Sus ojos azules se abrieron antes de que su consciencia lo hiciera, atrapado en aquellas pesadillas que solían hacerle compañía al cerrar los ojos, sin querer hacerlo sus manos se aferraron a su cuello en un vano intento de protegerlo del recuerdo, tratando de alejar el dolor latente que los colmillos provocaban
- ¡Detente! – el fuerte sonido de su voz logro traerlo a la realidad
Se incorporo de su cama con su respiración agitada, cubriendo su cuello con una de sus manos encontrándose con su gargantilla, cosa que le dio un poco más de consuelo, si sus sueños hubieran ocurrido de verdad, habría encontrado su cuello desgarrado y la sangre hubiera ensuciado sus dedos, no habría podido hablar por el daño en sus cuerdas vocales y mucho menos hubiera podido incorporarse
Cuando logro que su corazón regresara a latir con normalidad, camino hacia el baño, necesitaba tomar una ducha y vestirse, eran casi las 22:00 de la noche, no era de extrañar que durmiera de día y despertara de noche, después de todo, estaba rodeado de vampiros. Aunque ese día estaba despertando por obligación, le habían mencionado que tenían una misión especial para él
Maldijo por lo bajo por eso, quedando su mirada prendada en el espejo del baño, sus ojos se encontraron con aquella imagen de él mismo que hace años no veía, una expresión de miedo
- Estoy bien - se dijo a si mismo no queriendo seguir viéndose asustado – Solo fue un sueño
Con un suspiro, quito su gargantilla, observando las cicatrices desordenadas en su cuello, aunque a los pocos minutos no pudo evitar bajar la mirada, dejando que su cabello ocultara un poco sus ojos. Había pasado un tiempo desde que lo había cortado, así que ya llegaba un poco más arriba de sus hombros
Sin embargo, ese intento de evitar su reflejo solo causo que terminara mirando sus muñecas, mostrándole otra vez aquellas cicatrices que tanto dolor le habían causado
La sonrisa que surgió en sus labios ante esa vista fue desesperada...si, ojalá solo hubiera sido un sueño, su mente se hubiera calmado si todo hubiera sido así, pero al despertar siempre tendría las marcas en su piel para recordarse que seguía atrapado en una realidad que solo podía comparar a pesadillas
Con una última mirada a su cuello, volvió a cubrirlo. No mintió cuando dijo que su sangre se volvió inconsumible para cualquier persona que no fuera su compañero, sin embargo, los colmillos de un vampiro no se usaban solo para la alimentación, después de todos, ellos podían elegir si querían que su víctima sintiera dolor o no al alimentarse, pero, si el vampiro en cuestión lo hacía con la intención de dañar, liberaba una toxina que se aferraba a los nervios de la persona logrando que esta experimentara el infierno en vida, eran una poderosa arma y esto, combinado con la poca y casi nula sanación natural de un defecto, solo causaba mas dolor del que se debería
No es que a Chuuya le molestara tener cicatrices, ese no era el problema, era solo que... no podía evitar pensar que a su compañero no le gustaría ver esas marcas en su cuello, como cambiante sabia lo delicado que era el tema de las marcas, no era algo de tomarse en menos en su raza... así que, el verse así de lastimado por su incapacidad de defenderse cuando niño...el ver las cicatrices que él no pidió... lo hacían sentir rechazo por sí mismo
- Y quizás eso es lo que estaban buscando lograr – gruño apretando los puños ante los recuerdos detrás de las cicatrices
Bruscamente alejo la mirada del espejo, concentrándose en terminar su rutina diaria, luchando para que los recuerdos volvieran a ese lugar donde no podían alcanzarlo, no podía permitirse mostrar debilidad, mucho menos contra sí mismo, después de todo, al final del día, solo quedaba su propia compañía, con eso mente, salió de la habitación, buscando dejar atrás cualquier mal recuerdo que quisiera atormentarlo.
El día anterior ya le habían indicado donde debía ir para la misión, al tener las heridas que se auto creo al activar el Arahabaki aplazaron el castigo, pero estuvo limitado a la habitación durante tres días, dejando que las heridas se curaran parcialmente, no del todo, pero al menos dejaban de arder
Chuuya llego al inicio del bosque en completa soledad, pero no era idiota, querían darle la falsa sensación de libertad desde que despertaba hasta que regresaba a la habitación, pero siempre ha sido consciente de como lo observan desde la distancia, preparados para someterlo ante cualquier intento de fuga.
