Lo pensé, escribí, reescribí, y al final, no le mandé el mensaje que quería.
Nick 🦋
«Que descanses <3» 04:18
Bee 🦋
«tú también, niño bonito» 04:18
—¿Acabas de reírte como un cerdito? —preguntó mi amigo, había olvidado que estaba sentado en su cama «preguntando cómo se sentía».
—No —respondí rápido, volví la vista a la pantalla.
—Pero si te acaba de salir una risa de puerquito, la escuché —comentó, entrecerré los ojos y traté de ocultar la sonrisa en mi rostro.
Era imposible.
—¡Salió sola! Esas cosas no las puedo evitar, me dijo niño bonito —dije, me levanté para salir de la habitación, pero Chase me detuvo llamándome por mi nombre completo, casi igual que mi madre cuando hacía algo malo.
—Ven aquí y cuéntame qué ha estado pasando en mi ausencia, ¿por qué ya no me cuentas nada? ¿Tienes a otro? ¿Es eso? —fingió que lloraba, yo rodé los ojos y me volví a sentar a su lado.
—Qué bobo eres. Jamás te cambiaría por nadie. Por una hamburguesa gigante, tal vez. Digamos que por casi nadie.
—Te golpearía si pudiese moverme —me amenazó. Me eché a reír y suspiré.
—Ella ya sabe toda la verdad.
—¿¿Y aún así te habla?? —alzó la voz, y le dolió, así que se calmó.
¿Para qué quería enemigos? Ya tenía a Chase.
Aquella madrugada, a Chase le importó poco que eran —casi— las cinco de la madrugada. Él solo quería enterarse del chisme.
Así que, por más de una hora, le conté con lujo de detalles todo lo que faltaba por decir. Se sintió alegre de que la verdad fuese revelada.
Y pasaron los días, Bianca y yo hablábamos por horas, menos en las que estaba ocupado en reuniones por la gira.
Andrew estaba más receptivo en cuanto a ideas, me dejaba elegir lo que quisiese, incluso celebrábamos cada reunión con una buena botella de lo que tuviese a la mano.
Me ayudaba a aliviar el estrés.
Pero no del todo, porque llegó el día en que Rob consiguió a la persona que reemplazaría a Chase mientras él estaba lesionado.
Me encontraba en la oficina, afinando la guitarra, cuando mi representante apareció. Tenía una pequeña sonrisa, asomó la cabeza, y luego entró por completo. Detrás de ella, se encontraba una chica, era castaña y llevaba el cabello recogido en una cola de caballo.
—Julien, ella es Madeline, tu nueva asistente. Nos va a apoyar todo el tiempo que dure la gira internacional. Madeline, él es Julien Garnier. Como te comenté, Julien no es tan exigente, así que podrás estar tranquila.
—Hola, Madeline, es un gusto —saludé con una sonrisa amable.
—Igualmente, Julien. Si no le molesta, me gustaría hacerle algunas preguntas para poder trabajar mejor.
—Sin problema —comenté—, ¿deseas sentarte?
—Yo los dejo trabajar, tengo un emparedado de jamón esperándome en la oficina —dijo Rob, luego se fue.
Me reí y fijé la mirada en la muchacha.
Se encontraba frente a mí, escribiendo algunas cosas en su tableta.
—Bien, Madeline, dime qué necesitas saber —pregunté.
—He hecho una agenda rápida de todo lo que hará esta semana, además de sus gustos, disgustos, alergias, etc. El señor Hanks me comentó que vamos a ir organizando toda la gira, pero eso será en una reunión pronta a acordar, así que, por el momento solo quiero saber si quisiera añadir algo a la lista que su amigo Chase no haya dejado de forma específica.
La quedé mirando, había dicho todo tan rápido y bien articulado que me sorprendí de lo bien que funcionaba su cerebro.
—Bueno, antes que nada, deja de tratarme de usted porque acabas de añadirme veinte años de edad. Llámame Julien.
