Compromiso a la fuerza.

By Amairan

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Imagina que un accidente cambia tu vida y la de un empresario. Esto le paso a Yuliza una teibolera. Ante sus... More

Compromiso a la fuerza.
Capítulo 1 : Accidente
Capítulo 2 : Te encontré
Capítulo 3: No importa
Capítulo 4: Cásate conmigo
Capítulo 5: ¿Nuevo hogar?
Capítulo 6: Me tiene sin cuidado.
Capítulo 7 : Doctor.
Nota
Capítulo 8: Problemas y Recuerdos.
Capítulo 9 : Presentación.
Capítulo 10 : ¿Una cualquiera?
Nota Urgente
Capítulo 12: Raúl.
Capítulo 13: Subasta
Capítulo 14: Trabajo.
Capítulo 15: Baile
Capítulo 16: Amor.
Capítulo 17: Recuerdos
Capítulo 18: ¡¿Qué?!
capítulo 19: Adiós
Hola Lectores
SUPER IMPORTANTE
Capítulo 20: Recordandote
Capítulo 21: Es mío
Capítulo 22: ¿En dónde está el amor?
Capítulo 23: Lo que sea por ella.
30 de Marzo
Comienzo: Isabel
Capítulo 24: Mi cielo.
Comienzo: Wilson.
Comienzo: Dejame explicarte
Capítulo 25: Una verdad
Comienzo: Años
Capítulo 26: Dime que...

Capítulo 11: Sacrificio.

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By Amairan

Pov. Yuliza

No quería levantarme, pero tenía que hacerlo, un ruido provenía de afuera. ¡¿Qué no pueden dejar dormir?! Me levante de un brinco me asome a la ventana. Había varios hombres que entraban y salían de la cocina con plantas y otros construyendo algo en el patio. ¿Pero qué están haciendo? Trate de prestar más atención pero era imposible con la distancia, así que me metí al baño, tome una ducha y me puse una ropa lo más cómoda posible.

Caminando hacia el cuarto de Alicia estaba Raúl con teléfono en mano. Se veía relajado, bueno hasta un punto de no estar gritando con quien hablaba, quería decir que no había problemas hasta que...

-¡Las quiero ya, hazle como puedas! - colgó el teléfono. Como ese hombre podía de cambiar de humor tan de repente, siempre esta de mal humor si las cosas no salen a su gusto. ¿Que la vida no le había enseñado que no es perfecta?, bueno yo lo sabía con el tiempo pero para él, parecía que tenía que ser de una manera no otra. Se veía totalmente informal, tenía unos vaqueros una playera verde. Nunca lo había visto así, se veía más joven la verdad menos sangrón.

Con paso dudoso me acerque a él, mientras guardaba su teléfono en su bolsillo.

-¿Qué están haciendo en el patio? - pregunte parándome frente a él, trate de no sonar molesta por el hecho de a verme levantado, solo curiosa.

-Remodelándolo. - respondió tocando su largo cabello negro, que se deslizaba por sus dedos.

-¿Cómo por qué? - volví a preguntar.

Su mirada era divertida. De plano no me iba a decir.

-Cosas Yuliza, ya lo verás.

Bueno ya lo sabía, baje las escaleras y vi a Alejandra con Alicia en brazos, desayune rápido tratando de averiguar mas sobre el tema, le pregunte a Alejandra, a Rosa e incluso a los trabajadores para nadie me dijo nada. Tenía que estar con la duda constantemente. Subí a mi cuarto con Alicia en brazos comencé a probarle la ropa que Raúl había encargado para ella. Todos se le veían curioso la hacían ver toda una princesa. Ella no paro de reír en todo el rato.

Mientras jugaba con mi hermana vi a Raúl en la puerta parado con un peluche. Alicia apenas lo vio comenzó a llorarlo.

-Es para ti - dijo Raúl entrando al cuarto sentándose a mi lado, mientras le entregaba el oso.

Alicia lo apachurro, lo abrazo, lo beso y finalmente se durmió con el oso.

-Gracias - dije mientras cargaba a mi hermana con el peluche en mano, para llevarla a su cuarto.

-No fue nada. Se ve muy feliz.

-Si - respondí mientras la abrazaba más a mí.

-Me refiero a tu hermana - recalco - a ti no te veo muy feliz.

-Lo soy - afirme - mientras mi hermana este bien, y ella sea feliz, no ha nada más para mí.

-¿No te cansas? - pregunto de pronto Raúl.

-No sé a qué te refieres...

-Me refiero a sacrificar tu felicidad por la de otros. ¿Por qué no piensas en ti por una vez en tu vida?

-Por qué no puedo Raúl - dije molesta mientras abrazaba a mi hermana - Yo no conozco otra cosa, la vida es para sacrificar, tal vez no sea lo correcto pero yo siento que hago lo correcto. Sobre todo si es por alguien a que amo. Si amas a alguien no duele sacrificarte.

-Me hubiera gustado que... no lo sé, pensaras en ti.

