotros.- El torció una sonrisa - Además solo por el echo de que ellos estén aquí no significa que no podamos seguir haciendo lo nuestro- le guiñe un ojo y él sonrió esta vez verdaderamente.
-Que asco- murmuró Dylan.
-Si, seguro que te da asco hacerlo- Río Ruggero y entonces Dylan se cruzó de brazos y sonrió malvadamente como si fuera a soltar veneno.
- Pues claro que no tendría asco si es que lo hago con Karol- Abrí mi boca impresionada y a la vez aguantando soltar una carcajada pero cuándo Ruggero se soltó de mi brazo y lo señalo observé alerta.
-Corre o eres hombre muerto- Dylan soltó sus cosas tirándolas al piso y corrió como si fuera flash hacia fuera de la casa y Ruggero por detrás. Se escuchaban hasta adentro las risas de ellos mientras se corrian por la arena.
-¿De verdad no te molesta que estemos aquí?-Pregunto Angie entrando con Nash en brazos quién estaba dormido y con Phoebe al lado.
-No chicos, veo a Ruggero todos los días, vivo con él y aún nos esperan miles de vacaciones juntos. Además saben que no estamos así de juntos todos desde hace mucho tiempo- Me acerque a Darren quién era el que estaba más cerca y lo abracé de costado y él pasó sus manos por mis hombros sonriendo.
-Es verdad.- sonrió Ethan observándonos- Estamos todos, solo que ahora hay un bebé- todos reímos y observamos al pequeño dormido que tenía el sueño bastante pesado.
-Bueno chicos, arriba hay muchas habitaciones. La única que está ocupada es la que está en medio del pasillo de la derecha. Ustedes elijan la que quieran - Les señale las escaleras a un lado y ellos asintieron
-Deberíamos elegir una que esté lejos de esa habitación- escuché que dijo Phoebe mientras subían las escaleras y reí por lo bajo y volví a mi vista a los chicos que se encontraban en el medio de la playa literalmente y estaban abrazados, sería una gran fotografía de gays pero sabía perfectamente lo que estaba pasando.
Me coloqué en el marco de la puerta cruzada de brazos esperando a los chicos que caminaban hacia la casa otra vez riendo.
Cuándo ya estaban a unos diez pasos de mi, Dylan corrió hacia mi y me abrazó alzándome en el aire mientras me hacía dar vueltas. Lo único que yo hacía era reír sin parar.
-Serás una novia hermosa- le sonreí enternecida una vez que me bajo. Ruggero estaba a nuestro lado sonriéndonos.
-Gracias.- Bese su mejilla y él me sonrió nuevamente
-No puedo creer que ambos iban a pedirse matrimonio el mismo día- reí
-Tenemos una especie de conexión- bromeo.
-Las chicas van a torturarte- Me dijo Dylan riendo.
-Si, lo sé. Oh, los demás están arriba eligiendo habitaciones- Le sañale el pasillo y el asintió tomando su valija y corriendo a las escaleras..
Pronto sentí unas manos rodear mi cintura por detrás y sonrei apoyando mis manos sobre las suyas.
-Ey, no es malo que los chicos estén aquí- susurre y me di vuelta para verlo frente a frente.
-Lo se, pero quería una semana entera de nosotros dos - Un puchero se formó en sus labios lo que hizo morirme de ternura
-Nos esperan muchas vacaciones el resto de nuestras vidas- Me acerque más a su rostro y uni nuestros labios en un beso largo que me dejaba deseosa de más.
-Lo bueno es que anoche hicimos todo el ruido que quisimos - susurro separándose de mí y yo reí mientras mis mejillas se ponían rojas.
Con Ruggero fuimos a preparar algo de desayunar para todos y mientras Ruggero me comentaba que saldría a correr y estaría en el gimnasio que tenía esta enorme casa, por unas horas.
No había pensado que desde la pelea Ruggero no había vuelto al boxeo y se que los boxeadores deben luchar por su cinturón todos los años, se que aún no se volvía a competir por el cinturón pero Ruggero mientras tanto debía pelear por otro cinturón.
