Entre Tiempos

Galing kay Julie18_08

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Los ciclos se cierran y la vida sigue, aunque en realidad incluso cuando los ciclos se mantienen abiertos la... Higit pa

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Doce
Trece
Catorce
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Diecisiete
Dieciocho
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Veintiuno
Veintidós
Veintitrés
Veinticuatro
Veinticinco
Veintiséis
Veintisiete
Veintiocho
Veintinueve
Treinta
Treinta y uno
Treinta y dos
Treinta y tres
Treinta y cuatro
Treinta y cinco
Treinta y seis
Treinta y siete
Treinta y ocho
Treinta y nueve
Cuarenta

Diecinueve

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Galing kay Julie18_08

Derek se sorprendió de lo mucho que Matt tardó en lanzar su primera fiesta del año. Usualmente el chico convocaba a todos sus compañeros de equipo durante la primera o segunda semana, pero esta vez habían pasado unos dos meses y la fiesta fue un evento espontáneo a causa de su victoria, lo que definitivamente se salía de la marca personal su compañero. Matt nunca le decía que no a una fiesta, pero siempre había preferido organizarse y planear antes de lanzar invitaciones.

Las horas estaban avanzando y el ánimo alocado de un principio comenzó a menguar. La mayoría de sus compañeros de equipo estaban desparramados por la sala charlando y riendo, algunos habían invitado a sus novias y otros cuantos a algunos amigos. Los que no charlaban jugaban un juego de mesa que Derek no reconoció, pero que se veía competitivo porque vio los ánimos más exaltados en aquel lugar. Había cervezas y pizza, diversos snacks y el sonido ambiente era el de un canal deportivo.

No era para nada el tipo de fiestas que Matt hacía, por lo que la curiosidad lo llevó a buscarlo, y cuando lo encontró vio que estaba ocupado cortando otra pizza en trozos más pequeños.

-¿Qué es esto?- le preguntó haciendo un ademán que abarcaba sus alrededores.

-Hola, Derek.- le sonrió Matt, ignorando su pregunta.-Es un honor tenerte aquí, ya que siempre vienes obligado...- bromeó mirándolo de reojo.

-Estoy tratando de tener más vida social.- dio por toda respuesta.

-Oh, sí.- asintió.-Tu vida social aún no llega.- le dijo Matt.-Pero me dijo que vendría, así que sólo tienes que esperar.-

Derek sí estaba esperando que Marco llegara, el chico le había prometido que se pasaría por la fiesta y que podrían pasar el rato. Se sentía algo impaciente, sobretodo porque desde hacía días que el contacto era escaso y tenía la ligera sospecha de que Marco lo estaba evitando a consciencia. No tenía idea de por qué, quizás la relación lo había abrumado y necesita espacio, si así era Derek tendría que cuestionarse cómo era posible que lo abrumara si literalmente estaba haciendo todo lo posible por no ser acaparador.

-Eres gracioso.- sonrió estirándose para darle un puñetazo en el brazo.-Ahora dime, ¿por qué el bajo perfil?- curioseó.

-Bueno...- suspiró Matt.-No lo sé.- dijo alzando ambos hombros despreocupado.-En realidad sí lo sé, pero no estoy listo para compartirlo... contigo.- dijo.

Derek se apoyó en el mesón y lo observó pensativo, de pronto se le vino a la mente el recuerdo de su hermana contándole que Matt estaba interesado en ella. Conociendo a su amigo estaba seguro de que se había quebrado la cabeza tratando de decidir si invitar o no a Maya. Obviamente Derek había tomado la decisión por él cuando la llevó a ella y a sus amigos, quienes a esas horas estaban en el grupo que jugaba y se gritaba enérgicamente. Pero la pregunta continuaba allí, ¿Matt hizo una fiesta más tranquila para poder hablar con ella sin tener que gritarle por sobre la música? ¿qué impresión quería darle? ¿había estado tratando de acercársele sin éxito durante toda la noche?

