capítulo doce:
sacrificio.
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Los titanes buscaban forma de escalar hacia los reclutas, Christa comenzó a mostrar preocupación por ello, así que decidió informar sobre la situación.
—Disculpe, están escalando.
—Así es—dijo Nanaba—. Si logran llegar tendremos que combatirlo, pero sospecho que pronto nos retiraremos.
—¿Por las explosiones?
—Creo que tiene algo que ver.
Leyna y Bertholdt se encontraban en el mismo árbol, mientras al frente estaba Ymir. La pelirroja evitaba bajar la vista, estaba segura que ver tantos titanes esperando que alguno cayera solamente le revolvería el estómago, así que mantuvo la vista recta.
—¿Dónde está Christa?—preguntó Ymir al chico Hoover.
—No lo sé.
—¿Y tú, Becker?
La pelirroja volteó a verla—Al frente, con la superior.
—Me pregunto que está pasando allá—dijo Bertholdt al escuchar todo el alboroto.
—Es obvio ¿No crees? La atrajeron hasta aquí, van a capturarla—dijo Leyna—. Estuvo muy cerca de matarnos.
—¿De verdad?
—Así es, Armin cree que podría ser un cambiante como Eren—Leyna suspiró—. A estas alturas, creo que todo es posible.
Bertholdt la miró con sorpresa—¿Y cómo escaparon de ella?
—Fue algo en equipo supongo, Armin ideó todo—Becker sonrió—. Incluso Jean se preocupó por salvar a todos...
Hoover levantó una ceja—Realmente están capacitados, para poder escapar de eso.
—Bueno, me lo dice el chico que quedó tercero entre los diez mejores—Becker le dio una mirada, Bertholdt apartó la vista apretando los labios.
—Hay gente mucho más fuerte.
—Mikasa no cuenta—Bertholdt rio con suavidad.
—Recuerda que tu también pudiste quedar entre los primero cinco de no ser por tus muchas multas durante el entrenamiento, además también están Annie o Reiner-
—Oye, ahora que lo pienso, nunca te di las gracias por aquél día... en Trost.
Hoover reaccionó sorprendido–¿De qué hablas?
—Me llevaste hasta la base, y no te fuiste hasta que reaccioné sola ¿Cuánto tiempo fue eso, dos horas? Incluso trataste de darme algo de agua.
Podía tener una actitud ruda, pero desde muy pequeña Leyna tenía problemas para hacer amigos, Marco la hacía sentir segura para acercarse a otras personas, tras la batalla de Trost la chica Becker no pudo relacionarse con sus compañeros, las únicas personas con las que hablaba eran Jean y Armin, pero gracias al rubio, Leyna tuvo la oportunidad de convivir con el resto, incluso pudo intercambiar algunas risas con Sasha y Connie, quienes resultaron ser bastante interesantes.
—Bertholdt también acabaste con los titanes de un solo golpe cuando nuestras vidas peligraban—dijo la pelirroja encogiendo los hombros—. Te haría bien dejar de pensar que Reiner o Annie son superiores a ti.
—¿En serio lo crees?
—Bueno, esta es la charla más larga que hemos tenido en casi cuatro años, ¿Qué beneficio tendría mintiéndote?
—Buen punto—Bertholdt se apoyó contra el tronco—. Gracias Leyna.
Nuevamente en el bosque, Hange miraba a la titán con ojos llenos de locura y curiosidad por la bestia.
—¿Qué te parece? No podrás moverte por mucho que lo trates, mientras tus heridas sanen te podrán más tiesa—dijo la líder de escuadrón con una pequeña risa.
—Te mueres por sacarle todo tipo de pruebas ¿No es así?—dijo Giselle, parada detrás de ella mientras jugaba a trenzar un mechón de su cabello.
Hange volteó a verla con una ceja levantada—No finjas que ahora te interesa.
—¿Qué insinúas? Te escucho hablar hasta por los codos sobre eso.
—¿Realmente lo haces?
—No empieces.
—Como sea, no se que espera Levi y Mike para sacar a la persona dentro.
Poco después, Zacharius y el capitán intentaron cortar las manos de la bestia, pero sus cuchillas rotas salieron disparadas por el lugar.
Giselle miró atentamente la escena sin poder creerlo, Mike se paró frente a ella mostrando sus cuchillas.
—Ni lo intentes—dijo el subteniente.
