El hilo que nos une.

Від shheeyla_

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[EN PARON, PENDIENTE DE ACTUALIZAR] Habían oído hablar del hilo rojo del destino, pero nunca se podrían haber... Більше

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VERONICA LINCOLN

— Tampoco es para tanto. — le respondo mientras observo la foto en su móvil.

— ¡¿Que no es para que...?! — me dice mirándome como si estuviera loca.

— Te estoy diciendo que no es para tanto, has salido con chicos mejores que el.

— Verónica, es modelo, puede que mañana este posando para la portada d- — le interrumpo.

— Fred, me da igual lo que sea, lo importante es que sea buena persona y tenga las ideas claras. ¿Cuánto lleváis hablando? ¿Una semana? ¿A caso sabes cuales son sus sueños, sus metas en la vida, sus hobbies? ¿O solo te has dejado guiar por la apariencia? Otra vez.

Se queda callado.

Se que sabe perfectamente que es verdad. No quiero hacerle sentir mal, solo quiero que habrá los ojos. No todo el mundo es como parece ser, y menos en todo este mundo de las redes sociales, en el cual puedes crear una idea de ti que no es. Una vida falsa.

A Fredy le han hecho mucho daño, y por eso mismo no quiero que se pille por cualquier mal nacido el cual se haga el bueno por redes y luego valga menos que la primera rebanada de pan de molde.

— Cambiemos de tema. — vuelve a hablar. — Hagamos planes para la semana que viene.

La semana que viene es la semana de la nieve. Una celebración que mi instituto hace cada año por estas fechas, las mas nevadas del año. Por las fuertes precipitaciones, se acaban congelando las carreteras, haciendo que las corten y muchos de alumnos no puedan llegar al instituto.  Por ello, nos dan la semana libre.

— Podríamos ir al ci- — me interrumpe.

— ¡Hagamos una fiesta de pijamas! — me dice entusiasmado, con un ligero brillo en sus ojos grises.

— Me parece bien, hagámosla en mi casa, mi madre estará en Wisconsin hasta el martes visitando a una amiga suya de la infancia. Se ira hoy a las 4. — Le digo. Pero al parecer no me esta escuchando.

Sus ojos apuntan hacia la puerta que esta detrás de mi, ha unos cuantos metros y parece confundido.

— ¿Fred?

— ¿Esos son Yanet y Stuart? — me pregunta sin apartar la mirada.

Me giro y una sonrisa se forma en mis labios.

Efectivamente. Son Yanet y Stuart, parecen muy felices. 

— Pegan muchísimo. — le digo a Fred sin deshacer la sonrisa.

— Concuerdo. — me responde el.

Yanet se despide de Stuart y  su mirada se posiciona en el suelo mientras una enorme sonrisa aparece en su cara, la cual intenta ocultar con su corta melena castaña.

Levanta la mirada y sus ojos se cruzan con los míos.

Hago un gesto con la mano diciendo que venga hacia nosotros y ella obedece.

— Hola chicos. — nos dice.

— ¡¿Que acaba de ser eso?! — le pregunta Fred tan descarado como siempre.

— ¡Fred relájate que la vas a asustar! — exclamo yo. — Perdón Yanet, Fred quería decir qu- — me interrumpe.

— Que estáis hechos el uno para el otro, sois como los personajes de una peli de romance de instituto.

— Freeed — le digo volteando los ojos.

— Solo somos amig-

— Pero te gusta fijo. — interrumpe Fred por segunda vez.

— Fred relájate — le digo riéndome. — Yanet siéntate con nosotros si quieres.

Ella pone su mochila encima de la mesa y se sienta.

— Yanet, respóndeme a una simple pregunta. — le digo.

Ella se endereza y asiente. 

— ¿Te gusta Stuart?

— Y luego soy yo el descarado. — dice Fred cruzando los brazos.

— Shhh — le mando a callar mientras miro atentamente a Yanet esperando su respuesta.

— No lo se. — dice mientras traza circulos con el dedo en la mesa para evitar el contacto visual. — Nunca me ha gustado nadie, no se como se siente.

— ¿Y tu que sientes? — le pregunto.

