Maratón 3/3
Karol Sevilla
Esa misma tarde la madre de Ruggero llegó y nisiquiera me miró a la cara, solo entro a la habitación y estuvo allí con su hijo. No quise interrumpir así que no entré pero aproveché que no estaba solo y fui a cambiarme de ropa. Un jean y un suéter blanco bastaron para que estuviera cómoda ahora luego de una larga noche.
Cuando llegaron los amigos de Ruggero se quedaron afuera al igual que yo, no se por que pero ninguno quería pasar ahí adentro. Yo tenía un mal presentimiento, fue sumamente extraño que su madre no me saludara y por eso tenía miedo si entraba y sabía que ellos no lo hacían ya que debían decir que vivían con él.
Al cabo de una hora cuándo las chicas llegaron estábamos dispuestos a entrar pero la madre de Ruggero salió y nos miró a todos serios. Tenía su rostro como si hubiera llorado y no la culpaba por que seguramente yo estaba igual.
—Ruggero vendrá a Londres conmigo, no quiero escuchar nada de nada, menos viniendo de ustedes— Miró a los chicos con desprecio y sus ojos se llenaron de lágrimas y una presión en mi pecho vino. Ruggero iba a irse— ustedes lo metieron en peleas, convirtieron a mi hijo en algo que no era y tú— me observó con decepción y mis ojos estaban llenos de lágrimas—, pensé que lo harías cambiar pero en cambio, alimentaste eso, siempre supe que él quiso boxear y jamás se lo permiti ni lo permitiré. Lo puso en peligro por que dudo que alguien haya querido robarle su auto siendo que primero lo chocan brutalmente, no soy estupida, no nací ayer, esto tiene que ver con el boxeo, me llevare a Ruggero lejos de todos ustedes — Los brazos de Phoebe me rodearon por mi espalda hasta mi hombro desde costado cuando vio como retenía el llanto ya que mi cara estaba empapada.
No podía decir nada.
Ella se lo llevaría y yo no podía lograr que no lo haga, era su madre y él era aún menor de edad. Además Ruggero corría peligro si llegaba a ser culpa de aquellos chicos que quisieron matarlo a golpes y una parte de mí preferiría que él esté a salvo.
—Señora... —Ethan intentó hablar pero ella puso su mano en frente haciendo que pare
—No quiero escuchar nada. Este fue mi límite, mi hijo está en este hospital con pérdida de memoria— sus ojos de pronto se llenaron de lágrimas nuevamente — confié en ti...— Me miró y mi sollozo se escapó de mi boca haciendo que abrazo de mi amiga se haga más fuerte
—Yo sólo... sólo lo amé —susurré separándome de mi amiga
Y era cierto, lo amaba y me di cuenta tarde pero sería mejor que él se fuera ahora mismo, sin recordar todo lo que teníamos juntos por que estaba segura que sería peor si él recordaba todo.
—Lo amaste de forma equivocada— cerré mis ojos con fuerza ante sus palabras.
Pensar que el echo de que haya apoyado a Ruggero en el boxeo sea mi culpa de que él esté ahí en esa cama con traumas severos me hacía mal, no quería pensar que eso fue mi culpa.
—Ya entendimos, no evitaremos que se lo lleve— Dijo Darren. Creo que todos pensábamos lo mismo, por más que sentíamos que perderíamos a alguien importante en nuestras vidas debíamos dejarlo ir por su seguridad hasta que por lo menos las cosas se calmen. Me dolía cada parte de mi cuerpo y sabía que una vez que él ya no esté aquí me largaría a llorar por que de verdad lo iba a extrañar y me dolía aún más que no hayamos llegado a nada y que yo haya descubierto mis sentimientos tan tarde.
—¿Qué pasa si Ruggero ahora recuerda y se niega?— Preguntó Dylan.
—Ruggero es menor de edad, se que cumplirá 18, pero aún así hasta que no tenga 21 años y sea mayor de edad para vivir solo y mantenerse solo, se quedará conmigo.
—¿Si pide emanciparse?— Dijo Angie.
—Es claro que ganaré el juicio a toda costa. Por que amenazare con denunciar a su estupido bar dónde hacen sus peleas— Miró a los chicos y mi boca se abrió de impresión. No puedo creer que ella pueda llegar a ser así, era una mujer tan amorosa y tan divertida, creo que llegamos verdaderamente a su limite con su hijo.
—Le recomiendo que se lo lleve antes que recuerde todo y no haga un escándalo en este hospital, estoy seguro que si él se entera que se irá antes de despedirnos... será peor, por que jamás nos va a perdonar eso y para todos nosotros ya es suficiente— Hablo Ethan, me sorprendió la dureza de su voz, jamás lo había escuchado tan serio antes.
—De acuerdo, sin despedidas— Ella asintió lentamente echándonos una mirada a todos. Estaba por irse pero senti la necesidad de hablar así que lo hice.
—Haga lo que haga, prohiba, amenaze, cualquier cosa que llegue a hacer, Ruggero boxeará de todas formas y será el mejor, usted no evitará eso.
Dicho eso, ella solo me miró de arriba abajo con desprecio y se fue dejándonos a todos en silencio.
