El secreto de tus ojos (STONY)

By OldBearS

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El día en que Industrias Stark lanza un concurso para un puesto bastante tentador, Steve Rogers cruza los ded... More

Capitulo 1
Capítulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 27

Capitulo 26

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By OldBearS

Capítulo 26

Tres días después.

Steve puso los ojos en blanco ante el comentario de Tony, aunque tuvo que morderse el labio para evitar reírse y no demostrarle que había sido chistoso, no se lo dejaría tan sencillo.

De todas formas Tony sabía que su comentario había sido bastante bueno, y se regodeó ligeramente en ello. Pronto, le hizo una seña a Steve para que se tumbara junto a él, y eso fue algo que el rubio no pudo resistir. Se subió en la cama, y se recostó abrazando el cuerpo de Tony, sintiéndose feliz. Solo estaban ellos solos en la habitación, así que podría dejarse llevar un poco.

Comenzó a acariciar suavemente los cabellos del genio, y Stark hizo un sonido casi semejante a un ronroneo, complacido con las caricias que estaba recibiendo. Luego de un momento de silencio en donde Steve llegó a pensar que el otro se había dormido bajo sus caricias, le escuchó hablar.

—¿Cuándo me dejaran salir de aquí? —suspiró Tony—Estoy aburrido de que no me dejen comer nada dulce, la comida es ridículamente insípida.

Steve negó, sabiendo que la comida no era tan mala como se quejaba; pero, aunque no lo admitiera, se alegraba de esas quejas. Los dos primeros días que Tony pasó en el hospital la sombra de la tristeza lo embargó, y por un momento temió que se  estuviera sumiendo en alguna depresión post intento suicida. Parecía volver a recuperar su humor habitual, y sus ganas de reclamar, y suponía que eso era algo bueno.

—Ya hablamos de esto. —comentó sin detener sus caricias— el Dr.  Reed Richards vendrá hoy en la tarde, hasta entonces te quedarás aquí. Además, los dulces de Sharon son suficientes para que no te quejes por un par de días.

Tony bufó pero no pudo decir nada cuando sintió la nariz del rubio acariciar delicadamente su cuello.

Sharon y Natasha habían ido a visitarlo al hospital, incluso lograron pasar clandestinamente unos pastelillos que la rubia había horneado para llevárselos al genio. Ellas sólo habían ido con la intención de hablar con Steve, entendiendo que no sería bueno que vieran a Stark, respetando la privacidad del hombre debido a que ellas no eran precisamente sus amigas. Pero ambas se sorprendieron cuando él mismo le pidió a Steve que las hiciera entrar en la habitación cuando supo que ellas habían ido.

Tony estaba llevando las cosas... a un ritmo adecuado. El primer día casi no habló después de la charla que tuvo con Steve, pero parecía estar recuperando su humor de siempre; aunque claro, ninguno le presionaba.

Aunque Steve no iba a llegar mas lejos de las caricias que le estaba dando a Tony, se sobresaltó al sentir como la puerta se abría y ver a Pepper entrar a la habitación. La pelirroja alzó las cejas en su dirección, preguntando acerca de si les daba unos minutos a solas.

—Seria magnifico

—No será necesario.

Aunque ambos hombres hablaron al mismo tiempo, se sabía cuál era la respuesta de cada quien. Steve se levantó de la cama sin querer verse demasiado brusco y sin querer que Tony lo tomara a mal, cosa que el genio no hizo, sabiendo que Steve se estaba esforzando más de la cuenta.

De todas formas Potts parecía querer decirle algo al rubio, y no habría cumplido lo de darles unos minutos.

—Deberías tomar un respiro, —le dijo ella de la nada — te ves algo cansado. Quizás ir al jardín de abajo y sentarte en uno de los bancos, es un jardín muy bonito.

Ambos hombres la miraron luego de esas palabras, era notorio que ocultaba alguna otra intención más allá de que él tomara un respiro.

—No se si...

—No te preocupes, —ella agitó una mano, quitándole importancia al asunto, y casi lo empujó fuera de la puerta — yo me quedaré con Tony hasta que vuelvas. Créeme, el jardín es un lugar muy bonito para sentarse a tomar un poco de aire.

Tony entrecerró los ojos, pero sabiendo descifrar el rostro de Pepper —y entendiendo que tramaba algo— decidió apoyarla.

—Baja, baja, así puedes traerme una dona de la cafetería cuando vuelvas.