No era libre y no podría serlo hasta que su hermano también lo fuera, la amenaza de que lo matarían cuando él decidiera marcharse estaba siempre en su mente, además...había algo que debía eliminar antes de marcharse
Se detuvo a medio paso ante eso, queriendo gritar por el recuerdo, había algo en él que se rompía cada vez que recordaba.... Si, había algo que tenía que eliminar antes de marcharse...
El frio viento golpeo su rostro, logrando que el pequeño recuerdo pasara, últimamente comenzaba a hacer más frio, aunque, Chuuya debía admitir que desde hace un tiempo que el pensamiento "hace frio" no llegaba a su mente, no es que pudiera regular su temperatura o algo, pero, una vez que el cuerpo se entrena, se puede dejar de sentir como debiera esa sensación. Aun así, el muchacho no pudo evitar pensar que "hacia mas frio de lo normal"
- ¿Sera una mala premonición? – comento extrañado mirando fijamente la Luna, colocando su mano de tal modo que lograra agarrarla en su mano, sonrió ante eso ¿No había hecho eso con Atsushi? – Pronto será su cumpleaños - Ante eso su rostro se ensombreció, dejando ir esa suave sonrisa, con eso, ya serian casi 4 años desde que fueron separados
Quería perderse un segundo en sus recuerdos, pero termino por suspirar irritado ante la voz que le hablo
- ¿No pensaras romper la formación de nuevo? – Chuuya no tenia ganas de enojarse en vano ¿No era estúpido pelear con alguien que no tenía cerebro?
Así que paso por su lado sin prestarle atención, de todos modos, nunca había sido su deber trabajar con alguien mas
- Escuche que están esperando para castigarte, y que será algo terrible – insistió el vampiro al ver que lo dejaban hablando solo
Chuuya detuvo su caminar para mirarlo con una mueca irritada
- ¿Por qué no me dejas solo? – espeto en cambio, mirando al ahora recuperado Masaki, alguna vez había sido enviado para que generaran amistad y de ese modo tenerlo más controlado, pero Chuuya no parecía querer tener un vínculo con nadie - ¿Acaso te gusto? – termino por decir con el ceño fruncido – Porque no tienes posibilidades, idiota
- ¡No! – fue la respuesta inmediata del mismo chico que lo había estado mirando mientras sonreía hace solo unos segundos
- Entonces ¿Por qué sigues tratando de que te mate? – le gruño molesto, estaba a la nada misma de terminar el trabajo que ya había comenzado
Masaki se le quedo mirando fijamente antes de fruncir el ceño
- Solo vigilo que no trates de huir – dijo al a defensiva, sobresaltándose cuando el pelirrojo saco un cuchillo
- ¿No pensaras en ordenarme de nuevo?
Ante de que una pelea unilateral, por no decir masacre, comenzara, Rando camino hacia los dos, no dejaba de temblar por el frío, pero aun así logro que ambos chicos se quedaran quietos
- ¿No quieren una taza café para el frio? – fue el inocente comentario que les menciono
- ¡Rando-sama! – se apresuro a decir Masaki con una gran reverencia, en cambio, Chuuya resoplo irritado
- Me voy – espeto comenzando a alejarse
- ¡Oye! ¡Muestra respet...– se apresuró a decir Masaki siendo detenido por Rando
- Chuuya-kun, no desobedezcas esta vez, ya gasté todas mis oportunidades para cubrirte – comento el hombre con seriedad, aunque su mirada parecía bastante arrepentida – Solo no interfieras
El pelirrojo lo miro fijamente antes de alejarse sin contestar, en realidad si estaba un poco preocupado por lo que sea que estuvieran planeando, puede que no lo pareciera, pero Rando estaba medianamente de su lado, al menos desde que el Arahabaki había sido puesto en su cuerpo, tenía un retorcido sentido del orgullo con él, por lo que, si le estaba advirtiendo que se quedara quieto, tenia que ser por algo
Al menos eso es lo que se apodero de sus pensamientos mientras se dirigía la zona donde se supone que debía mantenerse, era la primera vez que lo enviaban a una ubicación tan alejada de la zona principal de guerra, así que no pudo evitar tragar con fuerza al ver que un pequeño refugio de guerra
- Maldición – susurro mirando desde la distancia, si, esto no iba a terminar bien, por ningún motivo lo habían enviado a proteger civiles, por otro lado, a él tampoco le gustaba involucrarse con ellos, no sin sentirse culpable, pero, tampoco quería quedarse quieto y ver cómo les hacían daño, y no dudaba de que eso iba ocurrir ¿Qué culpa tenían estas personas de hubiera desquiciados sueltos?
