Gun se encontraba con los brazos cruzados, en el salón de té, esperando a sus padres, viendo a través del ventanal que daba al jardín. Pensando, reflexionando, tratando de calmar su enojo, con sus padres, con Off, con el mundo. ¿Por qué todos lo trataban como una persona débil? ¿Por qué todos pensaban que era un inútil? ¿Por qué no lo dejaban vivir su vida? ¿Por qué no dejaban de tratarlo como si estuviera en una burbuja? Frágil, débil, delicado, toda su vida había sido así. Puede ser que de cierto modo lo era, pero lo que más quería era ser él mismo. Desde que entró a la Universidad, y había conocido los programas de voluntariado, supo a lo que se quería dedicar. Y esto, esto lo cambiaba todo.
Gun escuchó cuando las puertas francesas se abrían y entraron sus padres y la secretaria de su mamá, Jan, y los cuatro agentes de seguridad del Primer Ministro seguido de Off, Bright y Win. Todos los agentes de seguridad se quedaron en las puertas, dos de los cuatro agentes del Primer Ministro se quedaron a fuera de las puertas francesas, vigilando, y cerraron las puertas. Gun solo se volteó para hacerles frente. Vio a Off por un momento, sus ojos se encontraron. Pero su enojo pudo más, amaba a Off pero ahora necesitaba aclarar las cosas con sus padres.
—Por favor, es un tema familiar. Podrían salir. —Los protocolos no permitían que el Primer Ministro se quedara solo por su seguridad, en la planta baja. Así que los únicos que se quedaron en el salón de té fueron Lee y Off. Realmente Off no tendría por qué estar allí pero el Primer Ministro se lo había pedido.
— ¿Y Bueno? Creo que merezco una explicación. —Gun estaba serio, su enojo seguía allí pero sabía que con enojarse no lograría nada.
—Mi vida, nosotros solo queríamos protegerte. —dijo Godji. Ella y Mike estaban parados a unos metros de Gun quien seguía con los brazos cruzados.
—Protegerme de qué mamá. Ustedes me prometieron que reducirían la seguridad. Saben que quería al menos parecer alguien más normal. Quería tener al menos un poco de libertad para mí. Y esto...—Gun señalo a los dos agentes quienes habían permanecido en las puertas. — Esto no es lo que yo quería. Yo sé papá que por tu trabajo necesito tener seguridad, pero lo que no entiendo es porqué la necesidad de mentirme. Odio comparar y lo saben, pero Pim solo tiene a Drake y a Frank, y yo... Aghhhhh —A Gun se le comenzaron a llenar los ojos de lágrimas. —Yo solo quiero poder ser yo mismo. —dijo casi en un sollozo.
Con cada palabra que Off escuchaba decir a Gun se le estrujaba el corazón. Godji se acercó a su hijo y lo envolvió en un abrazo maternal.
—Lo sé cariño. Pero teníamos nuestras razones. — Gun se separó del abrazo de su madre. Godji se sorprendió de la brusquedad pero lo entendió. Gun quería respuestas y no se las estaban dando. Él quería dejar de estar en la obscuridad, quería que dejaran de tratarlo como alguien frágil, rompible.
— ¡No, mamá! No me vengas con eso, los amo, pero quiero saber la verdad. No entiendo por qué me siguen tratando como si estuviera dentro de una burbuja. Me han tratado así durante toda mi vida, pero creo que ya llegué a mi límite. Si no me lo dicen, no me volverán a ver y lo saben. No me importará lo que digan y no será poco tiempo. —Gun sentía que su rabia volvía a él. Sus padres sabían que no era una simple amenaza, era su sueño.
Cuando Off escuchó esas palabras, su corazón se detuvo. ¿A dónde se iría Gun? Bueno eso no importaba si Gun se iba, él iría con Gun. No pensaría dejarlo solo, no dejaría de intentar que lo perdone. Lucharía hasta el cansancio para poder seguir estando en la vida de su pequeño, a menos que Gun decidiera que ya no fuera parte de su vida, esperaba con todas sus fuerzas que no fuera así, pero solo si eso pasara y saber que habría luchado por recuperarlo, solo allí lo dejaría ir.
—Hijo, comprendo que estés enojado y lo lamento. Como adultos, creo que debemos de dialogar para encontrar una solución. —Y ese era el lado de Mike Phunsawat que a Gun le molestaba, siempre tan diplomático. — Creo que si nos sentamos y platicamos...