—Lo lamento, joven Julien, no estoy acostumbrada a utilizar ese tipo de trato con mis jefes, pero voy a intentarlo —comentó un poco nerviosa.
—Está bien, no te preocupes. Solo inténtalo —le regalé una sonrisa y ella asintió—, déjame ver esa lista que dejó Chase, por favor.
Ella accedió de forma rápida y me entregó un pequeño cuaderno azul, sonreí por el detalle.
«La guía oficial de Julien Garnier».
Mi mejor amigo había anotado todo, que amaba mi cafetera de la oficina, que antes no me gustaban las fiestas, pero que poco a poco empecé a disfrutarlas, que si había mucha gente en un lugar —que no conocía—, me agobiaba; que cantaba todo el día y sin contexto alguno, incluso mencionó que me gustaban los nuggets de dinosaurio con salsa de tomate.
Además de anotaciones extras:
«Julien a veces se despierta de mal humor por las mañanas cuando no duerme lo suficiente, así que, si tiene algún evento por la mañana, recuérdale por la noche que se duerma temprano. Y dale café con crema, dos de azúcar y un poco de canela»
«Al inicio, tal vez pida dos combos de hamburguesa y una con doble porción de papas fritas, es porque siempre me regala una para que no me coma la suya, recuérdale que ya no necesita hacerlo»
«Su restaurante favorito de comida italiana es Pomodoro, lleven siempre a Kevin, también es su favorito y lo hace feliz»
«Cuando viajen durante las giras, recuérdale siempre cuanto tiempo falta para llegar, no le gusta estar tanto tiempo en el aire, se pone nervioso. Si tiene la oportunidad de dormir, deja que lo haga, de todos modos, no va a hacerlo en el hotel porque no le gustan las camas ajenas»
«Recuérdale dormir siempre, se le olvida por estar hablando con ciertas personas»
«Recuérdale llamar a sus papás»
«Envíale fotos y videos a sus padres sobre los conciertos, les gusta estar presentes de alguna manera junto a su hijo»
«Que no pase tanto tiempo leyendo comentarios en redes sociales, a veces se pone triste»
Me reí un poco y sorbí la nariz. Estaba llorando como un bobo, sentado frente a mi nueva asistente.
Ella me miró y me entregó un pañuelo de papel, lo tomé y me limpié.
—Lo siento, creo que todo esto me tiene muy sensible, no soy así generalmente —me excusé.
—De hecho, en la página quince, dice que sí —Madeline tomó el cuaderno y señaló la frase.
«Es bastante sentimental, llora cuando de verdad lo siente, a veces solo necesita un buen abrazo y seguir adelante. Tal vez te diga que no es así siempre. Sí lo es, está chiquito. Está bien hacerlo. Sabe expresarse».
Me eché a reír y negué con la cabeza.
—Chase tiene razón, Julien. No pasa nada, está bien llorar cuando lo necesites, hay gente que no lo hace porque cree que se verá débil al hacerlo. No lo es, es valiente porque se expresa sin miedo.
—Puede ser. —Asentí. —A mi parecer, creo que todo lo que dice Chase ahí, está perfecto. No creo que pueda añadir nada más. —Encogí los hombros.
—Está bien, entonces, ¿necesitas algo?
—Sí, ¿me traerías un café? Por favor.
—Ya mismo —dijo.
Madeline me dedicó una pequeña sonrisa y caminó hacia mi cafetera, dejó el café sobre la mesa, e indicó que iría a su oficina a ordenar sus cosas, además, dejó dicho que, si necesitaba algo, estaba a una llamada de distancia.
No podía compararla con Chase porque eran personas distintas y eran eficientes a su manera, lo extrañaba a mi lado, pero era algo a lo que debía acostumbrarme. Ya volvería cuando estuviese mejor.
Aquel día, cuando volví a casa, le di un fuerte abrazo a mi mejor amigo y le agradecí por estar siempre ahí.
