Dulce tentación [#3]

By evelynxwrites

452K 47K 15.1K

Él la ve como su mejor amiga. Ella lleva años enamorada de él. Él dibuja. Ella escribe. Y el maravilloso arte... More

SINOPSIS
PROLOGO
capitulo 1
capitulo 2
capitulo 3
capitulo 4
capitulo 5
capitulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 10
capitulo 11
capitulo 12
capitulo 13
capitulo 14
capitulo 15
capitulo 16
capitulo 17
capitulo 18
capitulo 19
extra: tara&owen
capitulo 20
capitulo 21
capitulo 22
capitulo 23
capitulo 24
capitulo 25
capitulo 26
capitulo 28
capitulo 29
capitulo 30
epilogo I
epilogo II
PLAYLIST

capitulo 27

8.8K 1K 264
By evelynxwrites

MADELEINE

Mi abuela siempre catalogó mi personalidad altamente sensible como una virtud, asociada a la intuición. Decía que aquella característica me permitía leer entre líneas con facilidad, ver ciertas cosas que para otros pasarían desapercibidas. De cierta manera, el tiempo le dio la razón. Soy buena observando y detectando el clima del ambiente. De niña, contemplé los ojos tristes de mi padre y entendí que la familia se transformaría. Poco después, mamá dejó la casa y me explicaron que iban a separarse. Reconocí que las cosas iban por mal camino con Riley, mucho antes de enterarme de su infidelidad. Comprendí que a Owen le pasaba algo por su actitud abatida, derribado en el sillón.

Por razones como esas, tener un mal presentimiento es aterrador para mí.

Lo peor, es que lo tengo.

Despierto y me percato de que lo siento en medio del pecho, pesa como si hubieran colocado un buen montón de rocas macizas sobre mí. Rocas que se atascan en los pulmones y en la garganta, apenas puedo respirar, apenas puedo hablar.

La notebook continúa a un costado de la cama, abierta. Aunque debió haberse apagado después de que me quedé dormida, esperando la vídeo llamada de Tyler.

Trato de encontrar calma. Es posible que esta mala sensación se deba al secreto que guardo sobre Owen. Quizá solo sea mi estúpida imaginación torturándome. El miedo a perder lo que tengo, porque eso ocurre al principio, cuando pasa algo demasiado bueno. Sientes que tarde o temprano, se acabará y se convertirá en uno de esos recuerdos a los que vuelves cada noche de insomnio en busca de consuelo.

Pienso que pronto amanecerá, pero chequeo el reloj en el teléfono y me doy cuenta que es mitad de madrugada. Reviso los mensajes, no encuentro señales de Tyler, aunque su estado indica que estuvo activo media hora atrás.

<<Tal vez no llama porque teme despertarme>>, deduzco. Así que decido hacer yo el llamado. Simplemente le contaré lo que pasó y volveremos a ser los mismos, sin secretos ni detalles que esconder.

Pulso llamar y me quedo esperando del otro lado, un tono, dos, tres. Al cuarto, contestan.

—¿Hola?

Aunque me gustaría no reconocer la voz femenina, lo hago al instante.

Es Roma.

☽♡☽♡☽♡☽

TYLER

El ambiente es sofocante. El impacto me proporcionó un golpe en la cabeza, acompañado de un dolor persistente e intenso mareo.

Todavía en el vehículo, echo un vistazo a mis amigos, descubriendo que también comenzaron a recuperar la consciencia y se están incorporando. A pesar de que los pasajeros delanteros amortiguaron los golpes con la bolsa de aire, Ellie chilla diciendo que le duele algo.

Sus gritos intensifican el dolor de cabeza.

—Tenemos que salir —intento hacerlos reaccionar, al notar que en la parte delantera exterior está creciendo una llama—. Asher, saca a Ellie —indico subiendo la voz, porque la rubia está conmocionada y no actúa de manera racional.

Jax niega con la cabeza, veo sangre deslizarse desde su frente, pero no aparenta nada grave. Desciende del auto primero. Asher lo sigue, al mismo tiempo que me quito el cinturón, abro la puerta y busco imitarlo.

—Ty... Tyler, no... No puedo. Está atascado —Roma, sentada en medio, lucha contra la seguridad. Vuelvo sobre mis pasos, dispuesto a ayudar. Ella me observa como si fuera la única esperanza.