— ¡No, papá! No quiero sentarme y platicar. Quiero que me digan la verdad. ¿Tan difícil es? ¿Querer por lo menos que una vez en mi vida que no me traten como alguien frágil?
—Hijo, nosotros no...
— ¡No, papá! No digan que no es cierto. Siempre, toda mi vida he hecho lo que estaba planeado para mí. He sido el hijo perfecto. El hijo que nunca se queja o les reprocha nada. El hijo que ustedes querían que fuera. Pero ya no más. Me cansé. —Gun había tratado de reprimir sus lágrimas pero ya no lo logró. Quería gritar y sacar todo lo que estaba sintiendo por dentro. Se sentía traicionado, se sentía agobiado por saber que nunca fue libre, ni siquiera esos dos meses desde que le había pedido que le redujeran la seguridad.
—Gun, mi vida, no es así. Te amamos y solo queríamos protegerte. —Godji se acercó a Gun con cuidado y tomo la cara de su hijo entre sus manos delicadamente, limpiándole las lágrimas que derramaba por la frustración y el enojo. — ¿Quieres saber la verdad? Nosotros...
—Godji...
—No, Mike. No quiero perderlo. Él tiene que saberlo. Gun, cariño, mírame a los ojo. —Gun tardó unos segundos en mirarla a los ojos. —Te amo, pero me importa mucho tu seguridad. Y yo, como tu madre, no me podía quedar de brazos cruzados sabiendo que hay personas que están amenazando tu vida. Daría lo que fuera por protegerte, a ti y a tu hermana. Ustedes son mis ojos. Ustedes son mi vida.
— Mamá, ¿Qué quieres decir? ¿Volvieron las cartas de amenaza? —Gun no podía creer que sus padres le hubieran ocultado algo tan grave. Algo que respectaba a su vida.
—Sí, hijo. —Mike suspiró pesadamente. —No solo cartas, paquetes con amenazas contra tu vida. Tu madre y yo, no nos podíamos quedar de brazos cruzados sabiendo que hay locos que intentan arrebatarte lo más preciado que tienes. Y cuando llegaste a mi oficina pidiéndome que querías más libertad, en verdad, no sabes cuánto quería dártela. Yo también fui joven y también se lo que implica nuestro apellido, pero tampoco quería que estuvieras desprotegido. Lo hicimos porque queríamos protegerte, Gun.
—Entiendo, pero lo que no entiendo es porque tuvieron que mentirme. ¿Creyeron que no podría aguantar la seguridad? ¿Creyeron que no lo comprendería? ¡No lo entiendo!
—Gun, nosotros no queríamos abrumarte con lo que estaba pasando. Lo que pasó hace seis años... nosotros no podríamos volver a hacerte pasar por eso otra vez.
— ¿Qué cosa? ¿La prensa?
—No, hijo, no queríamos robarte tu vida. La prensa me vale una mierda. Lo más importante para nosotros es tu bienestar y era lo que menos te queríamos quitar. Teníamos miedo que, si lo decíamos, te ibas a volver a encerrar. Ya habías progresado mucho desde el incidente. Ya no queríamos que tuvieras miedo a vivir. Solo de recordarlo me da tanta rabia.
—Papá, sabes que nunca volvería a hacer eso. No me encerraría de nuevo. Sí, ese año fue muy duro para mí, pero fue una etapa de mi vida que ya pasó. Y si se volviera a repetir, saben que ahora estaría preparado. Ya no soy el niño de dieciséis años que se asustaba por salir a la puerta, saben que ese ya no soy yo.
—Sí, ahora lo sé. Pero entiéndenos hijo, eres nuestro bebé.
Gun le sonrío a su padre. Realmente no podía enfadarse con ellos por protegerlo. Le molestaba la mentira y sobre todo le molestaba que no habían confiado en él.
—Lo sé papá. Pero saben cuánto odio que me mientan y me duele que no hayan confiado en mí.
Godji comenzó a llorar. Su hijo era un ángel.
—Mi vida... yo... ¿me perdonas? Prometemos no volver a ocultarte nada que te concierne a ti, mi vida.
—Sí, mamá. Te perdono. —Gun envolvió a su madre en un abrazo y Mike se les unió.
— ¿Y a mí?
Gun rodo los ojos. —Sí, papá. Te perdono.
Los dos agentes allí presentes contemplaban la escena familiar. Los Phunsawat eran una familia muy unida. Y no les importaba mostrarse como eran.
