merry christmas hyejoo

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—Si tan solo tuvieras...

—Si tan solo tuvieras oídos como los que tengo, entonces podría cantarte una canción desde el fondo de mi corazón, pero ¿me escucharías?

Decía Chaewon sentada en su cama abrazando su peluche favorito, preguntándole a la nada, se cuestionaba demasiadas cosas, Hyejoo, la chica de la que se había enamorado, siempre le daba una mirada amenazante, realmente nunca le prestaba atención y tampoco le daba la palabra, pero aun así a los ojos de Chaewon le parecía demasiado tierna y aunque llegue a dar miedo las veces que Hyejoo dejaba a Chaewon pasar tiempo con ella pudo notar que Hyejoo seguía siendo alguien agradable… o al menos así lo veía Chaewon.

—Si tan solo tuvieras un corazón como el que tengo, entonces podría inundarte con todo el amor que tengo, pero ¿me sentirías?

Chaewon decía mientras miraba un peluche el cuál pensaba comprar para dárselo a Hyejoo como regalo de navidad sin embargo después de ver como Hyejoo tiraba uno parecido a ese a la basura decidió no comprarlo, la rubia suspiro con cansancio, realmente quería darle un regalo, más no sabía cuál darle, al día siguiente vio como Hyejoo rechazaba a un chico el cuál se le acababa de confesar, ella recibió unos chocolates ese día y al final del día ella pudo ver como los comía felizmente, eso le dio una idea y decidió hacerle chocolates, era ya una semana para navidad, Chaewon al día siguiente compró los ingredientes y decidió practicar el como hacer chocolates para dárselos a Hyejoo el 24 en la noche, en noche buena, para que ella los disfrutara en Navidad, el pensar como Hyejoo estaría tranquila en su casa comiendo los chocolates la hizo suspirar emocionada y feliz.

—El “Si tan solo tuvieras” no me llevará a ninguna parte, aunque si pudiera ir a cualquier parte no podría ser capaz de ir.

Dijo la rubia rendida al llegar a su departamento, ella se cuestionaba el por qué, la razón de la cuál Hyejoo era así con ella, ella generalmente no se quejaba pero ahora Hyejoo había sido aún más distante con ella, incluso parecía ser más dulce con aquella chica de pelo café y ojos almendrados, una de sus mejores amigas, Yerim. En el recreo las vio convivir, a Hyejoo le brillaban los ojos cada vez que estaba con ella, el brillo en sus ojos era lindo, eso hacía que la rubia no se quisiera rendir y le sonrió a su preciado peluche.

—Voy a lograrlo, ¡demos nuestro mejor esfuerzo!

Chaewon dijo para levantarse animada y empezar a trabajar en los chocolates que le daría a Hyejoo la siguiente mañana.

—No valgo nada para ti, No me necesitas en absoluto, soy inservible para tus ojos, duele, ¿sabes?

Chaewon le gritaba a la más alta con lágrimas en los ojos mientras miraba como ella tiraba aquellos chocolates que con tanto esfuerzo había hecho la noche anterior, ella había hecho aquellos chocolates con todo su corazón, amor y dedicación y la más alta ni siquiera se tomó la molestia de probarlos.

—Hyejoo, eres demasiado cruel.

La más baja dijo con su voz quebrándose, la pelinegra le dio una mirada lastimera para suspirar.

—Si estás dispuesta a odiarme mejor mátame y sálvame de esta miseria, no necesito intentar llenar tu vacío corazón, lo único que necesito es ver la agonía en tu cara, eso sería bueno para mí al final, espero que la pases bien esta navidad, aunque te guarde rencor no puedo desearte mal.

—Chaewon…

La pelinegra no pudo decir nada y la rubia se retiró aún con lágrimas en los ojos, las últimas palabras que le había dicho a Hyejoo ni siquiera parecían haber salido de la boca de la rubia, y ella se odiaba, se odiaba al seguir amándola, se odiaba al estar cegada, se odiaba al aún saberlo e intentar que cambiaran las cosas.

“Aunque quisiera odiarte no podría odiar a la persona que hizo que las manecillas de mi corazón volvieran a funcionar…”