𝓒𝐚𝖙𝗿ǐղ𝐚

By KryzizBonny

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Catrina, una adolescente de 15 años, se adentra en un parque abandonado encontrándose con un extraño que camb... More

Capítulo 0 - Detalles Desconcertantes
Capítulo 1 - Dulces Recuerdos
Capítulo 2 - Adiós
Capítulo 3 - La Morte
Capítulo 4 - Negligencia
Capítulo 5 - La Sombra Fúnebre
Capítulo 6 - Reflejo
Capítulo 7 - Mina
Capítulo 8 - Sangre Fresca
Capítulo 9 - La Douleur Exquise
Capítulo 10 - Fragilidad
Capítulo 11 - Él
Capítulo 12 - Moral
Capítulo 13 - Noche Inolvidable
Capítulo 14 - Encierro
Capítulo 15 - Confesiones
Capítulo 16 - Obediencia
Capítulo 17 - Secretos
Capítulo 18 - Dejarse ir
Capítulo 19 - Linaje
Capítulo 20 - Ojos Violetas
Capítulo 21 - Sol
Capítulo 22 - Heridas
Capítulo 23 - La Corte
Capítulo 25 - Té y Muñecas.
Capítulo 26 - Rescate
Capítulo 27 - Negociaciones
Capítulo 28 - Amor y Obsesión
Epílogo
Créditos

Capítulo 24 - Rabia

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By KryzizBonny

🦇 Antes de empezar: Además de la imagen de arriba, cada capítulo tiene un audio por si lo quieren escuchar al tiempo que leen. Solo hagan swipe izquierda en cada imagen y den play al video.

Llegaron a una casa grande, no reparó mucho en ella, pero asumió por la decoración que pertenecía a Torn.

—Estás a salvo —dijo Jack mientras la dejaba en la cama. Ella no podía calmarse, lo único para lo que tenía energía era cubrir su cara con las manos y sollozar—. Lamento todo.

—Lo vi morir —dijo con voz ahogada—. No era su tiempo. ¡Tenía quince años! Y yo... no pude hacer nada para protegerlo —Catrina sentía que se quemaba, la rabia la corroía y le apretaba el corazón hasta sofocarla—. ¡Soy tan inútil!

Jack negó en silencio, había dolor en sus ojos.

—Él mató a dos de ellos, yo ayudé con otro, pero al final Israel tampoco pudo hacer algo. El poder que tienen Cirse y Yoltic... Lo peor es que Cirse no sabía que yo tengo la maldición, ¡y se lo dije!

Jack la miró perplejo.

—¿A qué te refieres con que no sabía?

—¡Buscaba a Israel! —dijo Catrina, el nombre se le atoró en la garganta—, por la investigación de su abuelo. Los cazadores están cerca o han replicado lo que su abuelo Augusto hizo. No tenían ni idea...

—¿Qué dices? —Jack se tuvo que levantar y caminó en círculos durante unos segundos—. ¡Demonios! —maldijo—. Como si Cirse no fuera suficiente problema.

Ante la interrogante mirada de Catrina continuó.

—No tengo nada claro porque Augusto Aldo decidió no compartir los resultados de su investigación, pero se piensa que logró replicar el control del demonio para usarlo en todos los vampiros y quizá hasta humanos.

No sé bien cómo funcione. Según lo que Cirse me reportó, cuando Augusto vivía tomó control de una vampira, la descendencia de Cirse, Michiko.

Aunque podría haber sido que Michiko colaboró sin ser víctima de algún control. La conocí una vez y me dio la impresión de que no le gustaban los vampiros que no coexistían en paz con los humanos. Lo que me hace pensar en su colaboración voluntaria es que también se teorizaba que el vampirismo puede ser erradicado. Se cree que todos son cepas diferentes del mismo virus. Los vampiros recientes quizá volverían a ser humanos, los de más tiempo moriríamos.

—Creí que la maldición nos había hecho vampiros.