Pero, Mike no quería dejar a un lado el tema más importante. Y esto de lo que hablarían no necesitaban público. Así que, les hizo una señal a Lee para que se retirara, al igual que Off. Y los dos agentes dejaron a la familia sola en el salón de té.
Sin separarse del abrazo familiar, Mike cuestionó a Gun.
—Gun, ¿Qué sucedió con el profesor Joss Wayar?
Gun se tensó solo al escuchar su nombre. Se había olvidado por completo lo que había ocurrido hace algunas horas.
—Nada —Gun se separó de sus padres y comenzó a jugar con sus dedos con nerviosismo.
—Gun no mientas. Estamos en un círculo de la verdad.
— ¿Qué sucedió, mi vida? —Godji se comenzó a preocupar.
—Nada mamá. No es importante.
— ¡Gun Atthaphan Phunsawat! No evadas la pregunta y contesta.
Gun miró a sus padres a los ojos por un momento. Y no pudo más, comenzó a llorar desconsoladamente. Ahora que tenía enfrente a sus padres y recordar lo que había vivido en el baño, soltó todo su miedo, su tristeza y su enojo en un llanto desgarrador. Godji se preocupó mucho y solo abrazó más fuerte a su hijo. Gun dejó salir unos cuantos gritos por todo lo que había estado reprimiendo.
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Off estaba del otro lado de la puerta como guardia centinela, pero cuando escuchó a Gun gritar entre su llanto y fuertes sollozos, su miedo llegó como un choque y sus ganas de proteger a Gun solamente crecieron. Se giró para abrir la puerta pero Lee lo detuvo.
—No puedes entrar, muchacho.
—Pero señor, usted no entiende, yo...
—Lo sé, sé que te preocupa Gun, pero él estará bien. Déjalos solos.
—Lo sé. —Off tenía muchas ganas de tener a Gun entre sus brazos y protegerlo de todo el mal, de todo lo que Gun había tenido que vivir. Pero sabía que esta conversación era necesaria. Lo único que podía hacer era pedir que su pequeño estuviera bien y que todos esos malos recuerdos se desvanecieran.
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Todavía estaban en el abrazo familiar. Sus padres trataban de consolar a Gun. Mike no sabía que le había hecho Wayar a su hijo, pero lo que fuera que le haya hecho, el desgraciado iba a pagar. Cuando Gun se calmó un poco, después de varios minutos, sus padres lo llevaron al sofá más grande y se sentaron uno a cada lado de Gun. Godji no había soltado la mano de su hijo, ella también sollozaba al ver a su bebé en ese estado.
— Él...él...yo... —Gun no quería decirlo, solo de pensar decir las palabras se sentía sucio. — Él...intentó violarme.
Godji comenzó a llorar y atrajo a su hijo a sus brazos. Mike se paró del sofá furioso.
—Gun... mi vida...
— ¡HIJO DE PERRA! Lo voy a matar.
—Gun... por qué no lo dijiste... mi amor...
—Eso sucedió hoy Godji... ese hijo de puta... ¿Qué paso exactamente, hijo?
—Papá... no es la... primera vez que lo intenta. Perdón... yo...tenía miedo de arruinar tu imagen papá.
— ¡Gun sabes que eso nos importa una mierda! ¡Primero está tu vida y tu bienestar! ¡Por qué mierda no nos contaste nada! ¡Pude haber evitado lo que pasó hoy! ¡Ese hijo de puta ya estuviera tras las rejas!
—Perdón papá, tenía miedo...yo...
— ¡Gun Atthaphan Phunsawat! —Mike intentó calmar su furia y respiro profundamente. —Hijo, mírame a los ojos. —Gun seguía soltando lágrimas perdidas mientras que su madre lloraba desconsoladamente. —Nada, escúchame bien, nada de esto es tu culpa. Tú no tienes por qué pedir perdón, por nada ni a nadie. ¿Hiciste mal al no decirnos?, sí; pero nunca te culparía por nada. Te amamos Gun y tenlo por seguro que ese hijo de puta nunca se podrá acercar a ti.
— ¡Papá! —Gun comenzó a llorar de nuevo. Mike se acercó y abrazó a su familia.
—Perdónanos Gun. Nunca tuviste porque pasar por eso. Te amamos.
—Mi bebé...
—Yo también los amo.
