Me encontraba en las profundidades del bosque mirando fijamente una carpa monocromática de circo. Entre la densa niebla, a pocos metros de mí divisé a un extraño payaso de colores muertos; Blanco y negro.
El payaso gótico me miraba con una enorme sonrisa diabólica de dientes afilados que me hacía sentir intimidada y temerosa.
—¿Q-Quién eres tú?—Le pregunté con notable temor a ese extraño Ser.
—¡Hola! ¡Soy Laughing Jack!—Se presentó frente a mí con euforia y felicidad, y extendió sus largos brazos.—¡Y seremos amigos hasta el final!—
Mi miedo desapareció y le sonreí abiertamente y corrí a abrazarlo. Él rodeó mi pequeño cuerpo con sus largos brazos.
Jack y yo nos separamos del abrazo y pareció buscar algo en su bolsillo del pantalón, después me mostró su mano garra llena de muchos dulces con envolturas de varios colores muy brillantes y me los obsequió. Mis ojos brillaron al ver los dulces que se veían tan apetitosos y los acepté gustosa e inocentemente.
Jack acarició cariñosamente mi cabeza y me miraba con una enorme sonrisa mientras yo comía los dulces.
—“Amigos Hasta La Muerte”.—Dijo él.
Simples palabras... Pero con un oscuro significado que no se puede borrar.
Yo era tan inocente en ese tiempo, no conocía la maldad, ni nada relacionado a ello, era tan sólo una niña de 6 años. El hecho de haber olvidado a mi mejor amigo fue mi peor error.
Y lo peor... Fue haberlo encontrado otra vez.
¿Quién lo diría?
Jack era tan dulce y amable en ese tiempo conmigo. Y después de muchos años nos volvimos a reencontrar y me mostró su verdadera cara y todos sus demonios.
Con él conocí lo que es el verdadero miedo.
Me mudé a Londres para buscar una nueva vida y olvidar mi triste pasado. Pero lo que no sabía era que allá me esperaba ese oscuro ser para atraparme y torturarme.
¿Quieres saber cómo es la vida junto a este sádico y malvado payaso?
Yo misma te lo mostraré...
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Scarlett Jhonson
Los finos rayos del sol se colaron por mi ventana y abrí lentamente mis ojos.
Odio los Lunes.
Con pereza me levanté de la cama para ir a trabajar, pero recordé que esta semana me toca el turno de tarde.
Hace dos semanas llegué aquí a esta bella ciudad para nuevas oportunidades de vida.
Aquí estoy feliz y tranquila.
Dice mamá que ya habíamos visitado esta ciudad cuando papá estaba con nosotras y cuando yo era muy pequeña.
Sinceramente no recuerdo mucho de mi niñez.
Les cuento que mi papá falleció hace un año en un accidente automovilístico.
Mi padre era un hombre trabajador, amable, amoroso y me consentía mucho, era un celoso cuando un chico me miraba. Aunque mi padre ya no esté aquí conmigo, yo lo amaré y lo recordaré siempre. Él siempre será mi grande, mi Dios y mi ídolo. Él no se murió, sólo se fue a vivir a mi corazón.
Éramos una familia perfecta, pero el día de su muerte todo se vino abajo y tuvimos que empezar a buscar trabajo para mantenernos, y decidimos mudarnos de ciudad para superar lo sucedido.
—Te extraño mucho, papá.—Susurré con un nudo en la garganta.
Me dirigí al baño para lavarme las manos y los dientes. Me peiné con un chongo, me vestí con un pants negro y playera negra. Me gusta mucho el color negro y los colores oscuros, odio los colores claros.
Bajé a desayunar y ahí está mamá tarareando una canción mientras prepara unos deliciosos hot-cakes y café.
—Buenos días, mamá.—Saludé relamiéndome los labios por tan rico desayuno.
—Buenos días, cariño. Ya está listo tu desayuno.—Me dió un beso en la mejilla y seguidamente sirvió el desayuno.
Mi madre es una mujer muy cariñosa, risueña, amable y comprensiva. Ella se dedica aquí al hogar mientras yo trabajo.
Siempre es la misma rutina de todos días, de la casa a mi trabajo y de mi trabajo a mi casa. Pero esa vida está bien para mí.
Mientras desayunábamos hablamos de cosas triviales. Terminamos nuestro desayuno y nos pusimos a hacer los deberes de la casa y después preparar la comida antes de que yo me fuera a trabajar. Mi mamá siempre se asegura de que coma antes de ir a trabajar.
Cuando terminé de hacer los deberes de la casa me fuí a dar una ducha y me vestí con un vestido negro y zapatos del mismo color. Y por último, me maquillé un poco.
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Llegó la hora de irme y ya estoy en la puerta despidiéndome de mi madre.
—Ten mucho cuidado cuando vengas de regreso. No le dés indicaciones a nadie y no hables con desconocidos, ¿Eh?—Indicó mi madre con preocupación.—Hay mucho peligro en las calles y se roban mucho a las chicas, por eso ten muchísimo cuidado, Scarlett—.
—Sí, mamá. Tranquila, no me pasará nada.—Respondí calmada.
—Está bien, Scarlett. Que te vaya bien.—Depositó un beso en mi mejilla.
—Gracias, regreso en la noche, mamá. Te quiero mucho.—Le devolví el beso y comencé a caminar.
—¡Asegúrate de que nadie te venga siguiendo de regreso!—Grita mi madre a la distancia.
—¡Sí, mamá! ¡Ya entendí!—Grité entre risas.