—Yo también lo pensé en ese entonces, pero el que usaran la sangre de Michiko para llevar a cabo los estudios nos da a entender que también poseemos el virus.
Quizá en algún punto solo éramos vampiros devoradores normales y algo maldijo nuestra línea específica... no lo sé. Aun siendo vampiro por tantos años, me siguen pareciendo ridículas ciertas cosas. Pensar que yo no creía en todo esto cuando vivo.

Catrina asintió. Se sentía identificada.

—Cirse dijo algo de no querer morir o perder su autonomía —dijo ella.

—Eso sería.

—Cirse también dijo que siempre consigue lo que quiere —murmuró Catrina con tristeza, pero Jack tomó su mano y pudo ver el fuego en sus ojos. Era incluso atemorizante.

—Pues yo también tengo esa mala costumbre —le dijo serio—. Cirse será muy fuerte, pero justo como tú y yo, también tiene debilidades.

Catrina asintió dudando, en ese encuentro sus habilidades parecieron estar muy lejos de las de ellos.

—Siento mucho lo de Israel —mencionó él con los dedos en el mentón de Catrina, pensando cuidadoso en lo que diría a continuación—. Sé cuánto significaba para ti.

Ella suspiró con lágrimas en los ojos. Tan solo la mención de su nombre la ponía mal.

—¿Qué pasó con Pres? ¿Está bien?—preguntó ella cambiando el tema a propósito.

—Lo intentaron asesinar, pero sobrevivió. Aunque malherido pudo escapar. Georgie lo está tratando.

—Lo siento tanto, todo es mi culpa.

—No lo es —dijo Jack con pesadez—. Es la mía. Fue un error de juicio. Permanecimos un mes vigilando el departamento, pero también investigando, siguiendo a Cirse, tratando de atraparla. Al fin, después de mucha espera nos dieron una pista de dónde podría estar. No hay muchas personas en las que confíe para este tipo de misión y desafortunadamente para tener la mínima posibilidad todos tenían que estar ahí.

Era lejos, nos dijeron que Cirse había ido a Campeche. Que llegaría algo importante para ella en el puerto.
Campeche no tiene base de la Corte. Creímos que era ideal para el ataque, yo fui el que más insistió, era lunes y verían a Pres de todas formas, eso me daba cierta seguridad.
Pero fue una falsa alarma o una trampa. Si Israel no nos hubiera llamado en el momento que lo hizo, tal vez también estaríamos muertos, no lo sé, afortunadamente todavía no salíamos siquiera de la ciudad por culpa de Rinun, que llegó tarde para llevarnos al aeropuerto.

—¿Cómo los llamó Israel?

—Teníamos un celular para emergencias, hecho por su familia, tecnología de cazadores. No nos habló directo. Marcó y dejó que escucháramos todo. Por fortuna el teléfono también nos indicó dónde estaban.

Catrina sollozó.

—Desde que vimos su tatuaje nos dio mala espina. No debí, pero la sed, no pude soportarla —dijo ella

—¿Qué tatuaje?

—En Yoltic. Es de los cazadores de la dinastía del sol, ¿no es así?

—¿Ah?

—Llevaba un tatuaje de sol en el brazo, eso fue lo que asumí.

Jack negó.

—Los cazadores no permiten tatuajes. Además, uno no se puede tatuar en estado vampírico. La tinta desaparece. Debió hacerlo en vida.

—Oh, cierto... —dijo Catrina y se quedó mirando a la nada, la verdad es que tenía el corazón, espíritu, cuerpo y mente deshechos. Pensar era un reto en esos momentos.

—Solo te estás castigando. Duerme, lo necesitas —le dijo él caminando hacia la puerta.

—No te vayas. Te parecerá estúpido, pero tengo mucho miedo.

Él se concentró abatido en los ojos de Catrina. Regresó y se sentó en el piso a un lado de la cama.

—No me parece estúpido.

La mente de Catrina repasó lo sucedido en aquel lugar y de pronto se puso muy nerviosa. Jack pareció notarlo.

—¿Qué pasa? —preguntó él.

