Corro por el campo de entrenamiento.
Mis botas están húmedas por los charcos de barro que se producen por la lluvia, el agua fría me hiela las extremidades.
Walker nos sacó de la cama un rato después de la hora de dormir. Yo aún estaba despierta, pero no entendía lo que estaba pasando. Hasta que nos hizo salir al patio y nos ordenó correr durante diez minutos sin importar que el cielo pareciera caerse sobre nosotros.
Doy mi última vuelta junto a varios de mis compañeros, ellos tampoco saben lo que sucede, pero yo... bueno, tengo mis sospechas. Siento que el pánico crece en mi pecho. Seguro nos descubrieron, sí, no nos vio nadie, As se aseguró de eso. Tampoco había cámaras de seguridad en la sala pero tal vez sí micrófonos, además de que tenemos el dispositivo de seguimiento en la nuca. Sabía que no era una buena idea, pero ya no hay nada que hacer, yo acepté acompañarla, lo hubiera hecho incluso si yo no iba con ella. Fue mi decisión, y me haré cargo.
La situación me preocupa, fuimos solo As y yo las que hicimos algo que no debíamos, sin embargo Walker decidió sacar al patio a todo el pelotón. El miedo se instala en mi pecho, y me imagino cientos, miles, de escenarios diferentes en los que me asesinan, junto a As, por habernos metido en lo que no nos corresponde.
-¡Soldados, en fila! -nos grita Walker. Todos nos ponemos uno al lado del otro, en posición de firmes.
Ella no está mirándome pero veo que golpea frenéticamente la punta de su zapato en el cemento mojado. Está igual o más nerviosa que yo.
Nuestro Sargento empieza a caminar. Se detiene primero frente a As, la observa y suspira -Líder de pelotón. Tú- señala a As y luego a mí. Ahora no tengo dudas, sabe todo, por supuesto, y está preparándose para castigarnos. -. Y tú- dice por último, señalando a Jefferson.
Él parece bastante sorprendido, pero no dice nada.
-Síganme -se aleja unos pasos -¡Sólo los tres!
As y yo nos miramos, y seguimos a Walker. Jefferson camina justo detrás de nosotras.
Nuestro entrenador se detiene, luego se voltea y les grita al resto -¡Ustedes seguirán corriendo hasta que se los ordene!
Ellos obedecen sin quejarse, pero nos echan miradas de curiosidad antes de empezar.
-Líder de pelotón, As.
-Señor, sí, señor -ella cuadra los hombros, junta las piernas y mira al frente. Yo siento que estoy a punto de vomitar.
-¿Algo que reportar acerca de su misión secreta de esta anoche?
Ella lo piensa un momento –Señor, no, señor.
Me recorre un escalofrío, tengo la ropa empapada y no puedo dejar de temblar.
-Muy bien -parece que él ya se esperaba esa respuesta. -Por no controlar a sus soldados, por estar fuera de los barracones en horas de descanso y por violar un área restringida, queda destituida de su cargo como líder de pelotón, soldado.
Antes de que ella, o cualquiera de nosotros podamos reaccionar, Walker le estampa el puño en el estómago. La chica se dobla sobre sí misma y cae de rodillas al suelo, intentado recuperar el aire.
Jefferson no se mueve, y tampoco veo su expresión, pero parece asustado.
-Tú -se acerca a mí. Me observa seriamente, y yo intento sostenerle la mirada, pero al final no lo logro. Los nervios me están jugando en contra.
Veo que está a punto de hacerme lo mismo que a As, así que intento prepararme para el golpe un segundo antes. Aun así él impacto me deja sin aire, y caigo al suelo justo como mi compañera.
Un dolor se dispara desde donde su puño entró en contacto con mis costillas, espero que no me haya roto ninguna.
-Pónganse de pie -nos ordena.
Hago lo que dice y me mantengo lo más erguida posible, pero solo quiero echarme en el suelo y quedarme ahí un rato.
-Ambas han sido encontradas culpables de estos delitos, por lo que tendrán un castigo.
-Señor, ella no tiene nada que ver, fui yo...
-Lo sabemos- la interrumpe Walker, aunque me está viendo a mí. Por primera vez no parece enojado, irritado, o a punto de explotar, si no que su rostro, sus ojos, no transmiten nada. Es como si detrás no hubiera nada. Y eso me da aún más miedo. Su mirada vacía me asusta más que cualquier cosa que pueda hacer o decir después.
-Por eso el castigo más severo te lo llevas tú- primero escucho el estruendo, luego veo en cámara lenta como As cae al suelo, con un agujero en medio del pecho. Aterriza sobre un enorme charco mientras la sangre sale de su cuerpo y se mezcla con la lluvia.