Lo mismo de todos los días. A mamá le quedó ese miedo desde lo que pasó con papá y yo también tengo miedo cuando mamá se queda sola en casa o cuando sale algún lado sola. También tengo ese miedo de perderla, pero eso no pasará, la cuidaré y la amaré mucho.
Debo darme prisa porque mi turno empieza a las 3:00 p.m.
—¿¡Qué!? ¿¡Cómo se me pudo hacer tan tarde!?—Me exalté viendo la hora en mi celular para comenzar a correr.
El día de hoy he estado muy distraída.
🍬🍭
Entré corriendo a mi lugar de trabajo y al llegar ahí se encontraba mi jefe con una cara de pocos amigos.
—¡Señorita Jhonson! ¡Explíqueme el motivo de sus 15 minutos de retraso!—Me regaña con voz autoritaria.
—¡De veras, lo siento mucho! ¡No volverá a pasar! ¡Es que soy nueva por aquí y me perdí! ¡Lo lamento mucho!—Me disculpé con la cabeza baja.
—Por hoy se lo dejo pasar, pero para la próxima vez le descontaré de su sueldo, ¿Entendido?—Advirtió mi jefe.
—Entendido y otra vez lo siento mucho.—Solté un suspiro de alivio.
—Vaya inmediatamente a ponerse su uniforme y a trabajar.—Dicho esto se marchó.
Fuí a la habitación a ponerme mi uniforme; Una blusa blanca de manga corta y una falda negra arriba de la rodilla y pegada al cuerpo, junto con un par de zapatos negros con un poco de tacón.
Después de cambiarme, fuí a tomar la órden de un chico que acaba de llegar, pero me sentía incómoda, me miraba mucho. Una vez que tomé su órden me retiré de ahí y dejé la hoja sobre la mesa de la cocinera y esperé pacientemente a que estuviera listo el pedido de ese muchacho. En ese momento llegó mi amiga y compañera de trabajo; Catherine. Se acercó a mí con una sonrisa de oreja a oreja.
—Scarlett, ¿Ya viste cómo te mira ese chico?—Dijo pícara.—Ya van como tres días seguidos que viene y sólo se dedica a mirarte—.
—Sí, ya me dí cuenta. Pero no me interesan los chicos por ahora.—Respondí desinteresada.
—¿Nunca has tenido novio?—Pregunta mi amiga.
—No, nunca he tenido novio.—Respondí sin prestarle mucha atención respecto a ese tema.
—¿¡Hablas en serio!? ¡Es increíble que a tus 22 años nunca hayas tenido novio!—Exclamó sorprendida.
—Pues créelo y además, ¿Por qué ese chico pondría sus ojos en mí? No soy tan bonita.—Respondí encogiendo mis hombros.
No entiendo por qué se sorprende tanto de que no tenga novio.
Eso no va conmigo, no es de mi interés.
—¡¿Pero qué dices!? Eres una chica muy hermosa, dulce, amable, divertida y con un cuerpo de infarto, tienes unas...—La interrumpí.
—¡Silencio, Catherine!—Sentí mi cara arder de la vergüenza.
—Está bien, perdón. Pero ya llegará tu príncipe azul y te hará cambiar de opinión. Bueno, iré a atender a las personas que llegaron, nos vemos, amor.—Brinqué cuando me dió una nalgada y repetí la misma acción que ella.
Un rato después, le llevé su pedido a ese muchacho, pero este no me quita la mirada de encima. Es guapo, lo admito, pero no me interesa y me molesta que sea tan indiscreto.
—Buen provecho.—Sonreí.
—Muchas gracias.—Agradeció.—Hmm... ¿Cómo te llamas? No te había visto por aquí—.
Dudé un poco en decirle mi nombre. Pero lo dice en mi blusa en el pecho izquierdo, así que no tuve otra opción.
—Scarlett, para servirle. Y soy nueva.—Sonreí.—Un gusto conocerlo y buen provecho—.
Rápidamente me retiré de ahí para evitar que me hiciera más plática. Además que mi jefe me puede llamar la atención por estar platicando.
🍭🍬
Llegó la jornada de salida y la verdad estoy muy cansada, hubo mucho trabajo el día de hoy. Me despedí de Catherine y de mis demás compañeras y tomé camino a mi hogar.
Tomé transporte público, saqué mi celular y me puse los auriculares para escuchar un poco de música.
Media hora después llegué a mi destino y guardé mi celular. Después de bajarme del bus tengo que caminar porque todavía queda un poco lejos mi casa. Siempre paso cerca del bosque, es hermoso, pero de noche es tétrico.
Cuando pasé por el bosque un frío viento recorrió mi cuerpo que me hizo estremecer. Escuché un sonido extraño o más bien una melodía en lo profundo de este.
—¿Hola?—Pregunté temerosa a la inmensa oscuridad del bosque y mi voz sonó como eco en el lugar.
De pronto hubo completo silencio.
Mejor seguí caminando ignorando aquéllo, pero me detuve en seco al escuchar otra vez esa melodía.
«¿De dónde vendrá esa dulce melodía?»
Se me hace conocida y muy familiar. A pesar de que se escucha muy lejos la oigo perfectamente.
A muchos les parecerá tétrica, pero a mí me gusta y me parece dulce y tranquila aquélla melodía.
Decidí adentrarme en el oscuro bosque, la curiosidad me carcome y también quiero saber de dónde proviene aquélla música...
Desde aquí fue el comienzo de mi peor pesadilla...
Nunca debí dejarme engañar por aquélla dulce melodía...
Nunca debí volver aquí...
Nunca debí entrar a ese bosque...
Nunca debí entrar a ese circo...
Nunca debí conocerlo...
Nunca debí...
Te odio, Laughing Jack...