—Cirse vio mis recuerdos porque quiere matarte. No me preocupó en el momento, ya que no sé tu verdadero nombre, pero pareció satisfecha cuando se detuvo en un recuerdo particular. En el cementerio, una mujer como sombra monstruosa me tiró y murmuró la palabra o un sonido similar a "Ya"

—¿Cuándo fue eso? ¿Una sombra?

—Estaba completamente cubierta.

—¿Ya? —preguntó él extrañado repitiendo el sonido.

Catrina asintió.

—¿Y Cirse se interesó en ese recuerdo? ¿No viste qué o quién fue la persona del murmullo?

—No, solo sé que era mujer o lucía como una. ¿Crees que me quería decir tu nombre real?

Jack parecía preocupado, volteó a ver a Catrina de nuevo y se compuso de inmediato.

—Ya lo resolveremos —le aseguró con una media sonrisa.

Catrina quiso seguir con aquella sonrisa, pero era muy doloroso. Cerró los ojos y tomó su mano, todo en él la reconfortaba.

Pasó ahí tres días sin siquiera voltearse o cambiar de posición. No se sentía merecedora de hacerlo. Su cabeza incluso descansó en la almohada húmeda por sus lágrimas durante todo ese tiempo.
Podría haber dormido hasta morir pacíficamente en aquella cama con su caballero de blancos colmillos sosteniendo su mano, pero, tarde o temprano, esa mano la haría regresar a la tierra.

—Catrina, despierta. Hoy velaron a Israel, creí que querrías despedirte. Torn, Pres y Vener nos acompañarán por tu seguridad.

Quiso gritar. ¿Con qué cara iría a pararse frente al sepulcro de Israel?

Las cosas pasaron muy rápido.
No supo cuándo se vistió ni cómo llegó ahí. Llevaba un aroma fresco en la piel y cabello, quizá Jack le había dado instrucciones a su subconsciente, aunque para ser sincera no le importaba.
Todo era tan gris. El viento no soplaba, ningún organismo se movía, el lugar permanecía callado, ¿o era que Catrina no escuchaba nada?
Torn los guio a través del cementerio hasta llegar a un lugar de paredes altas y diversas planchas de mármol con nombres.

Casi se le vencen las rodillas al verlo. Lo habían incinerado.

Aunque sabía que Israel ya no estaba con ellos y que no volvería, quizá esperó que conservaran su cuerpo y que milagrosamente saliera como ella después de un tiempo para vivir como inmortal. Miró al columbario con el corazón en la garganta. Su última esperanza de volver a verlo se había desvanecido.

—La incineración es costumbre de los cazadores. Los Aldo eran cazadores. Es su tradición —le susurró Jack.

Catrina asintió. Lo entendía, pero al no esperarlo así, le dolió. Alrededor había todo tipo de flores frescas y aromáticas. Cuando se dio cuenta, vio que ella misma cargaba un enorme ramo de flores blancas. ¿De dónde las había sacado?

—Aún tras la expulsión de su familia de las tribus Sinne, fue un excelente cazador. Uno de los vampiros que mató, el único residuo fueron cenizas. Era un centenario —recitó Torn—, y no creo que haya sido su primera cacería. Descansa en paz, guerrero.

—Nos sacó aquella vez de los calabozos. Siempre apreciaré ese gesto. No tenía que hacerlo. Descansa en paz, amigo —dijo Pres serio. De verdad aquello le había afectado. Aún llevaba más de la mitad del cuerpo quemado por la emboscada que sufrió y las vendas lo cubrían casi por completo. Le costaba mucho trabajo caminar al punto que se tenía que apoyar en Vener, pero insistió en ir y dar sus respetos.

Vener se aclaró la garganta. No era un hombre de muchas palabras.
And the light of a fading star —entonó él. Torn y Pres sonrieron con tristeza y se le unieron en el canto—. Is what you were, is what you are. Like the glow that christens the moon. You shone too soon, you shone too soon.