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Después de todo lo que había vivido hoy, Gun solo quería dormir. Sus papás lo acompañaron a su habitación y se despidieron de él con abrazos y besos en la frente, asegurándole que todo iba a estar bien, como cuando era un niño. No lo enojó, más bien se los agradeció, amaba a su familia. Cuando Gun salió del salón de té pudo ver claramente la cara de desasosiego de Off, estaba un poco pálido. Gun quería ser consolado por Off. Anhelaba tanto sentir los fuertes y protectores brazos de su novio pero necesitaba tiempo para asimilar las cosas.
Ya en su habitación, Gun se metió a su baño, encendió la regadera y se restregó su cuerpo una y otra vez. Todavía podía sentir el agarre de Wayar, ahora que estaba solo, no podía pensar en otra cosa y deseó con todas sus fuerzas que Off estuviera allí con él. Pasó más de media hora hasta que salió de la ducha, se colocó el pijama y cuando se iba a meter dentro de sus sabanas escuchó que tocaron a su puerta. La abrió cuidadosamente.
—Off, ¿qué estás haciendo aquí? —Off estaba parado frente a su puerta, con un traje de seguridad. Se veía tan guapo, tan masculino. Gun tuvo que reprimir el deseo de enrollar sus brazos en su novio, porque sí, seguían siendo novios, solo estaba enojado con el hombre. Gun estaba deteniendo la puerta solo lo necesario para hablar con Off.
—Mi pequeño... —Off se mordió su labio inferior, por Dios Gun se miraba tan sexy en su pijama.
—No deberías de estar aquí... —Gun seguía enojado con todo lo que había pasado. Realmente sabía que sus sentimientos por Off no habían cambiado, a pesar de todo lo que había pasado, pero odiaba la mentira y el engaño; y necesitaba su espacio para pensar mejor las cosas, que se le bajara un poco su enojo para pensar con claridad.
—Perdón Gun. Yo solo quería saber si estabas bien. —Off estaba nervioso e inquieto, su rostro lo decía todo. Lo que más quería era saber que Gun estuviera bien. Sus gritos en el salón de té lo habían preocupado de sobremanera.
—Off, no quiero lidiar con esto ahora. Necesito tiempo. Yo... —Gun en verdad quería poner sus pensamientos en orden, no quería arrepentirse por ser impulsivo. Además, seguía amando a ese hombre con todas sus fuerzas, pero esto era demasiado para asimilar en un día.
— Sí, lo entiendo. Yo... yo solo quería saber si estabas bien. Sé que yo soy el único culpable de lo que está pasando.
—Off...—su voz salió como un susurro.
—Gun, no me arrepiento de lo que hice. Protegerte a ti es lo que más me importa y no lo estoy diciendo como un agente de seguridad sino como la persona que te ama. De lo único que me arrepiento es de la manera en la que te enteraste. Y por eso te pido perdón. —Gun solo escuchaba la declaración de Off. Su corazón se estrujó en su pecho, solo de ver la mirada triste y llena de esperanza de Off. Realmente no le hubiera importado saber que Off era un agente de seguridad, lo que le enojaba era la mentira. —No sé en donde estoy parado ahorita, pero quiero que sepas que te amo y entenderé si tus sentimientos cambian.
—Off, realmente necesito tiempo para pensar las cosas. Odio que me mientan. Dame tiempo para pensar sobre todo lo que pasó. Yo no te culpo de nada, pero ahorita... solo necesito un poco de espacio para mí.
Se miraron directamente a los ojos, la mirada de ambos denotaba tristeza. A Gun se le comenzaron a llenar sus ojitos de lágrimas, pero se reusaba a llorar más. Off soltó un suspiro pesado.
—Está bien, mi pequeño. Esperaré todo lo que quieras, nunca te presionaría... Te amo. —Off deseaba saber que no había perdido a Gun, que todavía era su pequeño, que todavía Gun lo amaba. Pero la mirada de Gun expresaba tristeza y decepción. Off estaba prácticamente aguantando la respiración.
—Adiós, Off. —Gun cerró lentamente la puerta de su dormitorio. No supo cuando sus lágrimas habían cedido, sus piernas temblaban y él se resbaló por la puerta llorando entre sus piernas. Off escuchó un resuello de Gun, su corazón dolía, lo que más quería en este momento era tener entre sus brazos a Gun. No supo en que momento había comenzado a derramar sus lágrimas. Estuvo con una mano recostada en la puerta de Gun, añorando cobijar a su pequeño, saber que estuviera bien, saber que no importaba lo que pasara que él lo protegería.