Me muevo casi por instinto y tomo su cuerpo. La volteo y ella me observa, con los ojos llenos de lo que creo son lágrimas, o tal vez solo sea la lluvia. Llevo mi mano a su pecho y hago presión intentando parar la hemorragia, aunque sé que es imposible. Ya se ha ido.
Observo a Walker, demasiado atónita para poder hablar. Ni siquiera vi que sacara la pistola.
Me alejo de ella un poco, no puedo moverme.
-Soldado Jefferson- Walker ignora la situación, como si no acabara de asesinar a una chica a sangre fría -. Ahora te nombro a ti líder de pelotón.
El chico abre los ojos sorprendido-Señor, gracias.
-No, gracias a ti por la información que nos brindaste. Ahora, aquí está tu recompensa.
Esta vez sí que veo como levanta la pistola hasta la frente de Jefferson, que empieza a temblar descontroladamente y no debido al frío. Sus ojos quedan en blanco cuando la bala atraviesa su cabeza. Veo como la sangre mancha el suelo.
-¿Te da pena?- pregunta Walker. Yo no le respondo, no me salen las palabras -Bien, no deberías. Te traicionó, las siguió cuando dejaron el dormitorio y vino a decirme, quería ser el líder de escuadrón cuando destituyera a As. Tuvo su merecido.
Escucho voces y murmullos sobre el sonido de la lluvia. Me volteo y mis compañeros se han detenido y ahora nos están observando desde la otra punta del campo. Nos van a ver, a As, a Jefferson y a mí en el suelo.
-¿Qué dices, Morgan?- pregunta Walker, y luego señala hacia el campo con la barbilla -¿Qué hacemos con ellos?
Lucho por encontrar mi voz -¿Qué está pasando? ¿Por qué hacen esto?
Me ignora -Pero ahora están en peligro, gracias a ti. Tal vez deberíamos matarlos para darte una lección. ¿Te parece?
Lo miro directo a los ojos. Siento tanto odio hacia él, hacia Vosch, hacia este lugar, hacia los Otros por ponernos en ésta situación, pero sobre todo siento odio hacia mí. Por ser tan estúpida, por confiar en toda esta gente extraña. ¿Qué estaba esperando? Al final siempre los humanos son lo peor.
-¿Por qué?- pregunto.
-¿Por qué no? No somos como Jesús, no buscamos a la oveja extraviada, nos deshacemos de ella. Un soldado menos no hace la diferencia, siempre podemos reemplazarlo por otro. Los que no nos sirven se van.
-Sí, ya entendí eso, Mac se fue, ahora también ellos- señalo a mis compañeros en el suelo -¿Por qué yo no?
-Ya te lo dije, algunos son mejores que otros, algunos sí nos sirven.
-¿Para hacer el trabajo sucio por ustedes?
-Alguien tiene que hacerlo.
-¿Qué hay de Maya? Ella estaba conmigo en el campamento, no la trajeron, pero su cuerpo apareció aquí. ¿Por qué?
Entonces sonríe. Suelta una carcajada, una sonora carcajada que sigue resonando en mis oídos varios segundos después de que se apaga. Finalmente habla -Los humanos son impredecibles, nunca sabes cómo van a reaccionar. No como ellos dos, la mujer, y el hombre que estaba con ella. Vinieron aquí, se acercaron demasiado, pero estaban infectados. Sabíamos lo que querían, y nos encargamos de ellos. Te engañaron, es lo que hacen, y después nos apuñalan por la espalda. Hay más de ellos, les llamamos la Cuarta Ola, pero no sabíamos que había más, hasta que fue muy tarde.
La situación es tan irreal que por un momento creo que estoy soñando. No puede ser cierto, no. "La mujer, y el hombre que estaba con ella". ¿Roger, se refería a él? ¿Ambos estaban infectados?
-Es mentira- le digo. Pero una parte de mí sí le cree, solo que me niego a aceptarlo.
-Vamos, Morgan. Eres más inteligente que eso. Si no ya estarías muerta.
-Mátenme entonces. Vamos, dispara. ¡Dispara, maldito cobarde!
Suelto a As y me pongo de pie de repente. El resto del pelotón ya están muy cerca -¡No, aléjense! ¡No!-les grito con todas mis fuerzas. Veo algo en la mano de Walker, no es una pistola.
Me volteo a ver a mis compañeros -¡No, aléjense!- les grito. Me escuchan, uno de ellos se detiene, pero ya es demasiado tarde.
No escucho nada, ni siquiera un disparo, pero veo como todos ellos caen al suelo en cuestión de segundos. Ya no vuelven a moverse.
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