La semana siguiente, estuvo llena de estrés, prueba de canapés y bebidas, y un poco más de estrés. ¿Desde cuándo había que hacer tanto trámite para una reunión de cumpleaños?
Desde que pedí que saliese perfecta porque «tenía una invitada especial», y mi asistente se tomó mis palabras bastante en serio.
—¡Madeline! —grité desde mi oficina, me encontraba revisando algunas fotos que el equipo de marketing me había enviado para la gira.
—¿Café? —preguntó entrando al lugar, sonreí un poco negando y pedí que se acercase.
—No, no es café. Necesito que me confirmes si estas son todas las fotos de la gira, porque recuerdo que me tomaron algunas que no aparecen aquí.
—Déjame revisar en el archivo, y vuelvo. ¿Necesitas algo más? —preguntó. Pude observar que Madeline había tomado un poco más de confianza, ya no se veía tan nerviosa como al inicio.
—Sí. ¿Crees que deba cortarme el cabello? —dije, me vi en la pantalla.
—No lo sé, Julien. ¿Quieres cortarte el cabello? Puedo llamar a Jade si eso deseas. De todos modos, tengo entendido que le pediste que elija tu vestuario para tu fiesta de cumpleaños. —Madeline se detuvo para ver su tableta y asintió señalándola—. Aquí está. Tienes cita con Jade hoy a las cuatro de la tarde. Irá a tu casa para la prueba de vestuario, puedo añadir una cita para un corte de cabello.
—Solo coméntaselo y pídele que me diga qué opina cuando nos veamos. ¿A qué hora tengo ensayo? —pregunté mirando el computador, ella deslizó su pantalla y alzó las cejas.
—Tienes un ensayo programado para dentro de cuarenta minutos.
—¿Puedes reprogramarlo? Avísales a todos que me duele algo, no sé. ¿La cabeza? Sí, me duele la cabeza. Un montón. Me va a explotar.
—Si les digo que te duele tanto la cabeza, el señor Banks vendrá a revisar que todo esté bien.
—Bueno, diles que estoy indispuesto —dije. Madeline alzó una ceja—. Es decir, que no puedo ir a ensayar hoy. No es que esté indispuesto porque... —Me quedé callado. No sabía explicar cosas.
—Diré que reprogramas el ensayo para mañana porque estás ocupado con otras cosas, pero que el equipo de danza, y la banda pueden seguir con el ensayo habitual.
Asentí. Madeline era mejor con las palabras que yo.
Y como ya no tenía nada más que hacer en la oficina. Huí de ahí.
Kevin me esperaba como siempre en el estacionamiento de la empresa, y no tardó mucho en entender que estaba escapándome de los ensayos para ir a casa.
Al llegar, recibí un mensaje de Rob que decía: «Sé que te escapaste y no fuiste al ensayo, te lo perdono porque tu cumpleaños está cerca. No faltes a tus ensayos. Estamos a puertas de una gira mundial.
Te quiere, Rob»
Entré a casa y fui directo a mi habitación, aún no podía acostumbrarme a vivir en semejante lugar, aunque Chase decía que no era tan grande, para mí lo era.
Tomé una guitarra, y mientras la afinaba, decidí escribirle a Bianca. Con suerte podría encontrarla en línea.
Nick 🦋
«buenas tardes» 14:25
Bianca 🦋
«holi» 14:25
Nick 🦋
«qué hace usted, bella flor, en este lindo jardín?» 14:25
Bianca 🦋
«JAJAJAJAJAJ qué tienes? estás bien??» 14:25
Nick 🦋
«videollamada?» 14:25
Bianca 🦋
«bueno» 14:25
—¿Bella flor? —preguntó entre risas, me reí con ella.
—Lo siento, después de años creo que puedo decir que estoy emocionado por cumplir años.
Y el rostro de Bianca cambió.
—Nick, sobre eso... —suspiró.
—Ay, no me digas —bajé la cabeza—. Supongo que no podrás venir.
—¡No! —dijo rápido—. Bueno, no lo sé —resopló—. Lo que sucede, es que mi familia decidió organizar una reunión por videollamada porque mi hermana tiene un anuncio que darnos, y la verdad, no quisiera confirmarte que voy a ir, porque mi familia habla mucho. No saben cuándo quedarse callados. Lamento decírtelo hasta ahora, pero nos lo dijo hoy por la mañana, y créeme que no hay forma de decirles que no. Esa gente está loca, te lo juro.
—No te preocupes —comenté con una sonrisa—. No pasa nada si no puedes venir. No niego que estaba entusiasmado con la idea de que vengas, pero si no se puede... Será en otro momento, ¿no?
—Sí. —Ladeó el labio—. Será que... ¿Podríamos vernos antes? Porque me voy a Italia justo al día siguiente.
