A la mañana siguiente, Draco despertó en su cama y al lado había una chica. Al acordarse de la noche anterior se horrorizó por haberse dejado llevar así. Se vistió lo más rápidamente posible y bajó a desayunar, pero justo cuando fue a bajar por las escaleras se encontró con ella. Le miró ligeramente y se apresuró a bajar las escaleras. Tenía los ojos rojos, seguramente se pasó la mayor parte de la noche llorando.
"¿Pero por qué?" pensó. Le cogió un brazo y se paró en la escalera, él la miró intentando buscar una respuesta, pero oyó a Pansy que le llamaba y la soltó. Justo ahí apareció ella mordiéndole un oreja y le recordó lo bien que se lo habían pasado anoche, Draco quiso hacerla callar, pero ya era tarde, Hermione lo había escuchado todo y ahora bajaba corriendo las escaleras.
— ¿Estabas hablando con esa?...
— Solo me recordaba que esta noche volvemos a ensayar a la misma hora — dijo sin quitar la vista de los escalones.
— Venga, vamos a desayunar, te veo mala cara, seguro que esa mocosa no te enseñó nada anoche...
— "Me enseñó más de lo que nadie me hubiese enseñado jamás" — pensó para sí.
Al bajar al desayuno allí estaba ella. No le miraba, ni le hablaba, pero él seguía sin entender nada. No había hecho nada malo para que ella se pusiese así, eso tenía que arreglarlo.
Hermione se sentó en frente de Draco y no permitía levantar la cabeza de su plato, no quería ver esos ojos con los cuales había estado toda noche bailando. Tenía que saber qué era lo que había sentido él para hacer otra actividad. No podía dejar que los recuerdos le impidieran hacer aquello, tenía que luchar contra ellos. Cuando vio que Malfoy se levantó sin la compañía de su novia, ya que hablaba con Ginny y Luna, Hermione se levantó y fue a encararlo. Le cogió de un brazo para girarle.
— ¿Qué sentiste anoche?...
— Nada... — dijo con una voz tétrica.
— Así no me ayudas, dime qué te hice sentir... — el chico se quedó pensando unos momentos, no sabía exactamente qué nombre ponerle a aquel sentimiento, entonces pensó:
— Lujuria... — Hermione se puso un poco colorada.
— Está bien. Esta noche ponte pantalón corto y si puedes venir sin camiseta, mejor... tranquilo que no pasaremos frío... — y se fue, dejando a Draco pensativo. No sabía lo que esa loca pretendía, pero si se trataba de ir sin ropa y no pasar frío, eso le gustaba..
Aún se quedó un tiempo pensando en que diablos estaría pensando aquella chica, en lo que le iba a hacer, el caso es que aquella noche se lo pasó muy bien con ella, descubrió verdaderamente la lujuria, la pasión y le encantaba.
Hermione subió a su cuarto y se cambió para ir a las clases, pues aún iba en pijama, un pijama largo y ancho de ositos. Se cambió enseguida y bajó al aula, allí estaba esperando Malfoy y Zabini, los cuales al entrar ella se le quedaron mirando.
—Te lo digo enserio, tiene un cuerpo de escándalo... — dijo Malfoy sin apartar la vista de ella.
— ¡¿Pero qué dices?! Tú estás loco... — dijo un Zabini incrédulo por las palabras de su amigo.
— A ver, no está buenísima, pero tiene un cuerpo bonito... no es impresionante pero no está nada mal..
— Pues podría dejar que todos lo viéramos, no solo tú... — dijo con malicia Zabini.
— Anoche era otra persona muy diferente. Ella mandaba, solo se hacía lo que ella decía, hasta tal punto que me dejaba tocarla solo si ella lo pedía, me dejó sentirla... y se me pusieron los pelos de punta. Esta chica sabe cómo tratar a los hombres... — Zabini miró a su amigo con los ojos saliéndosele de la cara.
— Quiero dar clases yo también... jajaja
— Ese privilegio solo lo tengo yo... pero...
— ¿Pero qué?... — preguntó Blaise intrigado.
