Capítulo 9.
Zayn.
No supe por qué, pero de pronto sentí unas enormes ganas de besarla. Quizás era porque me agradaba o algo así.
Mientras nos besábamos la hice retroceder y me senté frente a ella. De pronto se separó y miró hacia abajo.
- No - Nadelyn negó con la cabeza.
- ¿Por qué no? - dije confundido.
- No es lo que tenía en mente para mi primer... - paró repentinamente.
- ¿Tu primer beso? - reí.
- No te burles Zayn - bajó la mirada
- Oye, era obvio -hice que me mirara a los ojos- Tú no eres como las demás - le dedique una tierna sonrisa.
- No lo vuelvas a hacer ¿sí? - me advirtió.
- Si no quieres no te obligaré -alcé las manos- Buenas noches, pecosa.
***
Desperté y Nadelyn estaba recostada en mi pecho, la mire y se veía tan tierna durmiendo, queria seguir mirándola, pero teniamos una boda que sabotear, así que la desperté.
- Despierta Nadelyn, hay una boda que sabotear - dije en su oído tratando de no ser tan brusco al despertarla.
- ¡No! Un rato más - se cubrió con las sábanas nuevamente.
- No, ¡ahora! - la destapé y se sentó en la cama.
- ¿Qué haremos hoy? - Preguntó tallandose los ojos y bostezando.
- Sacar de quicio a la modista para que renuncie - sonreí sólo de imaginarlo.
- Voy a bañarme - se puso de pie y caminó directo al baño.
Me vestí y arreglé para salir, ella llegó unos minutos después enredada en una toalla y reí al verla.
- ¿Qué? - alzó las cejas al ver mi expreción.
- Es que tú hasta con una toalla te ves bien - le sonreí haciendola sentir incómoda.
- Estás loco - rio algo avergonzada.
- No te tardes, tenemos que estar allá a las nueve - informé.
Salí de la habitación y la dejé vestirse. Fui a la sala y me senté en el sillón, mientras miraba el reloj sonó mi teléfono. Era un número desconocido pero aún así contesté.
*Por teléfono*
- ¿Zayn? - escuche una descononcida voz femenina.
- ¿Con quién hablo? - pregunté confuso.
- Zayn, soy Silvia ¿me recuerdas? - dijo la chica.
- ¿Silvia? - pregunté confundido aún sin recordar.
- Si, la del bar la noche del sábado pasado - dijo haciendome recordar
- ¡Oh, claro! - dije por fin sabiendo de quien se trataba.
- Quería saber si te gustaría que nos viéramos mañana por la noche - propuso.
Nadelyn apareció en la sala sonriendo.
- Bien, mañana a la misma hora y en el mismo lugar, adiós - colgué
- ¿Con quién hablabas? - preguntó Nadelyn.
- Un amigo - mentí y me encogí de hombros - ¿Lista? - pregunté a Nadelyn con una sonrisa.
Fuimos a su casa y su madre nos abrió la puerta. Después de decirnos y recordarnos que llegábamos con 15 minutos de retraso pasamos a una habitación.
La modista comenzó conmigo y tardó un largo rato, me movía y ponía peros para todo. En realidad a mi me parecía gracioso y a Nadelyn igual, porque hacía caras graciosas a espaldas de la modista.
Luego la modista la hizo subir a ese banco para medirla.
- Quítate esa horrible chamarra - la modista le dijo a Nadelyn.
- No es horrible - se quejó Nadelyn ofendida.
- Lo es-insistió la modista- ahora quítatela.
Nadelyn se sacó la chamarra y me la lanzó.
Casi le pega a la modista pero la esquivó y reí.
- ¿Qué es esto? - dijo sacudiéndola de la camiseta holgada que llevaba Nadelyn.
- Mi pijama - sonrió divertida.
- ¡Quítatelo ahora! ¡Es más horroroso que la chamarra! - dijo la modista con cara de horror.
- ¿Ahora? ¿Y quedarme solo con el bra? - Nadelyn alzó las cejas.
- Estamos en confianza, querida. -la miró obvia- Él va a ser tu marido y yo también tengo un par de esas - la modista señaló los pechos de Nadelyn y reí.
- ¿No puede hacerlo encima de la camiseta? - preguntó Nadelyn
- No, el vestido te quedará nadando si hacemos eso - respondió la modista irritada rodando los ojos.
- ¿Y si engordo? - nuevamente Nadelyn preguntó lo cual me causó gracia y reí nuevamente.
- Voltéate muchacho, no tardaremos - me ordenó la modista.
Cuando volví a voltear Nadelyn ya estaba vestida de nuevo y le enseñaba la lengua a la modista que salía de la habitación.
- Quizás no renunció pero si que la hicimos enfadar - le sonreí.
- Si, ahora sólo tenemos que hacer enojar a todos los demás y hacerles entender que si nos obligan a hacer esto no tendremos nuestro "y vivieron felices por siempre" - Nadelyn hizo comillas.
- Oye -dije cambiando el tema- por lo de anoche... - interrumpió
- Que no se repita, ya te dije.-advirtió- Además no me recuerdes que mi primer beso fue con un psicópata degenerado - dijo poniéndose frente a mí.
- Claro, es eso o que de verdad te gustó y no quieres admitirlo, yo opino que es lo segundo - sonreí
- ¿Te digo la verdad, Zac? -sonrio- Me gustó, -Sonrió y yo me sorprendí y abrí los ojos como platos- pero no como para repetirlo. -aclaró
- Ya veremos, pecosa, ya veremos - salí de la habitación.
Caminaba por el salón de la casa, Nadelyn me siguió y nos topamos con Liam a mitad del camino. Creo que a Nadelyn no le importó y me reclamó.
- ¿Cuándo vas a dejar de decirme pecosa? - arrugó la nariz.
- Cuando tú dejes de decirme Zac - la tomé del brazo.
- La boda es en tres semanas y ya tienen problemas - Liam se cruzó de brazos frente a nosotros.
- ¿Tres semanas? Una boda se planea con más tiempo, No en tres semanas - dijo Nadelyn y frunció el ceño
- Todo está planeado y organizado desde que tengo memoria, pecosa - la miré.
- No puedo creerlo - se cruzó de brazos incredula.
- Créelo, porque a mi me consta - Liam dijo con media sonrisa.
- Zayn, ¿Cómo está eso de que tendrás más esposas? - Nadelyn me miró seria
- Un hombre musulmán puede tener tantas esposas como quiera - me encogí de hombros.
- ¿Y una mujer? - preguntó Nadelyn.
- No - reí.
- ¡Que machistas! - se quejó.
- ¿Es cierto que dan al padre de la novia cierta cantidad por ella? - Liam me pregunto curioso.
Nadelyn abrió los ojos sorprendida y se cruzó de brazos.
***
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