Nuestro Tacto |Adaptación|

By Ruggarolstories9

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En primer lugar está es una ADAPTACIÓN, la historia original la encuentran en el perfil de @herophinefan. No... More

Prólogo
Capítulo 1 "Rubia"
Capítulo 2 "Parecido al infierno"
Capítulo 3 "Crochet"
Capitulo 4 "Halloween"
Capitulo 5 "Lionel"
Capítulo 6 "Respira Conmigo"
Capítulo 7 "¿Tu quieres besarme?
Capítulo 8 "Cliché"
Capítulo 9 "Sus labios sabían a cerveza"
Capítulo 10 "Cotillas"
Capítulo 11 "Frío invierno"
Capítulo 12 "Yo quiero que estés bien"
Capítulo 13 "Año nuevo"
Capítulo 14 "Tengo lencería "
Capítulo 15 "Fama"
Capítulo 16 "¿Es una cita?"
Capítulo 17- FINAL PRIMERA PARTE
Capítulo 18 "La vida de..."
Capítulo 19 "No los odio"
Capítulo 21 "Te amo"
Capítulo 22 "Traumas"
Capítulo 23 "La pelea"
Capítulo 24 "No hay momentos buenos"
Capítulo 25 "Salvador"
Capítulo 26 "Volver"
Capítulo 27 "Quiero todo contigo"
Capítulo 28 "Celos"
Capítulo 29 "18"
Capítulo 30 "Dos hombres llorando"
Capítulo 31 "Sueños"
Capítulo 32 "Madres Maravillosas"
Capítulo 33 "Aterrada"
Capítulo 34 " Perdiendo la fé"
Capítulo 35 FINAL

Capítulo 20 "Esperanza"

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By Ruggarolstories9

Ruggero Pasquarelli

Ella se veía tan hermosa, tan perfecta. Hace cuatro años no pensaba que podría llegar a ser más hermosa pero me equivoqué por que ahora era toda una mujer.

Cuando bajo por las escaleras y camino a mi con solamente un suerter enorme que le llegaba a la mitad de los muslos dejándome ver sus piernas me di cuenta que ahora estaba más flaca. Enrrealidad ella me gustaba de todas formas pero era raro verla tan cambiada.

También la seguí durante todo este tiempo, supe que hacía, que era de su vida, ahora ella era bastante famosa. Leí mucho sobre noticias de sus cambios físicos y las críticas, ella jamás habló sobre eso pero para mí era evidente que ella sufría mucho todo esto.

—Entonces... — Ella se sentó frente mío en el sofá y vi sus rulos caer por todos lados, ahora dejaba a sus rulos salir, antes, todos los días lo alisaba. Pero a mi me encantaba como le quedaban.

—¿Qué quieres saber?— Pregunté

—Eso te iba a decir— Sonrió de lado y se puso seria —¿Me odias?— titubeo un poco antes de preguntarlo pero lo dijo y me tomó de sorpresa.

¿Odiarla? Fue la única mujer a la que más ame en toda mi vida y me di cuenta muy tarde, demasiado.

—No, claro que no... sólo estuve muy enojado, aún lo estoy creo— ella asintió lentamente.

—Ruggero, no pude hacer nada cuando te fuiste, lo lamento... no volví hablarte por qué supuse que sería peor y temía que algún día te llamara y me dijeras que me odiabas o que no querías saber nada de mi, yo simplemente prefería quedarme con la duda lo cual es algo estupido— Trago duro y la miré con dulzura, no me había dado cuenta que la extrañaba mucho más de lo que pensaba.

—Fue horrible cuando desperté al día siguiente, recordando todo, cada noche contigo y saber que no podía hacer nada... fue horrible recordar y que tu no estés allí.

Fui sincero, recuerdo cuando mi madre me dijo que esa misma noche viajábamos a Londres, por supuesto que me opuse, tenía a mis tres mejores amigos allí y estaba aquella rubia bien vestida con el rostro cansado que me contaba lo que vivíamos, quería quedarme.

No logré mucho. Mamá me amenazó con que él menor de edad y si me oponía demandaría a Darren por su bar. Estaba atado de manos.

Pero al siguiente día, cuando desperté en aquel avión casi inmovilizado ya que estaba en una camilla en un sector especial, quería tirarme de allí pronto. La había recordado a ella del todo y recordé su rostro llorando y la despedidas de todos. Fue horrible y estuve todo ese tiempo solo.