Steve pensó que un descanso para estirar las piernas no le sentaría nada mal, salió de la habitación asegurando que solo tardaría unos minutos, y se fue escuchando a Pepper decirle al genio que las donas estaban prohibidas hasta que saliera del hospital.

—¿Por qué le dijiste que bajara?—preguntó Tony cuando se quedaron solos.

Pepper se sentó en la silla junto a la cama, quitando alguna pelusa invisible de su falda.

—Solo digamos que hay alguien que necesita hablar con él.

...................................

Aunque estaba en un quinto piso, prefirió usar las escaleras en lugar del ascensor y de esa forma tener más oportunidad para relajarse un poco con la breve actividad física. Caminó sin prestarle demasiada atención a las personas que le rodeaban, las cuales estaban ahí por sus propias razones, teniendo sus propios problemas.

Haciéndole caso a las palabras de la pelirroja llegó hasta el jardín del hospital. Ella tenía razón, era realmente lindo, aunque no era algo de sorprenderse considerando lo costoso que era aquel sitio, ni siquiera se había detenido a pensar cuánto costaba la habitación en la que estaba internado el genio.

Solo habían unas pocas personas  y la mayoría de los bancos estaban libres, así que se sentó en uno desde donde podía ver la ventana del quinto piso donde sabía estaba Tony, aunque solo pudiese ver la ventana. Su vista vagó entre las flores del lugar, y escuchó la breve risa de unas chicas que estaban sentadas a unos metros de él. De repente alcanzó a ver una pequeña mariposa de un hermoso tono azul que revoloteó cerca de él y, de haber sido conocedor del significado de los colores de las mariposas, se habría impresionado de lo asertiva que había sido.

—Steve.

El nombrado se giró al reconocer aquella voz, viendo a Bucky de pie a unos pasos de él. Se enfureció al verlo, no quería tenerlo cerca después de lo que había sucedido. Estaba casi seguro de que el hombre había ido a hacerlo sentir peor, a burlarse de él.

—¿Qué haces aquí?

Su voz era baja pero con un tono cortante, todo lo que estaba sintiendo en aquel momento lo tenían suficientemente alterado como para no notar la seriedad y preocupación en el rostro de su amigo.

—Me enteré de lo que sucedió, de que Stark está hospitalizado y eso.

Calló, teniendo cuidado de no decir la causa. Sabía las razones por que había escuchado una conversación de Sharon y Natasha, ellas habían mencionado el nombre de Steve y la palabra hospital, así que se había preocupado de que su amigo estuviese lastimado. Luego, aun al darse cuenta que no era Steve, se preocupó por él, imaginando que seguramente él sentía lo mismo que sintió cuando Sharon estaba hospitalizada. Había estado vagando por los alrededores hasta que Pepper lo reconoció al llegar —ella había visto fotos de todos los amigos de Steve— y supo que podría ayudarlo a que estuvieran solos para hablar.

—¿Viniste a burlarte ?—preguntó con desprecio — ¿Acaso vienes a decirme que lo que sucedió está bien merecido para unos degenerados? Adelante, dilo, pero te advierto que no tengo tiempo para ti, así que no podré escucharte

—No... yo, no vine a eso. —Bucky se adelantó un paso más a Steve, quedando a su lado —¿Cómo estás?

Steve miró el rostro serio de Barnes, esperando que en cualquier momento se reflejara alguna burla en él.

—¿Cómo crees que puedo estar en un momento como este?—Lo miró irritado, pero intentó relajarse al notar el rostro compungido de Bucky. — En verdad no entiendo que viniste a...

—Fui un idiota. —dijo, cortando a Steve. Bucky carraspeó y tomó valentía para sentarse en la banca a un lado del rubio. Hasta ese punto Steve se dio cuenta que su amigo rehusaba su mirada y prefería fijar su vista en el suelo. —Vine a disculparme por que fui un gran idiota, quizás el mas grande de los idiotas y lo lamento demasiado, por todo: lo que hice y lo que dije.

En ese momento Barnes lo miró y Steve pudo notar sinceridad en su mirada. Lo vio morderse el labio antes de continuar.

»Se que no puedo borrar las palabras que dije, por que te lastimé con ellas y me arrepiento profundamente. Pero no, no eres un degenerado, ni nada que se le parezca, solo eres el amigo de un hombre estúpido que no pudo abrir su mente cerrada.

—Fuiste un idiota, —dijo cuando Barnes pareció callar para ver que tenia que decirle— no lo negaré. ¿Te diste cuenta así por así ?

Bucky dejó escapar una pequeña sonrisa mientras llevaba su mano izquierda hacia el lugar del golpe en su mejilla.