-Bien.- aceptó Derek, no quería presionarlo.-De todas formas creo que es una buena fiesta, el ruido a veces me estresa.- le dijo.-No sé a quién salí, porque Maya ama las fiestas.- le contó casual.-Le encanta bailar, de hecho, estuvo unos años yendo a una academia de baile y desde entonces que lo disfruta mucho.-

-Oh...- murmuró, volviendo su atención a la pizza.-Y... ¿cómo le ha ido?- quiso saber.

-Está por allá.- la apuntó casualmente.-Podrías hacerle esa pregunta tú mismo.-

-No quiero molestarla.- masculló el chico entre dientes.

Dicho esto Matt tomó la caja de pizza y le indicó a Derek con un ademán que lo siguiera, por lo que ambos hicieron una ronda ofreciendo comida mientras charlaban de otras cosas. Finalmente se detuvieron en un grupo de chicos que veían el canal deportivo y allí se instalaron. A Derek se le pasó el tiempo con rapidez, entre la conversación que confluía en torno al juego de la tarde y algunas bromas y anécdotas del año anterior, olvidó por un momento que se sentía ansioso de ver a Marco.

Lo recordó cuando llegó. Traía el cabello suelto ligeramente despeinado y una sonrisa despreocupada en el rostro, saludó a los chicos como de costumbre y cuando llegó a Derek lo miró desde la altura con una ceja alzada. Derek estaba sentado en el piso, con la espalda apoyada en el sillón, y tuvo que doblar el cuello hacia arriba para mirarlo.

-Esto es nuevo.- le dijo Marco posando una mano en su cabeza y alborotándole el cabello con brusquedad.

Derek le dio una palmada para alejarlo mientras se reía ante los comentarios de sus compañeros. Lo único diferente era que había dejado su gorra de béisbol en la camioneta, pero al parecer todos tenían opiniones muy variadas en torno a su uso, algunos dijeron que estaba obsesionado con el juego y otros que la usaba porque odiaba su cabello.

Marco halló donde sentarse y simplemente se unió a las conversaciones que ya habían comenzado. Derek lo observaba de vez en cuando y en más de una ocasión sus ojos se encontraron, Marco le sostenía la mirada por un segundo y luego la apartaba con el ceño ligeramente fruncido para retomar la charla que mantenía con alguien más. Derek había aprendido a reconocer la incomodidad en Marco, y estaba seguro de que algo lo estaba molestando.

No sabía si era porque lo extrañaba o porque estaba preocupado, pero sentía una necesidad imperiosa de sentir su presencia junto a él. Gracias a los días separados comprendió que Marco le causaba una especie de inseguridad que nunca antes había sentido con Alice, odiaba compararlo con ella, pero el asunto era que Alice siempre estaba allí incluso cuando no estaban juntos. Se veían apenas unas veces durante el año y luego en las vacaciones, pero incluso en los meses separados Derek sabía que Alice siempre estaría allí esperando por él.

Cuando Marco desaparecía Derek no podía evitar preguntarse si lo volvería a ver. Sentía que perder a Marco sin siquiera darse cuenta era una posibilidad. No le gustaba pensar en eso, sobretodo porque reflejaba que en el fondo no confiaba del todo en la capacidad del chico por mantener una relación. No era un pensamiento que lo enorgullecía.

-Voy a salir un rato.- anunció levantándose del piso.

El grupo simplemente asintió y vio que Marco se erguía un poco al escucharlo. Salió a la agradable noche de verano y respiró hondo mientras se sentaba en las escalinatas que daban hacia el patio trasero. No había nadie allí, los faroles estaban encendidos e iluminaban el patio tenuemente. Su mente estaba distraída pensando en lo que esperaba para el resto del año, cómo quería que fueran sus calificaciones y cómo quería que avanzara su relación con Marco, sólo que en ese último punto él no podía elegir solo. 