—Déjame hacerlo —me inclino, dispuesto a lidiar con el problema. La chica luce físicamente intacta, pero está inquieta porque el fuego crece y aún permanecemos sin lograrlo. De todas formas, ignoro el dolor de cabeza y el hecho de que percibo el suelo moverse bajo mis pies. Hago el mayor esfuerzo, hasta que consigo liberar la traba.

El cinturón se echa a un lado, Roma es libre. Caminamos hacia la acera, ella me sostiene cuando mis piernas flaquean y tengo la sensación de que caeré desmayado en cualquier momento.

—Mierda, no puedo creer cómo quedó el auto. El padre de Ellie me va a matar —escucho hablar a Asher y el enfado comienza a salirme hasta por los poros. Volteo hacia él.

—¿Y eso es lo que te importa? ¿El maldito auto? —murmuro, exaltado—. A ver cómo te lo digo, casi nos matas a todos, Asher. Tú y esa... Esa estúpida idea de beber y luego ponerte al volante como si nada.

—Se llama divertirse, Tyler. Dudo que lo sepas —se acerca peligroso, intenta sonar insultante.

—Ah, sí. Arriesgar la vida de tus amigos, que bonita manera de divertirte —respondo alzando la voz, instante en el que Roma tira de mí hacia atrás para disminuir la aproximación entre ambos. Jax hace lo mismo con Asher, que dispara fuego por los ojos en mi dirección.

En ese instante, comprendo que alterarme fue una mala idea por el mareo se incrementa. Me siento a una orilla de la acerca, prácticamente me dejó caer ahí, hasta que los paramédicos llegan e intervienen. Me cargan en una camilla, cuando escucho el celular sonar y me doy cuenta que lo dejé en el suelo. Roma también lo nota, se inclina y lo recupera, rápido.

—Es Maddie —alcanzo a escuchar.

—Responde. Dile... Dile que estoy bien, que luego la llamo. No le menciones esto. ¿Está bien? ¿Roma? —vuelvo a inquietarme y uno de los auxiliares pone una mano sobre el hombro, obligando que me eche hacia atrás.

Conozco a Madeleine. Si hablo con ella, notará que no me encuentro bien. Lo notará al instante. Y si sabe lo del accidente, querrá llegar hasta aquí, ahora mismo, incluso en medio de la madrugada. Decido que se lo explicaré todo más tarde, cuando la situación sea estable y pueda oírlo de mi boca.

—Está bien —consigo obtener respuesta de Roma. Luego, las puertas de la ambulancia se cierran y se pone en marcha.

☽♡☽♡☽♡☽

MADELEINE

—¿Roma? —pregunto, considerando la minúscula posibilidad de estar equivocada.

—Sí, Roma —confirma. De inmediato, se planta un silencio demasiado incómodo. Ella actúa extraña. Yo no sé qué decir. ¿Por qué está contestando el teléfono de Tyler a mitad de madrugada?

—Quiero hablar con Tyler —reclamo y me sorprendo a mí misma por el tono que utilicé. Odio esa parte de mí que siente celos. Tyler no me pertenece; confío en él. Sin embargo, al oír a Roma, no pude evitar la catarata de significados que trae su nombre. Ellos han pasado demasiado juntos, comparten un pasado que desconozco, a travesado por un vínculo fuerte del cual fui testigo. En alguna ocasión, cuando todavía escondía mis sentimientos hacia Tyler, llegué a pensar que ellos estaban destinados, que al final se encontrarían y se dejarían ser.

—Ahora no puede. Es que... —titubea y no interrumpo, le doy vía libre para explicar—. Es que hubo un malentendido. Nos encontramos con el resto de los chicos y se marchó con Asher y Jax, y... Se olvidó el celular. Te llamará en cuanto pueda.

Aprieto los dientes, tratando de procesar lo que está pasando.

—Está bien. Dile que me llame, por favor —es lo último que digo antes de despedirme.

¿Por qué tuve que decir eso?

¿Por qué Roma está interviniendo y hablando por él?

<<Confía en Tyler>> me recuerdo. Lo hago. Mi confianza en él está intacta. Sé que tendrá una buena explicación para esto.