—Imagine ese día mil veces, lo sé... debió ser horrible y no existen más palabras que expliquen lo arrepentida que estoy de haberte dejado ir y no volver a llamarte nunca en estos años...

Ahora la entendía, ella estaba igual que yo pero solo que ella temia mi respuesta y siendo sincero si ella algún día de esos en los que yo pensaba que me habían olvidado hubiera llamado le hubiera dicho muchas cosas feas y fue mejor que no llamara.

—Bueno... esta bien, te entiendo— asentí — también pude haber llamado yo.

—¿Tú madre dijo cosas de mi?

—Mamá me lleno la cabeza de ideas, me dijo cosas muy feas que dijeron, jamás creí al principio pero ya sabes... se que ya lo repetí y no es una excusa pero es mamá, las mamás no hacen eso— susurré mirando el suelo.

Ella tomó un largo suspiro y apoyó su cabeza en el respaldo de el sofá y llevó sus manos a su pelo y de inmediato vi algo brillando... era el anillo que le había dado. En mi rostro se formó una sonrisa y ella lo notó así que me miró raro esperando a que le diga por que lo hacía.

—Tienes mi anillo— Señale y ella miró sus manos y luego asintió.

—Lo tengo desde tu primer pelea como prometí...

Ella lo decía así por que yo no cumplí mi promesa, yo no usé esos guantes mi primer pelea pero ahora estoy seguro que los usaré en la final.

—Los guardó para algo importante— Hable y ella rio.

—Claro.

Hace tanto tiempo no escuchaba su risa o veía su hermosa y perfecta sonrisa con esos hermosos ojos... dios, ella era perfecta y la había dejado ir.

—Prometo usarlos en la final — Coloque mi cabeza en el respaldo como ella quedado bastante cerca lo cuál  me gustaba.

—Cómo quieras, pensé que los habías tirado— Río y negué.

—Jamás, por suerte cuándo mamá tiro todo lo que tenía que ver con el boxeo en mi casa afuera, Luis me mando todo a Londres, me contó que habló contigo... dijo que estabas muy mal.

Aún recuerdo aquella llamada con Luis, me dijo que ella fue sola a hablar con él y contarle que me tuve que ir, él no quería decirme nada más, ningún detalle pero solo me dijo que ella se veía muy mal.

—Tuve depresión Ruggero— Ella miró a otro lado que no sea mi rostro mientras se rascaba su brazo suavemente. Mi pecho se contrajo y apreté mis puños.— Cuándo te fuiste lo único que hice por meses fue llorarte como si hubieras muerto, me dolía que me llamaras y yo no pudiera contestar... me hizo mal que te vayas y justo cuando entraba a este mundo de la fama... yo— suspiró— todo esto es una mierda, él modelaje me encanta pero las críticas matan, destruyen y aún no se no escucharlas, todo se junto. Tu partida, las críticas, más gente conociéndome... fue muy loco — Sinceró.

—Por eso bajaste mucho de peso ¿verdad?— Ella me observó — conozco cada parte de tu cuerpo y aún así me pareces la mujer más hermosa que haya pisado este mundo, pero me di cuenta de ese cambio...

No quería hacerla sentir mal por haber bajado ya que no sabía que es lo que ella sentía respecto a su cuerpo pero sea lo que sea ella para mi se veía genial como siempre.

—Si, tuve que empezar a hacer cosas como cuidarme con las comidas, entrenar muchísimo y eso... es difícil y fue difícil sobrellevarlo sola, digo, tenía a los chicos pero no es lo mismo. — Me observó directo a los ojos, la tenía tan cerca.

Podía ver todo lo que había sufrido cuando me fui y me sentí un idiota por jamás volver a intentar llamarla, tal vez algún día hubiera contestado. Ella estaba pasando todo eso sola.

—¿Tienes un hijo?— Me preguntó de la nada tomándome por sorpresa.

—¿Por que lo preguntas?— Dije

—Subes fotos con un niño y nadie sabe, yo... ¿Tuviste un hijo?— Con la expresión en su rostro viéndome hizo que mi corazón se partiera en mil pedazos. Lleve mi mano a su mejilla y acaricie su suave piel para luego hablar .

