Los minutos se hacen horas interminables, algo que me desespera por completo. Los chicos me vieron salir corriendo del boliche y vinieron corriendo atrás mío sin importar que.
Me removí incomoda en el asiento, se sentaron todos y justo me tocó al lado de la persona que sinceramente era alguien que me repugnaba con tan solo verlo en estos momentos.
Hace mas o menos dos horas que estamos esperando a que nos den alguna noticia, pero aun así no pasa nada, nadie nos dice nada.
Veo que los chicos se pararon para hacer no se que cosa, todos menos él. Mierda.
Me dijeron que se iban a la cafetería que tiene el hospital, ya que se estaban durmiendo y no querían.
—Roma...
—No es el momento— lo corté.
—Sabes que no quise decir lo que dije, me puse celoso cuando te vi hablando con ese tipo que...— suspiró cuando se dió cuenta que lo estaba ignorando.
—Estas borracho, y estamos en un hospital. Además como vos me dijiste, no tenés por que darme explicaciones por que no somos nada.
—Roma, te amo.— me agarró la cara con sus manos, acunando mi rostro. Solté algunas lágrimas—Mas que nada a este mundo, perdoname sabes que no quise decir eso.
—Andate a tu casa, no estamos en condiciones de hablar ninguno de los dos— me separé de él.
Y en cierta parte tenia razón, en estos momentos estoy emocionalmente inestable, y el borracho.
Odio estas actitudes de "hombres", él lo sabe, no por que hable con un chico (que encima estaba tratando de sacármelo de encima ya que era un molesto) tiene que ponerse celoso.
—No. No me voy a ir— negó.
—Daniel, estoy hablando en serio. No estoy jugando— lo miré serio.
—Cuando nos hicimos mejores amigos que ibamos a estar en las buenas, malas y en las peores. Enojate, llora, patalea. Pero no me pienso mover de acá— se cruzó de brazos. Defecto de ambos: somos muy caprichosos.
Pero obviamente ninguno lo iba a admitir en voz alta.
—Quiero que Jackson viva conmigo— hablé en el silencio.
—No. ¿por que te lo querés llevar?.
—Por que es MI perro y me lo regalaste a mi— suspiró — aparte creo que nos adelantamos en lo que "no teníamos"— él me miró suplicándome con la mirada.
—Roma, por el amor de Dios— se agarró la cabeza levantándose de la silla.
—¿Que, es mi culpa?— hablé bajito, ya que no se permitía gritar en el hospital.
—No te estoy diciendo eso, solamente que me perdones, creo que el hecho de perderte me mata. El saber que sos una persona tan bonita y única, que hay chicos mucho mejores que yo, que te pueden dar mejores cosas, que sean mas demostrativos, que te sepan amar en la forma que vos necesitas, me mata— me miró con sus ojitos llorosos, me acerqué y le seque las lágrimas que se habían escapado por ahí— te amo y el hecho que encuentres a alguien mejor que yo me duele, por que no soy la persona perfecta para vos, capaz que ni sos mi media naranja— se rió ante su comentario. Lo agarré de la cara para que me mire fijamente.
—Yo también te amo, pero me duele que desconfies de mí, sabes que odio que hagas eso, no voy a echar a perder lo lindo que tenemos por una noche de caletura que pueda llegar a tener. Por que me costó, NOS costó. Y yo no busco mi media naranja, Dani. Yo busqué y encontré a mi polo opuesto, por que las parejas perfectas no existen, los seres humanos perfectos menos, y si yo te elegí a vos es por una razón, ¿me entendiste?— dije juntando su frente con la mía mientras que él derramaba varias lágrimas. Él asintió dándome un fuerte abrazo.
—Pero Jackson se queda conmigo— habló en el medio del abrazo, me reí. Escuchamos que se sonaban la nariz, varios. Nos separamos y vimos que todos los chicos, menos las chicas que los miraban raro, estaban llorando y sorbiendose los mocos.
Puercos asquerosos.
Y encima chusmas.
Si Valen se llega a enterar que Lit se sonó los mocos con su campera, lo mata. Pero en fin. Supongo que nadie se lo va a decir.
—Valen, Lit se está sonando los mocos con tu campera— hablé.
Juro que no es al propósito, lo pienso y hago totalmente lo contrario.
—Asqueroso — le pegó en la cabeza.
—Ya ni ser sencible lo dejan a uno— habló y se fue como toda perra dramática, Emi lo siguió carcajeándose.
—Chicos, nosotros nos vamos a casa...— habló Tiago, que estaba abrazado a Lola, prácticamente ya dormida.
—Si amigo, gracias por venir— le sonreí y lo abracé. Y así saludó a todos antes de irse.
Mande a los chicos a que se vayan a casa, ya era muy tarde y no era necesario que estén acá, les dije que cualquier cosa les avisaba.
Me abracé a Dani, él me abrazo por la cintura y yo escondí mi cara en su cuello, temblé, había refrescado muchísimo.
—Tomá, ponete— se sacó su buzo blanco, no me dió tiempo a negarme por que ya lo había colocado en mi cabeza. Terminé de ponerme el buzo y lo miré haciendo un puchero— ¿que?— me dijo con voz ronca.
—Abrazame— se rió soltando un "Agresiva" y me obedeció después de darme un beso lento y tranquilo.
Hace unos minutos vino el médico, nos dijo que estaba todo en orden, un camión iba en contramano y por la mala suerte de la vida se quedó dormido, llevándose la peor parte mi hermano con su familia, mis viejos y los de Ariana estaban acá, llegaron hace no mucho.
Son mas o menos las cinco de la mañana, y prácticamente con Daniel nos estamos cayendo del sueño, él está apoyado con su espalda en la pared, mirando para arriba. Yo estoy parada por que ya no quedaban asientos y los que habían se sentaron mis papás y los de Ari.
Me acerque a Dani, que ahora estaba cruzado de brazos, abrí los anteriores nombrados y apoyé mi espalda en su pecho.
O bueno, mi cabeza. Ya sabrán ustedes, por mi estatura.
Él pasó sus manos por mis hombros y yo entrelacé mis manos con las suyas, bostezando.
—¿Por que no se van a dormir ya?— habló Norma, la mamá de mi cuñada.
—Si, chicos. Ya estuvieron bastante acá...— habló esta vez mi mamá.
—¿Estan seguros?—Mi papá nos miró a mi y a Dani con los ojos entrecerrados, miró nuestras manos entrelazadas.
—¿Ustedes en que andan?, ¿son novios?.
—¿Sabes que de repente me agarro mucho sueño?. Vamos a tomar su oferta y irnos a dormir— Agarré rápido a Dani del brazo saludando a todos, evitando la pregunta de mi papá.
Nos subimos al colectivo, ni en broma pagaba un taxi hasta la casa de Dani. Agradecimos al señor que no había nadie que lo reconozca a él a estas horas, no significa que nos moleste, pero de enserio deseaba tocar una cama calentita y dormir más de doce horas.
Apoyé la cabeza en el pecho de Dani, él me miró, se que quería decirme algo pero no se animaba.
—¿Que pasa, amor?— lo miré tierna.
Uy, me hace mal estar despierta a estas horas.
—¿Por que evitaste la pregunta de tu papá?.
—¿Vos estas listo para esa conversación con mi familia?— lo miré divertida.
—Nop.
—Y yo menos con la tuya, todos felices.