—¿Y ahora?— Preguntó Dylan
—Le diremos que vendremos a verlo mañana, que la hora de visita se acabó y nos despediremos normalmente, por más que duela— Dijo Darren y todos nos observamos, sería horriblemente doloroso.
—Bien...—
Apenas entramos Ruggero no reconoció a las chicas por lo que le contamos quienes eran y sobre qué Angie estaba embarazada y él sería el padrino lo cual hizo a Ruggero reír muchísimo lo que me hizo sonreír enternecida, sería la última vez de escucharlo reír de esa forma.
—Debemos irnos... —Dijo Ethan y se acercó el primero a Ruggero— te daré un abrazo y si lloro claramente es por que bueno, casi te perdemos— río y Ruggero también pero solo nosotros sabíamos verdaderamente el por qué lloraría.
Entonces Ethan comenzó a llorar abrazado de su amigo haciendo que yo tenga ganas de hacerlo pero lo soporte.
—Ya— Darren los separó haciendo a Ruggero reír bajo nuevamente
—Lo lamento , te quiero bro. Nos vemos— Dijo Ethan limpiando sus lágrimas y salió de aquella habitación.
—Adiós hermano, estoy muy feliz de que estés bien. Espero que te recuperes pronto y vuelvas al box lo más antes posible— Darren sonrió y puso su mano haciendo que Ruggero un tanto doloroso la tome y se den un pequeño abrazo. Echo eso se fue de la habitación
—Bueno, futuro padrino de mi hijo, espero que para el bautismo no tengas ningún golpe de alguna pelea— Dylan sonrió y vi sus ojos con lágrimas—, así que... nos vemos mañana Ruggero. Te quiero — lo abrazo y Ruggero sonrío.
—Están tan raros ustedes— bufo.
—Bueno, nos asustamos mucho— Dijo Angie abrazándolo— aunque no me recuerdes, eras un gran amigo para mi — beso su frente para empezar a salir y antes de hacerlo Ruggero hablo
—Cuida bien de mi ahijada o ahijado— Sonrió y Angie asintió y salió de la habitación con Dylan.
—Y para mi también, nuestra amistad recién comienza— sonrió Phoebe y también le dio un pequeño abrazo y se fue dejándome sola con el.
—Se que no recuerdas nada de lo que vivimos—suspire — pero puedo asegurarte que fue muy hermoso por que modelamos juntos— reímos. Cuando le conté que modelábamos él se había partido de la risa y no podía creerlo—, en fin, hicimos muchas cosas juntos y...
Nisiquiera podía encontrar palabras para poder despedirme de él sin que él se diera cuenta de lo que sucedería.
—¿Y?— dijo observándome
—Te amo Ruggero— solté y él abrió grande sus ojos —, eres una de las mejores cosas que me sucedieron estos últimos meses, perderte casi me mata así que ahora espero que lo que nos queda juntos de vida lo disfrutemos, tu boxeando y yo buscando mi vocación— sonreí—, quiero que seamos felices a nuestra manera. —Tome su mano reteniendo lágrimas mientras él me miraba serio. — te esperan grandes cosas— me acerque a él y bese su frente.
—¿Nos vemos mañana no? — Asentí sonriendo y dos lagrimas cayeron.
—Claro.
Y así fue como el único hombre que ame se fue de mi vida, nunca había querido a nadie de esa forma como había querido a Ruggero. Me odiaba por no haberme dado cuenta de eso antes y que no haya disfrutado mi tiempo con él.
En silencio y con mil lágrimas cayendo por mis ojos salí de aquel hospital, decidí ir a casa caminando, era un viaje de al menos media hora a pie pero estaba bien, así podría pensar y tranquilizarme. O bueno eso pensé, por que me la pase llorando.
No volvería a verlo, no lo iba a ver sonreír más, o escucharlo reír. No estaría para abrazarme, besarme, no lo vería boxear aunque deseaba con todo mi ser que pueda lograrlo, que él pueda cumplir sus sueños y yo estoy segura que estaría al pendiente, que siempre lo vería.
Se que algún día volvería a verlo, no perdía mis esperanzas, se que en algún momento él volvería por sus amigos de los cuales su mamá lo alejó.
Cuando llegue a casa allí estaban mis padres en el sofá y al verme llorando se hicieron un lado y me senté en medio de ellos dos mientras me consolaban.
—Su mamá se lo llevará a Londres, no volveré a verlo— Sollozo.
—¿Qué? No puedo creer que haga eso— Dijo mi mamá.
—Lo se, pero según ella Ruggero estará mejor cerca suyo, tal vez tenga razón— susurre y papá beso mi cabeza.
—Si tanto se aman, en algún momento se volverán a unir, no lo dudo— Asentí secando mis lágrimas
—Se que volveré a verlo, lo sé.
Pero me preocupaba en que circumstancias, si cuando volvía él estaría enojado con todos nosotros, si aún no me recordaba, si tenía novia, si ya estaba casado y con hijos, no lo sé, o si yo había encontrado a alguien y lo había olvidado del todo.
Solo esperaba que jamás se olvidara de mi.
Ruggero se va a Londres Ó╭╮Ò. Nooo!
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Los amo.
Mia 💕