Ella suspira — No lo se, es muy bueno conmigo, me ayuda cuando lo necesito y se preocupa por mi, cuando estoy con el me siento muchísimo mas feliz que de costumbre. Cuando sonríe siento cosquillas en el estomago. Cuando dice mi nombre se me eriza la piel. — Dice mientras un color rosáceo se extiende desde sus pómulos hasta prácticamente toda su cara. — Y es muy guapo. — dice finalmente.

— ¡Amiga, te gusta! — grita Fred haciendo que nos mire toda la cafetería, Stuart incluido.

— Fred tranquilízate. — digo entre dientes. — Yanet, tiene razón, te gusta.

— ¿Y que se supone que tengo que hacer en una situación como esta?  — nos pregunta.

— Tienes que tener claras las intenciones que tienes con el, tienes que reflexionar sobre si quieres que sigáis siendo solo amigos como ahora, o si quieres dar un paso adelante y confesarle tus sentimientos. — le digo.

— O también puedes mandarle indirectas, aunque no te lo recomiendo. — dice Fred llevándose a la boca un enorme sándwich de queso.

— Pues no tengo ni idea, de lo único que hemos hablando ha sido de matemáticas y reacciones químicas. Ahora que lo pienso, no se nada de el.

— Tengo una idea. — dice Fred mirándome. — ¡Podrían venir a nuestra fiesta de pijamas!

— Me parece bien, así podrán pasar tiempo juntos y tendrán oportunidad saber mas uno del otro.

— ¿Seguro? No quisiera molestar. — dice ella.

— No seas tonta Yanet, estamos encantados de que vengas. — le digo entusiasmada. — Preguntémosle a Stuart si quiere venir.

Fred se pone de pie y grita su nombre. 

Tan descaradamente como siempre.

El nos mira y se acerca.

— Hola Chicos ¿me llamabais? — Nos dicen con un tono alegre. Seguidamente, sus ojos se posan en Yanet y una pequeña sonrisa se forma en su rostro.

— Stuart. — lo nombra Fred para captar su atención. — Vamos ha hacer una fiesta de pijamas esta noche, y como nos hemos dado cuenta de que eres amigo de Yanet, queríamos preguntarte si quisieras venir.

— Um tenia pensado estudiar para el examen de historia del mes que viene, pero lo aplazare. — dijo el sin deshacer la sonrisa.

— ¡Estupendo! Después te enviaremos la hora y la ubicación. — digo yo.

CALEB ANDERSON

Siento mi móvil vibrar en el bolsillo de mi pantalón.

Lo cojo y miro la pantalla.

*3 mensajes nuevos de Connor*

VEN AHORA MISMO AL GIMNASIO

ALGUIEN NOS LA HA JUGADO :0

Me cambia la expresión de la cara según veo el mensaje.

¿Qué habrá pasado?

Sin pensarlo cojo la mochila y me dirijo hacia el gimnasio.

El gimnasio es una de las estancias mas grandes del instituto, junto con el campo de futbol, la cafetería y el teatro. En el se celebraba el baile de otoño, el de primavera y el de fin de curso, junto con los partidos de baloncesto.

Estoy apunto de llegar al gimnasio, entrare por la puerta trasera, la cual da al exterior.

Según llego a la puerta, me encuentro con un enorme grafiti encima de ella, en el que ponía:

"Le arrancaremos las alas a los halcones"

La mascota de nuestro instituto es el halcón, por ello nos hacemos llamar los halcones. Cada año se celebra un torneo de futbol entre todos los institutos de Michigan y siempre nos encontramos en la final con el mismo instituto. 

Los coyotes.

De los cuatro años que llevo en el equipo, hemos ganado todos los partidos contra ellos, lo cual es la causa de malas miradas y malas relaciones entre los dos institutos. 

Pero nunca habíamos llegado a este nivel.

Nunca nos habíamos amenazado.

Según entro al gimnasio, veo a Connor.

Esta sentado en una de las gradas y parece preocupado.

Su mirada se encuentra con la mía y el señala a la pared que se encuentra detrás de mi.