No obstante, el problema aquí soy yo. La inseguridad me consume. Soy presa fácil de las ideas que dañan mi autoestima. Basta un solo estímulo para tenerlas ahí, rondando y atacando todo lo que soy. Quieren convencerme de que nunca será tan encantadora, linda o suficiente como ella.

☽♡☽♡☽♡☽

—Maddie, que suerte que te encuentro —Owen me detiene a metros de la residencia. Parecía dirigirse hacia ella y que me encontró justo en el camino. Espero que no alcance a notar que estuve llorando.

Ya casi es medio día y Tyler aún no llama.

—¿Aún no le dijiste a Tara lo que pasó? —niego, sin saber qué decir. Aquella situación aún sigue divagando en mi mente, aunque se desplazó a un espacio más pequeño—. Uf, que alivio. Es que necesito decírselo yo o la perderé para siempre. Mejor dicho, me asesinará —agrega. 

Me gustaría reír por esa acotación y relajarme, pero no lo consigo. Veo a Owen y encuentro en él familiaridad, la misma que proporciona un amigo cercano, lo que necesito ahora mismo. Briana está ocupada con una mudanza. Tara en sus clases. Owen es mi salvavidas en este momento.

Agobiada, me arrojo y lo abrazo. Él tarda en responder. Seguramente cree que enloquecí.

—¿Maddie te encuentras bien? Empiezo a pensar que perdiste el sentido común —larga y aquello, extrañamente, en medio de todo el drama, me hace reír.

Owen me acompaña a un sitio apartado del campus, se trata del árbol donde Tyler y yo tenemos largas conversaciones mientras disfrutamos de respirar aire fresco. Aunque Owen se muestra algo reacio a sentarse sobre el pasto, en realidad, creo que no le agrada en absoluto. Es evidente que prefiere su sofá y el mando del videojuego.

Y yo, debería estar en la biblioteca, recogiendo libros y repasando apuntes para los exámenes que se avecinan en los próximos días. En lugar de eso, no puedo dejar de enfocarme en el mal presentimiento, seguido de Roma atendiendo el teléfono de Tyler. Su ex novia. Mi chico.

El contrario eleva las cejas impresionado después de oír lo que pasó. Lo dejo sin aliento, como una noticia que no esperas recibir.

—Espera, espera —me detiene cuando estoy repitiendo nuevamente los hechos. Creo que lo hago más para intentar comprender y hallar una respuesta—. Ya lo capté. Roma atendió el celular en medio de la madrugada y por eso piensas que ellos estaban...

—No. No lo digas —lo freno, algo espantada.

—¿Qué? Eso es lo primero que pensaste, vamos, Maddie. Cualquier ser humano con un poco de inteligencia lo pensaría —insiste, pero no digo nada. Permanezco en silencio. Siento que me encojo, que me vuelvo pequeña e insignificante. No quiero suponer eso. No—. Pero a ver, es Tyler. La posibilidad de que te engañe es una en un millón —deduce y la verdad, es que coincido. No es propio de Tyler esa clase de actitud. Una minúscula sonrisa se asoma, tímida.

—Tienes razón. No desconfío de él —trato de explicar—. Es inseguridad conmigo misma. Algo muy complicado de explicar —resumo, porque no pasaré las siguientes horas hablando de lo insuficiente que suelo sentirme.

—Hey, mira con quién estás hablando. No hay nada que explicar. Lo entiendo —y sentir que de pronto, alguien puede comprender, es un alivio—. Él sufría, con Roma. Vivimos juntos hace tres años, podía verlo. Llegaste y de repente... Es como si hubiera subido de nivel. Se convirtió en una mejor versión de sí mismo. Y lo que voy a decir es una cursilería, pero qué más da. Tyler te quiere, Maddie. Más de lo que crees —pronuncia con suma seguridad, tan firme que no hay oportunidad para dudar—. Arreglarán esto. Ya lo verás.

Lo hablado con Owen no me deja tranquila por completo. La situación es tan ajena a la personalidad de Tyler que se suma al mal presentimiento que llevo sintiendo desde la madrugada.

Vuelvo a chequear el celular. Lo llevo pegado a la mano desde esta mañana. Aún nada. Si en dos horas no hay señales, llamaré a Damon. Ya está decidido.