—El golpe de Natasha ayudó un poco, no lo negaré. Hay que admitir que ella tiene una buena derecha. —Se podía distinguir el golpe todavía, aunque ya no estaba ni tan amoratado ni tan hinchado como antes. Él retiró su mano, volviendo toda su atención a Steve. —Pero también he estado pensando en lo que dijeron, en todo. Hay cosas que siguen dando vueltas en mi cabeza, pero lo principal es que comprendí que sigues siendo el mismo Steve ¿no?

—Yo nunca he cambiado. —Respondió, serio, sintiéndose verdaderamente orgulloso de sí mismo por interiorizarse definitivamente que gustar de Tony no le había hecho cambiar quien era. —Yo sigo siendo el mismo.

—Lo se, ahora.

Bucky volvió a mirar hacia abajo, clavando su vista en la pequeña mariposa azul  que ahora revoloteaba a pocos centímetros de sus pies. Jugó con sus manos, inquieto, y Steve notó que estaba buscando las palabras para decir algo más.

»No te lo negaré, no es algo con lo que me sienta cómodo, ya sabes, es nuevo para mi. No es una idea que cruce por mi mente y me haga mucha gracia la de, bueno, imaginarte con un hombre. Pero entendí que es algo que no necesita agradarme, sino más bien algo que debo aceptar y entender; que tal vez con el tiempo me agrade, o no, bueno no es necesario. No se si me estoy dando a entender. —hablaba sin mirarlo pero movía las manos como en círculos como si aquel gesto le ayudará a continuar. Lucía nervioso y su dificultad era notoria, y Steve no pudo evitar sonreír al verlo de aquella forma. — Me estoy enredando en mis palabras.

—Solo suéltalo, Barnes.

El mencionado tomó una honda respiración y se giró en el banco, mirando a Steve con decisión.

—A lo que quiero llegar es, que no quiero que mi restricción a entender lo que está sucediendo me separe de mi hermano. No creo que pueda entender todo de la noche a la mañana... ni puedo prometer no sentirme...—Bucky se detuvo, iba a decir la palabra "asqueado", pero pensó que no debería decir una palabra tan fuerte en medio de una disculpa, — incómodo si los veo dando alguna muestra de afecto. —Apretó los labios cuando aquella imagen cruzó por su mente. No, no iba a sentirse nada cómodo, ni siquiera podía imaginarlo, pero no iba a dejar que eso arruinara quince años de amistad. —Pero se qué podré hacerlo en algún futuro. Mientras, espero que aceptes nuevamente a este idiota como amigo, aunque no lo merezca.

Rogers lo miró por un momento, y tuvo que admitir que apreciaba aquella disculpa más que nada. Bucky estaba haciéndole frente a lo que pensaba en favor de la amistad que tenía con Steve, y se notaba que batallaba contra eso. Él mismo se vio reflejado en su amigo, cuando batalló contra sus propios sentimientos hasta lograr entender que quería estar con Stark sin importar nada. Incluso debía darle crédito por haberlo logrado en un tiempo mucho más corto que él mismo; aunque claro, eran situaciones diferentes.

—Si te sirve de consuelo, no solemos ser muy afectuosos en público. —dijo con suavidad, pero no mencionó el hecho de que no lo eran por su causa, pues no sé sentía cómodo todavía —así que supongo que no tendrás tantos problemas.

Bucky sonrió al entender que con aquello Steve aceptaba su disculpa. Dejó escapar el aire que había retenido y, de no haber sido por el lugar y la situación en la que estaban, y que Stark se encontraba en una cama de hospital, había abrazado a Steve como hacía cada vez que se emocionaba, como lo hacía cuando ganaba su equipo de fútbol o el día que se enteró que sería papá. Steve vio el pequeño impulso de Barnes de abrazarlo y que  luego retrocedía. Hizo una mueca, creyendo que se trataba de algún temor acerca de lo que era. ¿Acaso Bucky creería que ya no podrían tener contacto físico por que gustaba de un hombre?

Barnes se dio cuenta de la idea errónea que había provocado en su amigo, y se asustó al pensar que lo estaba empeorando todo.

—Oh no, no, no, no es lo que piensas Rogers. —dijo saltando de la banca y negando con la cabeza, incluso llamó la atención de un par de personas que estaban por los alrededores. —Es solo que pensé que no era un momento del todo oportuno para abrazarte. Ya sabes —señaló con la cabeza el edificio del hospital detrás de ellos, remarcando a que se refería a Stark. —Pero si quieres lo hago, hasta te beso si es lo que deseas, pero espero que no.