Luego de analizar bien la situación, decidió bajar, de todos modos, no había peor castigo que el dejar morir a gente que no se vio involucrada en nada
Por lo que pudo notar, era una pequeña comunidad de vampiros, unas treinta personas aproximadamente, quienes al verlo acercarse lo miraron con miedo y mas de uno con hostilidad
El pelirrojo miro a su alrededor con tristeza, esas no eran condiciones para vivir, casas destruidas, mucha gente herida y estaba seguro de que si se daba el tiempo de inspeccionar encontraría cadáveres.
Esta guerra había tomado mas vidas de las que se debía
- No soy un soldado o alguien que busque hacerles daño– espeto Chuuya al ver que lo miraban con atención, aunque suspiro, preguntándose si el creería eso si un desconocido aparecía de la nada – Van a hacer algo con este lugar y mas de uno morirá, es mejor que se alejen – termino por decir comenzando a alejarse, no seria bueno si se mantenía mas rato junto con ellos, después de todo, parecían tenerle un gran miedo
Aunque para su sorpresa fue agarrado de la mano, no con mucha fuerza, pero si que llamo su atención. Curioso bajo la mirada encontrándose con un niño de unos 9 años, que lo miraba fijamente
- ¿Sí? – le pregunto colocándose a su altura, escuchando al mismo tiempo el grito sorprendido de una mujer
- ¿Eres el príncipe defectuoso? ¿Nakahara-san?- pregunto un niño con su voz temblando, paralizando al pelirrojo, evaluó bien al niño pequeño, quien ante la tensa situación dejo salir pequeñas orejas y colas sorprendiendo al pelirrojo
- Eres un cambiante – había pasado un tiempo desde que no veía un cambiante no corrompido por la maldad, una pequeña idea brillo en su mente, si, definitivamente que lo hubiera enviado aquí no nada bueno– Ya no soy un príncipe – termino por decir
El niño negó con la cabeza
- Eres el príncipe de nuestra gente, mi madre me dijo que los Nakahara deben recuperar el poder pronto- le susurro el niño convencido, sus ojos parecían esperanzados mientras decía eso
En esos momentos, la mujer que había gritado al ver a su hijo acercarse al forastero, termino por correr hacia él, abrazándolo con fuerza aun con todo el miedo que tenía en el cuerpo
- Su hijo es muy valiente – señalo Chuuya con una sonrisa, la cual la mujer le devolvió temblorosa - ¿Cómo es que saben quién soy? - pregunto curioso
- Usted dejo ir a mi esposo - comento la mujer, Chuuya trato de recordar sin llegar a nada, pero seguro el esposo sería alguien a quien le dió la oportunidad de huir - Él nos dijo que el príncipe seguía vivo...No podíamos creerlo pero...¿Realmente es nuestro príncipe? – termino por decir la mujer con esperanza – Tiene que volver con nuestra manada, no han dejado de buscarlo ni a usted ni a su hermano, mi príncipe
El pelirrojo la miro sorprendido ante eso, ¿Esta gente alguna vez había sido de su manada? Mirando bien, no solo había vampiros en ese lugar, la mitad de los presentes era cambiantes, quienes parecían mirarlo entre el miedo y el respeto
- ¿No me odian? – pregunto el muchacho con curiosidad a la mujer – Soy la razón detrás de esto y puedo ver que me reconocen como parte del bando de los rengados
La mujer negó con la cabeza
- Sabemos que se ha mantenido salvando a todas las personas que puede, y por, sobre todo, el día que se anuncio la paz, nos dijeron que si un ataque ocurría no seria apoyado por los vampiros, solo somos víctimas de una cruel traición, tanto de vampiros como de nuestra propia gente - Chuuya le sonrió con tristeza, recordando aquel discurso que Odasaku había dado – Por favor, regrese con nuestra gente, el deber de su familia es algo que nunca debe ser olvidado
Chuuya recordó que su madre alguna vez le había dicho lo mismo
- ¿Cuándo terminará la guerra, príncipe? - le pregunto el niño con curiosidad
- No lo sé...- le respondió el pelirrojo con sinceridad.
