Scarlett Jhonson
—Scarlett...—Susurra con su profunda mirada puesta en mí.
—¡ALEJATE DE MÍ!—Le grité tanteando el seguro de la puerta.
—Regresa conmigo... No me abandones... No me dejes solo otra vez...—Pidió con voz quebrada, pero sé que está fingiendo.
—¡No, por favor! ¡Vete de aquí! ¡Ya déjame tranquila!—Rogué llorando.
—¡Eso jamás! ¡Vendrás conmigo!—Se acerca dando grandes zancadas para atraparme.
—¡NO!—Salí corriendo de la habitación.
Corrí a la cocina buscando algo con qué defenderme.
—¡SCARLETT! ¡NO ME HAGAS ENOJAR!—Grita entrando a la cocina.
—¡VETE A LA MIERDA!—Le lancé todo lo que tenía a mi alcance, incluyendo cazuelas, cuchillos, cucharas y muchas otras cosas más.
Todo objeto que le lancé lo esquivó con agilidad y eso me desalentó.
—JAJAJAJAJA ¡Que ridícula te ves cuando te resistes a mí!—Rió burletón.
—¡Ya basta! ¡Vete! ¡Te odio!—Grité con el pánico al tope.
Jack intentó tocarme, pero unos tentáculos con cascabeles lo lanzaron lejos de mí.
—¡Splendor!—Corrí asustada hacia Splendorman para esconderme detrás de él.
—¿¡Estás bien, pequeña!?—Pregunta Splendorman muy alarmado.
Asentí llorosa.
Jack alargó sus brazos para tomar a Splendorman y lo lanzó contra la pared.
—¡Splendor!—Traté de ayudarlo, pero Jack me detuvo.
—¡NO IRÁS A NINGUNA PARTE, SCARLETT!—Exclamó furioso clavando sus garras en mis brazos, haciéndome sangrar.
—¡SUÉLTAME!—Me removí violentamente en sus brazos.
—¡Déjala en paz!—Ordenó Splendorman.—Si no lo haces... Combatiremos—.
—JAJAJAJAJA ¡Me encanta tu juego!—Exclamó feliz.—Te propongo algo; Si me vences, te quedarás con ella, pero si yo gano... ¡Scarlett es mía!—
—¡Acepto!—Splendor aceptó decidido.
Tengo mucho miedo, conozco en totalidad a Laughing Jack, a él le gusta jugar muy sucio. Es tramposo y a su vez peligroso.
Jack tomó mi brazo y me lanzó al rincón para pelear entre ellos. Tengo mi cuerpo muy adolorido y la dura caída me terminó de joder.
—¡Empecemos!—Jack aplaudió feliz.
El rostro de Splendorman comenzó a deformarse; Donde está su boca aparecieron dos hileras de dientes muy puntiagudos y sus garras crecieron de forma grotesca. No conocía esa faceta oscura de Splendor.
El rostro de Laughing Jack se deformó; Su mirada se oscureció, abrió su boca dejando ver sus dientes muy puntiagudos, sus garras y brazos crecieron mas de lo normal y gruñó ferozmente.
Esa faceta tan oscura de Jack me infundó más temor y me hice bolita en mi lugar.
Una nube negra cubrió el lugar, muchas risas, aplausos, llanto y gritos, invadieron el lugar. Todo se escucha al mismo tiempo lastimando mis oídos y los cubrí con fuerza.
A Splendorman no pareció afectarle esto. Splendor también tiene extraños poderes y los usó en ataque contra Laughing Jack y con ayuda de sus tentáculos.
Los dos iniciaron una pelea peligrosa de vida o muerte. Son demasiado rápidos y poderosos, casi no se ven sus movimientos.
—¡PAREN, POR FAVOR! ¡JACK! ¡SPLENDOR! ¡BASTA!—Supliqué entre llantos.
Ni siquiera me miraron y siguieron combatiendo.
Entonces se me ocurrió una loca idea para llamar su atención; Tomé un cuchillo y solté un grito desgarrador para llamar la atención de los dos y lo logré.
—¡Paren de pelear o me enterraré este cuchillo!—Apunté mi vientre con el cuchillo.
—JAJAJAJAJA ¡No seas estúpida! ¡Ni la muerte logrará separarte de mi!—Rió Jack.
Elevé el cuchillo apuntando directamente a mi vientre para acabar con mi vida y Splendorman se lanzó sobre mí.
—¡Por Dios! ¡No vuelvas a hacer eso, pequeña!—Splendorman gritó histérico para quitarme el cuchillo y lo lanzó lejos de mi alcance.
En esa pequeña distracción, otra nube negra envolvió a Splendorman y lo levantó en el aire. No sé qué pasó, pero Jack logró noquear a Splendor. Una vez inconsciente lo lanzó muy fuerte contra los vidrios.
—¡¡AAHH!!—Grité aterrada.