—¿No te sentirías incómodo abrazándome?

—Oh vamos, no me sentiría incómodo en ese sentido, me has visto más veces desnudo que mi propia madre, ¿Recuerdas cuando me partí la pierna?

Steve habría deseado que Barnes lo hubiese dicho en un tono más bajo, o que por lo menos las dos jóvenes en el banco próximo a ellos no lo hubiesen escuchado y no estuvieran emitiendo una inconfundible risilla  mirando en su dirección.

—No podría llegar a creer que yo pueda gustarte ¿O si?

—No seas idiota.

—Eso creí.

Steve se relajó en el banco cuando Bucky volvió a sentarse a su lado. Tuvo la sensación de que volvían a ser los mejores amigos de antes, —aunque sabía que quizás tomaría algo de tiempo volver a lo que eran antes— y sintió como eso le quitaba un enorme peso de encima.

Se quedaron en silencio unos pocos minutos, hasta que la voz de Bucky se volvió a escuchar.

—Con respecto a lo de Sarah...

Barnes sabía que lo que había hecho fue horrible, aunque cuando lo hizo en verdad pensó que hacía lo correcto. Él conocía a Sarah, todos ellos en verdad, y sabía que muy probablemente, a diferencia de él, la devota anciana no lograría aceptar aquello de ninguna forma. Pero, antes de que pudiese disculparse, Steve levantó la mano haciéndole callar.

—Tu tenías razón, en parte. Aunque se lo dijera después ella reaccionaría de la misma forma, no era algo de cuestión de tiempo. 

—Pero debí haber dejado que se lo dijeras en tus términos.

Steve se encogió de hombros y fijó por un momento su vista en las nubes. La mariposa que tanto había revoloteado entre ellos pasó por sobre su cabeza y se alejó, buscando otros rumbos.

—Las cosas no pueden cambiarse, y supongo que es mejor que ya lo sepa a vivir con el temor de que algún día se entere. 

—¿Crees que algún día lo acepte?

—Con ella no tengo muchas esperanzas, ni siquiera me imaginé que tu vendrías.  Pero supongo que lo importante es avanzar con los que están junto a nosotros, ¿no lo crees?

Bucky lució avergonzado, sintiéndose realmente mal por que su amigo creyera que no lo iba a apoyar en un momento como ese, y no lo podía culpar por pensar eso. Terminó asintiendo a lo ultimo que había dicho, y se sintió dichoso cuando el rubio le preguntó acerca de Alan refiriéndose al bebé como su ahijado, sabiendo que estaban volviendo al camino correcto.

,.........................................

No pudo evitar que una sonrisa aflorara en sus labios mientras veía por la ventana de su habitación. No podía escuchar nada, y desde la altura en la que estaba tampoco le eran muy visibles, pero si se guiaba por las actitudes que habían tenido Barnes y Steve, podía deducir que aquellos dos estaban limando asperezas.

—No deberías haberte levantado de la cama—le cuestionó Pepper, disgustada cuando entró en la habitación. —Salgo por un momento a hacer una llamada y desobedeces toda indicación médica.

Tony dejó de mirar la ventana y enfocó su atención en ella. Pepper tenía los brazos cruzados y una ceja alzada, esperando pacientemente que volviera a la cama. Su expresión era de preocupación, aunque no podría culparla sabiendo como era ella.

—Estoy aburrido de esa cama—dijo, pero ella parecía tener un ataque de ansiedad por verlo de pie, así que decidió sentarse en el sillón y tranquilizarla un poco. —¿Mejor?

—No lo suficiente—suspiró.

Pepper miró la pantalla de su teléfono antes de guardarlo en su bolso, la vista de Tony de pie le había desviado los nervios momentáneamente, pero el hecho de que él hubiese seguido sus indicaciones permitió, que sus nervios volvieran a centrarse en la llamada que había hecho. Se sentía culpable, pero no iba a cambiar de parecer.

Tony vio su inquietud y levantó una ceja mientras permanecía sentado.

—¿Hay algo que quieras decirme? ¿Una llamada de la empresa?

—No— dijo agitando una mano. —No es algo que tenga mucha importancia. ¿Quieres ver algo de televisión?

Pepper se adelantó y tomó el control remoto para encender la televisión del lugar. Tony prefirió guardar su duda para mas tarde, pensando erróneamente que quizás estaba sucediendo algún imprevisto en la empresa que Pepper prefería solucionar antes de comentarle para no preocuparlo.

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