- Quiero ver a mi papá de nuevo, él es un soldado - le dijo el niño, dejando caer sus hombros. Era un cachorro, ¿Cómo podían involucrar a niños en la guerra? Esto era un asco
- Nilet, deja al príncipe en paz- dijo la delgada mujer. Le hizo una reverencia a Chuuya- Y, Nakahara-san, su familia siempre tendrá siempre nuestra fidelidad, por favor, termine con esta guerra que no deja de robarse vidas
El pelirrojo la escucho atento... era tan extraño escuchar esas palabras en su dirección, sintiéndose extrañamente avergonzado. Su deber...nunca había pensado del todo en ello. Siempre se había encontrado con personas que lo reconocían y lo odiaban al compararlo con un traidor, nunca se encontraba con gente que le mostrara ese respeto, como si la esperanza aun pudiera surgir en medio de todo ese desastre
- Tienen que cruzar la frontera – termino por decir el pelirrojo, dejando que todos lo escucharan - Es mucho mas seguro que este lado, aquí solo esperan la muerte
Dicho eso sus orejas se alzaron nerviosas, inmediatamente miro hacia el bosque
- Maldición – gruño con molestia sobresaltando a la mujer – Váyanse de inmediato
La mujer lo miro confundida antes de notar, al igual que todas las personas del lugar, que una gran cantidad de personas se acercaba en su dirección
- Les daré tiempo – comento sacando la katana de su funda
La mujer lo miro preocupada, pero agarro a su hijo en brazos
- Muchas gracias – le murmuro antes de alejarse junto con las otras personas en la otra dirección.
El peligro se notaba en el aire, pero Chuuya se mantuvo tranquilo a la espera. Al ver a los cambiantes supo cuál iba a ser su castigo, no se debía olvidar, que en la guerra también se necesitaba alimentos, y en el caso de los vampiros, no había nada mas delicioso que la sangre de cambiantes
- Son muy pocos creativos, Yuan – comento Chuuya, reconociendo a uno de los escuadrones principales de la primera línea
- Y tú muy predecible, querido Chuuya – contesto la chica con una sonrisa que para cualquier hubiera sido tierna, pero al pelirrojo solo lo hizo mirarla con asco – Siempre caes cuando amenazamos a tu gente – Chuuya no podía negarlo, no mentía cuando decía que daba la oportunidad a la gente de escapar, incluso a costa de sus castigos
- Y ustedes siempre caen cuando tratan de vencerme – señalo girando los ojos con molestia – Esto se torna demasiado aburrido
Yuan sonrió ante eso
- Nuestra misión es solo lograr que desobedezcas, no someterte y esta vez están ansiosos de castigarte, y en especial en mantenerte en la oscuridad encerrado
Chuuya la miro confundido ¿Qué había ocurrido como para que quisieran encerrarlo de nuevo?
Yuan le sonrió, acercándose confiada para estar frente a frente, apoyando una de sus manos en el pecho del pelirrojo
- No tienes que ser castigado, Chuuya-kun – le susurro al oído – Si no obstruyes el camino, no tendrán excusa para encerrarte, no les des la oportunidad de conceder sus deseos
El pelirrojo sonrió ante eso, encontrándose con la mirada de Yuan
- A diferencia de ustedes, yo no dejo morir a mi gente – le susurro con una mirada llena de determinación
Dicho esto, balanceo la katana con facilidad contra la mujer, pero esta alcanzo a evitarlo volviendo a su lugar inicial
- Es una pena, lindo Chuuya – comento con un tono fingido de arrepentimiento- Esta vez no quieren que veas la luz del sol por un tiempo, así que, si no te haces a un lado para que comamos estarás en problemas
Chuuya pensó en ello, esta vez habían enviado a Yuan, así que debían estar verdaderamente desesperados para que no volviera a salir y como no podían encerrarlo sin una excusa gracias a la protección de Rando, lo acorralaban.
¿Qué era tan importante como para que tuvieran que devolverlo al anonimato en medio de la guerra? Su mirada se tornó despiadada ante un repentino pensamiento, había dos cosas que le importaba a Chuuya en estos últimos tiempos, primero, no perder su racionalidad y segundo... su familia, y de su familia solo quedaba...
- Atsushi – susurro activando la gravedad en todo el perímetro a su alrededor, esto no iba a terminar bien para ninguno de los presentes
Gracias por leer , los quiero mucho, no olviden votar y comentar❤️🐾🦇🐾❤️🐾