Cogió a Kara para que se detuviese y la rubia la miró unos segundos con una sonrisa borracha. Segundos después, Lena comenzó a moverse poco a poco indicando a que Kara siguiera sus movimientos que lo hizo a la perfección.

La pequeña Luthor realmente se sorprendió como la rubia aprendió tan rápido, aunque había dos o tres movimientos graciosos en ellos. Debió admitir que finalmente lo estaba consiguiendo y se estaba divirtiendo a pesar de que estaba bailando con la persona que más detestaba.

Entonces sucumbió y se dejó llevar finalmente por los lloriqueos de la profesora Danvers. Dejó de pensar y siguió sus impulsos, echándole la culpa al alcohol, aunque realmente era una excusa porque realmente le estaba gustando bailar junto a la más idiota del universo. No entendía cómo Kara tenía el poder de hacer que se olvidase de todo cuando realmente tendría que estar apartándose y volviendo a su lugar. Ya le había enseñado, ¿no?

Los ojos verdosos se desviaron hacia la barra, buscando a sus amigas porque ver esto era como vivir en un sueño. Después de despotricar tanto con Andrea, parecía que le estaba tomando el pelo en cierto modo. Pero había tanta gente alrededor que era imposible localizarlas y sintió un poco de alivio. La rubia ni siquiera se preocupó en lo que pensarían si las vieran.

Giró para estar de espaldas y bailó contra el cuerpo de la rubia entre que se apartaba el pelo. Kara ya estaba borracha, pero no por el alcohol (que también) sino porque, a pesar de que odiaba a esta persona y no quería ni admitirlo, o más bien, no quería que le hiciera sentir nada, le hacía irremediablemente enloquecer.

Sus manos pasaron de sus caderas hasta su vientre sin vacilar, atrayéndola y abrazando su vestido con fuerza entre que bailaban junto a la multitud de manera lenta y sensual. Lena notó el aliento en su nuca, mandando pequeños escalofríos que hacía que se le pusieran los bellos de punta.

El balanceo de Lena sin duda hizo despertar a Kara. No podía controlarlo y menos aún estando borracha. Era normal; le atraía muchísimo y más con esa sensualidad hipnotizante. Notaba como el calor subía por cada extremidad de su cuerpo y como su respiración se agitaba al igual que lo hacía Lena.

En cuanto la pelinegra chocó un poco con el cuerpo de la rubia, lo notó y se separó de ella para girarse. Kara la miró sin importar qué pensara, pero, para su sorpresa, la pelinegra siguió bailando con una ceja alzada acompañada de una sonrisa presumida, acercándose y alisando su camisa de abajo hacia arriba con sus manos, provocando más a la rubia. Kara le dedicó una mirada, preguntando no verbalmente que era lo que se traía entre manos.

—Dile a tu amiguito que solo estamos bailando —se burló la pelinegra de manera juguetona, pero para su asombro, Kara se encogió de hombros.

—No tengo la culpa de que seas tan follable —soltó sin tapujos haciendo que Lena se detuviera en seco.

Wow, ya veo que ahora te da igual admitir las cosas —vaciló con una sonrisa ladina y la rubia asintió sin dejar de menear sus caderas.

—Ya lo hice, ¿recuerdas?

—Pues no, no me acuerdo —mintió Lena tensando los hombros. Sabía que la rubia iba borracha y quizá no tuviese problemas en decir lo que quisiera, ni aunque la misma Lena le contestara con palabras hirientes porque parecía que mucho caso no hacía. Pensando que había acabado la conversación y, con ello, el baile, se dispuso a andar nuevamente en dirección a la barra, pero Kara sujetó su muñeca y tiró de ella.

—Te lo recuerdo ahora mismo.

Sin más, Kara cogió su rostro e impactó sus labios con los suyos. No le dio ni tiempo para reaccionar cuando la rubia abrazó sus caderas, atrayéndola con fuerza y su lengua se adentró sin permiso en su boca, notando su aliento alcoholizado. Ella quería retroceder, pero sus pasos no sirvieron de mucho, pues Kara la seguía sin despegar sus labios ni manos de ella.

Se nos da bien odiarnos | Supercorp (Kara G¡P)Where stories live. Discover now