 Se levantó y comenzó a andar por el lugar, a paso lento y relajado.

-¡Oye!- la voz de Marco llegó desde sus espaldas.

Suspiró y se dio la vuelta para recibirlo mientras el chico trotaba lentamente en su dirección, Derek apenas había notado lo mucho que se había alejado de la casa. El patio trasero era largo, mayoritariamente vacío, y vagar era fácil.

-¿Recuerdas que el año pasado hicimos una carrera aquí?- le preguntó cuando llegó con él.

-¿Qué? Sí, me rompí la nariz.- recordó Marco.

-Apenas se nota...-

Derek alzó la mano por inercia, llevándola a la altura del rostro de Marco y deteniéndose a medio camino cuando recordó que estaban en la fiesta. Los ojos ambarinos del chico lo observaron con atención, dio un paso hacia adelante y miró la mano que continuaba suspendida en el aire.

-Adelante.- le dijo como adivinando lo que pensaba.

A Derek no le importaba que sus compañeros de equipo lo vieran posando una mano en el rostro de Marco, le importaba que Marco estuviera bien con eso; y en ese momento el chico se veía con el ánimo templado, quizás un poco nervioso. Derek le sostuvo la mejilla con la mano y deslizó el pulgar por el puente de la nariz, pasando por sobre esas pecas que tanto le gustaba besar y tocar. Por instinto sus ojos cayeron sobre los labios de Marco y luego sobre sus ojos, el pulso se le disparó y la mente se le congeló por un segundo.

-¿Quieres hacer la carrera otra vez?- preguntó apartándose y tratando de mantener el tono casual.-Ahora los dos estamos sobrios, es más justo.- indicó.

-Me gusta cómo piensas.- aceptó Marco con una risa.

La carrera apenas se registró en su cabeza, tan sólo sintió el aire cálido rozándole la piel y una sensación de vigor recorriéndole el cuerpo. Para cuando se detuvo el corazón le latía con fuerza dentro del pecho y sus músculos se sentían tensos por el esfuerzo, el alivio lo embargó mientras recuperaba el aliento.

-¡Saliste antes, eres un tramposo!- escuchó que se quejaba Marco, sus pasos acercándose a él.

-Yo no hago trampa.- aseguró volteándose con cierta brusquedad, aún exaltado y acelerado.

-Estoy seguro de que no siempre juegas limpio.- le sonrió Marco.-¿O sí?- insistió con un deje de flirteo tan claro que Derek se impacientó.

-No hagas eso ahora...-

-Ahora es cuando reclamas tu premio.- lo interrumpió.

Incluso en la penumbra Derek podía ver la intención en su rostro. No lo pensó, sólo se inclinó y unió sus bocas. Primero fue superficial y despacio, después Derek tiró con cuidado del labio inferior de Marco y el beso se profundizó. Se sentía volátil, con los sentidos demasiado encendidos, como si sólo un gesto, un pequeño gesto, pudiera llevarlo al punto de no retorno. El que se alejó fue Marco, y apenas Derek volvió en sí miró en dirección a la casa y vio las siluetas de sus compañeros a través de las ventanas.

-Mierda, lo siento...- se disculpó cubriéndose la boca con una mano empuñada, dando una zancada para alejarse.

-No lo sientas.- le dijo Marco, tomando su mano con firmeza.-Ven, y no digas nada.- le advirtió antes de echarse a andar.









*     *     *     *     *     *     *     *





Marco estaba nervioso, tan nervioso que se estaba mordiendo la lengua para no comenzar a decir sandeces. Le preocupaba quedarse a solas con Derek, después de todo lo había estado rehuyendo por días y no confiaba en su capacidad para mantener la expresión de su rostro neutra. Sabía que Derek era perceptivo y desde que había llegado a la fiesta sentía sus ojos sobre él, observándolo con atención y transmitiéndole la misma intensidad que le dedicaba cuando lo quería cerca. La mirada de Derek lo atravesaba, y su pulso se había estado elevando desde que se había sentado con los chicos a ver el juego, pero ese beso lo había superado. Así que decidió seguir uno de los consejos de Charlie y enviar a la mierda lo que otros podrían pensar.