—Se cristalizó—respondió ella mirando como se formó un cristal alrededor de las manos—. Es como el acorazado.
—Quizás debamos decirle a Erwin que de la orden de disparar—continuó Mike.
—¿Y si matamos a la persona que está adentro? No podemos darnos el lujo.
—Lo dices por que quieres darle gusto a Hange—bromeó Zacharius, Giselle sonrió levatando una ceja.
—No olvides que aún soy tu superior, Zacharius—Giselle se dirigió hacia donde estaba Erwin.
Levi se encontraba parado en la cabeza de la titán—Oye ¿En serio no saldrás? Dime ¿Crees que vas a escapar? mataste a muchos de los nuestros, hay algo que quiero preguntarte, ¿Está bien si te corto entera? Hablo de tu cuerpo real, aunque si mueres, tendré problemas.
De un momento a otro, la titán rugió fuertemente, causando que todos se cubrieran los oídos. Giselle y Levi mantuvieron su mirada indiferente sobre la bestia.
—Eso es nuevo—murmuró la azabache.
Mike se acercó al comandante de la legión—Erwin, los huelo, vienen de todas direcciones.
A las afueras, los soldados miraron la escena estupefactos, los titanes los estaban ignorando, se dirigían al bosque.
—¡No los dejen pasar!—ordenó Nanaba.
Ya adentro, Erwin optó por tomar la mayor de las medidas—¡Preparen la artillería!
Lo que observaron después dejó petrificados a todos, no iban por ellos, estaban comiéndose a la titán.
Más no parecía ser suficiente, Levi y Giselle optaron por intervenir rápidamente usando sus habilidades para eliminar todos los titanes posibles.
—¡Protejan a la titán!
Pronto se le unieron todos, por muchos titanes que pudieran eliminar la diferencia de tamaño entre las bestias no les permitía proteger a la titán.
Erwin, al no ver solución gritó—¡Retirada! ¡Preparen el regreso al distrito Karanese!
Levi se enganchó de un árbol, su hermana no tardó en imitarlo.
—Estaba preparada para perderlo todo, prefirió que ser devorada antes que descubramos su identidad
—Erwin, si regresamos con las manos vacías podrán quitarnos potestad sobre Eren—Giselle miró a su comandante.
—Hablaremos de eso en la base, Giselle, prepárate y sígueme.
—Debo ir al frente para informar a mi escuadrón, necesitamos escoltar a Eren.
—¿Crees que mi escuadrón no podrá?—dijo Levi.
—Levi, hay un cambiante suelto, ni siquiera tú y yo estamos a salvo—dijo Giselle—. Mejor ve tú, reúnete con ellos.
—¿Y tú?
—Los alcanzaré después con Nanaba y Mike.
—Espera Levi, recarga gas—ordenó Erwin, ganando una mirada de molestia por el par de hermanos.
—No tenemos tiem-
—Les recuerdo que están bajo mi mando hace mucho tiempo, y a pesar de que confío plenamente en ustedes necesito que ahora obedezcan ¿Entendido?
Giselle apartó la mirada, la simple idea de no vigilar a Eren la ponía de nervios.
—A la orden—dijo Levi—. De todas formas siempre confío en tu juicio.
El capitán salió del lugar, su hermana lo vio alejarse, absteniéndose de seguirlo, a pesar de que una molestia en su corazón le pedía hacerlo, debía respetar a su superior.
—No podemos aumentar bajas Giselle, especialmente en esta zona—dijo Erwin—. Creo que lo tienes muy presente, hay gente valiosa aquí, necesito de tus habilidades.
—Sí, comandante.
Smith lanzó la bengala para anunciar la retirada. En otra parte del bosque, el escuadrón de Levi miró la señal con alivio.
—Ya podemos retirarnos—dijo Erd.
—Lo conseguimos Eren, todo gracias a ti—dijo Petra recargándole gas.
—¿A mí?
—¡Claro! La elección que tomaste nos trajo a esto, hiciste lo correcto, ahora sabemos que podemos confiar en ti plenamente—la muchacha le sonrió.
—Petra, deja de mimarlo—Dijo Auruo—. No nos ayudó, solo se quejó como un bebé en todo momento, escucha idiota esto no ha terminado, una expedición no concluye hasta que regresas a casa ¿Entendido?
—¡Sí, señor!—exclamó Eren, Petra solo rodó los ojos.
—Andando.
Usando el equipo de maniobras el escuadrón fue en dirección hacia sus caballos para ir al frente.