-También iré contigo, no hice nada de ejercicio estas últimas dos semanas- Le dije mientras me sentaba a comer y el río.
-Okey.
***
-Si... tu sigue -Dije tratando de recuperar el aliento. Le hice un deman con mi mano de que siguiera.
Resulta que vinimos a correr en la arena, yo siempre fui buena corredora pero Ruggero estaba mil veces mejor físicamente que yo así que él corría más rápido y tenía más resistencia, mientras que yo corría en un trote leve y podía resistir pero luego de cuarenta minutos sin parar tuve que parar.
-Está bien, también voy a parar yo- murmuro Ruggero y trato de controlar su respiración que no era nada agitada comparada con la mía. -Oye, estaba pensando- Levante mi vista de la arena para observarlo - que ya que no estaremos solos para Año Nuevo por los chicos, supongo que podríamos invitar a nuestras familias, digo, el piloto del avión le debe a mi papá y aún le quedan muchos viajes para pagar - Se encogió en hombros.
-¿Estas seguro Ruggero? No tienes porque hacerlo si no quieres, además no creo que debas tomar esta decisión sobre tu padre, digo, es su trabajo - Murmure.
-Si, pero cuando habíamos hablado de este viaje el me dijo que podía llevar a toda la familia, que haga los viajes que quiera. Además si esto me saldría dinero, lo tengo... Karol jamás me lo preguntaste pero me dieron diez millones de dólares por ser el campeón -
Apenas escuché la cifra no pude evitar abrir mis ojos y mi boca.
-Vaya, ahora te me haces más atractivo- dije y el soltó una carcajada.
Lo bueno es que le pedí matrimonio antes de enterarme, si no tal vez piense que era una mujer interesada. Lo que acababa de decir lo decía bromeando, amaría a Ruggero aunque esté debajo de un puente.
Bueno no sé si debajo de un puente pero sí que lo amaría si no tuviera esos millones.
-¿Piensas hacer algo con todo ese dinero?-Pregunté
-Si, tengo en mente muchas cosas pero comenzaré a hacer todo cuando vuelva a las peleas que será al primer semana de enero- asiento.
-¿Como harás para pelear? Estas anotado como un Inglés. - Estire mis brazos tratando de encontrar placer al sonar mis huesos de la espalda.
-Ya me anotaron como un estadounidense nena, soy todo tuyo- Me reí observando esa hermosa sonrisa en su rostro-¿Puedes creer que nos vayamos a casar?- preguntó y mordí mi labio para luego negar
-¿Ya tienes pensado cuando?- lamí mis labios acercándome a él aunque ambos estemos sudados. A ninguno le importo ya que subí mis manos a sus hombros y sus manos en mi cintura eran infaltables.
-Tenemos que tener tiempo para organizar la boda ¿Quieres algo grande o pequeño?- preguntó
-¿Tú que quieres?- pregunte
-Me gustaría que sea una boda a lo grande, una boda con una fiesta dónde no paremos de bailar en toda la noche, dónde no pueda parar de sonreír... me gustaría una boda en dónde ambos seamos las personas más felices del lugar- Sonrei completamente enamorada de sus palabras.
¿Acaso podía enamorarme más de él? ¿Acaso había alguna célula de mi cuerpo que no lo amara? Si la había estaba segura que no estaría así mucho tiempo. Era imposible que mi cuerpo no reaccionara al suyo.
-Okey, entonces tenemos que tener un buen tiempo para organizarla.
-Bueno pero si es por mí en dos meses lo hacemos.
-¿Dos meses? ¿Como planeas una boda en dos meses?- reí.
-Con diez millones de dólares nena-Me acerque y bese su mejilla dulcemente y roce nuestras narices.
-¿De verdad quieres casarte tan pronto?- pregunté.
-Claro que si, pero entiendo que si queremos una gran fiesta necesitamos tiempo así que está bien, puedo esperar unos seis meses- Sonreí feliz y lo abrace nuevamente.