—No rubia, es mi hermano pequeño— Dije casi en susurro y una sonrisa se asomó por sus labios haciendo que todo mi corazón vuelva a la normalidad—¿Y esa sonrisa?— La moleste.

—Bueno, solo quería saber— Sonrió —¿Tú mamá tuvo otro bebé?

—Si, con su ahora marido— Asentí recordando la pequeña risita de mi hermano menor— él es una de las razones por las que no eh podido volver— Ella asintió comprendiendo.

—Todos piensan que es tu hijo— rio y sonreí — deberías aclarar eso— bromeó.

—No, los dejare con la intriga — Rodó sus ojos para luego sonreír y volver su vista a mi. Estaba cansada.— Ven— Le dije estirando mis brazos para que se acercara a mi y ella un poco sorprendida me miró pero luego se acercó a mi.

Me dio la espalda mientras yo también me acomodaba en el sofá. Quedó en medio de mis piernas, su espalda contra mi pecho y la abracé.

Había esperado tanto tiempo por esto, por tenerla cerca mío y ahora, como correspondía lucharía por ella. Ahora que se todo lo qué pasó de verdad, que mi madre me mintió diciéndome que ella fue la que le dijo que podría llevarme, que no importaba... era palabra de mi mamá, se supone que ella no me querría dañar así. En fin, ahora que se la verdad todo cambia, quiero estar con ella pero no como antes, quiero que esto sea serio.

Ya no somos dos adolescentes con hormonas alocadas, tenemos trabajos muy importantes y ahora maduramos. Sabía que ella aún así estaba muy triste, que tenía problemas con todo esto de la fama y estaba dispuesto a ayudarla si ella me dejaba.

Baje mi vista a su rostro y ella se encontraba dormida.
No podía creer cuanto daño le había causado a una de las personas más importantes que tuve en mi vida.

Karol Sevilla

Cuándo desperté seguía en la misma posición que anoche con Ruggero. No había dormido hace tiempo así, siempre terminaba quedándome dormida luego de sentirme mal conmigo misma, llorar, no lo sé, viendo las redes sociales y la gente hablando mal de mi.

Ahora había dormido en brazos de Ruggero, del chico del cual seguí enamorada durante cuatro años y no pude olvidar.

Me quede con su mano en mi pecho acariciandola por un rato. No quería moverme, quería quedarme así todo el resto del día.

Era hora de levantarse así que me levante con cuidado de no despertarlo hasta que hablo dándome un susto.

—Estoy despierto— lleve mi mano al pecho al escuchar su voz ronca detrás mío.

—Dios, casi muero— río y me senté en el sofá mirándolo de reojo.—Buenos días ¿Dormiste bien?— Pregunté.

—Imposible no hacerlo— sonrió y se estiró en su lugar.

—Iré a preparar algo para desayunar— el asintió.

Me fui a la cocina y una vez allí sola sonreí inconscientemente. No podía creer todo lo que estaba viviendo. Tenía esperanza de algo por una vez en tanto tiempo.

Puse a preparar café mientras hacía unos sándwiches de jamón y queso para luego tostarlos. Al cabo de cinco minutos o tal vez más cuando tenía todo echo me pareció raro que Ruggero no se haya acercado así que camine hasta donde él estaba y se encontraba al teléfono inclinado hacia adelante.

Me quede detrás sin querer estorbar, esperando a que termine de hablar pero el solo asentía sin decir nada hasta que en un momento soltó un sollozo y me di cuenta que estaba llorando.

—Por favor no... — susurro con la voz quebrada y me asuste. Camine despacio hasta estar delante suyo, él me miró y pude ver en sus ojos el dolor que sentía. —Basta, mamá, por favor— me sentí tan mal por el. Me arrodillé frente suyo y puse mis manos en su rodilla demostrando mi apoyo. Entonces al parecer ella le cortó y él bajo el teléfono y lo dejo a un lado y se rompió a llorar.

Me acerqué aún más y lo abracé con fuerza tratando de transmitirle que estaba aquí para él si quería hablar y si no lo quería estaba bien.

—¿Ruggero que sucedió? ¿Quieres decírmelo?— Susurre aún en sus brazos

—Ven— Me dijo y hizo que me sentara en sus piernas y volvió a envolver sus brazos pero esta vez en mi cintura posando su cabeza en mi pecho y yo acaricié su cabello desde arriba.— Primero tenía mensajes de mis representantes avisándome que me pusieron una denuncia los chicos de anoche y hay videos míos por todos lados golpeándolos...