Me giro y mis ojos se amplían al ver lo que hay frente a mi.

La pared estaba llena de sangre falsa que goteaba por todos lados. Junto con la sangre, miles de plumas blancas, negras y marrones empapadas en ella.

— Mira el techo. — me dice Connor.

Inclino mi cabeza obedeciéndole y mis ojos se amplían aun mas. 

Un halcón.

Un halcón muerto pegado al techo, con lo que al parecer eran clavos.

— Se han vuelto completamente locos. No les hemos echo nada. ¡¿Ha que viene todo esto?! — exclamo indignado mientras me giro para mirar a Connor. — Entiendo que nos tengan rencor y nos quieran advertir. Pero se han pasado. ¿Un ave muerta? ¿en serio? ¿que culpa tiene el pobre animal de que ellos sean una mierda de equipo?

El se lleva las manos a la cabeza — Tenemos que hacer algo. Voy a avisar al resto del equipo y reunámonos en la cafetería. Ve yendo, yo ahora voy.

Le hago caso y salgo por la puerta, esta vez por la principal, la que da al interior del instituto.

Cruzo los pasillos esquivando a toda la gente que hay en ellos.

Me pregunto en que estará pensando Connor y a que se referirá con el "tenemos que hacer algo". Espero que no este pensando en vengarnos haciéndoles lo mismo o algo similar.

— ¡Hola Caleb! — gritan unas voces a coro.

Me giro y veo a un grupo de 6 chicas mirándome.

Las animadoras.

Que insoportables.

Hago un gesto con la mano para saludarlas y me vuelvo a girar para seguir con mi camino.

Mi reloj vibra dé repente.

"Pastillas"

Mierda, es verdad. 

Me giro y me dirijo hacia mi taquilla que esta a pocos metros tras de mi.

La abro y comienzo a buscar el bote amarillo de tapa blanca en el cual estan las pastillas que me receto el doctor. Una vez lo encuentro, lo abro y me tomo una con ayuda de un trago de agua de mi cantimplora.

Cierro mi taquilla y me dirijo hacia la cafetería.

Entro y mi mirada recorre toda la estancia hasta que mis ojos se posan en una mesa libre que hay al fondo. Surco toda la cafetería hasta llegar a dicha mesa. Pasando por las mesas de el equipo de baloncesto, el de natación, las animadoras, los empollones, los emo, Verónica la rarita y su panda de raritos y los de intercambio. 

Me siento y miro a la puerta por si alguien del equipo llega. De repente veo entrar a un chico pelirrojo de ojos verdes, Chase Clayton, el quarterback del equipo, y detrás suyo, vienen los demás.

Por la noche...

VERONICA LINCOLN

—  Se levantó corriendo y, con la palma de la mano extendida sobre la pared, empezó a caminar en busca de su madre. Estaba completamente a oscuras. A los dos pasos, su mano chocó contra algo. Lo palpó y se estremeció al momento: era un mechón de pelo. Atemorizada, un relámpago iluminó la estancia y vio a un niño de su misma estatura frente a ella. Arrancó a correr por el pasillo, gritando, hasta que se topó con su madre. "¿Tu también lo has visto?", le preguntó.

Miro a Yanet, esta muerta de miedo a mi lado. Al otro lado, Fred, con la misma expresión que ella. 

— Vamos, continua. — le dice el.

— No me acuerdo de como seguía. — dice Stuart mientras se rasca la nuca.

Automáticamente todos comenzamos a reírnos a carcajadas.

— ¿Asi que te puedes memorizar un tema entero en 5 minutos, y no te sabes de memoria una historia corta de miedo? — bromea Fred intentando recuperar el aire por haberse reído tanto.

— Efectivamente. — responde, haciendo que todos rompamos a carcajadas de nuevo.

CALEB ANDERSON

— Mama me voy, te quieroo — grito desde la puerta mientras salgo por ella.

Le he tenido que decir que voy a estudiar en casa de Chase -porque supuestamente de noche trabajo mejor- para que me deje salir tan tarde.

Cojo la bici y me pongo en marcha hacia el parque.

Recuerdo el mensaje de Connor.