Porque no era solamente el hecho de que se sentía como la mierda por lo que había pasado con Iván, encima de eso estaba en una fiesta con sus compañeros de equipo, quienes por el momento no sabían que entre él y Derek había algo más que compañerismo. Pero todo el mundo podía joderse, estaba demasiado exaltado como para que le importara. 

Con eso en mente volvió dentro de la casa y sólo soltó la mano de Derek cuando necesitó acercarse a Matt, se agachó junto a él y le preguntó lo más discretamente que pudo si había un lugar en su casa donde encontrar un poco de privacidad. Matt lo miró de reojo, luego miró a Derek y volvió a Marco con una sonrisa pícara.

-Arriba, la última habitación a la derecha.- le dijo.-Cupido es generoso, pero si encuentro algo fuera de lugar o el más mínimo indicio de que...- le advirtió en un murmullo.

-Me matas.- lo interrumpió, no quería perder el tiempo.

-Exacto.-

Volvió a deslizar su mano en la de Derek y fue hacia las escaleras. Sabía que sus compañeros lo habían visto, sintió algunos ojos curiosos siguiéndolos, pero sus pensamientos se despejaron cuando se encontró en el pasillo del segundo piso. Estaba oscuro, vacío y silencioso, el sonido de las voces y la televisión eran ligeros; encontró la puerta que buscaba y la cerró con seguro.

Se acercó a Derek antes de que pudiera decir algo que cortara el momento en dos. Lo presionó contra la puerta y se perdió en sus labios, había urgencia en la forma en la que se besaban y Marco no quería que terminara nunca. Él siempre había disfrutado más de las caricias ligeras y la tensión de la espera, pero Derek lo impacientaba y lo encendía demasiado rápido, lo que en ese momento le estaba nublando el juicio.

-Hablarán si nos demoramos demasiado.- murmuró Derek.

-Que hablen.-

-Ojalá estuviéramos solos.- contestó Derek en un tono grave que envió un escalofrío por su columna.

-Estamos solos.-

Derek enterró el rostro en su cuello y lo besó con suavidad mientras sus manos bajaban por su pecho, Marco se estremeció al sentir la palma del chico posándose bajo su ombligo y deslizándose lentamente hacia abajo. Derek continuó besándolo mientras lo acariciaba y por un momento apenas registró el sonido de su voz contra su oído.

-Ya que no tenemos mucho tiempo...- Derek le besó los labios fugazmente y luego se agachó sujetándose de sus caderas.

Por un momento se le vinieron a la mente imágenes de su noche de juerga, de Iván llevando a cabo la misma acción y toda la confusión y embotamiento que le contaminaba la cabeza. Quería olvidarlo, se había estado castigando a sí mismo desde que había pasado y parte del castigo había sido no ver a Derek, tanto por culpa como por miedo. Pero no podía seguir para siempre, no cuando todos sus sentidos le pedían a gritos sentir esa calidez que solo Derek podía entregarle.

Sin embargo, habló sin pensar.

-No me gusta esto, no lo hagas.- dijo aclarándose la garganta. Derek se alzó.-Digo, no es que no me guste, eso no es lo que quiero decir... Sólo... No ahora, hoy no quiero... ¿Puedes ir a esa cama?- le pidió impaciente.

-Quizás no sea el mejor momento para esto.- 

-No quiero esperar.- insistió, se apartó de la puerta y tiró de él hacia el interior del cuarto.

-Marco...- comenzó Derek en una simple advertencia, pero sus palabras se cortaron cuando lo empujó hacia la cama.

-Baja la voz y no te muevas.- murmuró obligándolo a recostarse por su avance.