—Ruggero, no te preocupes por eso, se resolverá. La mayoría de los boxeadores les pasan este tipo de cosas pero peores y tú no eres un mal chico— trate de tranquilizarlo y un sollozo se escucho.

—Eso no me preocupo ni mierda, es que... — Levantó su mirada y me miró — mamá llamó y dijo que no volveré a ver a mi hermano si no vuelvo una vez que la pelea termine — Cerro sus ojos con fuerza y entendí su dolor y ahora yo también lo sentía.

—Creo que encontrarás la manera de arreglar esto.

Nisiquiera sabía que decir ahora mismo, me dolía tanto como a él todo esto.

—No puedo— me observó— es mi hermanito.

—¿Por que quiere tu mamá que te vuelvas?— Pregunté.

—No me quiere contigo, no te quiere, mi mamá se ha vuelto una completa bruja desde que me fui a Londres, peleo todos los días con ella por el box, no me fue a ver a ninguna pelea y es horrible pensar que no puedo agradecerle a mi mamá nada de lo que me está pasando.— Volvió su cabeza a mi pecho y comenzo a llorar. Jamás lo había visto así, tan vulnerable. Al parecer su hermano era muy importante para él y lo entendía, si me dijeran que no volvería ver a mi hermano me pondría igual que él.

—Está bien Ruggero, lo entiendo, luego de esta pelea debes volver—Asentí tomando con mis manos su rostro haciendo que él me vea mientras más lágrimas caían de su rostro. Mis ojos se empañaron y luchaba contra mi misma para no llorar como una condenada por saber que volvería a perderlo.

—Si, si lo haré— Ambos asentimos al mismo tiempo y mis lágrimas caían, me sentía tan mal pero sabía que él amaba a su hermano y que yo haría lo mismo en su lugar.

— Ya no te preocupes, ya no llores, estarás con él la semana próxima ¿Si?— El asintió y volvió su cabeza a mi pecho.

No habíamos hablado de retomar lo que habíamos dejado antes pero al parecer ya era tema separado, él quería volver a Londres y eso estaba bien, si él iba a estar bien. Yo debía aprender a vivir sin él, lo había echo todos estos años así que sabía que podía hacerlo lo que restaba de mi vida.

—Vamos a desayunar así luego te vas a entrenar o a hacer esas cosas de boxeadores— Solté una risita levantándome de sus piernas mientras secaba mis lágrimas.

—Si, claro— El asintió y se levanto quedando frente mío por lo que tuve que subir mi mirada por lo alto que es.

—Solo deja que voy al baño, el desayuno esta en la cocina, allí— Señale donde quedaba la cocina y el asintió secándose las lágrimas.

Camine al baño y una vez dentro lleve mi mano a mi pecho y llore como desconsolada pero silenciosamente.

Por un momento pensé que lo tenía, que iba a volver para quedarse una vez que supo todo, pensé que ya estaba ahí para mi pero ahora se me fue de las manos, se escurrió entre mis dedos y mi corazón ya no soportaba.

Nada iba a bien en mi vida, sabía que tenía una enfermedad, sabía que tenía depresión desde hace bastante tiempo y que necesitaba tratarme pero sinceramente no podía estando sola, por que así me sentía todo el tiempo excepto cuando estaba con Nash y los chicos pero no podía depender de ellos todo el tiempo, necesitaba tratarme a mi misma y sería un largo periodo y pensé qué tal vez Ruggero estaría aquí para mi.

Pensé todo eso anoche mientras trataba de dormir, pensé en el futuro y luego me despierto y el ya debe irse.

Lave mi rostro y espere a que no me vea tan mal y salí de la habitación de baño, puse mi mejor sonrisa mientras caminaba a la cocina donde ahí estaba Ruggero tomando el desayuno.

Pase mis manos por sus hombros y bese su cabeza demostrándole que todo estaba bien. Que todo estaría bien para el.

Este fue el segundo capítulo del día. Espero que les ha gustado y que nos podremos leer mañana. Sí tengan dudas o encuentran faltas ortográficas pueden decirme las en los comentarios.

Los amo.

Mia💕

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