A LAS 22:30 TODOS EN EL PARQUE

PD: TRAER LAS BICIS.

Me pregunto que estará tramando ahora. La ultima vez que nos convoco a todo el equipo por la noche fue cuando supuestamente le robaron la bolsa de deporte y estaba segurísimo de que había sido su vecino, el cual le cae fatal. Pero resulta que su madre se la había cogido para ponerla a lavar. Lo peor fue que le rompimos la bici al vecino. Pero nos echamos unas risas.

Estoy casi llegando al parque, el cual esta a 5 minutos en bici desde mi casa. A lo lejos veo a Connor, Chase y Ron Holland, el linebacker del equipo.

— Hey chicos, ¿Qué pasa ahora? — les pregunto según llego.

— Vamos a asaltar el instituto de los coyotes. — me explica Connor con un tono burlon.

— Hemos traído botes de pintura en spray, bates de beisbol y pasamontañas para que no nos descubran. — dice Chase con una amplia sonrisa. Se que le encanta la idea, le apasiona todo lo relacionado con romper cosas o meterse en líos.

— ¿Estáis seguros? Si nos descubren nos puede caer una buena. — digo con un aire de preocupación.

— Completamente. — afirma Ron.

— ¿Y los demás del equipo? — pregunto.

— Supuestamente estaban ocupados, se querrán salvar el culo. — dice Connor con una expresión de rencor en su rostro.  — Bueno, ellos se lo pierde, pongámonos en marcha.

Nos subimos en las bicis y nos ponemos en marcha.

De aquí al instituto de los coyotes hay 20 minutos en bici pero la mayoría de el camino es cuesta arriba, así que nos espera un largo camino.

VERONICA LINCOLN

— Es tarde, pidamos algo para cenar. — digo yo mirando mi reloj. — Son las 22:30 los restaurantes que reparten a domicilio cierran dentro de una hora.

—  Pues yo quiero una pizza. — dice Stuart.

— Una pizza es muy típico. — le reprocha Yanet, — Pidamos comida china.

— Pues a mi me apetece un kebab. — suelta Fred.

— ¿Y si pedimos un poco de cada? — propongo yo riéndome.

— Estoy de acuerdo. — dice Stuart.

— Perfecto, pediremos una pizza familiar, 1 plato de arroz tres delicias y otro de ternera en salsa de ostra y 2 durums. — dice Fred entusiasmado, como si no hubiera comido nada en días.

— Iré abriendo la web de la pizzería en mi móvil. — nos comunico Stuart.

— Invito yo. — informe dejando ver una amplia sonrisa en mis labios. — Subiré a mi cuarto a por mi cartera.

Me levanto del suelo y me dirijo a las escaleras, las cuales subo corriendo como suelo hacer habitualmente.

Cojo la cartera y me aproximo a bajar.

Estoy acostumbrada a bajarlas muy rápido, así que no me fijo en donde piso.

Nunca me ha pasado nada por ello, pero esta vez no ha sido así.

Mientras bajaba calcule mal la distancia entre escalón y escalón, lo cual hizo que me resbalara y me callera escaleras abajo. 

— ¡AUCH! — grito mientras me retuerzo de dolor una vez aterrizar en el suelo.

Con mis brazos cubría mi tobillo, el cual me dolía muchísimo. 

— ¿Verónica? ¡¿Estas bien?! — exclama Yanet mientras corre hacia mi.

Los demás la siguen.

— Mi tobillo, me duele mucho, creo que me lo he torcido. — digo entre dientes.

CALEB ANDERSON

Llevamos la mitad de camino.

De pronto, un fuerte dolor hace que me frene en seco y me caiga al suelo.

— Auch, mi tobillo.

*FIN DEL CAPITULO*

NOTA DE LA AUTORA:

¡Hola lectores! ¿Qué os ha parecido este capitulo?

No se se os habéis dado cuenta, pero este capitulo ha sido un pelín mas largo que los otros. No se si los preferís así o como los anteriores.

Decírmelo por aquí.

No os olvidéis de darle a la estrella jeje.

Espero que paséis una maravillosa semana <3

Sheyla os quiere.

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