Catrina los miró, jamás habían cantado juntos en el bar. Los tres tenían voces muy diferentes y en esa canción se unieron en armonías perfectas. No pudo evitarlo, sus ojos no se mantuvieron secos. Sintió una abundancia de lágrimas resbalar por sus mejillas.

—Descansa en paz hermano —agregó Vener.

—Gracias por todo —le dijo Jack de forma solemne a la placa de mármol y por un momento no le quitó la vista de encima. Como si sus siguientes palabras hacia él fueran en privado.

¿Quieres decir unas palabras, pequeña? —preguntó Torn.

Catrina tembló, luchó por mantenerse de pie, pero no pudo.

—Juro que te vengaré —pensó casi en un rezo desde el piso. Poco a poco su llanto se convirtió en sollozos y estos en suspiros de lamento—. Ni en la muerte encontrarán la paz.

Torn se dejó caer también.

—Sé que esta pérdida ha sido difícil para ti. Pero hay muchas cosas que no ves en estos momentos. La vida es pasajera para todos, incluso para nosotros, y la muerte no es más que otro comienzo. Sea cual sea la forma en la que mueras, siempre hay algo más allá.

—¿Qué tal si no hay nada? —susurró ella vencida.

Jack la miró por arriba del hombro de Torn y a sus ojos violetas tristes. Ella también lo miró por un segundo y hubo algo. Un sentimiento extraño. Por un momento le vino un dolor como una migraña. Catrina también cerró los ojos y se tocó la sien antes que Torn le tomara las manos.

Torn esbozó una sonrisa encantadora.
—Si no hay nada, ¿por qué preocuparse entonces? La nada es calma, la nada es paz, la nada es todo —sostuvo él mientras parecía esperar una respuesta de Catrina—. Hazle un favor y vive por los dos de ahora en adelante.
¿Sabes? Cuando fuimos por él para llevarlo al apartamento, sí, peleó contra Jack primero porque no sabía de qué se trataba, pero aceptó de inmediato cuando le contamos el plan. Él sobre todas las cosas quería protegerte y nosotros honraremos ese deseo.

—No quiero decir adiós. No puedo.

—Te entiendo, será cuando estés preparada. Te esperaremos por aquí cerca, supongo que querrás estar sola un rato.

Catrina asintió y dejó ir a Torn, Pres y Vener, pero no a Jack.

—Quédate conmigo.

Él se mantuvo quieto unos segundos y después asintió.

—¿Aún te duele lo de Aina? —preguntó Catrina.

—Sí.

—¿La amabas mucho?

Jack no contestó, solo desvió la mirada.

—¿Algún día dejaré de sentir este dolor?

—No —dijo él, hizo una pausa y continuó—. Todas las personas que tocan tu vida, cuando parten se llevan un pedazo de ti. No es un vacío que pueda reemplazarse... solo a veces se olvida que lo tienes.

Después de varios días Catrina abrió los ojos, se quedó mirando al techo como le era costumbre y por primera vez notó a detalle la habitación, los colores estaban ahí de nuevo en los alrededores.
Jack estaba en el suelo, aún dormitando, sujetando su mano.
Sonrió. Pobre Jack... llevaba ya varios días tomando ese lugar, aunque le ofreció compartir la cama en más de una ocasión.
Se levantó y salió discreta del cuarto. Estaba segura de que apenas atardecía, pero en esa casa todas las ventanas estaban perfectamente selladas.

El lugar era muy lujoso. Una casa antigua renovada. Había discos y arte decorando todas las paredes. Los muebles seguían siendo algo "sexy" pero mucho más sobrios que aquellos en el departamento.

—¡Hola, cariño! —dijo una voz conocida. Era Georgie. Llevaba un mini delantal, sus mini shorts característicos y una playera casi dibujada al cuerpo.
Le daba gusto verlo. Tan solo ver su sonrisa la animaba.

—Hola, Georgie.

—Si me esperas unos minutos te puedo preparar un baño. El especial de Georgie —le guiñó un ojo—. Torn está viendo la televisión abajo. Puedes esperar ahí si gustas.

Catrina asintió.