—Tengo ensayos, pruebas de sonido, prueba de vestuarios, terminar de organizar la fiesta y la cena de navidad porque vienen mis padres, algunas entrevistas, mañana debo grabar un comercial. Tengo libre el miércoles de ocho a ocho y quince de la noche porque el directo en donde jugaré con varios streamers se retrasó un poco. —Me reí bajito—. Creo que la vida nos odia.
—Esto de ser amiga de un cantante ocupado —rio ella también. Asentí—. ¿Qué estabas haciendo ahora?
—Me acabo de escapar de un ensayo para dormir un momento hasta que venga mi estilista para la prueba de vestuario. Creo que me cortaré el cabello, ¿Qué opinas? —pregunté y lo desordené un poco.
—Todo lo que hagas te va a quedar hermoso, ¿todavía lo dudas? Pues estás tonto si es así.
Me eché a reír y ella hizo lo mismo.
—Tú siempre me subes la autoestima. Gracias, Bianca —dije con una sonrisa.
—Te pusiste rojito —comentó imitando mi acción, me tapé la cara.
—¡Basta, Bianca! Me siento vulnerable ante tus halagos —bromeé, aún me tapaba el rostro.
—¡Silencio! Está sonando mi canción favorita —dijo tomando el control de la televisión y subió el volumen.
Y de pronto pude conocer una parte de ella que no había visto.
Se puso de pie, casi olvidando que estaba mirándola, y empezó a cantar a todo volumen, bailaba dando vueltas por ahí, utilizando el control remoto como si fuese un micrófono, y me sorprendí, porque no sabía lo bonito que cantaba.
Y ahí estaba yo, recostado en mi cama, con una sonrisa boba, disfrutando del concierto.
Cuando la canción terminó, Bianca retomó a videollamada como si nada, se recostó en el sofá y dio un gran suspiro.
—Demasiado cardio por hoy —susurró cansada.
—No sabía que cantabas.
—No canto, Nick. Canto horrible, ¿qué dices? —Se rio negando.
—No, Bianca. Lo digo de verdad, podría escucharte cantar todo el día —respondí seguro.
—No mientas —rodó los ojos—. Me gusta cantar, pero sé que no lo hago bien. Ya quisiera yo tener la voz de otras chicas para sonar tan bien.
—Bianca, no te lo digo como Nick, te lo digo como el cantante Julien Garnier, si es lo que quieres, cantas precioso —aseguré. Entonces fue su turno de sonrojarse.
—Solo lo dices para molestar, basta.
—Te digo que no. —Encogí los hombros, pero ella cambió de tema.
Estuvimos hablando un momento más, pero el sueño estaba siendo más fuerte que yo.
—Nick, ¿dormiste hoy? —preguntó más seria, yo asentí.
—Dormí, sí. No lo suficiente, pero dormí.
—Nicholas Bucket, ¿Qué haces aquí hablando conmigo? ¡Descansa, por Dios!
—Es que son los pocos momentos en donde puedo hablarte últimamente, no quiero perdérmelos —susurré mirándola, Bianca sonrió un poco.
—Te estás quedando dormido, tontito.
—Prometo dormir solo si me cantas una canción —ofrecí, ella volvió a rodar los ojos y suspiró.
—Está bien, ¿qué quieres que cante? —preguntó, yo encogí los hombros—. Bueno, voy a cantar esta canción que me recuerda un poco a nosotros, ¿bien?
Asentí con los ojos cerrados.
—Te escucho —susurré de nuevo.
Y ahí, mecido por su bonita voz, me quedé dormido.
Y sin saberlo, en el futuro, se convertiría en nuestra canción.
Llegó el día. La fiesta empezaría en unas horas y no dejaban de llamar y enviarme regalos, pero ya no me encontraba tan entusiasmado como antes. Claro que me gustaba la idea de pasar tiempo con mis amigos, pero me faltaba alguien para estar completo. Y la idea de que al día siguiente se iría a Italia, me hacía trizas.
Me encontraba saliendo de la última entrevista del día. Como faltaba menos para que empezase la gira mundial, todos me invitaban a sus programas.
Ya estaba cansado, no iba a mentir.
Solo quería llegar a mi cama y dormir unas veinte horas.
Y eso que ni siquiera había empezado la gira. Lo que me esperaba.
—¿Hola? —contesté el teléfono.
—Hola, Nick.
—¿Quinn? ¡Qué alegría escucharte! —dije emocionado.
—Feliz cumpleaños, chico azul. Lamento no poder estar presente hoy, pero sabes que el tema sigue fresco, espero que podamos vernos pronto y que todo sea distinto, pero igual.
—Gracias, Quinn. Siento todo lo que sucedió, ¿cómo estás?