-Así que hoy tú llevas las riendas...- resopló el chico dejándose caer sobre su espalda.

Marco aún se sentía nervioso, pero por sobre todo estaba exaltado y ansioso por compartir esa sensación. Se hincó en el colchón, metiendo una rodilla entre las piernas de Derek que usó para separarlas, luego se inclinó sobre él, contemplando la extensión de su cuerpo. Esa noche Derek usaba una camisa negra de tela ligera y holgada, el cuello en V dejaba a la vista parte de su pecho y Marco decidió que quería ver más. Deshizo los botones uno a uno hasta llegar al final, tuvo que tirar de la camisa para sacarla de dentro del pantalón.

-No me quites la ropa.- le dijo Derek alzándose sobre los codos, un costado de la camisa cayendo por su hombro.

-Sólo lo necesario.- le aseguró Marco yendo por la pretina del pantalón.

-Hazlo rápido.-

-¿Rápido?-

-Hay gente, no podemos estar aquí mucho tiempo.- le recordó.

-Pero me gusta cuando te exasperas en la cama.- murmuró.-Por favor, sólo déjame...-

-Quieres matarme.- soltó en un quejido cuando Marco posó la mano extendida sobre su estómago.

-De a poco.- admitió.

Cumplió su promesa acariciándolo tan lento y suave que tenían que pasar varios minutos antes de que Derek comenzara a agitarse realmente, y cuando Marco veía que los músculos de su abdomen se tensaban y que escondía la mitad del rostro en la almohada, se detenía por completo y escuchaba con una sonrisa la frustración en los jadeos del chico. Derek tenía una resistencia que Marco envidiaba, pero había aprendido a usarla para su propia satisfacción ese último tiempo. Había un placer diferente y especial en testear los límites de un amante, y a veces Marco se preguntaba por qué no se le había ocurrido hacerlo con otras de sus parejas.

Bien sabía que sus encuentros sexuales con mujeres habían sido diferentes, más juguetones y desenfrenados, directos y enérgicos cuando terminaba con su fase calmada. Con Derek el panorama cambiaba porque Marco resentía la falta de experiencia, sentía curiosidad y nerviosismo por ver cómo avanzaban las cosas y hasta dónde podían llegar. Le había llevado un buen tiempo encontrar la seguridad que tenía ahora, pero ya que la había encontrado la estaba usando para sacar de quicio a Derek.

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero ver la fina capa de sudor en el torso de Derek y su rostro sonrosado fueron suficientes para que adivinara que llevaban un buen tiempo en lo mismo. Esta vez aceleró el ritmo de sus caricias y encajó mejor la rodilla entre las piernas del chico, casi enseguida lo sintió frotándose contra su muslo y Marco tuvo que soltar un largo suspiro ante el calor que lo sobrecogió.

-Muy bien.- le dijo en voz baja.

-No... no vuelvas a parar, tenemos...- masculló Derek, su voz amortiguada por la almohada.-Oh, mierda...-

Marco estiró su mano libre y la deslizó desde la base de su abdomen hasta su cuello, bajo sus dedos percibió el pulso acelerado de Derek y le sostuvo la barbilla para hacerlo mirar al frente. Se encontró con sus ojos entrecerrados, la mirada intensa como siempre pero un poco desenfocada, había tensión en las facciones de su rostro y algo que podía ser el amago de una sonrisa.

-Derek, eres...- se detuvo, no sabía qué quería decir, así que lo besó.

Intentó ser paciente y mantenerse suave, pero Derek estaba inquieto y le enredó los dedos de una mano en el cabello, acercándolo y besándolo con vehemencia. En algún momento Marco sintió que el beso se tornaba inconsistente y se dio cuenta de que Derek respiraba en jadeos, pero lo que lo delató fue el hecho de que se estaba resistiendo a gemir. Marco se irguió, sus manos firmes a pesar de que se sentía disperso. Cuando el chico alcanzó su clímax un placentero escalofrío lo recorrió sólo por observar y una sensación de calidez y sofoco lo envolvió mientras Derek murmuraba cosas ininteligibles en voz baja. Se quedó estático, abrumado por la agitación que estaba sintiendo y preguntándose si era normal; porque había algo extrañamente inmovilizante en aquel momento.