-Lo hago, pero no es suficiente, y los "me gustaría" no existen solo la vida, punto Raúl. La vida es así, puede ser cruel a veces, pero te enseña cosas, a la mala o la buena pero te las enseña.

Raúl parecía cansado de repente, su mirada tenia angustia, solo se quedo callado, ¿pensado en mis palabras? No lo sé. Me observo mientras ponía a Alicia en su cuna. La verdad ya era costumbre que él me acompañara al cuarto de mi hermana para dormirla. Y eso... me agradaba de alguna forma.

-¿Raúl? - pregunte al verlo molesto tocándose la cabeza desesperadamente como tratando de aliviar algún dolor - ¿Estas bien?

-Si - contesto apenas entre dientes, mientras presionaba más sus manos contra su cabeza. - tengo que ir a mi despacho

Vi como caminaba rápido a su despacho cerraba la puerta de golpe. Unos segundos después tocaban la puerta mientras, corrí escaleras abajo para abrir la puerta y ante mi había un hombre castaño no más grande que Raúl, en realidad casi su edad, vestido de traje.

-Soy Daniel ¿Dónde está Raúl? - pregunto desesperado sin dejar de mover el pie derecho.

-En su despacho - conteste automáticamente.

Sin pedir permiso entro a la casa subió las escaleras mientras tocaba la puerta del despacho de Raúl frenéticamente.

-¡Raúl abre la puerta!

No tardo ni medio segundo en abrirse la puerta y yo entre con él, Raúl estaba sentado en su sillón con la manos cubriendo su cara y hecho un ovillo.

-Tranquilo... - susurro Daniel mientras sacaba unas pastillas del cajón de Raúl y servía un vaso de agua de la jarra que estaba allí. - Tómatelo rápido.

-No aguanto el dolor - gruño Raúl desesperado.

-Lo sé - coincido Daniel - solo tómalo.

Con manos temblorosas Raúl se tomo la pastilla y se recostó en su sillón mirando a la nada.

-Te agradecería que nos dejaras solos - sugirió Daniel. Solo puede asentir con la cabeza. Tenía miedo nunca había visto así a Raúl, y para ser sincera no lo quería ver así jamás.

Pov. Raúl

-¿Cuándo piensas decirle Raúl? - pregunto molesto Daniel.

-No quiero preocuparla - respondí mientras seguía viendo el techo.

-¡¿Qué no quieres...?! ¡Ah... eres increíble! ¡¿Qué no quieres preocuparla?! ¡¿Qué no la viste?! Ella ya está preocupada por ti, hubieras visto su cara Raúl. Tienes que decirle, no puedes seguir así. Ocultándole cosas como si no fuera nada.

-Lo sé, pero... no...

-Si, sigues teniendo miedo, ella lo tendrá más. Habla con ella. Se quedo preocupada.

-Si, lo haré.

-¿Cómo te sientes?

-Mejor, el dolor disminuyo.

Primero había sentido punzadas en la cabeza y se hicieron cada vez más dolorosas e insoportable. Pero ahora me sentía mejor. Tenía que decirle. Tenía miedo no lo iba a negar pero nunca de que alguien se alejara de mi.

Pov. Yuliza

Me quede mirando la puerta del despacho por varios minutos. Quería entrar, quería saber que estaba pasando. Quería muchas cosas, pero no podía. Tenía que respetar su silencio y sus secretos, a menos que él quisiera decirme.

Me di media vuelta y me fui al cuarto mientras salía al balcón y ponía una silla y solo miraba a fuera en el jardín trasero. A los trabajadores entrando y saliendo. El aire estaba agradable mientras soplaba levemente sobre mi rostro. Me recline sobre la barandilla mientras seguía observando.

Los coches pasando, Alejandra jugando con mi hermana. Rosa barriendo el suelo de hojas secas. Alberto abrazando por detrás a Rosa mientras la besaba y le acariciaba la mejilla.

-¿Yuliza? - preguntaron desde la puerta. Me levante rápido de la banca y me acerque a la puerta de mi cuarto. - ¿Puedo hablar contigo?

-Lo estás haciendo ¿no? - dije mientras lo miraba. No estaba molesta solo preocupada al ser ignorante al respecto lo que le pasaba.

-Siento que tuvieras que pasar por esto - susurro entre dientes sin mirarme a los ojos -Debiste sentirte...

-¿Sentirme Raúl? No sabes cómo me sentí de verte como lo hice y de estar tan impotente de no hacer algo o como ayudarte mientras te revolvías del dolor. No sabes que como me sentí y con un lo siento... tu... tu no alivias la angustia que sentí... - ya no podía mas, las lagrimas corrieron sobre mis mejillas sin poderlas evitar. Mis manos temblaban al solo imaginar su rostro unos minutos antes.

-No... - susurro mientras me abrazaba contra su pecho - Tranquila... no llores.

-No... no puedo - dije mientras me refugiaba en el.

-No quiero que llores por mi culpa... no quiero que llores por mí Yuls - me separó de si mientras con su pulgar limpiaba mis lagrimas - No lo valgo Yuls.

-Lo vales - susurre mientras me volvía a acercar a Raúl. Quería sentirlo conmigo, su calor, que estaba bien.