Estaba agradecido con las personas que me rodeaban.
Y pasó el tiempo.
Un mes para la gira.
Se acercaba la navidad, año nuevo, y una vida nueva.
No es cierto, la vida seguiría siendo la misma, y esperaba que yo también.
Nuevo año, ¿sorpréndeme?
Ya estaba sorprendido, ¿podía la vida darme más?
Podía. Podía darme una cachetada, dos, o tres. Pero eso se vería después.
Por el momento, debía enfocarme en la gira, el día de acción de gracias, nochebuena y... la mudanza.
Sí. Nick Bucket había decido mudarse faltando un mes de la fiesta de fin de año.
¿Por qué? Porque las últimas semanas, había sido visitado por gente que averiguó mi dirección, y no contentos con ello, me dejaban regalos como dulces, pizzas y algunas tangas. Esta última, llegaba de vez en cuando.
No lograban pasar más que a la sala de recepción, pero los vecinos comenzaban a hartarse de mí, así que no me quedó de otra que darles un poco de paz, y retirarme de mi hogar.
Madeline y Rob me ayudaron con el asunto, y quería tener todo listo antes de que mis padres llegaran para el día de acción de gracias, así que debía darme prisa.
Elegir la casa y el lugar en donde estaría situada, fue difícil, porque —si las cosas no cambiaban—, sería mi hogar para toda la vida.
Era más grande, espacioso, iluminado, y, además; alejado de la ciudad.
Si iba a vivir en la ciudad de Counterville, definitivamente no sería en el centro. Jamás volvería a vivir ahí.
—Madeline, sé que es pronto, pero, ¿podrías conseguir a alguien que sepa decorar la casa por navidad?
—Por supuesto, ¿para cuándo la necesitas lista? —preguntó mi asistente escribiendo algo en su teléfono.
—Creo que para el diez de diciembre estaría bien, ¿no crees, Chase?
—Sí —respondió.
Chase siempre estaba callado cuando Madeline estaba alrededor.
—Julien, me comenta Kevin que el auto está listo, así que, es hora de ir a tu nueva casa.
Suspiré mirando el lugar, lo iba a extrañar.
—Ava, Madeline, ¿podrían esperarnos con Kevin y Haerim? Iremos en un momento.
Esperé un momento a que se fueran, y cerré la puerta.
—Ok, tú y yo vamos a hablar. Ellas siempre están alrededor, así que no te lo había preguntado, ¿qué te pasa? —Le pregunté a mi mejor amigo.
—¿Qué me pasa? Nada —respondió fingiendo estar tranquilo, alcé una ceja.
—No te creo nada de lo que dices, puerco. Dime qué te pasa con Madeline —ordené.
—¡¡Con ella no me pasa nada!! Solo estoy un poco triste porque había esperado mucho por la gira internacional, y ahora no podré estar con ustedes, así que cuando la veo, pienso en eso. ¿Crees que ella piense que estoy molesto? Intento ser amable —se desahogó, sonreí un poco y negué.
—No lo sé, creo que ni siquiera lo ha notado. Yo lo noto porque eres mi mejor amigo y te conozco.
—No me toques, estoy triste.
—Al menos ya te quitaron el yeso del brazo, ¿no?
—Ya qué —dijo.
—¡Bueno! En otras noticias, a ver si así te animas, tú no viste la casa aún, sé que te va a gustar.
Chase movió un poco la muleta, vi su intención de levantarse, entonces lo ayudé, y en cuanto estuvo en pie, me puse frente a él.
—Lo sé, sí estoy emocionado por eso.
—Avísaselo a tu cara —respondí.
No pudo aguantar la risa y empezó a carcajearse, luego me golpeó.
—¡Oye! ¡Le voy a decir a Kevin que me pegaste!
—Uy, qué miedo. Un metro de pura furia —dijo Chase, pero luego abrió los ojos, yo giré a ver, Kevin estaba ahí, apenas asomándose.