-Ah... eso fue difícil.- rió Derek, alzándose sobre sus codos con cuidado.

Marco no podía hablar, pero le sostuvo el rostro con ambas manos y lo besó. No quería dejarlo ir, quería besarlo y tocarlo más; quería sentir su peso sobre él y escuchar palabras susurradas al oído, quería ese momento en el que simplemente estaban el uno junto al otro y podía cerrar los ojos.

Marco estaba ardiendo y se sentía tan decepcionado consigo mismo.

-¿Estás bien?- le preguntó Derek, apenas apartándose.

-Sí.- asintió.-Yo sólo... mierda, tengo calor.- rió llevándose una mano al rostro.

-¿Quieres...?- Derek enganchó dos de sus dedos en la pretina de su pantalón, tirando de él mientras lo miraba expectante.

-No, no gracias.- negó.

Se dirigió hacia el baño de la habitación, se sentía tembloroso y disperso, incapaz de reconocer la sensación que lo oprimía. Buscó el papel higiénico y se lo lanzó a Derek, luego abrió la llave de agua y se lavó las manos y el rostro. El chico llegó al cabo de unos minutos, abotonándose la camisa y mirándolo de reojo, cuando terminó le rodeó la cintura con un brazo y lo atrajo hacia sí en busca de su mirada.

-¿Qué está pasando?- le preguntó Derek.

-Nada.-

-¿Por qué no quieres que te toque?-

-Porque no hay tiempo, en eso tenías razón.- dijo sin mirarlo.

Hubo un silencio, uno que Marco reconoció inmediatamente como el cerebro de Derek trabajando en suposiciones acerca del repentino cambio en su actitud. Sabía que estaba siendo extraño, especialmente porque Derek sabía que no le era tan fácil renunciar a la promesa de placer inmediato.

-¿No quieres nada?- insistió.-¿Incluso cuando es obvio...?-

-Dame unos minutos, ya me voy a calmar.- aseguró.

-¿Vas a volver conmigo a casa?- le preguntó Derek, su voz grave.-Hay algunas cosas que me gustaría hacer contigo.-

-No creo... ¿podemos dejarlo aquí por hoy?- chistó.-Pero fue divertido, así que... Buenas noches.- se despidió dejando un corto beso en su mejilla.-Oh, y... si alguien pregunta qué estábamos haciendo, sólo... responde lo que quieras.- dijo como último comentario sin asegurarse de haber sido comprendido.

Fue hacia la salida con los hombros tan tensos que ya resentía el dolor, quitó el seguro de la puerta de la habitación y salió al pasillo con el corazón desbocado. Iba a bajar las escaleras, pero se detuvo porque aún necesitaba unos momentos antes de aparecer en público, primero tenía que bajarle la temperatura y borrar el recuerdo de lo que acababa de hacer con Derek. Se escondió en una esquina del pasillo, de brazos cruzados y tamborileando algunos de sus dedos sobre su codo.

De pronto sintió los pasos de Derek dentro de la habitación y su cuerpo se puso rígido, definitivamente era muy pronto para que saliera, incluso pensó que seguramente sólo se estaba paseando; pero ante todo pronóstico Derek apareció en el pasillo con el ceño fruncido y un aura con la que Marco no quería lidiar. Esperó ser ignorado, pero cuando el chico lo vio fue hacia él con paso firme e inequívocamente molesto.

-¿Qué pasa ahora?- le preguntó.

-Nada.- dijo alzando los hombros.

-Nada.- repitió Derek.-Es difícil hacer como que todo está bien cuando estás actuando tan extraño.- le dijo inclinándose más cerca.-¿En verdad quieres que te ignore y no me preocupe?-

-Sí.- dijo.