Torn miraba al televisor con la boca abierta abrazando uno de los almohadones de su sillón. Sus ojos mostraban genuino horror. Estaba viendo uno de esos talk shows en la televisión abierta.

Catrina se sentó a su lado. El tema del día era "Me dejaron plantado en el altar por culpa del perreo"

Torn volteó hacia ella aún con esa mirada de terror. Catrina no pudo contenerse y soltó una risotada.

Él le sonrió y le tomó la mano.

—¿Cómo estás, querida?

—Creo que mejor.

—Mejor es excelente —le dijo él.

—Al menos no me plantaron en el altar por culpa del perreo —bromeó ella con una sonrisa tímida.

—Eso sería devastador —le contestó él y ambos volvieron a reír.

Escucharon unos pasos. Jack bajó por las escaleras, lucía confundido ante las risas, pero al mismo tiempo, sonrió discreto. Se sentó también en la sala con ellos, al tiempo que en el televisor, la gente en el panel empezaba a golpearse entre sí, al tiempo que rolaban créditos con una música de fondo muy animada.

—Este es uno de esos momentos en los que me gustaría ser humano y hacer café con hot cakes para todos —dijo Torn.

—¡Me los puedes hacer a mí, perris! ¡Que sean tres! Graciaaas —gritó Georgie desde arriba.

Torn abrió la boca y los miró consternado.

—Es imposible que escuchara eso, tiene hasta la aspiradora encendida. Madre mía —dijo Torn—. Hablando de escuchar —miró a Jack precavido antes de continuar y dirigirse a Catrina—. Ahora que estás mejor, cariño. Hay algo importante de lo que debemos de hablar. Jack dice que no te gustará oír esto, pero tienes que beber sangre humana. Él se ha vuelto tu mediador y para cubrir la cuota, tiene que beber más del doble para poder darte el mínimo de lo que necesitas. No puedes seguir evadiendo esta parte de tu nueva vida. Además, el no cazar te vuelve débil. Tu instinto depredador se relaja y para tener cualquier posibilidad contra Cirse, debemos tenerte en la mejor condición.

Catrina asintió. No lo discutiría más. En realidad ya lo había estado meditando. Algo se había roto ese día con Cirse. Quizá es que estaba harta de ser una víctima, de ahora en adelante sería la victimaria.

—¿Quizá quieras meditar sobre un tipo de víctima a perseguir? Tener un tipo nos da un propósito de vida.

Catrina volvió a asentir.

—Oh, bien. Eso fue fácil —dijo Torn con una sonrisa amable, pero Jack la miró preocupado.

—Vamos, hagamos los hot cakes de Georgie —le dijo Jack a Torn.

—¿Y cuándo fue la última vez que cocinaste? —le preguntó Torn. Jack, sin decir nada, prácticamente lo arrastró a la cocina.

Las noticias comenzaron después del programa. Dieron el final de un caso trágico de una niña perdida.
Catrina apartó la vista con disgusto y fue a la computadora que tenía Torn ahí al lado para leer un poco más sobre el caso, al tiempo que el ambiente se saturaba de un olor a mantequilla dulce y maple que le hacía recordar los domingos en casa.

Leyó después de su baño por varias horas todo lo que Torn tenía sobre filosofía, sobre crímenes, castigos y sobre corrupción. Fue una cloaca que nunca quiso destapar, cosas en las que jamás quiso pensar, pero era necesario. Se forzó a ver las noticias de la noche. Al final estaba preparada. Sabía cuál era su tipo.

Podía aceptar criminales robando para subsistir, como su primera víctima, pero no a los asesinos.
Los asesinos violentos, la gente que se sentía con el poder sobre otras personas, sobre cuerpos ajenos, hasta llegar al abuso y matanza, tenían que desaparecer. Ella los perseguiría y castigaría a todos, y es que en cada uno de esos asesinos veía a Cirse.