TYLER

Reconozco de inmediato la habitación del hospital. La cabeza aún me duele, pero la proporción de dolor disminuyó de manera abrupta. Esto no se compara. Bajo la mirada, compruebo que lo único que invade mi cuerpo son un par de cables en el pecho, de esos que utilizan para chequear los signos vitales –o eso creo.

Un médico aparece y mientras examina que todo esté en orden, me hace preguntas sobre lo que pasó. Le cuento sobre el accidente y luego, le hago saber que lo último que recuerdo es que estaba siendo cargado a una ambulancia, agobiado por un horrible mareo. Supongo que ahí dentro perdí el conocimiento y evidentemente, así fue. El profesional explica que se debió al golpe que recibí en la cabeza por el impacto del accidente, sumado al estrés y a la conmoción por lo que estaba pasando.

Digamos que hacer mi mayor esfuerzo, en medio de la desesperación, para soltar el cinturón de Roma y después discutir de forma intensa con Asher, aumentó el estrés hasta disparar mi estabilidad.

Sin embargo, aquello queda a un margen cuando recuerdo que Maddie llamó a mitad de madrugada. De pronto, tomo verdadera conciencia de lo que eso puedo haber significado. ¿Si llamó por qué le pasó algo? ¿Si me necesitaba? El corazón se me acelera a causa de ese miedo.

Veo hacia la mesita al costado de la cama buscando el teléfono, por no está. Maldición. Roma se lo quedó.

—Te dejaremos ir en breve, pero un familiar tendrá que mantenerte vigilado las próximas cuarenta y ocho horas. Los golpes en la cabeza pueden resultar engañosos —indica, dando un paso hacia atrás al finalizar su trabajo—. Por el momento todo está perfecto —acota y es una buena noticia, pero ahora mismo me preocupa Maddie—. Por cierto, tu familiar ya está aquí.

Tengo la certeza de que será Keira. Ella es médica y probablemente haya conseguido acceder más rápido o algo así. En realidad, estoy deseando que sea ella, me tratará con amabilidad y la verdad, prefiero lidiar con sus preguntas y no con un sermón de mi hermano.

Deseo echado a la basura.

Damon está de pie al umbral de la puerta, ni siquiera sonríe para el médico, quien de inmediato abandona la habitación para dejarnos privacidad. Camina lento, hasta detenerse a un costado de la cama.

—Déjame entender algo. ¿Tú a medida que creces te pones más idiota o cómo funciona? —cuestiona y aunque me entran ganas de reír a causa de la frase, no emito sonido alguno. Su seriedad transmite miedo—. Explícame.

—Hey, esta vez no fue mi culpa. Yo no conducía, ni siquiera bebí —justifico. Me gustaría tener algo mejor para decir, pero eso es todo lo que hay.

—En ese caso, podrías haberle quitado las llaves y conducir tú —aconseja, lamentablemente, demasiado tarde—. ¿No?

—Tienes razón —admito—. Pero estaba agotado. Solo pensaba en regresar a casa —me encojo de hombros. Damon continúa de brazos cruzados, la expresión plagada de severidad.

—La próxima vez, piensa en no matarnos a todos de un susto. O, mejor dicho, que no haya próxima vez, o te mataré yo a ti —argumenta y atino a sonreír, porque esas son frases clásicas de Damon que, entre líneas, denotan que estaba preocupado. Está diciendo lo mucho que le importo, a su manera. Cuando nos conocimos, él era un adulto y yo un adolescente, no obstante, no me llevó demasiado tiempo aprender su forma de ser. La sangre influye, lo sé, porque en ocasiones nos han dicho que tenemos gestos o formas de hablar similares—. ¿Entendido?

—Perfectamente —aseguro. Seguido, lo observo sacar mi teléfono del bolsillo de su chaqueta. Lo levanta y me lo muestra—. Roma me lo dejó. ¿Es cierto que le pediste que no le dijéramos a Maddie?

—Algo así. No quería preocuparla —comento. Sé que está en época de exámenes decisivos, hacer que se los pierda me haría sentir demasiado culpable. No es justo que deba retrasar o descuidar sus estudios por mi imprudencia—. ¿Me lo das?

—El doctor dijo que nada de esfuerzos ni de estrés. Y debo mantenerte vigilado, lo que significa que, a donde quieras que vayas, yo iré. O al revés —se jacta, gozando de mi expresión molesta.