No sé cuánto tiempo pasamos abrazados mientras acariciaba mi cabello y besaba mi cuello dulcemente diciéndome lo hermosa y especial que era para él. Tal vez era verdad, tal vez era mentira. Lo peor yo le estaba creyendo, quería creerle que yo era esencial en su vida como él lo estaba siendo para mí.

-¡¿Raúl?! ¡¿Yuliza?! - escuchamos desde abajo que gritaban.

-¿Quiénes son? - pregunte mientras limpiaba del todo mis lagrimas.

-Mi hermanastra.

-¿Amelia? - pregunte dudosa, no sabía cómo podía llamarla hermanastra aun cuando fueran de diferente madre eran hermanos habían crecido juntos.

-Si, creo que vino con mi abuelo. Vamos tenemos que saludarlos.

-¿Se ve que estuve llorando? - pregunte. Raúl se acerco a mí mientras sostenía mi cara entre sus manos.

-No, te ves más hermosa de lo habitual.

-Gracias - respondí por su alago.

Juntos bajamos a ver a su abuelo y a Amelia. Apenas nos vieron nos saludaron. Alejandra entro con Alicia en brazos y me la entrego.

-Pero que hermosa - dijo Amelia mientras abrazaba a mi hermana - Si es toda una preciosura de nene ¿no lo crees abuelo?

-Por supuesto que sí, es hermosa, toda una princesa.

Mimaron, jugaron con Alicia hasta que cayó dormida y Amelia la llevo a su cuarto en la compañía de Alejandra.

Por varios minutos estuvimos platicando, sobre la fiesta de compromiso que estaban haciendo, para que la gente me conociera como la futura señora Wilson.

-¿Es necesario? - pregunte al imaginarme en ese lugar llena de gente tratando de saber más sobre mi relación con Raúl.

-Lo es hija - respondió el abuelo - eres parte ya de nuestra familia así que si, es muy necesario.

Platicamos quienes iban a estar, como me debería de comportar, vestido, maquillaje y todo eso.

-Pero si alguien pregunta de dónde nos conocimos ¿Qué digo?

-Yuliza tiene razón, tenemos que coincidir en nuestra historia. - puntualizo Raúl

-Puedes decir que se conocieron en una cena que yo hice, que tú eres mi amiga de muchos años, y se dio el amor en ese instante. - sugirió Amelia. Mientras bajaba las escaleras y se sentaba con nosotros.

-Me parece muy bien tu idea Amelia - la animo el abuelo.

Seguimos platicando al respecto sobre todo eso hasta que Rosa nos dijo que ya era hora de la cena.

La cena fue tranquila, bueno algo, ya que había chiste por parte de Amelia, anécdotas por parte del abuelo, risas por parte de Raúl y mío. Mire a las personas que estaban conmigo esa noche.

¿Así era tener una familia de verdad? ¿Así era no estar solo todo el tiempo?

Ya había perdido la noción de cómo era estar cenando en familia.

Me divertí, contando ciertos chistes que me sabia, y anécdotas de lo que antes era mi trabajo.

-Si, y mientras la mujer bailaba, que se le cae una copa en cima del hombre. Fue muy gracioso porque en vez de pedirle disculpas Jess solo se rio y le dijo que era un idiota.

Amelia comenzó a reír otra vez mientras Raúl solo se tomaba el estomago tratando de no reír mas.

Los despedimos después de la cena, que había sido muy cómoda.

Una a una subí las escaleras hasta llegar a mi cuarto. No tardo ni un minuto y Raúl estaba parado sobre el marco de mi puerta viéndome detenidamente.

-Te tengo una sorpresa - dijo mientras se acercaba a mí. - Una vez me dijiste que querías trabajar ¿lo recuerdas?

-Si, tuvimos una discusión por eso.

-Bueno, te conseguí trabajo.

-¿De verdad? - Pregunte brincando de alegría - ¿Lo dices en serio Raúl?

-Si - respondió sonriente

-¡Gracias! - grite de emoción lazándome a sus brazos que me recibieron gratamente. -¿de qué voy a trabajar? - pregunte recuperando la compostura.

-De secretaria. Lo hablaremos mañana ¿Qué te parece?

-Si por mí está bien. ¿Pero con quien dejare a Alicia?

-Por eso no te preocupes, le hablaras a tu amiga que cuidaba de ella entes y podrá instalarse aquí, total que la casa es muy grande.

-Gracias Raúl.

-¿Por qué? - pregunto aun sonriendo.

-Por todo lo que has hecho por mí.

-No es nada mientras tu este bien.

Sus palabras me hicieron sonreír y alegrarme más.

Tal vez existía un Raúl diferente al que quería aparentar, pero solo era cuestión de tiempo para que yo lo conociera. O al menos se dejará conocer.

BUENO AQUÍ ESTA EL CAPITULO. ESPERO Y LES HAYA GUSTADO. NO OLVIDEN VOTAR Y COMENTAR. Y DECIRME QUE LES PARECIO EL CAPITULO.

GRACIAS.

Amairan :3

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