— Se fue llorando... no entendí por qué... pero cuando acabó la canción se fue rápidamente con los ojos llorosos..
— Eso es por que bailas de pena jajaja.
— ¡No seas idiota! — Zabini recibió un capón por parte de Draco y se empezaron a pegar.
Hermione miraba la escena tranquila. Esos dos se pegaban bastante a menudo (de broma, obviamente), así que no se interesó por el motivo de la pelea. Cuando al final los dos ya se arreglaron las túnicas, llegó Luna y se sentó al lado de Hermione y empezaron a hablar un rato hasta que a las 11 todos estaban allí para empezar una clase de DCAO. Fue una clase amena y divertida, practicaron el patronus y algo más.
Llegó la tarde y Ginny estaba en el cuarto de Hermione esperando a que ésta saliera para ir al ensayo. Llevaba unas fotos para que viesen cómo deberían ser los vestidos y bajaron las dos juntas. Al llegar, les enseñaron las fotos a Luna y Pansy, las cuales se quedaron impresionadas por la belleza de los vestidos, del peinado, el maquillaje, todo era precioso. Cuando ya pararon de cotillear acerca de los vestidos empezaron el ensayo, pero Hermione se impacientaba porque Ron era un poco lento para conjurar el hechizo.
— Hazlo otra vez, Ron... pero ahora date más prisa... — dijo Hermione un poco cansada, mientras Pansy bailaba algo con Draco y Ginny y Harry también.
— Hago lo que puedo Hermione...
— Pues haz más de lo que puedas anda.
Volvieron a intentarlo y ahora Ron sí que lo hizo bien, y recibió un aplauso por parte de todos. Pasó la tarde entre risas y bailes, hasta que el reloj dio las 8 y todos fueron a ducharse y a cenar.
Hermione con un movimiento de varita hizo sonar música ambiental, chillout, y se quitó la chaqueta que llevaba encima. Llevaba unos pantalones muy cortos azules claritos y una camiseta de tirantes rosa chicle, "Espero que Malfoy no tarde mucho, sino me voy a congelar" pero al instante apareció Draco con un pantalón corto y una chaqueta, al quitársela no llevaba nada bajo.
Al entrar se quedó mirando a Hermione. Estaba sexy, dejaba ver casi todo su cuerpo y le sentaba muy bien, se le veía un poco la mollita del culo y tenía un buen pecho. Iba ajustada, cosa que solo él podía observar aquellas noches de ensayo.
— ¿Sabes? deberías vestirte así más a menudo... así se fijarían más en ti... — Hermione le miró sorprendida. Viniendo de él se podría considerar eso un piropo.
— Bueno, siéntate pegado a la pared — Draco así lo hizo y Hermione se sentó entre sus piernas, que las tenía abiertas, y se apoyó en su pecho, después de hacerlo invocó una manta y se taparon con ella.
— ¿Qué haces?... — preguntó Draco.
— Bien, hoy vamos a bailar de manera diferente. Primero una hora para conocernos... primero preguntas tú y luego yo. No vale decir solo sí o no, también hay que dar un por qué... ¿entendido?...
— Sí...
— Bien. Empieza a preguntar.
— Mmm... ¿cuál es tu comida preferida?... — preguntó algo sin sentido, aunque lo que él quería saber no era precisamente eso. Al oír la pregunta, Hermione puso los ojos en blanco y contestó sin muchas ganas.
— Las lentejas. Ahora me toca a mi... ¿te gusta Pansy?... — Draco se quedó sorprendido por la pregunta.
— ¿No vas un poco a saco?... — dijo sorprendido.
— Contesta..
— Pues no. No me gusta... es una pesada, demasiado presumida, es inaguantable..
— ¿Y por qué sales con ella? — preguntó Hermione desconcertada...
— Pregunto yo ahora... — Hermione le dedicó una sonrisa irónica — ¿cuántos novios has tenido?...
— Ninguno serio...
— ¿Rolletes? — Draco le miró intrigado. Notaba su piel con la suya, suave y caliente. La manta estaba haciendo que la temperatura subiese bastante. La cabeza de Hermione se apoyaba en su hombro y le gusta el tacto de su pelo y su olor.