—Panquecito, hermoso hot cake de luz, le tienes que bajar dos rayas a tu... masacre —dijo Torn molesto un día—. Lo que haces es indigno de un vampiro civilizado como nosotros. Mira esto —dijo al tiempo que sujetaba el cadáver de un hombre por los cabellos. Llevaba el rostro deshecho. Un ojo se le salió de la cuenca.

Pero Catrina estaba enojada, tenía mucha ira contenida que solo se acrecentaba como fuego al adentrarse en la mente de ese tipo de personas. En ellos, no había nada que lo justificara. Nada que inclinara la balanza. Lo que habían hecho, la violencia, la falta de motivos reales y la enorme carencia de compasión merecía la peor de las muertes.

—Solo le hice lo que él le hizo a su víctima —dijo ella con una sonrisa inocente.

—Qué extraño porque yo también vi ese reportaje —le dijo Torn, con ese semblante de madre estricta.

—¿Ajá?

—Sí, y si mal no recuerdo, nuestro difunto Fermín golpeó a su víctima en la cara antes de asesinarla.

—Sí. Lo mismo.

—Ok... —dijo Torn perdiendo la paciencia, parpadeando dos veces—, disculpa si me equivoco cariño, pero golpear no es lo mismo que limar la cara en una pared de roca. ¿O sí?

—Bueno, depende.

—¿Depende de qué?

Catrina se encogió de hombros.

—¿Quieres decirle algo a tu creación, Jack? —preguntó Torn al tiempo que ponía una mano en la cintura.

Jack solo caminó más rápido pretendiendo no oír aquello.

—Adolescentes... es claro por qué se les debe dejar desarrollar más su cerebro antes de la conversión —murmuró Torn, frotándose las sienes—. Al menos llévalos al incinerador, nadie merece toparse con tus proyectos de arte gore, querida. Alguien tiene que limpiar esa pared después de todo. ¿Ok? Seamos amables con los trabajadores públicos —dijo señalando la pared en la que había tallado la cara del sujeto hasta pintar su expresión en un grafitti sangriento —. Me siento en una novela de Anne Rice... ¿Por qué todo tiene que ser tan dramático con estos?

Continuaron caminando. Después de que Catrina cazaba, paseaban por el parque de Coyoacán y regresaban a casa. De ahí, Jack y Torn salían en distintos horarios rápidamente a cazar por su cuenta.

—¿Cuál es tu tipo? —le preguntó Catrina a Jack una vez que llegaron a casa. Se había debatido preguntarle por varios días. Sabía que Torn era algo así como un hada madrina torcida de los deseos a cambio de la sangre y la vida, pero a Jack... a decir verdad nunca lo había visto cazar.

Torn sonrió con satisfacción.

—Oh, Jack tiene un tipo muy específico, gustos MUY particulares, pero le da vergüenza admitirlo.

Jack evitó mirarlos al tiempo que dejaba la sombrilla en el recibidor.

—¿Es algo terrible? —preguntó en voz baja Catrina.

—Para algunos —dijo Torn con una pequeña sonrisa torcida—. Incluso ha sido y sigue siendo ilegal en muchos lugares. Por eso lo hace. Y pocas veces en su vida se ha desviado de ello.

Catrina abrió los ojos con el corazón en los oídos retumbando. ¿Quería saberlo? No solo temía que su tipo de víctima fuera algo completamente degenerado, sino que temía que su nuevo concepto de Jack se desmoronara. Sabía que tenía un pasado oscuro, pero ignorarlo le era fácil y quizá quería mantenerlo de esa forma.

—Lo estás haciendo sonar peor —dijo Jack apático.

Torn rio.

—Bueno, es que no sé si quieras que lo revele. No me siento con el permiso.

—Payaso. Has dicho todo aquello, ¿y te detienes en este punto porque te preocupa que no quiera que lo reveles? —le dijo Jack.

Torn se encogió de hombros sacándole la lengua.

Jack giró los ojos y continuó caminando para sentarse unos minutos, pero Catrina pudo sentir un ligero nerviosismo y expectación en él.

Torn volteó a ver a Catrina.

—Jack da la eutanasia.

Catrina abrió la boca. No fue para nada lo que había pensado.