—¡Listo! ¡Ahora eres mía!—Caminó hasta a mí.—¡Regresemos a nuestro hogar, Scarlett!—
—¡Me rehúso a volver contigo!—Me negué.
Se enfureció y me cargó en su hombro como como si fuera un costal, salimos afuera de la cabaña y Jack me arrojó en el césped.
Con sus largos brazos derribó la cabaña y esa nube negra apareció de nuevo. La gran nube se dispersó dejándome ver la cabaña hecha pedazos con Splendorman adentro.
—¡Excelente, simplemente excelente!—Jack aplaudió feliz.
—Splendor...—Susurré con un nudo en mi garganta mirando el hogar destruído de Splendy.
Me siento muy mareada, mi cabeza duele y los ojos me pesan. Jack me carga al estilo princesa y acarició mi rostro y mi cabello con una enorme sonrisa que me infunde miedo.
—Siempre estaremos juntos, nunca podrás separarte de mí.—Besó mi frente.—Te quiero—.
—Y yo te odio.—Susurré con desprecio y me desmayé.
🍭🍬
Un olor desagradable me despertó, con mucha pesadez abrí mis ojos y miré todo a mi alrededor. La luz lastima un poco mis ojos.
No puedo moverme, pero me dí cuenta de que estoy desnuda y atada de todas mis extremidades en la fría mesa de metal del cuarto de tortura. Me moví con violencia tratando de liberarme, pero es inútil.
—Ya era hora de que despertaras, pastelito.—Jack salió de la oscuridad.
—¿¡Qué me vas a hacer!? ¿¡Por qué estoy atada!?—Lo miré con terror.
—¡Tú querías abandonarme! ¿¡Por qué!? ¿¡Acaso no eres feliz conmigo!?—Su voz retumbó en todo el lugar.—¡Aunque te suicides, nunca podrás alejarte de mí! ¡Eso te lo aseguro!—
—¿¡Y TODAVÍA LO PREGUNTAS!? ¡ME MALTRATAS, ME HUMILLAS, ME GOLPEAS, Y ME VIOLAS! ¿¡CREES QUE SOY FELIZ CONTIGO!? ¡ERES UN ASCO! ¡TE ODIO DESDE EL DÍA QUE TE CONOCÍ!—Le grité al borde de la desesperación, ya no aguanté más.
—¡MENTIRA! ¡TÚ ME QUIERES! ¡ERES MÍA! ¡NADIE MÁS PUEDE TENERTE, SÓLO YO! ¡Y TE LO VOY A DEMOSTRAR!—Mágicamente sacó de su manga un soplete y un fierro.
—¿¡Q-QUÉ VAS A HACER CON ESO!?—Me removí inquieta en la mesa sin despegar mi vista de ambos objetos.
Miró ambos objetos con satisfacción y luego me miró a mí y soltó una risilla malévola.
Encendió el soplete y comenzó a calentar el fierro. Calentó la punta de ese fierro hasta volverla roja y brillante como el infierno.
Se acercó riéndose mientras se aproxima amenazante a mí con ese fierro ardiente en sus manos. Todavía no me hace nada y ya puedo sentir ese fierro quemando mi piel descubierta. Sin previo aviso, ese ardiente metal quemó la piel delicada de la parte izquierda de mi pecho.
—¡¡¡AAAHHH!!! ¡BASTA! ¡ME DUELE!—Solté un grito cargado de dolor.
Cuando retiró ese objeto ardiente de mi piel, bajé mi mirada hasta mi pecho y noté que marcó unas iniciales:
“L. J.”
Obviamente sé qué significan esas iniciales.
—¡Y esto es para que aprendas a no dejarme de nuevo!—Enterró sus filosos dientes en mi cuello dejando una gran mordida de dónde brotó mucha sangre.
Utilizó todo tipo de métodos de tortura para causarme dolor durante horas y horas.
—¡MÁTAME, MÁTAME, MÁTAME!—Rogué para que acabe de una vez con mi sufrimiento.
El reía a carcajadas mientras me torturaba.
Realmente va a matarme en este mismo momento. Me estoy desangrando.
Regeneró mis heridas sangrantes con un líquido extraño, pero el ardor y el dolor de mis heridas ahí seguía.
Me desató de la mesa y me cargó en su hombro lastimándome.
—¿¡A dónde me llevas!?—Me ignoró completamente.
Me llevó a un cuarto en muy mal estado que desprendía un olor muy desagradable. Me puso una bata blanca escotada y encadenó mi pie.
Se dió la vuelta riéndose malicioso y caminó hasta la puerta.
—¡JACK! ¡POR FAVOR! ¡NO ME DEJES AQUÍ! ¡LO SIENTO, NO VOLVERÉ A ESCAPAR!—Se fue dando un fuerte portazo.
«Ese maldito se atrevió a dejarme aquí».
Hay ratas y arañas aquí, me dan mucho miedo las arañas. Me hice bolita en mi lugar y estuve llorando por un largo rato hasta quedarme dormida.