-Uy nos casaremos entre junio y julio, me agrada - Ruggero me agarro de la cintura y me alzó dándome vueltas en el aire.
-Serás Karol Sevilla Pasquarelli - Mordí mi labio agradecida que él no quiera cambiar mi apellido, mayormente cuando una persona se casa cambia su apellido o pone el de su esposo primero y luego el suyo y en verdad no me agradaba, jamás se lo dije pero sabía que él entendía eso. - Y yo seré Ruggero Pasquarelli Sevilla- abrí mis ojos impresionada al saber que él iba a ponerse mi apellido también. Puse mis manos en sus hombros aún en el aire.
-¿Quieres llevar mi apellido? ¿De verdad?- El me bajo y lo miré sorprendida-¿Eso siquiera puede hacerse? Digo, siempre vi a más mujeres cambiarse el apellido ¿Pero los hombres pueden?
-No lo sé, hay que averiguar.- lleve mis manos a la boca impresionada
-No puedo creerlo de verdad- me reí.
-Pues créelo. Hay que seguir corriendo, amor.- asiento con una sonrisa que no saque de mi rostro mientras corríamos de vuelta a casa.
Ruggero Pasquarelli
-Hermano, debes decirle...- La mano de Dylan fue a mi espalda mientras trataba de retener sus lágrimas, bueno, las primeras no las retuvo, estas si.
-Dylan, tu no entiendes-Lo mire seriamente y pase mis manos por mi rostro frustrado y el quitó su mano. - Karol ya ha sufrido mucho- murmure y como estábamos sentados en la arena, apoye mis codos en mis rodillas flexionadas. Ahora era yo quién trataba de no llorar.
-Carajo Ruggero, esto no es una tontería, hombre- Aunque miraba al mar, podía ver como él tenía su rostro lleno de furia, lo sentía en su voz
-Karol a lidiado con mi partida, que la haya ninguneado por años, depresión por la maldita fama, con la pérdida de un embarazo y con que casi la violen... yo no puedo hacerle esto, ya no.
-¿Qué piensas hacer?- preguntó. Tal vez ahora entendió el porqué de no querer contarlo.
-Dejarla-La primer lágrima cayó y con mis puños apretados cerca de mi rostro apoye mi frente.
-No puedes hacerle eso Ruggero, no puedes dejarla, te estas contradiciendo. Le acabas de pedir matrimonio hace unos cinco días, no puedes hacer esto, la destruirá aún más que saber lo que está pasando realmente.
Él tenía razón, yo lo sabía perfectamente pero ya nada se me ocurría, no había manera en la que Karol no saliera lastimada.
-Es que no se qué hacer- Mi voz se quebró y pude escuchar un sollozo de Dylan y lo observé.
Dos hombres llorando en una playa frente al mal. Si nos sacaran una foto ahora mismo podría titularse como la foto más triste del mundo.
-Estaré aquí de todas formas, Ruggero. ¿Lo sabes no?- asentí y Dylan se paró frente mío tapando la luz del sol de mi rostro.
-Lo se .
El extendió su mano, cuando la tome me impulse con su ayuda para levantarme y me abrace a él mientras ambos llorábamos como unos niñitos de jardín.
-Ella debe saberlo- murmuró y asentí.
Hola! Después de tanto tiempo estoy aquí de nuevo. Se que he estado muy ausente pero este sea saben que no es fácil hacer muchas cosas en el mismo tiempo. La escuela y la familia ocupan el mayor tiempo de mi día, espero que me entienden.
Estoy en plena madrugada publicando un capítulo porque allá son las uno. Acabé de celebrar el cumpleaños número siete de mi hermano menor y ahora tengo un rato libre.
Si quieres saber más rápido cuando público un capítulo sígueme en instagram, voy a dejar el link en el comentario de este parágrafo.
Si les ha gustado pueden hacermelo saber con sus voto y sus comentarios.
Los amo.
Mia💕