| ᴛʀᴇꜱ |

848 105 19
                                    

.

.

.

.

.

.

— Minho, ¿qué demonios te pasa?

Minho miró a Jeongin con una mirada impasible mientras le metía un palito de helado a Yeji en la boquita. La hija de Jin se había enfermado los últimos días debido a la ola de frío que azotaba la ciudad, y no era la única: ese día, Minho tenía su agenda llena por lo menos durante una semana más.

No le importaba demasiado, porque Minho amaba a los niños y no dudaba en ayudarlos si era posible.

Siempre quiso un niño dentro de su familia, y el sueño de adoptar uno seguía ahí metido en su cabeza, a pesar de la inestabilidad con Jisung.

Inestabilidad. Como si fuera eso. Como si estuvieran pasando un mal momento y no le hubiera pedido el divorcio oficialmente tres días atrás.

En esos tres días, Minho no tuvo noticias de su todavía marido, pero no lo iba a llamar para presionarlo.

Minho conocía a Jisung lo suficientemente bien como para saber qué decisión iba a tomar finalmente.

— Tose, cariño —le pidió dulcemente a Yeji, que obedeció.

La hija de Hyunjin, que fue producto de su exnovia Kang Mina, era un encanto con todo el mundo. Educada, bonita y tierna, estaba siendo criada por sus dos padres a pesar de que no estuvieran juntos, ya que todavía conservaban una gran amistad aun cuando hubieran sido novios en el pasado.

Mina no tenía problemas en que Yeji pasara semanas completas con su padre, pues tenía un trabajo pesado como gerente de una empresa de moda y, por lo mismo, solía viajar durante largos períodos de tiempo; sin embargo, no era una madre ausente como muchos solían pensar. Llamaba a Yeji cada noche preguntando como le fue en el día, y cuando Mina estaba en casa, le ponía total atención a su hija. Además, conocía a Jeongin también, la actual pareja de Hyunjin, y no ponía reparos en que Jeongin fuera como un segundo padre para Yeji.

— Has estado comiendo helado a escondidas de tu tío Jeongin, ¿no es así, enojona? —se burló dulcemente Minho de la pequeña niña, que enrojeció por la culpa y vergüenza.

— No me cambies el tema —reclamó Jeongin, detrás de él—. Minho, demonios, ¿cómo se te ocurre...? ¡Jisung no merece ninguna oportunidad! ¡Te engañó con su asistente!

El breve recuerdo de ver a Jisung tomándole la mano a Felix en su oficina, hablándole al oído mientras provocaba que se riera, causó una punzada de dolor en su corazón. Sin embargo, fingió una indiferencia que no sentía para que Jeongin no siguiera regañándolo.

Minho nunca se consideró a sí mismo como una persona celosa, no así como Jisung. Mientras Jisung era todo posesividad y gruñidos, Minho era calma y silencio, porque Jisung nunca le dio motivos para dudar de él en esos ocho años que estuvieron juntos.

No hasta ahora.

— Bronquitis aguda —le dijo a Jeongin—, solo descanso, mucho líquido y acetaminofén para bajar la fiebre.

Jeongin murmuró por lo bajo mientras comenzaba a abrigar a Yeji.

— Deberías firmar sus tontos papeles —regañó Jeongin—, y deshacerte de él. Le pides la casa, dinero y lo mandas al diablo.

Apego.《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora