Arriésgate Liz.

Oleh Alleguerra

1.8K 574 2.5K

Muchas veces nos aferramos a relaciones que nos hacen daño, simplemente decidimos quedarnos por miedo a estar... Lebih Banyak

Prólogo
Capítulo I: Conociendo A Raell
Capitulo III: Raell Al Rescate
Capítulo IV: Se Terminó
Capítulo V: Ahogada En La Verdad
Capitulo VI: Mala Idea
Capítulo VII: En La Misma Habitación
Capitulo VIII: El Reto.
Capitulo IX: ¡Raell Traidor!
Capitulo X: Tu Paz, Es Mi Paz Liz
Capitulo XI: ¿Que Me Estas Haciendo Liz?
Capitulo XII: ¿Nos Daremos Un Tiempo?
Capitulo XIII: Todo Por Ella
Capitulo XIV: Desde Cero
Capitulo XV: Andrea Fuera De Control
Capitulo XVI: Te Casas Y Punto
Capítulo XVII: Te Lo Buscaste Aaron .
Capitulo XVIII: Hasta Nunca Aaron
Capitulo XIX: Al Perderte, Me Encontré ♥️
Capitulo XX: Solo Tú Y Yo
Capitulo XXI: Es Un Buen Partido 😏
Capítulo XXII: ¿Vives Con Él ?
Capitulo XXIII: Raiden
Reparto Masculino
Capitulo XXIV: Tu Mirada ♥️
Capitulo XXV: ¿Y Ahora Qué?
Capitulo XXVI: Celos
Capítulo XXVII: Resentimientos
Capitulo XXVIII: Mi Luz
Capítulo XXIX: Malentendido.
Capitulo XXX: En Mil Pedazos
Capitulo XXXI: Dejar Ir
Capitulo XXXII: Perdonar Sana El Alma
Capitulo XXXIII: te Seguiré Amando
Capitulo XXXIV: Aun Dueles
Capitulo XXXV: ¿Raell Que Haces?
Capitulo XXXVI: Noticias
Capitulo XXXVII: La Cizaña En Forma De Cuñado
Capitulo XXXVIII: El Mirador .
Epílogo

Capítulo II: Encuentro Fatal

80 25 89
Oleh Alleguerra

El ambiente se formó insoportable en menos de un segundo.

Quise salir corriendo pero la situación no me dejaba salida, solo permanecí en mi lugar esperando que Aaron interviniera en este enredo.

—¿Quién es ella? —preguntó la susodicha mirándome con curiosidad. No tenía ápice de celos o molestia, solo eso: curiosidad.

—Ella es una amiga —respondió Aaron cuando por fin encontró su voz—. De hecho es la novia de Raell —añadió y decir que me dolió fue poco.

Si antes me sentí diminuta, ahora quería desaparecer.

Andrea sonrió gustosa por la noticia.

—¡Que bien! —su emoción fue grande—. No mencionó nada en la fiesta de bienvenida que malo es.

—Es que apenas lo dejaron respirar ese día —Aaron soltó una risita nerviosa y sentí como me miraba. Yo no lo hice, era capaz de explotar aquí mismo si encontraba sus ojos.

—¿Me perdí algo? —se escuchó la voz de Raell cuando regresó a la mesa. Lo miré apenada, por la bomba que estaba apunto de explotar en sus narices.

—Que tienes novia y no dijiste nada —Andrea le reprochó cruzada de brazos.

Él frunció el ceño perdido en el mapa.

—Es que apenas se volvieron a encontrar —Aaron no se callaba y quise golpearlo.

¡Por supuesto que si! Tenía que salvar su trasero delante Andrea, como si le importara perderla.

Agg.

Raell se dio cuenta del escenario donde apareció de pronto y cuando compartimos miradas le pedí ayuda a gritos con los ojos.

—Ah si, Liz y yo apenas estamos saliendo de nuevo —Raell dijo para tratar de solapar a su amigo—, creo que vamos por buen camino ahora.

Trató de sonar más relajado pero no le salió, aunque Andrea ni pareció sospechar. Era eso o el hecho que todos sabíamos porque la incomodidad menos ella.

Si supiera de quien soy novia en realidad.

—Pues mucho gusto Liz, yo soy Andrea la novia de Aaron —se presentó oficialmente y me dio un beso en la mejilla como si fuésemos íntimas de toda la vida—. Acá tenéis una amiga para lo que necesitéis —se puso a la orden.

Ojalá hubiese sido odiosa, así me sentiría menos culpable e idiota en este momento.

—Gracias —fue todo lo que pude murmurar. Ya quería que se acabará este encuentro fatal.

—¿Y por qué no me dijiste que venías a comer con ellos? Que mal novio eres —dijo juguetona y le dio una palmada en el brazo a Aaron.

—Aún puedes unirte a nosotros —comentó Raell, mirando lobuno a su amigo.

No entendí nada, se supone que debía hacer lo posible por espantar Andrea ¡no invitarla al show!

Respiré profundo y traté de calmar mi cólera, aunque en cierto modo me lo merecía por aceptar esto desde un principio.

Andrea se unió encantada de la vida a nosotros en la mesa y no dejaba de preguntar cosas a Raell y a mí sobre nuestra supuesta relación.

¡Hostias! Que suplicio.

—¿Y dónde se conocieron? Si estuviste en Italia todo este tiempo —siguió de intensa.

Raell y yo nos miramos las caras sin saber que decir. Yo me quedé callada, no iba hacer más grande esta telaraña.

—Nos conocimos antes de irme, la verdad me dolió dejarla pero la espera valió la pena —él armó un peliculón en cuestiones de segundos y me sorprendió su habilidad para mentir. Porque hasta creíble era el cuento.

—¡Qué romántico! —esta de un feliz ella—, ¿Y mantuvieron una relación a distancia todo este tiempo?

¡Dios mío! Que deje de preguntar tanto.

—Si, por eso cuando llegué lo primero que hice fue localizarla  —me miró y añadió—: La extrañé muchísimo.

Estaba sudando, se notaba que esta situación ya lo estaba poniendo incómodo. Bien hecho, nadie lo mandó a invitar Andrea a comer con nosotros.

—Pues el sábado tendremos una reunión en el yate que me regaló mi papá, así que los espero allí —nos invitó y en eso le acarició con cariño el cabello a Aaron.

Un sabor amargo se me posó en la garganta.

—Lo tomaremos en cuenta —dijo Raell, tratando de sonar amable.

Miré la hora en mi celular y fingi que me estaban llamando.

—Tengo que contestar, disculpen.

Me levanté de la silla y me alejé de todos. Necesitaba respirar aire puro. Fui al tocador y me refresque la cara, luego miré mi reflejo en el espejo y mi mente lo único que me espetó fue: ¡eres tan tonta Liz! Te conformas con tan poco.

Me entraron ganas de llorar, pero no podía darme ese lujo. Si me metí en esto tenía que tener cojones para soportarlo y dar la cara, sino la decisión de dejarlo todo estaba en mis manos.

Calme mi ansiedad y decidí volver a la mesa, si Aaron y Raell querían jugar yo no iba a participar en su juego.

—Disculpen mi ausencia —dije cuando llegue y me quedé de pie—, Raell cariño ¿será que me puedes dejar en mi casa? Es que se me presentó una urgencia.

Inventé mi huida. No pensaba quedarme a ver como Andrea manoseaba Aaron las veces que se le diera la gana.

Raell se descolocó un poco pero reaccionó de inmediato.

—Claro que si, yo te llevo.

Miré seria a Aaron y pude notar su mandíbula tensa. ¿No le gustaba la idea de que me llevara Raell? Pues me vale, él se lo buscó.

—Quería conocerte más Liz, no es justo —Andrea hizo puchero y force una sonrisa.

—Será en otra ocasión —contesté casual.

Si supiera que esperaba no verla más.

Raell se levantó y luego de discutir como dos los alfas quien pagaría la cuenta, quedaron que mitad y mitad. Por fin nos alejamos y me fui sin mirar atrás.

¡Que te den Aaron!

En silencio seguí a Raell al parqueadero del restaurante y cuando presionó el control para quitar la alarma de su auto, quedé boquiabierta con el auto que alumbró. Era una camioneta del año color rojo, Tundra leí junto la placa.

Si la familia de Aaron tenía dinero, la de Raell parecía tener el doble.

Me abrió la puerta y me pareció muy amable de su parte, subí y me sentí tan extraña en un auto cómo este, todo era tan limpio y nuevo que me dio miedo hasta poner los zapatos en la alfombra y que se ensuciara.

Cuando Raell subió encendió el aire acondicionado y emprendió camino. Suspiré para mis adentros, recordar la escena de Andrea con Aaron me taladraba el pecho, hoy me di cuenta que ella tiene más poder sobre él que yo. Lo que más me dolió es que él no hizo nada por detenerla, e inventar que yo era novia de Raell sobrepasó los límites.

—¿Vives Cerca del centro? —Raell me hizo aterrizar a la realidad.

Lo miré apenada. No lo conocía en absoluto y estaba en su auto después de interrumpir su almuerzo por culpa de mis enredos con Aaron.

—Vivo en la intercomunal, en uno de esos edificios —le di mejor la dirección y lo puso en su GPS.

—Disculpa que le siguiera el juego a Aaron —lo escuché decirme después de un rato.

Solté una risita irónica, —Quién debería disculparse es él, por descarado —murmure malhumorada.

—Si seguí el juego fue por ti, para no ponerte en una situación más incómoda.

—Y te lo agradezco —nos miramos y sonreí con calidez—. Aunque no debiste invitar a Andrea almorzar con nosotros.

No me pude morder la lengua con eso.

—Lo hice para enseñarle Aaron que no debe jugar con dos chicas como lo hace —habló como si fuese mi amigo de toda la vida. Cómo tito muchas veces me habla.

Frunci el ceño, —¿Conoces nuestra historia?

—Aaron me contó todo, soy su consejero personal —bromeó un poco—. Cuanto me lo dijo no me pareció correcto, pero no puedo cambiar su forma de pensar.

—Esto es momentáneo —le comenté—, solo falta poco para que termine su carrera y deje Andrea.

—De verdad espero que por primera vez en su vida Aaron haga lo correcto —dijo serio y me desconcertó un poco sus palabras. Era como si no lo creyera del todo.

Las dudas comenzaron a rondar mi cabeza de nuevo.

—¿Qué quieres decir con eso?

Su silencio me provocó arcadas, no era buena señal.

—Aaron no lo tiene fácil Liz —trató de explicar—. No es algo imposible, solo está estancado es todo.

Seguí sin entender y ahora me daba cuenta que no conocía del todo a Aaron. Eso me ponía insegura. No dije nada más, no quería saber. Aveces es mejor vivir en la ignorancia que en la verdad, duele menos.

Raell me dejó frente mi edificio y lo mire para despedirme.

—Gracias por traerme, aún cuando no era tu responsabilidad hacerlo.

Ladeo los labios en una sonrisa.

—Lo hice con todo gusto Liz —fue amigable—, y si necesitas algún día un favor, no dudes en llamarme —ofreció.

Su aura era muy cálida y positiva, me agradó rápido a pesar de haberlo conocido hoy.

—Gracias, aunque nisiquiera tengo tu número —bromee y enseguida sacó su teléfono.

—Dicta los dígitos y te llamo para que tengas el mío —eso fue tan rápido que hasta me tomó por sorpresa.

Aún así accedí y le dicte mi número de teléfono. Efectivamente, me llamó y pude guardar el suyo.

—Ya tienes mi número, no hay excusas —ahora el que bromeó fue él y le sonreí en respuesta.

Me despedí por última vez y bajé de la camioneta para entrar al edificio. Lo que hice fue entrar al apartamento y dejé salir las lágrimas. Estaba devastada. Aaron no tenía corazón, era tan egoísta, cínico, golipollas y miles de profanidades más.

Y yo una completa idiota por soportarlo...

Es que ¿qué necesidad tenía yo de aguantar esto?, ¿de verdad era amor lo que sentía por él, o simple dependencia emocional? Me sentía tan confundida y molesta en este momento, con ganas de dejar todo esto sin mirar atrás.

Pero dolía, la sola idea de dejarlo me rompía el corazón en mil pedazos. Odiaba estar así, tan sensible y vulnerable y que a él le importara tres ceros.

Fui a la habitación echa trizas y me quite la ropa para darme una ducha, mentalmente me sentía desgastada y solo quería dormir para olvidar mi realidad un momento.

Ya refrescada y con ropa cómoda me acosté en la cama boca arriba, con los ojos ardiendo de tanto llorar y el pecho aplastado por la decepción. Es tan horrible sentirse así por alguien, tener que sufrir porque la persona que amas es incapaz de jugarse todo por ti.

Hasta solté una risita irónica ¿qué podía esperar? Si yo acepté esas condiciones, como si mi amor valiera tan poco.

Escuché de pronto la puerta abrirse y me puse alerta. Era él, estaba aquí y mi corazón comenzó a reaccionar rápido con la sola idea.

—¡Liz! ¿Dónde estás? —se oía enojado.

Abrió la puerta de la habitación y estaba furibundo.

—No quiero verte Aaron —lo enfrente enfuruñada.

Lo que me hizo en ese restaurante fue el colmo.

—¡¿Por qué carajo tuvisteis que venirte con Raell?! —me gritó cerrando la puerta.

¿Qué coño?...

Si era yo quien debía estar así.

—¡No me grites grandísimo descarado! —proteste de vuelta.

No me dejaría aminalar por él, debería estar pidiendo disculpas en vez de estar aquí imponiéndose.

—No debiste venirte con Raell...

—¿Y qué esperabas gilipollas, que me quedará a ver como tu noviecita te manoseaba delante de mí y aplaudir te? —le lancé un cojin que le dio directo en el pecho —. ¡Vete de aquí que no te quiero ver!

Tuvo suerte que no fue un zapato.

—Yo no planifique eso Liz, ella llegó de repente...

—¡pero decirle que yo era la novia de Raell fue muy bajo! —no bajé la voz. Estaba tan frustrada y enojada que solo quería soltar mi veneno para ver si así me sentía mejor.

Bajó la guardia, porque sabía que yo tenía razón.

—Lo reconozco —se sentó junto a mí en la cama—. Sé que no debí inventar eso, pero me bloqueé.

Traté de no ceder, porque cuando lo tenía cerca siendo tan amable conmigo era muy blandengue.

—Tuviste miedo de perderla en ese momento.

—¿Qué? Claro que no Liz —sostuvo mi mano—, pero si se enteraba mi mundo se viene abajo y tu lo sabes bien.

—A mí ya no me importa si te quedas sin dinero o no —aparte su mano de la mía—. Esto no me afectaba antes pero verte con ella fue mi límite Aaron.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó temeroso.

Me di valor para lo próximo que diría.

—Que no quiero seguir contigo si estás con Andrea —se lo dejé claro, ya era tiempo de poner las cosas claras.

Ya no quería ser la otra, quería ser la oficial y sino estaba dispuesto hacerlo entonces así me doliera tomaría otro rumbo sin él.

—Amor por favor no me hagas esto —suplicó—, lamento lo de hoy no quiero que pienses que Andrea me importa más que tú —sostuvo mis mejillas con cariño.

»eres la mujer que amo y la única que me da paz, si te vas de mi vida ya nada tendría sentido. No voy a perderte, haré todo lo que esté a mi alcance para que te sientas bien conmigo —prometió y suspiré para mis adentros.

Cuando me hablaba así todo rencor y dolor se iba. Me aferraba a eso como si mi vida dependiera de ello, todo con tal de no sentir más dolor.

—¿Vas a dejarla?

Cerró los ojos con una lucha mental, atormentado.

—Dame tiempo Liz tengo muchos planes para nosotros —dijo y quite sus manos de mi cara.

—¿Y mientras tanto qué, te  espero en esta cueva para no topar con ella cuando salga contigo?

—Prometo que la mantendré alejada de ti para que no pases malos ratos por su culpa.

Casi jadeo indignada de la hostia. Su descaro era increíble aveces.

—¿Qué parte de no seguir con esto no entiendes?

Me levanté de la cama frustrada, seguíamos en lo mismo.

—Ojalá fuese tan fácil Liz —frotó su cara con la mano—, mis papás esperan de mí cosas grandes y los estoy engañando.

»Ellos creen que cuando me gradue viviré con Andrea para engrandecer el negocio familiar y no es así, en lugar de eso tengo pensado decirles que estoy contigo, que te amo y que sino lo aceptan entonces me iré lejos —tomó aire y se tocó las sienes frustrado—, te estoy eligiendo a ti antes que mi familia ¿qué más quieres?

Me quedé callada, no tuve argumentos para eso. Se acercó a mí y volvió acunar mis mejillas con sus manos, solo que esta vez me dio un beso en la frente.

—Te amo Liz, eres todo lo que tengo ten paciencia por favor —dijo aferrado a mí en un abrazo.

Luché por no corresponderlo, pero mi amor por él pudo más y lo aferre a mí para darle mi apoyo.

Se supone que para eso están las parejas, para apoyarse y darse ánimos. Debía tener paciencia, no podía ser tan malvada de sacrificar su futuro por mis deseos egoístas.

—Esta bien —dije resignada—, voy a esperar estos meses que faltan.

Se aferró más a nuestro abrazo, sintiendo paz y alivio. Yo seguía insegura, pero me dije a mi misma que el tiempo limite eran esos dos meses, que si después no cumplía sus promesas dejaría esto para siempre.

Y no habrían palabras bonitas, ni sacrificios que me hagan cambiar de opinión.

Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

81.4K 4.2K 18
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...
34.1M 2.6M 91
Alexandra Carlin, es una chica recién graduada de la universidad, sin éxito en el campo laboral, es contratada por fin como secretaria del presidente...
1.7M 17.4K 3
*Wattys 2018 Winner / Hidden Gems* CREATE YOUR OWN MR. RIGHT Weeks before Valentine's, seventeen-year-old Kate Lapuz goes through her first ever br...
449K 29.2K 29
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...