—Dámelo —me extiendo, arrebatando el celular de sus manos. Damon se ríe, divertido y me acaricia el cabello, desparramándolo a los lados, como si fuera un niño pequeño. Odio que me haga eso. Tengo veintiuno. No soy Ethan. Pero reconozco que es su manera de expresar cariño. —Ya basta, déjame —me quejo, haciéndome a un lado. Damon ríe por lo bajo y toma asiento frente a la cama, fijando su mirada en mí. No sé cómo lidiaré con él las próximas cuarenta y ocho horas.

Solo sé que necesito a Maddie. Necesito escuchar su voz. Hablar con ella. Que el tiempo se detenga y se sienta que somos las únicas personas en medio del mundo.

Darle la explicación que merece.

De inmediato, reviso el celular y compruebo lo preocupada que está. Ha dejado mensajes. Llamadas. Pide disculpas por su "exagerada preocupación" –así lo describe ella, pero manifiesta que tiene un mal presentimiento y que, por desgracia, casi nunca se equivoca.

Y sí, estaba en lo cierto. Tiene una intuición afilada. Me siento protegido con ella y a la vez, avergonzado por todo lo que pasó.

El teléfono de Damon suena cuando estoy a punto de llamarla.

—Hola, Maddie. ¿Cómo estás? —la actitud del mayor cambia al instante, de repente es una persona cordial y amable—. Ah, sí. ¿Buscas al tonto de mi hermanito? Que coincidencia, justo está aquí conmigo. Él te dirá lo que pasó. Digamos que tiene mucho que explicarte. Te lo paso.

Asesino a Damon con la mirada mientras me pasa el teléfono. En lugar de irse, se queda ahí en frente. Se toma demasiado en serio lo de vigilarme.

—Preciosa, lo siento —digo incómodo, porque imagino que Damon se burlará de mí en cuanto tenga oportunidad—. Estoy bien. ¿Tú estás bien?

—Sí. Es que estaba muy preocupada por ti. ¿Qué pasó? —percibo su voz entrecortarse, da la sensación de que está ahogando un sollozo.

—Escucha, tranquila ¿sí? Tuvimos un accidente en el auto, con Asher, Jax, y las chicas. Todos estamos bien.

—¿Un accidente? —indaga, exaltada—. ¿Pero estás bien? ¿Te hiciste daño?

—Sí, estoy bien —repito—. No tengo nada. Solo sufrí un desmayo por el impacto. Pero no pasó nada —menciono con la intención de transmitir calma, pero todo indica que no lo consigo. La escucho llorar, titubea con la voz afectada y vuelve a interrumpirse, para sollozar.

Imagino sus ojos, grandes y humedecidos. Sus lágrimas paseando por la curva de su mejilla. Las comisuras de sus labios decaídas, apagando aquello que tanto la ilumina, su sonrisa. Quiero estar ahí. Estrecharla en mis brazos hasta dejarla tranquila. Luego podría acostarme a su lado y acariciarla hasta verla dormir. Pero no puedo. Estoy aquí, del otro lado y eso me mata.

Percibo un vacío que se expande en medio del pecho como un agujero negro.

☽♡☽♡☽♡☽

Si te gusta la historia y la estás disfrutando, me ayudaría muchísimo que me dieras estrellitas, comentarios y la recomendaras a otras personas. No se imaginan lo mucho que necesito de ustedes y su apoyo.

Recuerda añadir la historia a tu biblioteca y seguirme en mi perfil, así no te perderás de ninguna novedad u aviso importante.

También podes seguirme en mis redes donde encontrarás más contenido de mis historias.


Continue Reading

You'll Also Like

107K 3K 23
Una autocaravana era la solución para sobrevivir durante una semana, ¿pero y luego..? ¿Cuál era el plan? ¿Volver a Londres y vivir del cuento? ¿O sim...
168K 8.2K 38
Llega el momento, y tras obtener una beca, Britney se va a la universidad, por fin cumplirá su sueño. Llena de emoción, y altas expectativas, no tien...
20K 1.3K 20
Maeve está acostumbrada a ir de casa en casa, debido a las múltiples veces que su madre se ha casado. Pero esta vez será diferente, ya que encontrará...
574K 44.2K 77
La experiencia me enseñó que las vidas perfectas no existen, pero la mía con Laura me hacía feliz. Sin embargo, nuestra vida de ensueño se convirtió...