—No le gusta presumir, pero Jack tiene un poder mental enorme. Es por eso que Vener pudo casi destrozar a Yoltic cuando los enfrentamos. No solo Jack te cuidaba, estaba friéndole el cerebro a ese vampiro para que no pudiera contraatacar —dijo Torn con una sonrisa orgullosa—. Con esa habilidad, Jack también puede escuchar deseos de muerte alrededor de toda la ciudad. Así le dieron su nombre Jack de la Morte (Jack de la muerte) durante la peste. Jack los escuchaba, iba por ellos y les daba una muerte placentera y rápida. Lo sigue haciendo con gente con enfermedades terminales o que busca el suicidio asistido.

—Pero...

—Las cosas terribles que ha hecho han sido más que nada a vampiros y cazadores. Uno que otro humano enredado en asuntos que no debía.

—Pero, ¿por qué eutanasia? —preguntó Catrina directo a Jack. Ahora lo sabía, siempre había una razón tras el "tipo de víctima", una razón muy personal.

—Porque fue lo que deseé por mucho tiempo cuando vivía —dijo él—, y se me negó. Tan solo el mencionarlo me traía problemas. Nadie lo entendía.

Ella asintió.

—Y por qué pelearon durante todos estos años entonces. ¿Qué fue la gran pelea que los separó?

Ambos se miraron. Hubo una complicidad ahí.

—Fueron muchas cosas, pero nuestra gran pelea fue porque se unió a la Corte, que sí solía hacer carnicerías del estilo de Cirse.

—Me uní para cambiarla y moldearla a mi manera. Para poner fin a ataques injustos de cazadores.

—Pero para iniciarte tuviste que ser otra herramienta de Lemoine, el previo amo de la Corte. Y eso... nunca estuve de acuerdo con ello.

—Maté a Lemoine —dijo Jack.

—Y te diste cuenta entonces, que las costumbres de una organización, no se cambian con quitarle la cabeza, sino que debe arrancarse de raíz. Pero tú te sentías muy a gusto con la raíz.

—Al final hizo la diferencia.

Torn giró los ojos y se dirigió a Catrina al tiempo que se reclinaba en una pose sexy en el diván. Claramente, todavía había tensión ahí.

—Jack quería mantener cierto número de vampiros. Sabía que no podía controlar a todos de no hacer masacres, pero menos vampiros, menos víctimas.
Ponía reglas estrictas en la Corte relacionadas con la conversión y la migración de vampiros. De esa forma también presionaba y amenazaba con sus números para que otros le juraran lealtad.
Mataba cazadores y mataba humanos que se relacionaban con vampiros porque usualmente esos vínculos se hacen para mal. Es una simbiosis poderosa que nos ha y nos sigue trayendo problemas. Yo la apruebo... aunque quizá la apruebo porque yo lo hago y soy convenenciero, además de algo hipócrita... —murmuró Torn lo último.

—Bingo —dijo Jack con los brazos cruzados.

—Tú también tuviste tus alianzas —le respondió Torn—. Así que no soy el único hipócrita. Como sea —se dirigió a Catrina—. Por nuestras conversaciones, sabrás bien que yo no estaba de acuerdo con eso de actuar como una autoridad controladora. Según yo, la naturaleza se encargaría si llegábamos a ser demasiados vampiros...
Supongo que ahora, tras todos estos años, estando donde estamos, podemos admitir que ambos nos equivocamos.
Ahora hay más humanos en proporción y la naturaleza los dotó de inteligencia tal que están por erradicarnos. Eso sí fue una sorpresa.

—¿Lo fue? ¿De verdad? —preguntó Jack— Fueron, en muchos puntos, simbiosis de cazador y vampiro lo que dotó a los cazadores de tanto poder y conocimiento, lo que nos trajo a esto. Justo lo que yo intentaba detener.

—Mi problema —dijo Torn ignorándolo—, también era el poder. Mi miedo fue que se descarrilara. Hay veces en la Corte que tienes que hacer cosas terribles para lograr otras cosas y así evitar una revuelta. Eso, para mí, corrompe poco a poco. Aunque no lo quieras.