—Voy a ignorar eso para que no se rompan los huesos de nuevo —comenzó a decir mi guardaespaldas. —¿Nos vamos?
Ambos asentimos rápido.
—¿Qué vas a hacer con esta casa? —preguntó mi amigo mientras nos dirigíamos al elevador.
—Pues no lo sé, venderla o tenerla por si algo sucede.
—¿Bee no estaba buscando un apartamento hace poco? —preguntó. Las puertas del elevador se abrieron y entramos.
—Es verdad —comenté—, se lo voy a decir. ¿Crees que se mude sola?
—Es lo que me dijo la última vez que hablamos, las cosas con su papá están un poco raras y desde que llevaron a su madre a la casa de reposo, dijo que prefería estar sola —respondió Chase.
—La voy a llamar hoy. —El elevador se abrió y salimos hacia el estacionamiento. Me despedí antes del vigilante. Estaba dejando mi casa de forma oficial. —Madeline, recuérdame llamar más tarde a Bee, por favor.
—Anotado —Madeline entró al auto junto a nosotros, Kevin esperó hasta el último para subir también.
Me fui despidiendo del centro de la ciudad, aunque probablemente volvería al día siguiente para trabajar.
Tenía que darle un poco de drama al asunto.
—Adiós heladería en donde casi me asfixio, y que,gracias a eso, conocí Finn's y sus helados deliciosos.
—¿Vas a seguir despidiéndote de todo? —preguntó Hae, yo asentí. Ella rodó los ojos.
—La gente famosa es rara —comentó mirando la ventana.
Me reí y seguí en mi labor de llorar sobre cualquier en donde había pasado más de dos segundos de mi vida.
Cuando por fin llegamos a la casa, todos estaban hartos de mí, y también estaban felices de poder dejar el auto.
—Buenos días, joven Julien —saludó el vigilante, sonreí y saludé también.
Pasamos por el estacionamiento y Chase se quedó en silencio viendo lo que yo también veía.
—Estúpido y sensual Julien Garnier, te compraste una casa preciosa —comentó de forma casual.
—Sí, ¿verdad? Estoy orgulloso.
—Entonces... ¿fiesta de inauguración? —preguntó, giré a verlo y lo golpeé.
¿Cómo es que siempre pensaba en hacer fiestas para todo?
—¡No es mala idea! Considerando que tu cumpleaños es la próxima semana, podrías invitar a Bianca. Veinticuatro no se cumplen todos los días.
Giré a verlo.
Tal vez sí podía organizar una fiesta de cumpleaños.
Nick 🦋
«Bianca?» 10:12
Bianca 🦋
«Nick?» 10:12
Nick 🦋
«La próxima semana es mi cumpleaños» 10:12
Bianca 🦋
«Feliz cumpleaños» 10:12
Nick 🦋
«Qué chistosa. Voy a hacer una reunión con algunos amigos, y... Te escribía para invitarte. Chase dice que también es una fiesta para inaugurar la nueva casa... Billy también está invitado, por su puesto. Sería genial conocerlo» 10:14
Bianca 🦋
«¿Cuándo es? Dime por favor que es antes de irme a Italia» 10:25
Nick 🦋
«El viernes de la próxima semana» 10:25
Bianca 🦋
«Ahí estaré» 10:25
ELLOOOOOOOOOOO
¿Cómo está el caos?
Aquí les traigo un nuevo capítulo. Se acerca la navidad y el cumpleaños del niño bonito.
Btw, no me equivoqué en las edades ni nada, eh. Que en la historia han pasado unos añitos desde que todo empezó, ya el niño tiene dos años en la industria de la música, y aunque no parezca, ha pasado mucho tiempo. Entre "meses y tiempos después", pasó bastante xd
En fin, ¿Bianca y Nick se verán por fin? YA VEREMOS :D
A VER SI BIANCA LLEGA JAJAJAJAJAJ
BUENO ADIÓS.
BAAAAAAI <3