— Pregunto yo ahora... — Dijo Hermione haciéndole burla y a cambio recibió un mini mordisco en el cuello por parte de Draco — ¡Auch! Bueno... ¿y por qué sales con ella?
— Porque me da algo que ninguna de las chicas de aquí me da... — Hermione se giró y le miró seria. Él le sostuvo la mirada y preguntó para que no se enfadara — ¿Entonces no conoces a ningún chico en la cama, Granger?... — preguntó con malicia, pero se sorprendió al oír la respuesta.
— Pues claro que conozco. A ver si te piensas que soy una monja o algo... — Hermione empezó a tocar las piernas de Draco, suavemente.
— ¿Por qué me tocas así?... — preguntó.
— Ahora me toca preguntar a mí. ¿No te da asco estar con una sangre sucia?... — Draco se quedó sorprendido por la pregunta. ¿Estaba idiota o qué? ¿Cómo iba a tenerle asco?
— No. Creo que eso queda claro. Luché con vosotros, bailo contigo y ahora estoy tocándote con todo mi cuerpo... si me dieras asco estarías muerta...
— Eso es lo que tú te piensas... — le dijo sacándole la lengua.
— Sí, sí.. pero me toca preguntar a mí. ¿Por qué me tocas así?...
— Necesito sentir tu piel, sentir tu temperatura. Para bailar necesitas saber lo máximo posible del otro — Draco empezó a estirar sus manos y le acarició la cintura, para luego bajar sus manos por las piernas de la chica. Estuvieron en silencio durante unos minutos, solo se oía sus respiraciones, estaban sumergidos en sus pensamientos mientras inconscientes caricias se dispersaban por ambos cuerpos.
— No se me ocurre ninguna pregunta.... — dijo Hermione que miraba a un punto infinito.
— Pues me toca.... ¿Te gustó el beso que te di?... jajaja — Malfoy rió estridentemente.
— ¡Será el beso que te di yo a ti! ¿No?... bueno... digamos que no estuvo mal... — Draco le empezó a hacer cosquillas — Jajajaja, jajajaja, jajajaja ¡Malfoy! ¡Para!
— Eso te pasa por retarme... — Draco apoyó su barbilla en la cabeza de Hermione. Estuvieron varios minutos en silencio otra vez... — Granger..
— ¿Sí?..
— ¿Por qué te fuiste ayer llorando? — a Hermione le impactó la pregunta.
— ¿Puedes abrazarme?... — Draco la miró, y aunque no veía su cara sabía que lloraba, así que no se lo pensó dos veces y la abrazó — Yo tenía una pareja de baile, se llamaba Philip. Era mi mejor amigo, y se convirtió en algo más... desde los 8 años bailaba con él, que me llevaba 3 años... y al ir a Hogwarts perdimos bastante el contacto. Pero en cuanto podía me escapaba para verle... — tomó aire, no se creía que le estuviera contando eso a Malfoy — un día, antes de ir a Hogwarts en 4º curso, quedé con él. Yo ya tenía 14 años... pero aún era una niña... el me llevó al cine y como muchas otras noches me dijo que durmiera en su casa... pero esa noche, todo cambió y no dormí en su casa... dormí en su cama... — dio un respingo — él me decía que me quería, que no podía estar sin mi... que me amaba... y.. y yo... — Hermione comenzó a llorar y Draco la abrazó mas fuerte — yo me dejé. Dejé que me tocara. Confiaba en él, en su voz tan tierna... me decía que no me dolería y todo era cierto... no me dolió... me gustó — Hermione gritaba desesperada todo aquello, miraba un punto infinito con una voz triste y con un tono de melancolía — Pasé los días más felices de mi vida con él, pero un día... me llamó porque quería darme una sorpresa... yo fui a su casa 10 días antes de entrar en Hogwarts... y cuando llegué, vi a una chica de su edad parada a su lado y le dijo que yo era su pareja de baile, que tal.. y me dice: Te presento a mi novia... — Hermione rompió en llanto y Draco no sabía qué hacer. Eso lo había hecho él tantas y tantas veces con tantas chicas, que no pensaba que hubiese roto así ningún corazón — yo... yo... aguanté.... Y cuando me iba a ir me dijo al oído.... "Lo único que quería de ti ya lo conseguí... así que no vuelvas a hablarme nunca más, niñata", no sabía por qué me hacia eso. Siempre habíamos sido tan amigos... y yo estaba tan enamorada de él... — Hermione cogió fuertemente las manos de Draco — hubo una final de baile, en la cual bailamos un tango. Eso era fuerza, pasión. Éramos uno solo, parecía que estuviésemos complementados. Fue el baile más bonito de mi vida. Él me hacía sentir bien, me hacía sentir que era una mujer, sus caricias eran como si una brisa lenta y apacible se paseara por mi cuerpo. Él me hizo el jueguecito que te hice yo anoche, por eso me fui llorando... me recordó a él y a su dolor, me recordó sus palabras, sus giros y movimientos... — Hermione estaba más calmada le había sentado bien desahogarse. Draco la dejó de apretar — Me toca preguntar... — se giró hacia Draco y le sonrió para que pensara que todo estaba bien — ¿nunca te han roto el corazón?...