—¡Auruo, Petra! Para un par de mocosos que se orinaron en su primera batalla han crecido mucho.
Petra pegó un grito—¡CIERRA LA BOCA! ¡HARÁS QUE NOS PIERDA EL RESPETO!
—¿Es verdad?
—Así es—dijo Erd—. En mi caso no me hice encima jamás.
—¿¡Acaso quieres que le contemos de como creíste que por ser el mejor la teniente Giselle se fijaría en ti!?—contraatacó Petra.
—¡Oye eso no tiene-
—¡Claro que sí, por que apenas tuviste tu primera misión ella si se interesó en ti, pero por que gritaste tan agudo y horriblemente que casi la dejas sorda!
—¡Petra eso era personal!—dijo Erd ruborizándose, ante el recuerdo de su amor platónico por Giselle cuándo apenas había ingresado en su juventud.
—¡Ya basta! ¿¡Creen qué estamos en descanso!? Estamos fuera de las murallas—dijo Gunther—. Y digan lo que te digan, no les creas, yo tampoco me oriné o me enamoré de mis superiores.
La divertida charla se vio interrumpida cuando una señal de humo verde apareció en el cielo, dejando a todos en confusión.
—Debe ser el capitán Levi ¡Vamos con él! Hablaremos en casa—ordenó nuevamente.
Al llegar al lugar de donde provenía el humo, notaron a un soldado encapuchado siguiéndolos.
Gunther trató de mirar detenidamente—¿¡Quien eres!? ¿Capitán?
El movimiento fue tan rápido que ninguno pudo reaccionar a tiempo, el encapuchado se aproximó a Gunther cortando pr ofundamente su garganta, el hombre cayó sin vida.
—¡SEÑOR GUNTHER, QUE LE PASÓ!—Eren se acercó desesperado, encontrándose con que ya era demasiado tarde.
Auruo lo jaloneó, sus vidas corrían peligro—¡Eren, no te detengas!
—¡Maldición ahora qué! ¡No podremos acercarnos a los caballos!—dijo Erd.
Petra se volteó furiosa—¡¿Quién demonios eres?! ¡Maldición, lo pagarás! ¡Adelante ataca, no me da miedo morir!
El encapuchado paro de seguirlos, acto seguido un rayo cayó del cielo, rebelando nuevamente a la titán hembra.
Eren estuvo a punto de morderse la mano para enfrentarla, más fue detenido por sus superiores.
—¡No lo hagas, nos encargaremos de ella!
Sin más, el escuadrón de Levi se dirigió hacia la titán. Erd usó gas para cegarla por un instante, en un rápido movimiento Auruo y Petra la cegaron.
Eren los miró con sorpresa, realmente eran la élite, el escuadrón corto sus brazos para poder librarse de la protección en su nuca.
—¡Ahora, al cuello!—gritó Erd.
El soldado se acercó, más nadie esperaba que la regeneración sea tan rápida, la titán atrapó a Erd con la boca acabando con su vida.
Petra quedó en shock, estaba demasiado cerca de la bestia—¿¡Pero cómo!? ¡Usó toda su fuerza para regenerarse de un ojo!
La pelirroja no actuó tan rápido como debió, usando toda su velocidad la titán hembra corrió hacia Ral.
—¡PETRA!—exclamó Auruo, antes de verla ser aplastada contra un árbol, siendo su última voluntad un grito de horror.
El chico quedó devastado, y cegado por su ira se aproximó a la titán.
—¡MALDITA!—Auruo intentó cortar su cuello, pero la titán lo había cristalizado rápidamente.
Aquella bestia uso su brazo para golpear con tal fuerza a Auruo que el impacto contra el suelo terminaría matándolo.
Eren observó los cuerpos sin vida del escuadrón, quedando en un completo estado de tristeza y enojo.
Sin dudarlo más, Jaeger mordió su mano para luego rugir en su forma titán, no muy lejos de ahí, Levi y Mikasa se aproximaban en distintas direcciones.
Giselle siguió al comandante solamente mirando a la dirección de dónde había llegado el rugido, a pesar de cargar el peso en el alma de no estar ahí para proteger a Eren.
Ni socorrer al escuadrón.
Soy una castrosa por subirlo 20 veces I know pero creo que no le está llegando a nadie so, de todas formas esta es la última vez que subo el capítulo, lo siento. ):
Buenomevoy.