Jack asintió.

—Yo no vine a México porque se me ocurriera, después del exterminio en Singapur busqué una forma de huir de Asia.
Cirse me llamó tras escuchar los rumores del uso del demonio y sugirió que viniera, pues admiraba mis métodos. Ella representaba a la Corte en México. Yo era Amo de la Corte en el mundo.
Cirse no quiso quitarme el mando de inmediato, solo se rebeló cuando no cumplí sus expectativas porque ya no me importaba. Cuando comencé, yo solo quería eliminar a mis enemigos, rápido, pero para mantener el control y el miedo, se esperaba de mí aplicar castigos severos a los que no respetaran las reglas.
Con cada castigo, la presión para realizarlos de formas más y más terribles se acrecentaba. Aunque mentiría si dijera que no lo disfrutaba y que yo mismo no necesitaba más y más para sentirme satisfecho —admitió él.

—Lo entiendo —dijo Catrina —Es un sentimiento que no se puede evitar y sí, es adictivo... Es por eso que no quieren que los maltrate tanto, es eso de lo que trata esta conversación, ¿no es así?

Torn asintió con una sonrisa compasiva.

—El trauma que pasas al ser la víctima puede llevarte a un camino oscuro en el cual resultas peor que el victimario. Te conviertes en eso que odias —le contestó Torn.

Catrina miró a Jack. Él asintió.

—Jack lo aprendió de la forma difícil. No somos jueces. Puedes tener un tipo de víctima, pero no lo podemos ver como ajuste de cuentas o justicia divina, simplemente hacemos lo que nuestra naturaleza nos dicta.
El tipo de Cirse empezaron siendo madres y padres negligentes, después de todo ella fue dejada a su suerte en el basurero siendo una bebé.
Lo tomaba personal. Sentía que le hacía un bien al mundo, pero pronto la línea se empezó a borrar y su tipo se volvieron solo madres y padres.
Verás la Rus de Kiev, ahora Ucrania, donde Cirse nació y creció, fue invadida por el imperio mongol y a Cirse se le hizo negligencia el solo hecho de traer niños durante la guerra e invasión... se tomaba muy en serio eso, después y actualmente su tipo se movió a hombres y mujeres en edad reproductiva. No quiero que caigas en eso, pequeña. Tu poder no es para castigar vivos.

Catrina asintió avergonzada. Era verdad. Esa había sido su meta y sí, había sentido una mayor corrupción en los días pasados, una mayor dificultad para separar sus ideas del bien y el mal. Justo lo que Mina le había advertido meses atrás, había saltado a la primera causa que consideró justa.

Seguiría cazando a esos asesinos, pero dejaría que los vivos se arreglaran con los vivos y los no-muertos con los no-muertos.

Notas de la Autora

Muchas gracias por seguir leyendo Catrina. De verdad que me encanta ver sus comentarios, sus votos, follows y que la agreguen a su lista de lecturas.

Si les gustó por favor ayúdenme votando dando click a la estrella en la parte de abajo. ¡Significa mucho para mí y ayuda a que más personas encuentren la historia.

*Dato curioso: La canción que cantan Vener, Pres y Torn es de la banda Flogging Molly y se llama "The light of a fading star" la canción fue parte de su álbum "Within a Mile of Home" y salió en el 2004 (mismo año en el que sucede esa parte de la historia, pero el álbum salió en Septiembre y la muerte de Israel hubiera sucedido alrededor de Abril) Aún tras ver las fechas de verdad la quería incluir :p me imagino que Torn, Pres y Vener la escucharon en alguno los conciertos de Flogging Molly mucho antes como una probada de su siguiente disco.
La traducción sería:
Y la luz de una estrella que se apaga
es lo que eres, es lo que fuiste
Como el brillo que bautiza la luna
Brillaste muy rápido, brillaste muy rápido.

Ahora disculpen que me voy a ir a comer un bote de helado y llorar al rincón. 😭

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