— Draco pensó la respuesta.... — jamás me he enamorado... — tras la respuesta, Hermione se sorprendió. ¿Címo podía ser tan frío? el amor aparece aunque no lo queramos aceptar, pero siempre hay alguien que hace que sientas mariposas en el estómago.
— No puedo créeme eso... es imposible... el amor siempre llega, aun que no queramos admitirlo.
— Pues a mi de momento no me ha llegado. Por cierto: ¿Por qué tu amigo te hizo eso?...
— Él no tenía dinero ni para pipas y la academia valía mucho dinero. Así que a veces le daban becas, pero al bailar conmigo mis padres se lo pagaban todo, hasta que tuvimos una crisis económica y él tuvo que dejar de bailar.... Yo no tenía la culpa... pero tuvo que pagarla conmigo, ya que bailar era lo que más le gustaba...— Hermione lloró de nuevo.
— No llores... — dijo con una voz que sonó tierna.
— Desde entonces, conocí a Krum y claro... mi virginidad me importaba un knut. Así que me acosté con varios, sobre todo en verano... ya lo hacía más por vicio que por otra cosa...
— Jajaja, así que eres una viciosilla ¿eh? — Draco le volvió a dar otro bocadito en el cuello y consiguió sacarle una sonrisa.
— ¡Para ya! Por favor no le cuentes esto a nadie... ¿quieres?
— No te preocupes... tu secreto está a salvo conmigo... y ahora si quieres podemos bailar.
— Sí. Ya verás cómo vas a sentir algo muy diferente.
Hermione se levantó y con la varita se puso algo más abrigado y lo mismo hizo Draco. Le enseñó algún paso más al chico y empezaron a bailar. Tal y como le había dicho Hermione: Bailaba diferente. La cogía con más fuerza, como queriendo protegerla. La trataba con más cariño y cuidado, como si en cualquier momento se fuera a romper. Siguieron otra hora bailando sin parar, se sentían bien los dos juntos y cuando ya se hicieron las 2, pararon para tomar aire, no habían parado de moverse.
— Voy a llegar a la cama y me voy a dormir... — Dijo Hermione agotada.
— Si quieres te puedo hacer compañía... — Draco la cogió de la cintura.
— No sé cómo puedes decirme eso después de lo que te he contado esta noche... vete con Pansy.. que parece que es la única que te satisface... yo te intento dar otro tipo de placer... si no lo quieres ahí te quedas... — cogió su toalla furiosa y salió de la habitación. Era un insensato e insensible, después de todo lo que le había dicho y él aún seguía con ese tema.
Draco se quedó mirándola, pero si quería guerra la iba a tener. Ahora sería ella la que suplicara que parara de hacerle sentir... iba a ser ella la que suplicara por un poco más de placer. Esto era la guerra de la seducción y la pasión, y Draco Malfoy sabía mejor que nadie como jugar a ese juego.