-Pero me preocupo por la gente que me importa y tú eres...-

-No quieres terminar esa frase.- lo interrumpió.-Y ok, gracias por ser tan atento, pero no hay nada que puedas hacer por mí, ¿está bien? Relájate.-

-Quizás si hablaras conmigo, si me dijeres qué te está pasando... quizás podría ayudar.- dijo, y sonaba exasperado, como si estuviera conteniendo algo más grande.

-¿Qué parte de "No puedes hacer nada" no entiendes?- masculló.-Mierda, no quería sonar tan...- 

-Sé que no confías en mí por lo de Alice, pero...-

-Oh no.- rió deslizándose una mano por el rostro.-Te dije que no volvería a hablar de ella contigo.- le recordó. 

-Al parecer no hablas de nada conmigo.- le dijo Derek con un deje de molestia en la voz.

-¿Puedes parar?- preguntó impaciente.-Ganamos un juego, nos relajamos con los chicos y ya nos divertimos juntos; dejemos que este día termine bien. -

-No puedo.- suspiró cansado.-Sé que no estás bien, pero creí que nosotros estábamos bien, y mientras fuera así al menos podría estar para ti en caso de que me necesitaras. Pero hoy... ¿estás conmigo porque te distraigo? ¿porque te doy curiosidad? ¿porque tienes las hormonas revueltas?- masculló.

-No, Derek, no es...-

-¿Entonces por qué se siente así? -

-¡Porque buscas algo que no puedo darte!- exclamó.-Si quieres alguien con quien compartir todo, lo siento, pero ese no soy yo. Quiero que sea simple, no quiero que te preocupes tanto por cómo me siento ni que te afecte mi vida; no necesito tanto.- aseguró apartando la vista hacia el pasillo.

-Entonces termínalo, si no te estoy dando lo que necesitas, termínalo.- soltó Derek, desafiante.-¿Por qué molestarte conmigo si podrías estar con alguien mejor? Termínalo.- Marco miró a Derek como si lo hubiera empujado, como si no pudiera entender lo que acababa de escuchar. Como si se negara a entenderlo.

-No seas estúpido, tú eres el que merece algo mejor.- dijo casi sin aliento.

-Eso es estúpido.- apuntó.-Para mi tú eres suficiente, eres más que suficiente, no sé por qué no lo ves.- se preguntó frunciendo el ceño.

-Estás loco.- rió nervioso.-Si supieras...-

-Ese es el problema, no sé nada.- dijo.-Estoy cansado y no seguiré pretendiendo que todo está bien, así que si no te gusta termínalo.-

-Si no quieres estar conmigo sólo dilo.- dijo sintiendo que la cabeza le iba a explotar por el calor y la ansiedad.

-Te estoy dando la oportunidad de tomar la decisión porque ni loco te dejo ir ahora, la única forma en la que logre alejarme es si tú me lo pides.- aclaró.

Marco se restregó los ojos con una mano, exhausto y desgastado. La presencia de Derek siempre era abrumadora, en general para bien, pero cuando se encontraba tan determinado y molesto se sentía pesada y perniciosa. No le gustaba lo que estaba sucediendo, deseaba no haber asistido a la fiesta y continuar escondido en su dormitorio; pero estaba allí, y el silencio de Derek demandaba una respuesta.

-¿No vas a decir nada?- insistió Derek, dando un paso hacia atrás.

-No entiendo cómo puedes soportar esto.-

-Aparentemente ninguno de los dos entiende al otro.- se quejó deslizando una mano por el cabello.-Tengo que irme, no puedo contigo en ese momento.- dicho esto, Derek se fue sin dedicarle una última mirada.

Marco se llevó una mano a la cabeza, respiró hondo, cerró los ojos con fuerza. 

-Lo estoy arruinando...- murmuró. 





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