—Mejor, me sirvió alejarme de las redes sociales por un rato, aunque de pronto a mi hermana no dejan de preguntarle por mí y ella está a punto de golpear al próximo que lo haga —se rio, reí con ella—. ¿Tú estás bien?
—Estoy... un poco complicado, la verdad. Sucedieron varias cosas desde tu ausencia, espero poder contártelas.
—Yo también lo espero, Nick —dijo, y yo sonreí—. Te dejo, tengo clase de yoga en un momento, así que debo ir. Espero que pases un feliz cumpleaños y mucha suerte en la gira.
—Gracias, Quinn. Nos vemos pronto —respondí.
Cuando colgamos la llamada, miré al techo y negué con la cabeza.
Seguía sin poder creer el trato que le dieron aquel día. Ella no había hecho nada.
Salí de mi habitación con mi atuendo puesto, quería la opinión de Chase.
—¿Quién es ese hombre tan guapo? —preguntó, casi gritó al verme. Me reí.
—¿Qué te parece? —Modelé un poco mientras mi amigo aplaudía.
—Gracias al cielo por haberme dejado vivir al lado de tremendo monumento —fingió llorar—, perdón, estoy emocionado.
Y cuando estaba dándome la carcajada de la vida, a mi amigo le sonó el teléfono y chilló.
—¡Valentina sí va a venir!
—Entonces estamos listos para la fiesta —suspiré un poco y él palmeó mi espalda.
—Seguro que podrás verla pronto, amigo.
—Eso espero.
Y así fue como la fiesta empezó. Mesas llenas de comida, amigos, compañeros de trabajo, uno que otro famoso.
Pude ver a Bee después de mucho y estaba conversando con varias personas, la veía más sociable.
—¡¡Feliz cumpleaños!! —gritó entre abrazos.
—Me sorprende y me alegra que estés hablando más con la gente —le dije—. Oye, ¿Quién es el muchacho con el que entraste a la fiesta?
—Sí, sobre eso, Nick. Quiero presentarte a alguien. —Mi mejor amiga estiró la mano, y como si fuese un iman, un chico llegó hacia donde estábamos—. Julien, quiero presentarte a Caleb, Caleb, él es Julien, mi mejor amigo.
—Un gusto conocerte, Julien —estiró la mano, yo lo miré, y en silencio estreché su mano.
—Hola, Caleb.
Él no me gustaba. Había detectado algo en su presencia que estaba mal. No sabía qué, y esperaba que solo me estuviese equivocando.
—¿Es tu novio? —pregunté sonriéndole a Bee, no quería que se sintiera mal.
—Uhm, estamos saliendo —mi amiga se sonrojó. A ella le sonreí de nuevo.
—Pues bienvenido, Caleb. Disfruten de la fiesta.
—Gracias, Julien. Y feliz cumpleaños.
Asentí cordialmente y comenté que tenía que hablar con mi asistente.
—Madeline, mientras ese tipo esté en la fiesta, te pido que lo vigiles y le digas a Kevin si ves algo extraño, ¿bien?
Madeline aceptó y busqué a Chase. Él se encontraba junto a Valentina, charlando y riendo como si nada.
—Chase, no confío en ese nuevo novio de Bee.
—Nosotros tampoco, estábamos hablando de eso hace un momento —dijo Chase, Valentina asintió.
—No me causó buena espina —comentó Valentina.
—Ya hablaré con Bee del asunto. Voy a tomar aire un momento —bebí todo lo que quedaba en el vaso y lo dejé en la mesa.
El aire era fresco, no me sorprendía ya que era invierno.
Pero había algo en esa noche que era distinta, no sabía si eran los poco tragos que llevaba encima, o como sentía que me faltaba cabello.
Me reí al recordar como Bianca gritó al verme luego de que Jade me cortase el cabello.
Hubiese sido una noche inolvidable.
—Hey —llamaron.
—¿Qué haces aquí? —Sonreí emocionado. Me puse de pie.
—Feliz cumpleaños, niño bonito.
🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️🅰️
OMAIGAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
KASTAPASANDAAAAAAAAAA
Holi.
¡Sorpresa! Jiji
Y les tengo una sorpresa más, si quieren escuchar la canción que Bianca le cantó a Nick, pueden escucharla en multimedia.
Hace un tiempo le pedí a Orne que grabe un cover de Hey There Delilah sin decirle para qué, porque canta bonito y termina de creérselo. Vayan y descubran lo lindo que canta.
Sorpresa, Orne. Para esto era el audio jeje. Tkm.
¿Les gustó el capítulo? Sí llegó 🤭
Bueno, ya me voy. Que no podía subir el capítulo a las 4 porque tenía que salir.
Los quiero, Caos.
BAAAAAAAI <3